SALINIZADAS EN EL MARALICIA

Después de una dura semana, con decepción incluida por la despedida del Negro Abelardo, aquel bergantín, demasiado viejo para arriar todas su velas y dejarlas hinchar por el viento……me había ilusionado y creído por un momento que podría seguir mi estela por los mares del mundo, pero prefería ir recalando de puerto en puerto…….desoí mi instinto cuando me dijo que aquella caña ya no tenia la firmeza que requería mi empresa, pero no fue ella, si no el peso de sus bodegas, cargadas de demasiados miedos y fantasmas, de singladuras pasadas……. Y así como el niño que corre a cobijarse en las faldas de su madre, corrí para salir a navegar, para reencontrarme con mi auténtico amante, mi querido mar, ese que me aguarda paciente, ese que me hace sentir en plenitud y en paz conmigo misma, ese que sabe que algún día no nos volveremos a separar….. Arribamos cerca de la medianoche al Maralicia, pacientemente nos aguardaban Icebar y Canela, muertos de frío y hambre. Estibamos rápidamente la compra y no...