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PISA Y ALGO MAS....

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Primer viaje turístico solateras. Quería empezar a disfrutar de las condiciones ventajosas como madre de un piloto y además amortizar algo de la inversión realizada en su carrera. ¡Era un buen momento para conocer Europa, la que siempre había dejado para cuando fuera mayor!, jajaja. Pero si he colgado las velas oceánicas para volver a casa y convivir con él y él está de viaje…¡pues aprovecho y me voy yo también!. El problema es que no siempre hay alguien dispuesto a acompañarme, por tiempo, por economía o por familia. Así que me dije; ¡deja de ponerte excusas y arráncate! He viajado antes sola por trabajo o por navegaciones o por viajes de placer, pero al final siempre me esperaba una reunión con colegas o con clientes, una tripulación o unos compañeros de retiro. Esta vez del principio al fin estaría sola, salvo quien me cruce en el camino. Como poco, hablaré con el servicio del hotel, camareros, etcétera ja ja ja. Nunca puedes evitar los nervios del viaje o por lo menos a mí aún me

DIVINAS EN BUDAPEST

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Las conocí hace casi 20 años cuando me separé por primera vez y todas coincidimos en ese estado civil. Actualmente todas están felizmente casadas o emparejadas, pero hemos sabido mantener nuestra amistad quedando de vez en cuando a lo largo de estos años. Y aunque habían navegado conmigo, nunca habíamos viajado juntas. Había que probarlo, así que no dije que no cuando de una de nuestras comidas surgió espontáneamente la idea de hacer un fin de semana distinto y aquel mismo día sacamos vuelos y reservamos hotel bueno apartamentito, para irnos a Budapest. Casi dos meses después de haberlo planeado, allí estábamos las cuatro en el aeropuerto de Valencia más o menos abrigadas para ir a descubrir una nueva ciudad en el centro de Europa. Volábamos con Ryanair y casi todas nos habíamos llevado algo para comer a bordo, pero yo quería acompañarlo con una botellita de vino a la que se apuntó una de las chicas también, aunque a punto estuvimos de desistir por la tardanza del auxiliar de vuelo en

A LAS PERLAS CON EL MAVERICK

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No se me ocurría mejor manera de empezar el año 2024 que con una nueva aventura navegando y además con el hombre de mi vida, mi hijo, que me había reservado 15 días de sus 3 meses libres para hacer unas vacaciones juntos. El archipiélago de las Perlas es un conjunto de casi 100 islitas, algunas de ellas habitadas y otras desiertas, pertenecientes a Panamá pero en su lado del Pacífico. Y el Maverick estaba allí fondeado en las Brisas de Amador, desde que en junio pasado habíamos cruzado juntos el Canal de Panamá. Sería una manera de sacarle de su apalancamiento en el fondeo y un chute de energía para sus preparativos en el próximo cruce del Pacífico que tiene como reto. El día 8, después de todas las fiestas navideñas, saturada ya de comilonas y compras, haríamos un cambio radical de paisaje y temperatura. En cuanto aterrizamos, ya en el aeropuerto, empecé a deshacerme de capas de ropa ya que salimos a 8º de Madrid y Panamá nos recibía con 28º y su característica humedad pegajosa. Dani