REGATA VCIA-SAN ANTONIO

La idea surgió en una cena en La Mary, con nuestros amigos Pura y Rodrigo. Todos teníamos ganas de disfrutar de una buena travesía más allá del típico paseo costero que haces en invierno y regatas de bastones, que no da para más de un par de horas. Era para el puente del 1 mayo que ya la temperatura empieza a ser cálida. El problema era que el barco estaba en Campello, había que subirlo solo en dos días, que era los que teníamos desde que regresáramos de nuestro viaje a San Maarten en Pascuas. A punto estuvimos de desistir por dicho motivo, pues nadie podía acompañar a Fdo y para uno solo era un palizón, pero finalmente así lo hizo, con la condición de que le cediera patronear durante la regata.

De la tripulación configurada inicialmente solo quedábamos 3, porque Pura hasta el último momento no supo que podría unirse, la delicada salud de su papi la mantenía retenida en Madrid, pero finalmente se escapó para cargar sus pulmones y su alma de brisa marina. Invitamos a Olga, proa habitual del UPV y a quien Rodri nos había presentado en alguna ocasión. Miuca se ofreció a unirse y en el último momento su chico, Jose Maria, también, ya que el Blue Drago no participaría.

Así que finalmente el 1 mayo estábamos en la reunión de patrones. Como novedad; que habría premio para quien pescara al curri durante la regata y para el último en tiempo real! También habían barcos a motor como acompañamiento......en fin, de allí a la línea de salida, que sería a las 12a.m.aunque hubiera poco viento, nos advirtió el Comité, ya que teniamos muchas horas por delante. La previsión era de vientos flojos del SE, rolando después de la típica encalmada nocturna, a NE. Por ello la estrategia también era importante pues tendríamos que ir ciñendo.

La salida la hicimos bastante bien, entre los tres primeros, pero más retirados de la lancha del comité que el



resto de la tropa, tanto el Peluxo como el Brujo lo hicieron por allí  y pronto tomaron rumbo al Sur desapareciendo del resto de la flota. Nosotros seguimos un poco más hacia el Norte, en el mismo bordo que habíamos hecho la salida, el Kurufuru nos seguía haciendo exactamente el mismo rumbo. Esquivando los grandes mercantes fondeados frente a la playa del Perello, viramos y cambiamos el rumbo hacia el Sur, pero en la enfilación con Cullera mas o menos, volvimos a virar y yendo amurados a Er de nuevo, hacíamos ya rumbo directo a San Antonio. El viento lejos de caer, fue subiendo poco a poco, hasta puntas de 25 nudos, por lo que llegamos a tomar un rizo en Mayor y Génova, ya que no éramos suficientes para hacer banda y escorábamos mucho. Con menos trapo y menos escora, nuestra velocidad media era de 7 nudos, nada mal. Si seguíamos asi llegariamos sobre la 01:30h de la madrugada, antes incluso que si fuéramos a motor. ¡No me lo podía creer.!

Libertyenlamar cabalgaba sobre las olas y una vez más nos regalaba momentos de pura adrenalina, como cuando alcanzamos al Xaloc o no dejamos que nos alcanzara el Begood.
Y así fue finalmente, a pesar de que cuando nos quedaban escasamente 3 millas, nos alcanzó la temida calma y nos quedamos pinchados con la boya luminosa de la línea de meta parpadeando delante de nosotros y viendo como el resto de la flota nos alcanzaba, con lo que nos había costado pasar a algunos las esloras suficientes para no tener que darles tiempo, grrrrrr. El Kurufuru arribo por estribor y llegamos a estar tan cerca que guardábamos silencio ambas tripulaciones para que no nos copiaran la estrategia. Todo dependía del fino trimado, la distribución de los pesos y la delicadeza en el timón, porque todo ello te podía hacer avanzar mas que tu rival, aunque fueran centésimas.
Finalmente conseguimos entrar cuartos en real, aunque luego con el mal rating que nos estimaron pasamos a la décima posición. Pero como siempre se dice en estos casos, lo importante había sido participar y hacerlo medianamente bien.
Una vez realizado el atraque, abrimos una botella de Doña Anna, que no podía faltar a bordo y junto con unos bombones, brindamos por todo ello,  por lo vivido, lo bien hecho y, sobre todo, por el Libertyenlamar, el gran protagonista del evento.

Al día siguiente, tras un merecido descanso, dimos un buen baldeo al barco y nos fuimos hacia la ciudad a dar un paseo, comer, algunas compras, algunos siesta, otros sun-set en el Kumara. Sigue siendo mágicas las puestas de sol en esta isla, viendo como el mar se traga al grandioso Lorenzo.
Por la noche teníamos cena en el club para la entrega de trofeos y la verdad es que no fue muy buena, ni por el menu ni por la falta de música. Aunque lo remediamos poniendo un broche de glamour con un Gin Tonic en la terracita de Villamercedes.

El sábado Miuca tenía que regresar, así que Jose María la acompañaría al aeropuerto y los demás zarpamos para fondear en una calita próxima, Cala Salada, para comer y relajarnos mecidos por el borneo. La playa estaba llena, mucha gente se bañaba, pero allí donde estábamos, con unos 4m bajo la quilla, el barómetro del dedo gordo del pie nos aconsejaba contenernos. Unicamente nos atrevimos a lucir nuestros bikinis.

Tras una buena comida nos desparramamos, unos en proa bajo el sol, otras en hamaca bajo la botavara, otros en bañera, para practicar la famosa siesta española...Pero a pesar de lo idílico del momento, levamos el hierro antes de la caída del sol para volver a puerto, donde nos esperaba Jose Maria y ya amarraditos disfrutar del sunset con una piña con ron y una botellita de cava que nos invitaba Rodri para celebrar su próximo cumpleaños. Con el sol, también cayó el viento del Norte, que nos habia acompañado cumpliendose fielmente toda la prevision y aproveche para montar toda mi decoración chill-out y dejar boquiabiertos a todos los que pasaban por el pantalán.
La rendición a morfeo fue temprano porque al amanecer zarparíamos para iniciar la travesía de retorno a Valencia. Eran las 6:30h.a.m exactamente cuando dejabamos por la popa, la bahía de San Antonio y con ella, la isla de ibiza. Había muy poquito viento asi que iniciamos a motor, pero en un par de horas estaba presente de nuevo el Norte, aunque flojo, permitió a Jose Maria sacar velas y parar el motor, lo que agradecimos los que habíamos bajado a echar una cabezadita! Luego rolo a NE/E pero como era muy flojito recogimos Genova, porque la Mayor la desventaba y fuimos a la mediterranea con una retenida a la mayor.Así, a una media de 6 nudos arribamos a aValencia, justo con la puesta de sol.

Conseguimos que el marinero nos asignara el mismo amarre, allí teníamos la pasarela. Pero un mal cálculo en la distancia me hizo errar en el primer intento de atraque. Tenía todo el espacio libre a Er, hacia donde justamente me abatía el viento, así que me costó bastante impedir que se me atravesara al pantalán, Uff, cada amarre es distinto, cada circunstancia también, es lo que me gusta de navegar, nunca hay dos momentos iguales y nunca dejas de aprender.

Gracias a la ayuda de todos, quedó perfectamente amarrado, baldeado y arranchado, antes de que oscureciera.



Comentarios

Olga ha dicho que…
Qué puedo decir ... era mi primera travesía transmediterránea a vela y disfruté como una niña. La regata fue mágica, desde el minuto uno hasta la emocionante y desesperante a la vez llegada, mano a mano con el kurufuru (tenían que ser ellos ... mis queridísimos chicos del kuru). Saboreé todos y cada uno de los instantes, de la salida, de la estrategia, de las decisiones, del código cero! (era mi primera vez ;) ), de las maniobras, del navy blue, del mar infinito, del pique con el ruso, del adelantamiento al Xaloc, de los delfines, del increíble atardecer, de la silueta del destino, de la noche de infinitas estrellas, de la búsqueda de estrellas fugaces, del avistamiento de la luz de babor del kurufuru, del juego de viradas y luces con nuestros vecinos en esa traicionera encalmada, del impresionante silencio de la llegada...
Un placer haber navegado con vosotros y haber disfrutado de esos cuatro días. Geniales cada uno de ellos! Ni un minuto desperdiciado! ni un segundo de aburrimiento.
Un honor haber compartido experiencias con tan grandes navegantes como son Fernando y Marco. Y, por lo que he podido ver, Pepa tampoco se queda atrás!
Gracias por haberme permitido subir a bordo y haber disfrutado del mar junto a vosotros. Sólo puedo decir: GRACIAS!

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