SAIL THE WAY
Hacía tiempo que tenía ganas de navegar por el Cantábrico y cuando vi la primera noticia sobre “Sail the Way” me dije, es la mía para matar dos pájaros de un tiro, navegar por el Cantábrico y hacer el camino. Así que me enrolé a través de Sailwiz en un velero de Santander. Haríamos 3 días de navegación, de Santander a Coruña y de allí 3 días andando hasta Santiago. Cada etapa tenía unas millas mínimas y teníamos que arribar a puerto para que nos fueran sellando la cartilla del peregrino, al igual que el tramo andando, donde cada dia teníamos que hacer unos km y nos iban sellando en las posadas que íbamos parando.
Conmigo tambien se vendría una amiga, nueva adquisición como grumetilla, desde que el año pasado viniera como tripulante en la semana de Tantra Sailing que patroneé, asi que ambas, y gracias a un amigo suyo, emprendimos viaje hacia Zaragoza, donde después nos unimos con una tercera tripulante y peregrina de esta aventura, que nos había ofrecido amablemente ir en su nuevo vehículo. Asi que en menos de 24h habíamos cambiado un tedioso y largo viaje en bus, por un trayecto en dos partes en cómodos vehículos, empezaba bien el camino!
Llegamos el dia 3 de septiembre a Marina Cantabrico en Santander, según lo convenido sobre las 18h. Arribamos al barco, un Sun Odisey 49, Klaudia. Y tras ocupar nuestros camarotes y acoplar nuestros equipajes, nos dirigimos todos a cenar algo al bar del club naútico, pues esa misma noche, zarparíamos. Y asi fue, a las 23h estábamos soltando amarras. 43º25,71’N 3º48,48W.
La salida de la Bahía de
Santander son más de 3 millas serpenteantes por un canal balizado que te marca
el final de la zona con sonda. Además aquí hay muchas mareas, a las 21:30h había
sido la máxima marea de 2m y cada 6h cambia, asi que ahora todavía estaba
bastante alta.
Toda la ciudad mira al mar, el patrón iba indicándonos lo que íbamos viendo, el majestuoso Palacio de la Magdalena y después en la Isla de la Torre la Escuela de Vela, hasta llegar a la punta con su faro y pasamos entre él e Isla de Mouro, para empezar a divisar la famosa playa del Sardinero, bueno ver es un decir, porque era de noche todo eran lucecitas. Será a la vuelta cuando realmente podamos admirarlo de día. Pero no deja de ser un espectáculo. Desde ahí unas 2 millas hasta Cabo Mayor y ya ponemos rumbo 271º a Gijón. No hay viento y el poquito que tenemos 5 ó 6 nudos, nos viene justo de proa, W
total. El Gallego le llaman aquí!. Aún así sacamos Mayor, que es enrollable, para estabilizar. El patrón se va a hacer la maniobra y ya me cede el timón para aproarme. Tenemos calma chicha. Aguanto hasta la 01h a.m. y me voy a dormir hasta las 04:30 a.m. que salgo a hacer la siguiente guardia con Rodri, el típico JASP (Joven Aunque Sobradamente Preparado). Cuando salgo, el cielo está despejado, parece un planetarium. Identificamos la Osa Mayor, Orion, las Pleyades, Casiopea y hasta la nebulosa de la via láctea!. Estamos entre S.Vte y Llanes, hemos hecho algo menos de 30 millas. Al amanecer se nos acercan por Er unas familias de delfines, pero parece que llevan prisa porque a penas se entretienen. También nos saluda un tímido y rojo Lorenzo que rápidamente se esconde tras las nubes. Ahora divisamos el skyline de los Picos de Europa pero con la bruma es todo gris. En breve estaremos al través de Lastres, siempre he pensado que mis antepasados debían de ser de aquí, ¿qué si no, puede explicar llevar de segundo apellido el nombre de este pueblo una familia de Córdoba?. Una vez desayuno me vuelvo a acostar otro ratito y me levanto justo para el ángelus, qué tino!
Seguimos de motorada, pero hace
bueno, demasiado bueno, me he abrigado de más y tengo que quitarme capas. Vamos
rumbo 280º nos quedan todavía 15 millas, así que llegaremos según lo previsto
sobre las 15h.
Al arribar a Gijón nos encontramos con una regata de club e increíblemente están hasta con los Spis, ¿de donde están sacando el viento? Son de bastones, me voy a proa un rato para admirarlos mientras cruzamos cuidadosamente el campo de regatas.
Finalmente atracamos en el Puerto Deportivo de Gijon 43º32,76’N 5º 40,03ºW. La marea está alta, el marinero agacha la cabeza para pasar bajo el puentecito. Por supuesto todos los pantalanes son flotantes. Nos cuesta 60€ la noche. Está en la misma ciudad, asi que es ideal para callejear, como hicimos, toda la tarde. Y acabar cenando en la casona de Jovellanos, totalmente recomendable, bañándolo todo con la sidra típica.
A las 03:30h a.m. estábamos
zarpando de nuevo, tras comunicar de nuevo a Salvamento Marítimo nuestras
intenciones. Es algo que me llama la atención y que nunca antes había hecho ni
visto hacer. En lugar de llamar por radio al puerto donde estás para despedirte
y decir tu rumbo, ellos llaman a Salvamento Marítimo por radio o teléfono y le
comunican el nombre del barco, los tripulantes a bordo, el rumbo y la previsión
de arribada en el siguiente puerto. Por supuesto cuando arribamos cada dia,
vuelven a llamarles para comunicarles nuestra arribada y que no salgan a
buscarnos.
Salgo a ayudar, recoger defensas
y estibarlas y tras identificar de nuevo algunas constelaciones me voy a dormir, haré de nuevo la segunda
guardia con Rodri a partir del amanecer.
Tenemos por delante 88 millas,
rumbo 274º y seguimos con calma chicha y a motor, grrrrr .
Al alba oigo que paran y sacan
velas, pero es solo para dar un descanso al motor, apenas hay viento del E y
con muy poca intensidad, vamos a solo 2 nudos!. En 1h tenemos que volver a
recoger Génova y seguir a motor con solo la Mayor.
Los delfines han venido hoy también a saludar al amanecer, pero hoy eran más simpáticos y numerosos.
Tomamos el desayuno en la bañera. Estamos al través de Escudillero, hemos hecho unas 27 millas en 5h.
Hay mucha bruma, por lo que no vemos nada la costa hasta llegar esta tarde a Galicia, la zona a partir del islote de Ansarón. Hoy nuestro destino es Viveiro, un pueblecito que entra en una ría unas 3 millas hacia el interior. Preciosa la entrada. La navegación ha sido mayormente a motor, a excepción de un ratito después de comer que hemos puesto orejas de burro y me han dejado el timón. El patrón tras ver que lo controlaba aprovechó para irse a hacer la siesta, os dejo en buenas manos, dice, jajaja, ya nos hemos medido pienso.!
Pero necesitamos llegar antes de las 20h asi que volvemos a acompañarnos del motor.
La entrada en la ría como decía,
es preciosa, en la playa de Er un par de veleros fondeados. Esa noche cenamos
en el bar del naútico una estupenda cena a base de marisco y rociada con el
típico Albariño. ¡Espectacular!
43º40,07’ N 7º 35,65’W. Mañana no
soltaremos amarras hasta las 06h a.m. aunque aún es de noche, está la marea en
su máximo y empieza su recorrido de bajada, aquí son 3,4m.
Ponemos rumbo hacia el mar hasta
rebasar Illa Gabeira y al pasar Punta Socastro ya poner rumbo a Illa Coelleira.
A las 10h cuando me levanto, pues
me acosté a las 7h tras la maniobra, ya estamos en Cabo Ortegal, empieza la
famosa costa de la muerte, donde el Cantábrico y el Atlántico se funden y ponemos rumbo a Coruña. Parece increíble como
puede ser que ese mar tan bravo nos esté recibiendo tendido como un lago tantas
horas y días seguidos!
El patrón ha puesto orejas de burro otra vez y me ha cedido el timón. Me concentro para mantenerlo
estable, ahora hay algo de mar tendido y es fácil trasluchar la Mayor por el bamboleo. En otro ratito pudimos sacar tambien velas y ceñir un rato cuando por fin nos dió el role a W, varias viradas hasta que calló de nuevo y tuvimos que rendirnos de nuevo al motor. Pero cada vez que hay oportunidad me pido y me ceden el timón y disfruto un ratito del silencio y la calma que me transmiten las velas y me concentro únicamente en las lanitas.
Finalmente llegamos a Coruña, el
atraque lo hizo hoy el JASP de popa y través al pantalán. Entramos con la marea
a tope, acaba de empezar justo a bajar, 4,24 m a las 15h. 43º22,06’ N 8º 22,99’
W. Hay muchos veleros de Transmundistas y un par de la Ocean Race.
Aquí termina nuestro primer tramo navegando, mañana empieza la aventura por tierra……
Estoy emocionada y a la vez
intrigada, no sé si seré capaz de superar el reto de tantos km diarios, suelo
salir a andar, pero nunca pase de 12 o 14km.
A las 7:30h a.m. sonaron los
despertadores, duchas, últimos ajustes de mochilas, desayuno potente, hoy vamos
a quemarlo bien, y un taxi vino a recogernos para dejarnos a la entrada de un
parque precioso y empezar asi en zona verde sin cruzar toda la ciudad. Ahí inicia
el Camino Ingles.
A las 17:33h llegué al bar de
Avelina donde me planté y dije que no daba un paso más. Causalmente, ese era el
destino para hoy! Jajaja…Estamos en Ordes, hemos hecho 24,71 km en 6h 42’ y
hemos dado 30999 pasos! .
Realmente no daba un duro por mi, pero poco a poco, chino chano, yo sola me iba animando a mi
misma, todo un ejercicio de fuerza de voluntad y superación. Lo peor los últimos 9km cuesta arriba, aunque el paraje era idílico, bosques de abetos y eucaliptos, riachuelos, vacas, caballos, toros, cabras….¡La naturaleza en su plenitud!
Al llegar a casa Avelina nos
reciben con cervecitas bien fresquitas, tienen no solo sillas si no banquitos
redondos para poner los pies en alto, ¡qué maravilla!, son super cordiales y
hasta nos hacen la foto de rigor para su colección en un álbum que tienen con
todos los peregrinos que han pasado por allí.
Al poquito llegan a recogernos
los del Hostal Posada Vilanova, donde dormiremos, también super amables. Tras
una duchita calentita aún me quedan fuerzas para hacer unos estiramientos de
yoga y una pequeña meditación antes de la cenita.
Pero la noche fue toledana, cuando me enfrié me dolía hasta la raíz del pelo. Me puse crema desde los glúteos hasta la planta de los pies pero ni por esas, el dolor no me dejó dormir, al dia siguiente me dijeron que era normal, que hay que tomarse un paracetamol para poder descansar, tome buena nota para el resto de días. Sin embargo por la mañana, milagrosamente, no me dolía nada, asi que no tenia excusa, tenía que seguir.
Hoy no llevaríamos mochila, pero
a cambio amaneció ya lloviendo y lo había hecho toda la noche, asi que el
camino estaría con charcos y barro ya creado, Grrrr. Nos pusimos los
chubasqueros que compramos en el chino por 1,5€ encima de cazadoras, pero aun
asi, el agua se colaba por el cuello, por las mangas, por los camales del pantalón
hacia arriba. ¡Al final me notaba empapada hasta las bragas! Las zapatillas náuticas
las oía chapotear sobre el agua, lo bueno es que se secaban muy rápidas en
cuanto teníamos algún claro y paraba. Pero la cazadora HH nada, debe estar ya
caducada, se mojaba hasta del sudor, que claro, la humedad era interna y
externa
Hoy tenemos que llegar a Oroso, unos 22 km, la lluvia ha sido constante, a
veces muy intensa, hoy no llevaba mochila y no sé si quizás fue por eso, mi postura era más recta y rabiaba con las lumbares. Además predominaron las bajadas, todo lo que subimos ayer…… Y a pesar de llevar bastones la rodilla derecha se quejaba. Varias veces estuve a punto de rendirme, pero entonces recordaba a una buena amiga, diagnosticada de un ninfoma el día antes de venirme y que ingresaban hoy mismo, ¿cómo no vas a poder tú con esto y le pides a ella que pueda con lo suyo? ¡Me susurraba mi pepillo grillo! Y entonces, sacaba fuerzas de dónde no habían y hacia un sprint y los adelantaba a todos y al hacerlo me decían: - ¿qué te has tomado Pepa? Y yo les decía, - ¡mi amiga Nuria, que tira de mi!.....jajaja
Pero ese dia cuando regrese al hostal, comí un poco y me pegué una ducha, pero ya no me quedaron fuerzas ni para yoga ni para nada, me tumbé en la cama y me quedé roque, ¡si es que no había dormido el dia anterior!.
Cuando desperté era la hora de
cenar ya. La rodilla derecha me dolía como si me hubiera roto el menisco, extraño
porque tengo operada la izquierda de ligamentos, esa se supone que es la sana, pensé.
Fui cojeando hasta el comedor donde ya estaban todos cenando y les anuncié que
no creía que pudiera hacer un dia más, que me rendía, que no tenía que
demostrar nada a nadie, etc, etc, pero tras la estupenda cena con potaje
gallego, un buen tinto y unos ibéricos, me tomé un nolotil, me puse un poco de crema y
dormí como un lirón. ¡A la mañana siguiente estaba nueva como para estrenar y
llena de energía y vitalidad!
Cuantos km hay que hacer hoy? Les dije en el desayuno.Jajaja. Hoy nos quedan solo 18 km hasta
Santiago. El camino fue seco hasta la mitad y muy pero que muy pasado por agua la otra mitad. Pasamos por un bosque encantado precioso, me encontré otro chubasquero y reemplacé el mío que ya estaba rajado, encontramos tambien unas zapatillas encima de un hito (pilón de cemento que marca los km que quedan hasta Santiago). Los peregrinos van dejando cosas que pueden ser reutilizadas por otros. Ansío ver y llegar a cada hito, se han convertido en algo muy especial. Al llegar a la ciudad unos escalones antes de entrar en la gran plaza me he encontrado con una amiga tambien naveganta,jajaja ¡ seguro que si quedamos no nos encontramos!.
Unos metros antes, ha sido ya mágico, cuando cruzábamos la ciudad y divisaba ya las cúpulas de la catedral, se me han saltado las lágrimas! Y no es que sea yo religiosa, creo que el camino es un camino de superación consigo mismo y lo había conseguido y eso es emocionante y reconfortante. Ha valido la pena, saber que si controlas tu mente, controlas tu cuerpo y que nada es imposible si te lo propones de verdad.
La lluvia no cesaba y la cola
para recoger la Compostela era tremenda, asi que le hemos dado prioridad a un
buen chuletón con un buen vino tinto, quitarme la ropa mojada en el baño del
restaurante y pedir un taxi para ir a la estación, la vuelta a la Coruña la
haremos en tren esta tarde, donde nos espera el Klaudia para llevarnos de
vuelta navegando a Santander.
El reencuentro con la tripulación
es caluroso, unas buenas duchas y una cenita en una típica pulpería, Ozinuca, rociada
de un riveiro y algo más después, que nos pone las pilas a todos rápidamente.
A la mañana siguiente zarpamos a las 8h a.m. tras repostar en la gasolinera. Dos veleros más sueltan
amarras a la par que nosotros. Anoche cuando llegamos habían arribado bastantes más, todos muy envidiables, preparadísimos para hacer muchas millas.
Ponemos rumbo a Ribadeo, de
momento seguimos sin viento. Mayor y motor y 80 millas por delante! Grrrrr.
Es tal la calma del mar, que
vemos pasar nécoras a capazos, ¡impresionante!
La entrada a Ribadeo es muy
cuidadosa, siguiendo dos enfilaciones por los problemas de calado y pasando por
debajo de un puente que como siempre, impresiona, aunque sepas que pasas.
Muchas embarcaciones de vela latina, aunque me explican que no son propiamente
latinas si no de trapecio.
Tras muchos intentos infructuosos, conseguimos cenar en la Quinta, una parrillada y carne a la piedra y prontito a dormir, mañana el zarpe es a las 06h a.m.
Aun es de noche, asi que hay que
tener mucho cuidado con las enfilaciones, ahora son dos luces rojas que dejamos
en nuestra popa.
Tenemos 151 millas por delante
hasta Santander y sin ninguna escala ya, el tiempo apremia y seguimos sin
viento, asi que tras la maniobra, me vuelvo a acostar y cuando me levanto a las
10h a.m. hay niebla, aunque me dicen que era mucho mas espesa las horas
anteriores. Ni siquiera vemos el skyline de la península, ni el horizonte. Luce
el sol, asi que esperamos que levante con el dia.
Ha sido una travesía muy
diferente, totalmente distinta a las expectativas que tenía, tanto para el
tramo de mar como el de tierra. Una gran lección de paciencia y tesón que nunca
olvidare, al igual que a esta tripulación con la que lo he compartido.
Volveré Cantábrico, seguro que
volveré a conocerte mejor……..
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