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Ansiaba que llegaran las Pascuas porque con ellas tendríamos nuevamente unos días para ir a disfrutar del Rebeca y del Caribe. En esta ocasión nos esperaba en Cayo Largo, Cuba, tras su tormentosa travesía desde San Andrés, pasando por las islas Gran Caimán en las que se había destrozado la vela Mayor cuando pillo un F8 en contra. Por Cayo Largo Fernando ya había navegado con sus hijos, de manera que conocía la posible travesía que haríamos por los cayos hacia isla Juventud y luego hacia Cienfuegos para dejarlo nuevamente solito, custodiado por los cubanos. En el aeropuerto de Madrid nos encontramos con mis amigas Maribel y Mina, de Barcelona, serían nuestras invitadas en esta travesía. Maribel con escasa experiencia tras haber navegado en algún que otro chárter por Ibiza y para Mina sería su primera travesía de más de un día tras su bautizo este verano en el Libertyenlamar. Así que ambas venían con la mente abierta y predispuestas a la adaptación. A nivel de navegación nos apaña