A LAS PITIUSAS CON AVATAR

Eran las 15:45h del domingo cuando zarpamos con AVATAR, un lindo Elan 31 desde CN Oropesa rumbo a Ibiza, 85 millas por delante a rumbo 140° con previsión de poco viento de SE. El desatraque se complicó más de lo deseable porque me olvide de soltar uno de los cabitos con los que el armador sujeta la línea del muerto a los guardamancebos y ello, junto con el viento, nos echó sobre las motoras entre las que está amarrado. Fue un momento difícil y de tensión porque, por supuesto, no queríamos rozar el casco, un vecino nos vio en apuros y salto a la motora a ayudarnos a separarnos de ella, el armador tambien soltó el timón y vino ya que sabe que yo tengo poca fuerza y me pedía que metiera maquina pero a mi me daba miedo, no tenía la certeza de que no nos hubiéramos enganchado a la línea de sus muertos, cuando noté el timón bloqueado, ello demoró que saliéramos antes, al final di un poco atrás para separar la popa, que es tan ancha como la manga y por fin pude liberarnos y salir. ¡Uf que mal trago!, empiezo haciendo una de Jaimito!! La travesía empezó a motor y vela, como suele ocurrir siempre, el viento nos venía de SE F4 y aguantábamos a duras penas el foque, pero lo suficiente para con el motor a sólo 1800 rpm sacar los 6 nudos de media. A las 22h viendo que el panel decía que ya solo teníamos un 67% del depósito, lo paramos y navegamos solo a vela durante unas 5h no bajando de 3 nudos y llegando muchas veces a los 5. Nos repartimos las guardias cada 2h, empezando yo a las 22h, aunque me fui difícil dormir hasta la tercera que ya estaba rendida. El sunset fue espectacular, pero la salida de la luna, casi casi llena, solo le quedan un par de días, fue justo antes de que desapareciera el sol. Hay pocos momentos en el año que ambos astros coinciden y siempre pienso que si tuviera un gran angular con la dingui podría sacar una fotaza con la luna en la proa y el sol por la popa, jajaja. Una travesía con luna llena es siempre idílica, marcándote el caminito de plata. Aunque en esta ocasión sólo nos duró hasta las 05 a.m. que se
escondió por popa dejándonos ver todo el manto de estrellas que teníamos sobre nosotros. Orión, Casiopea, la Osa Mayor, las Pléyades, y hasta vi caer 3 fugaces, con las que lance mis deseos, ahí lo dejo, jajaja. Justo el amanecer nos pilló ya a escasas 5 millas de cala Benirras, 39°5.373' N 1°27,055'E, la elegida, ya que el parte hoy es muy bueno, y así podremos disfrutar del espectáculo que montan los hippies tocando los bongos en el sunset. Habían solo 2 veleros,¡ que maravilla!, en verano a veces me ha tocado desistir o irme al lado a San Miguel porque no cabía un alma. Tres veces repetimos la maniobra al ver que ellos se iban para quedarnos exactamente en el medio y echar el ancla en la arenita. Pusimos toldo y mi hamaca, off course, jajaja. Y me di el primer chapuzón, que me sentó de maravilla después de toda la noche de navegación. Y después, como ya es la tradición, después de una noche de guardias, huevos con beicon para desayunar. Unos esnorkeleando hasta la playa, con ataque de medusita incluido, grrrr, hay pocas, pero haberlas, hay las, y yo, escribiendo mi diario de abordo, para no perder las buenas costumbres. Aunque después también me atreví a hacer un ratito de snorkel, con camiseta fluorescente y boyarín, por si acaso, y la verdad es que más vida que ninguna de las veces que había estado antes en esta cala. Un gran banco de pececitos diminutos, otro de peces trompeta, además de los típicos túnidos y pargos.
Me volví a cambiar de bikini e iniciamos operación dingui. Era la primera vez para el armador, la había hinchado y puesto sus letras y todo, nos habían dejado un motorcillo de 3cv y ahora había que coordinarse para bajarlo y colocarlo. Al final lo conseguimos, aunque no va muy fino, arranca a la primera, pero da tirones y se cala a menudo. Nos dirigimos a la playa, el desembarco fue albo caótico, hasta que localicé la palanca para levantar la hélice y la subimos a la arena. Los del alquiler de patinetes que nos observaban nos dijeron entre risas, que no había problema que la dejáramos allí, y menos para semejantes piratas, ¿lo dirán por mi pañuelo en la cabeza?, jajaja. De momento nos vamos andando por la orilla hasta la otra punta donde se ponen los hippies, pero aún no hay ninguno. Nos volvemos sobre nuestros pasos y vemos un mercadillo de puestos de todo tipo, antes no había, ¡que peligro!, cae un sombrerito y un llamador de ángeles, jajaja. Preguntamos allí mismo para conseguir hielo y nos dirigen al primer restaurante, el menos pijo y allí que nos vamos a preguntar poniendo cara de buena y pidiendo por favor, que habíamos llegado en un velero chiquito y no teníamos ni nevera abordo. Y aunque inicialmente nos dicen que no, al final se apiadan de nosotros y consienten en vendernos una bolsa, pero en plan estrangi, que no se entere nadie y escondiéndolo en nuestra bolsa estanca. Nos tomamos dos chupitos de hierbas como gesto de gratitud y solo nos cobran 10€ por ellos y el hielo, me parece baratísimo tratándose de Ibiza. Y hasta nos guardan nuestra bolsa con el hielo en la nevera, mientras volvemos a la playa a oír tocar a los hippies, ahora si los he visto llegar cargados con sus súper bongos. Realmente es todo un espectáculo. La playa cambia radicalmente y en lugar de gente en sus toallas
tomando el sol, ahora están sentados en plan picnic tomando cervezas o de pie bailando al ritmo tan ancestral y primitivo como son los bongos, que a todos nos remueven. Estamos genial, hay un ambientado, pero la prudencia nos hace levantarnos e irnos para hacer el caminito de vuelta con la dingui antes de que anochezca. Aún no la controlamos muy bien, ni va muy fina. Y así hicimos, recogimos nuestro hielo y ahora soy yo la que la patronea, pero da igual, se nos para varias veces igual que se nos encabrita que parece que nos va a tirar. El desembarco de este aún es más complicado, entra un poco de oleaje ahora y mantener el equilibrio para ponerse de pie y pasármelo a mí, que aguardo en la popa, no es tarea fácil. Luego hay que levantarlo y fijarlo en la tabla expresa que hemos colocado en los candeleros de popa. Todo un curro bajar a tierra, esto no es para señoritos, es para Transmundistas, le digo al recién estrenado armador, jajaja. Nos tomamos unas cervecitas en la proa del velero, viendo la tremenda luna que ya ha salido y siguiendo escuchando a los hippies que llegan hasta allí, ya que el viento por fin se ha establecido de NE, según la previsión y estamos mirando a tierra y el viento viene de allí. Aunque algunas nubes nos tapan la luna a ratos, decidimos cenar algo allí, bajo la botavara. Pronto nos retiramos porque el sueño de la travesía hace que Morfeo nos llame a gritos a ambos, jajaja.
La noche fue tranquila, con algo de viento pero estable y de tierra con lo que a penas nos movíamos, aunque el ancla no había clavado, echamos casi toda la cadena, 40m en una sonda de 5m, así que tranquila, solo salí una vez para confirmar que todo estaba bien. A las 8 :30h HRB estaba en pie, en la proa, haciendo un poco de yoga y meditación hasta las 10h, una maravilla empezar así el día y en tal paraíso. El armador ya había empezado a recoger el toldo, terminamos de arranchar, y levamos ancla, no apetece el chapuzón matinero, la brisa por las mañanas es fresquita. Así que la ducha de mar será con el baño de mediodía, me dije. Me fui a proa y subimos el ancla sin problemas, poniendo proa hacia la piedra que la leyenda hippie llama, "el puño de Dios ". Y al sobrepasarla, se aproo y subimos Mayor primero, puso rumbo hacia el Sur, y luego foque, mientras yo bajo a vestirme, seguía con el chándal de dormir para no demorar más el zarpe. De momento tenemos viento suave de unos 10 nudos por la popa, quiere quitar motor, pero le recomiendo que lo deje a ralentí para que carguen las baterías y podamos poner la nevera. Y eso hacemos. Esta entre sol y nubes. Me he vestido a capas, así que no falla, me quito la camiseta de manga
larga, llega una nube y hace fresco, me la pongo de nuevo, entonces sale el sol y me achicharro, grrrr. Trasluchada a trasluchada, a veces uno al timón y el otro a las escotas y a veces el otro, vamos turnándonos, hasta arribar a Cala Comte del Sur, aunque un poquito antes aún nos dio tiempo a avistar a una familia de delfines. Aun siendo septiembre hay bastantes veleros, pero sin problemas encontramos hueco en primera línea en una sonda de 3m. Avatar cala 1,90m es una gran diferencia con el mío que era 2,40m. Hemos acordado hacer la maniobra dando atrás fuerte a la indicación del proel y la verdad es que esta vez la hemos clavado bien, cómo comprobamos al tirarnos al agua a bucear para verla, ha quedado perfecta! ¡Y no hay medusas, aleluya! Ángelus retrasado mientras cocino unos tortellinis. Hay bastante movimiento por las lanchas y motos de agua, así que la siesta en la hamaca es como el va y ven de la feria, jajaja.
Por la tarde estoy entre tirarme a bucear para intentar recuperar los cubiertos que se le han caído al patrón fregando o bajar a ver el sunset con la dingui al escondite, un garito chiquito y muy hippie. Pero no hay canal de entrada para las dinguis, así que no puedes cruzar la línea de boyas de la playa con ningún tipo de motor. Pero observamos como los vecinos van hasta la línea y allí levantan el motor y entran a remo, dejando la dingui sobre la playa y nadie les ha dicho nada, así que vamos detrás, pero nosotros somos más ecologistas e iremos a remo todo el recorrido desde el velero a la playa, dudamos si será lo que nos haga discutir, pero no, vamos coordinándonos entre risas que nos aflojan, prueba superada, jajaja. Yo fui a tirar la basura, ya teníamos 2 bolsas y me agobia acumularlas a bordo y a la vuelta nos pedimos 2 cervecitas para contemplar el sunset que ya está en su término, ¡casi me lo pierdo! La vuelta la hacemos antes de que anochezca ya que hemos olvidado de nuevo coger los frontales y dejar la luz del fondeo. Esta vez decidimos que reme sólo él. Sentándose en la madera de proa y con ambos remos, yo voy dirigiendo la dirección desde el espejo de popa y la verdad es que no se le da muy mal, lo peor es el desembarque que se empeña a hacerlo al estilo Gufy, jajaja. Yo he saltado rápida y hábil pero él no sé cómo lo ha hecho que por un momento dudé de no verlo en el agua, jajaja. La tremenda luna llena está saliendo por nuestra proa, la inmortalizamos con nuestros móviles, mientras los súper catamaranes que tenemos por la popa están ya con todas las luces en crucetas y en el agua, la música a tope y la cubierta llena de gente bailando. Nosotros sin embargo nos ponemos una película en mi Tablet, "A Fondo" de la MGM, otra primera vez para el patrón, que apenas ha hecho travesías de crucero. La noche es tranquila, se pone la alarma para ver el eclipse de luna a las 5:15 a.m. pero hay nubes y no se ve. Las mismas que nos esperaban al
amanecer y lloviendo. Decidimos pedir amarre en el CN de San Antonio y aprovechar para las compras y recargar agua y gasoil. Por la web nos dice no disponible pero llamándoles nos dan por 50€ para una noche y con entrada a las 12h. Levantamos el ancla y ponemos proa hacia el paso entre isla Conejera e isla del Bosque. Con Navionics en mano, pasamos sin problemas. Recuerdo los días en los que lo hacíamos con la enfilación de la Torre mora del Kumara. Luego intentamos disfrutar de la vela haciendo bordos por la bahía hasta que nos quedamos sin nada y arrancamos motor y ponemos rumbo directo. Por radio nos asignan F10 a Br de la gasolinera. Nada más atracar, que por cierto lo bordó de popa el patrón, nos cayó una tromba de agua impresionante. Me he ahorrado el baldeo pensé, siempre hay que mirar el lado positivo de las cosas, jajaja. Al patrón no le fue tan bien, pues al parecer cuando llueve paran de servir gasoil por si cae agua dentro. Así que volvió con sus deberes pendientes. Pero en cuanto escampo volvió y también fue a hacer los papeles de entrada. Fue entonces cuando se dio cuenta que no estaba donde él creía. En junio estuvo por aquí y atraco en el Puerto de San Antonio, que es estatal y reservó por la misma web por dónde pillas las boyas de algunas calas. Pero ahora estábamos en el club náutico, donde yo había llamado porque es donde siempre vengo, pues por calado nunca se me ha ocurrido intentarlo en el puertecillo.
Todo aclarado, 48€ con agua y luz. Nos fuimos juntos al súper a comprar algunas cosas que faltaban y a la vuelta directos a las duchas. ¡Como disfrutas de una buena ducha dulce sin límite de agua cuando llevas ya varios días embarcada!. La idea era ir paseando hasta el Kumhara para ver el sunset, justo en el lado opuesto de la bahía, 3,5km que nos costó 1h de caminata y como cada día es un poquito antes no llegamos a tiempo, buaaaa. Tendríamos que haber pillado un taxi y ya la vuelta paseando, pero bueno, a lo hecho pecho. El lugar lo descubrí hace más de 20 años, en uno de mis últimas vacaciones con el padre de mi hijo y el chiquitín, alquilamos un apartamento justo en frente de este garito y curiosamente se mantiene igual, aunque han introducido algunos puestos de fast food. No era la idea que él llevaba de cenar pizza y una sangría de cava, pero como decía John Lennon, "La vida es eso que pasa, mientras te empeñas en hacer planes",jajaja. Fui a por una súper búrguer para él y Sushi para mí, y allí estuvimos hasta que salió la tremenda luna llena. La música del lugar es de las mejores Chill-Out de la isla y las vistas a Conejera espectaculares. Volvimos paseando y me di la gran alegría de encontrarme en el paseo con un amigo sevillano que no veía desde el 2019, cuando nos conocimos en Thailandia. Este mundo es un pañuelo, pensé. Rematamos con una copita en Río, frente al náutico ya. Otro lugar que le quería enseñar. Por la mañana, sacrificaría mi yoga, ya que la dingui estaba en la proa, por irnos a desayunar al Ritas's Cantina, otro clásico muy saludable que le quería mostrar. Solo nos quedaba rellenar el depósito de agua antes de soltar amarras. Arranchamos todo, y sobre las 11h, estábamos listos para zarpar. Como habíamos dejado las amarras por seno no necesitamos llamar a los marineros.
Yo me fui a proa, solté el muerto de sotavento y el de barlovento cuando el patrón me indicó, a mi juicio demasiado pronto, pues él estaba todavía liado soltando el de popa y no al timón, así que los 15 nudos que ya soplaban de NE, echaron rápidamente nuestra proa sobre nuestro vecino de Er. Por mucho que yo intentara apartarlo era imposible. Le recomendé que volviera atrás y volviéramos a empezar, pero entonces ya estaba nervioso y me propuso que lo sacará yo. No dude un momento, pero ya estaba atravesado, la verdad es que no sé muy bien ni como lo hice pero empecé a intentar ciabogar para retirarme de la proa del de Er, y todo timón a Br y máquina atrás, en cuanto me pareció que no nos habíamos enganchado. Y gracias a que la hélice, descubrí que es estrogira y su popa calló a Br lo que me dio margen para retirarme de la motora de Br y en cuanto pude, dar avante y escapar de allí. Uff, ¡otra batalla más! Dijo el armador. Enseguida cambiamos puestos y nos dispusimos a subir Mayor. Le propuse hacerlo con uno al timón, en lugar de con el piloto automático, y el otro encargarse de la vela, siempre seremos más finos que el piloto y evitaremos que se enganchen los sables. Y así fue, aunque yo no tengo mucha fuerza y sola tardé un poquito más. En cuanto saqué foque, baje a cambiarme el pantalón largo por uno corto y entonces oí mucho ruido de agua, que raro, mire al baño y horror, el grifo estaba abierto a su máximo caudal y aunque lo cerré rápidamente el chivato de la mesa de cartas ya marcaba depósito vacío, buaaaa me quería morir. Se lo digo al patrón, ¿cómo ha podido ser? Solo se nos ocurre que cuando me pidió que le bajara su toalla, al meterla yo en el baño, le diera al grifo sin querer, ¡yo que se! El caso es que nos habíamos dado cuenta rápido y lo más sensato era volver al náutico y cargar de nuevo, aún eran las 11:30h, en teoría nos quedaba media hora de amarre todavía. Pero amarrándonos en la gasolinera sería suficiente. Llamé por radio para decirles que habíamos tenido un problemilla y necesitábamos volver a entrar para cargar agua en la gasolinera. Negativo, me respondieron, en la gasolinera no hay agua, vayan al pantalán F de nuevo y en la T final se abarloan y la toman.
Genial, y nos enviaban un marinero para ayudarnos a la maniobra. Yo le dije que lo veía fácil, entrando de proa, dar una gran vuelta y abarloarse por el lado de Babor para así dejar ya la proa mirando hacia fuera para salir. Pero el patrón prefirió meter la proa en la lámina de agua anterior y dar atrás, pero el viento de Este le retiro la proa antes de que me diera tiempo a tirarle la amarra al marinero. A punto estuvimos de soltarnos la popa y repetir, hasta que la racha nos dio una tregua y el metió todo el timón a Br y máquina y consiguió volver a arrimar la proa hasta que el marinero pilló nuestra amarra. Muchas gracias de nuevo, nos volvíamos a despedir de ellos por el canal VHF 9. ¡Otra batalla más para sumar!, decía el patrón, jajaja. Por fin salíamos con depósitos llenos. Ahora nos cambiaríamos, yo al timón y el a las velas para subir Mayor y sacar luego foque. No quiso orejas de burro, así que nos fuimos a Er, para luego trasluchar y arrumbar hacia el faro de Conejera. Teníamos unos 15 nudos, con rachas de hasta 18 nudos. Por lo que rápidamente apagamos motor y solo a vela hicimos puntas de 7 nudos. Puse música y saque unas cervecitas para hacer el ángelus, hoy habíamos desayunado bien, así que nos lo habíamos ganado. Como nos habíamos retrasado propuse cambiar los planes y fondear en cala Tarida, unas 7,5millas bordeando Conejera. Fue algo más de 1h de navegación a vela disfrutando, a veces uno al timón, a veces el otro. Esquivando los veleros que nos encontrábamos con rumbo encontrado, respetando las preferencias según marca el reglamento. Le propuse echar lo más cerca posible, lo hicimos igual que el día anterior, aunque en esta ocasión se clavó de lado. Pero estamos perfectos sobre arena. Al vecino vienen a reñirle y tiene que cambiar su fondeo porque, al parecer toca la posidonia. Chapuzón con gafas para ver el ancla, una vez hemos preparado toldo, hamaca, bajado dingui, etc., vamos, montado todo el chiringuito. Cervecita,
comida y siesta bien ganada toca., jajaja. Para el sunset bajamos a tierra, así le enseño el muelle natural y el Beach club, aunque el año pasado ya nos dijeron que habían anulado la zona de las gradas, estilo teatro romano que tienen para ver la puesta de sol, este año nos asignan una mesa al final del restaurante aunque solo tomamos dos coronitas. Volvemos antes de que anochezca, aunque hoy recordé coger los frontales. Y al subir el patrón a la dingui no sé lo que ha hecho que se ha caído al agua y le ha dado la vuelta, por lo que se ha mojado el motor y por supuesto ya no arranca. Vuelta a remo, ¡ya es todo un experto!. Jajaja. Amanece un gran día soleado, la bañera da muestras del desmadre de anoche en la sesión de cine, esta toda llena de pipas, y eso que ha llovido de madrugada, o eso me dicen, yo no me he enterado de nada, es lo que tiene cava+corona+vino+limonchelo, jajaja. Hago breve mis ejercicios de yoga para zarpar cuanto antes. La idea era ir a cala Jondal pero la meteo ha cambiado a SE y no nos da resguardo así que propongo plan B, cala Saona en Formentera. Iniciamos a motor pues a sotavento de la isla llega poco del Este, y además Es Vedra siempre hace cosas raras, pero en cuanto la pasamos sacamos foque y empezamos a ceñir, y al poquito el patrón propone sacar código cero. Nos da más velocidad pero necesitamos más ángulo. Así navegamos
durante 3h, disfrutando de la escora, del sol, de la música…. hasta que ya al través de cala Saona lo recogemos y ponemos rumbo directo con el motor. Como siempre, aguas turquesas y pasada de barcos, pero nos hacemos hueco y nos queda clavadísima, como compruebo cuando rápidamente me echo con mis gafas y aletas a verla. Toldo, mesa y a comer, bromeo con lo buena cocinera que soy que madrugue para asar un pollo, jajaja. He pedido a un amigo instrucciones para reparar el motor, ya que el lo hizo en una travesía que compartimos, pero por mucho que lo intenta el patrón, no lo consigue y toca tirar de nuevo de remo, pero ahora ya vamos más sincronizados, yo hago de timonel, diciéndole Br o Er mientras él sentado en la tablilla va remando de espaldas. Hay un poco de ola en la orilla pero conseguimos atracar bastante decentemente, jajaja. Nos deshacemos de la basura y emprendemos la caminata hacia el acantilado. Se nota que la declinación del sol ya ha variado bastante porque si no es desde allí no le ves esconder por el mar. Hay bastante gente, en las islas es tradición ver el sunset, la gente se acumula en los puntos más estratégicos, como éste. Vemos algunos mojones hippies de deseos, montañita de piedras haciendo equilibrio, cada piedra es un deseo, le explico al patrón. También ha hecho alguien una especie
de serpiente con piedrecitas y algún tipo de pasta. He quedado con unos amigos que están en la isla de vacaciones, pero solo nos saludamos brevemente y marchan porque tienen reserva para cenar. Nosotros no queremos, ni debemos, alejarnos de la vista del velero, es una regla que suelo seguir por seguridad. Encima cuando llegamos al garito famoso del árbol ya han cerrado, deben haber dado la concesión a otros, lo han reformado y ahora es una especie de caja cuadrada, hecha de troncos. Pues ale, al velero, emprendemos vuelta remando en la dingui., ahora súper bien, apenas necesita de mis indicaciones. El desembarco es el que todavía tiene que practicar un poco, jajaja. Cenita y peli en la bañera. Se han ido todos los que estaban a nuestro alrededor, por lo que hemos echado el resto de la cadena, 40m en total, para una sonda de 4m, será una noche tranquila, a pesar de que me desvelo cavilando con los planes de mañana que se espera lluvia. Al final propongo levantar el fondeo e irnos a Illetes, 5 millas más para Ibiza y así vamos acortando camino. En cuanto podemos me pongo al timón para aproarme y subir la Mayor, luego sacamos Foque y vamos en un descuartelar con rachas de 23 nudos que nos obligan a poner un rizo cuando veo que se me va de orzada. Arrumbamos a la zona de los restaurantes, tras isla de Tramontana. Sopla bastante, hay unos 5 veleros, echamos en espacio suficiente para tirarla toda otra vez. Hay muchos haciendo kitesurf en la playa, aunque salvamento les está riñendo con el silbato, quizás porque están muy cerca de la orilla, aunque hoy apenas hay bañistas. Dia totalmente desapacible. Cuando terminamos toda la maniobra me pongo en la proa a hacer un poco de yoga. Luego a escribir en la bañera, hasta que el patrón irrumpe con el ángelus, otro al que he viciado con él. Jajaja.
Son las 14h cuando empieza a soplar realmente fuerte y a llover, está totalmente encapotado. Nos ponemos a comer dentro, estamos bien, creo, además hemos puesto el cabito de seguridad para que no trabaje el molinete. Hemos puesto la peli que dejamos ayer a medias para distraernos, pero no puedo evitar estar asomándome constantemente. Enciendo la electrónica, 30 nudos sostenidos, empiezo a arrepentirme de no habernos ido al puerto de Ibiza, grrrr. Le digo al patrón que si sigue subiendo nos pondremos los trajes de agua y saldremos por si hay que arrancar motor y ayudarle al ancla. Llegan 2 catamaranes tremendos que intentan fondear a nuestra popa sin éxito, primero abarloados, ¡qué locura! y luego se suelta el uno del otro y se alejan. Mejor para nosotros. Confío en que se cumpla la previsión y sea cuestión de unas horas. Efectivamente, a las 16h empieza a bajar y a pasar las nubes, hasta vuelve a salir un tremendo sol y se queda una tarde estupenda. Tanto, que me baño para ver que el ancla, estaba súper enterrada y bien clavada. Luego el patrón se ofrece a remar de nuevo y bajamos a la playa. Un par de cervecitas en el Ministres, para el sunset y vuelta a bordo. Dejamos poco rato el velero solo, como debe ser. Comentamos que hay gente para la que es impensable o seria agobiante tantas horas a bordo. No valen para Transmundistas, le digo, yo desde luego no me canso. La noche es tranquila, parece increíble, se queda calma chicha y tenemos un manto de estrellas que nos cubre hasta que sale por proa la todavía
tremenda luna, ya menguante. Totalmente calma chicha toda la noche, de hecho cuando nos levantamos a las 08 HRB, aún no ha dado el role previsto a oeste, por lo que nos lo tomamos con calma. Me voy a proa a hacer mis ejercicios y a las 9:45h en vista que no levanta, subimos el hierro, está vez el patrón quiere probar un mando a distancia que tiene, por lo que yo solo le indico de donde llama. Tan distraído está con él que cuando me doy cuenta hemos sobre pasado la línea de boyas de la playa, pero salimos rápidamente sin problemas. Proa a los Freus, rumbo a Ibiza. Nos cruzamos una flota de preciosos veleros, parecen venir de alguna regata porque todos ellos llevan el mismo distintivo en proa. Todo son grandes, 60 o 70 ft, increíbles, pero demasiado grandes, contesto, cuando el patrón me dice que si los quiero todos, necesitaría tripulación, mejor algo más chiquito, jajaja. Seguimos con motor, aunque sacamos velas, apenas aportan, tenemos la velocidad que generamos de aparente. Le digo que se mantenga en el lado de Er para no interrumpir la línea de ferris que van y vienen constantemente entre ambas islas y así cuando sobrepasemos los Dados, rocas frente a Ibiza, caeremos para entrar en cala Talamanca. Comunicamos con Iñaki, un PPER de Oropesa muy majo que hace aquí la temporada. Rápidamente nos contesta que se va a pasar el día a Espalmador, pero que vuelve a dormir a Santa Eulalia, por lo que al final decidimos seguir navegando 6 millas más hasta cala Llonga, he oído el parte y es el previsto, F2/3 de W, aunque tarda en establecerse. De hecho cuando llegamos me hace dudar, esta cala es muy larga y estrecha y si no tienes el viento adecuado, se puede convertir en una ratonera.
Pero finalmente se gira y empiezan a llegar más, al final somos 4 monocascos y 2 catamaranes, aparte de varias motoras de esas que vienen solo a pasar el día. Es una pena que no nos vaya el motorcillo de la dingui, esta es para recorrerla con él, pues tiene cuevecitas. Posición 38°57,17'N 1°31,42'E Estamos la mar de bien, el viento se ha establecido de W, según la previsión y ya todos estamos con las proas a la playa. Ahora mismo somos varios monocascos, por cierto uno de ellos ha enrocado porque le vemos dar vueltas sobre la cadena e intentar subirla y nada, un faenón porque además es bastante profunda, de hecho ha sido imposible ver la nuestra cuando nos hemos tirado al terminar el fondeo, cruzo los dedos porque no nos pase a nosotros. Tambien hay un par de catamaranes, pero justo antes del sunset les veo levantar el hierro e irse. Se me ocurre mirar la meteo de nuevo y veo que al día siguiente por la mañana nos llega otro núcleo tormentoso, similar al del otro día, con rayos y truenos y agua. Propongo al patrón que nos vayamos a pasar la noche a Santa Eulalia, y con suerte, pasará antes de las 12h que nos hacen zarpar. Y dicho y hecho, además esta cala se puede convertir en una ratonera si rola el viento en la tormenta. Llamo y me dicen que sí, que les queda 1 para solo una noche, 67€ +IVA, más caro que San Antoni, y además luego nos clavaron 20€ más por la luz y el agua. Eso sí, ya aprovechamos para irnos a tope con los depósitos de agua y gasoil y además, como es nuestra última noche, aprovechamos para ir a cenar con nuestro amigo, pizzas y sangría de cava, ¡off course! y un poco de fiestuki para despedirnos de Ibiza como dios manda, jajaja. A la mañana siguiente por supuesto, no llovió. ¡Dichoso Murphy! Grrrr. Aunque cuando salimos la vimos, pero por suerte nos bordeó por nuestra banda de Er y no nos afectó, más allá de comernos las olas que formaba,
pero luego más tarde oímos un PAN PAN por radio, de una embarcación que había embarrancado nuevamente en Formentera, así que tuvimos mucha suerte. La travesía ya la hicimos del tirón, aunque fue motorada, nada de viento, 92 millas desde Santa Eulalia a Oropesa. Aunque al principio el mar de fondo del norte nos zarandeaba, por lo que nos fuimos a pasar la tarde a la proa. Algunos tímidos delfines pasaron brevemente y el sunset fue espectacular, de los mejores de toda la travesía, una gran bola roja sin ninguna nube que la tapara, los móviles no daban crédito a la realidad, asi que otro momento para archivar en la retina. Además de una conversación de esas de alma a alma que solo se tienen en la mar. Conforme fue llegando la noche fue bajando la ola y sacamos una velocidad media de 6 nudos con solo 2000r.p.m. por lo que a las 05:30 H.R.B 16h después, estábamos entrando por la bocana y despertando al marinero de guardia para que nos ayudara con la maniobra. Finalizaba así una semana intensa de descubrimientos de calas y de almas. Gracias AVATAR por mantenernos seguros y a su armador por compartirlo conmigo. Espero haber transmitido mucho, igual que antes otros hicieron conmigo.

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