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Mostrando entradas de julio, 2024

LA ESENCIA

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Llegamos en 1 hora exacta a la finca La Esencia, una casa a unos 500 m sobre el nivel del mar, en Aiello de Malferit. Al final de 8 km de carretera estrecha de curvas, tal cual suelen ser los puertos de montaña. Camino a la ermita, nos dijeron, menuda penitencia si lo subían a pie, pensé. Yo me atreví a pedirme una tienda de campaña. Mi hermana, con quién compartiré estos días, le asignaron la habitación que hay en la planta baja, así evita subir escaleras y no tienta a su equilibrio, tan mermado por la dichosa ataxia. Compartimos para cenar lo que había traído cada una y prontito nos retiramos a dormir. Aunque no sirvió de mucho, los perros de los vecinos, alterados de percibir tanta presencia ajena, nos dieron una serenata hasta la 1:00 h de la madrugada. Para entonces yo ya estaba desquiciada, pues la somnolencia a la que me llevó la lectura nocturna, se había esfumado con el concierto perruno. Finalmente tiré de los auriculares y me pasé la noche con una hipnosis de Román Santos,

XXIII REGATA SAN JAIME

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Por fin después de 3 meses en dique seco por la rotura de mi muñeca, me dieron luz verde para poder volver a navegar y tuve la gran suerte de que me invitó un buen amigo a participar en la famosa regata San Jaime en el Club Náutico de Oropesa. Al parecer es de las más importantes o la más importante del club y es durante todo el fin de semana, hay pruebas el sábado y pruebas el domingo. La previsión era de viento flojo para el sábado y demasiado viento o bastante viento, para el domingo. Formaría parte de la tripulación deL AVATAR, un precioso Elan31, de mi amigo Enric y que tiene hace solo dos años. Sabía que seríamos más de tripulación, pero no los conocía, hasta que nos presentó en el pantalán el mismo sábado por la mañana y todo empezó a fluir. Un chicarrón de más de 1'90 que se encargaría de la proa, un instructor de escuela náutica, el armador y yo. Nos dirigimos hacia el bar para saludar al resto de las tripulaciones y tomarnos un café rápido antes de irnos hacia la carpa a

A PAMPLONA CON MIS CHICAS VITAMINAS

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Hace años que hago un curso de inteligencia emocional en la escuela de adultos. Año tras año porque creo que es la asignatura pendiente que tenemos todos y debería de ser obligatoria desde niños en los colegios. Además de admirar a la profesora, que ya es amiga y una gran comunicadora. Y aunque los temas a veces se repitan, parece que los cuenta de otra manera y siempre parece que van dirigidos a ti, o es lo que necesitas oír ese dia, es mágico. Además, rematamos siempre las clases con una meditación guiada. Todo ello hace que salga en un estado de bienestar y paz, además de haber formado ya un vínculo muy especial con algunas que denomino: “mis chicas vitaminas”, jajaja. Como colofón, todos los años se organizan un par de viajes, donde podemos compartirnos más intensa y estrechamente. Visitamos alguna gran ciudad española y nos empapamos de su cultura, historia, gastronomía y vidilla nocturna. Este año, le tocó a Pamplona. Ya en el viaje de ida, nos repartieron una guía realizada por