LA ESENCIA

Llegamos en 1 hora exacta a la finca La Esencia, una casa a unos 500 m sobre el nivel del mar, en Aiello de Malferit. Al final de 8 km de carretera estrecha de curvas, tal cual suelen ser los puertos de montaña. Camino a la ermita, nos dijeron, menuda penitencia si lo subían a pie, pensé. Yo me atreví a pedirme una tienda de campaña. Mi hermana, con quién compartiré estos días, le asignaron la habitación que hay en la planta baja, así evita subir escaleras y no tienta a su equilibrio, tan mermado por la dichosa ataxia. Compartimos para cenar lo que había traído cada una y prontito nos retiramos a dormir. Aunque no sirvió de mucho, los perros de los vecinos, alterados de percibir tanta presencia ajena, nos dieron una serenata hasta la 1:00 h de la madrugada. Para entonces yo ya estaba desquiciada, pues la somnolencia a la que me llevó la lectura nocturna, se había esfumado con el concierto perruno. Finalmente tiré de los auriculares y me pasé la noche con una hipnosis de Román Santos, uno de los meditadores de YouTube que sigo. Menos mal que tenemos herramientas para que el mono loco de la mente no se apodere. Fue el ruido del motor y no los pajarillos, los que me sacaron del liviano sueño. Significaba que había agua para las duchas. Me vendría muy bien una ducha calentita para mis hombros entumecidos. A las 8:30 h empezamos el día con 1 hora de meditación y canto de mantras para empezar centrados y con la energía bien alta.
Habían llegado algunas más y luego otras pocas más. Llegaremos a ser 21 y solo 3 hombres, una vez más las féminas ganamos por goleada, jajaja. Han hecho un cuadrante para distribuirnos las tareas, como poner la mesa o fregar. Me recuerda la organización cuando navegamos. Pero aqui le llaman Karma Yoga. La luz está restringida porque va con el motor, un grupo electrógeno supongo y, no lo encienden nada más que veces al día. Y el agua lo mismo. Por lo que hay muchas similitudes de nuevo con las restricciones que tienes a bordo cuando navegas. El entorno es pura desconexión total, rodeada de unas grandes montañas de bosques de pinos, algunos tan altos que parecen tocar el cielo. Me he traído mi hamaca, la que me acompaña a todas mis travesías y aquí estoy yo, balanceándome entre un par de ellos. El día transcurrió rápido, pero a la vez fructífero, fueron tantas y variadas las actividades… Empezamos con una clase teórica de yoga e inteligencia emocional, llamada GÑANA YOGA, de la que tomé muchos apuntes a pesar de mi máster en inteligencia emocional siempre oyes frases nuevas y Maru lo explica todo también, con ese tono de voz pausado… es de esas personas que te transmiten paz. Bueno primerito de todo hicimos una meditación de 1 hora en la que acabamos cantando mantras ¡con bongos y todo! Antes incluso de desayunar, nada más terminar las duchas. Esto es otra experiencia, son compartidas y unisex, así que es como volver totalmente a un campamento de verano, supongo, porque a mí nunca me dejaron ir, jajaja. También hicimos yoga y me sorprendió mi querida hermana que lo siguió bastante bien a pesar de su ataxia.
También hubo tiempo de chapuzón en las fresquita piscina portátil que nos han montado y que al parecer estrenamos y por la tarde, tras una merecida siesta, bueno aquí la llaman MOUNA, seguimos con biodanza y concierto muy especial con cuencos y con el HANDRAM, que es un instrumento que parece el caparazón de una tortuga. Y después de la cena, hicimos un círculo para compartir impresiones del día y cerrar con una breve meditación. Esta noche por fin dormí, ayudada seguro, por el masaje de shiatsu que me dio mi vecina jajaja. El segundo día transcurrió más rápido y divertido. Se incorporó gente nueva, pero eran antiguos alumnos, así que venían con la confianza puesta. Las charretas en la mesa y las risas a todas horas no se hicieron de rogar. Por la noche nos retiramos rápido pero el cachondeo en las habitaciones se oyó hasta 1 hora después. Creo que la clase del niño-padre-adulto no la hemos interiorizado, ¡estamos en el niño todavía! ja ja ja. Con todos los talleres y retiros que llevo hechos es la primera vez que me siento como en un campamento de verano o como en el patio del colegio, cuando de vez en cuando me cruzaba con mi hermana mayor que, siempre estaba pendiente de mí y de que fuera bien peinada, jajaja. Aunque ahora se han cambiado la tornas ja ja ja. El sábado fue un día especia. Por la noche cenamos con vino y cerveza, para armarnos de valor y afrontar la noche de los talentos, donde cada uno hacía algo para amenizar a los demás. Yo salí de las primeras, les leí un trocito de un relato de mi blog: “Mi pasión por navegar” y lo rematé cantando, junto a mi hermana, mi himno, la canción de Perales: “Un velero llamado Libertad”. En un intento de desnudarme y
mostrarles cuál es mi personaje. Acabamos bailando y cantando hasta pasada la medianoche. Mañana el horario no varía, a las 7:30 h arriba, advirtió Maru. El domingo llegaron cuatro personas más. Ya somos casi 30. Imposible poder interactuar con todos, ni siquiera aprenderme sus nombres. Sinceramente prefiero las cosas en más Petit comité. En cualquier caso, aunque es inevitable relacionarte, lo cierto es que he venido a conectar conmigo misma y en todo caso, con mi hermana. Aunque hay personas, como siempre, con las que conectas desde el minuto 0 y otras que incluso te repele su energía. Cuestión de egos supongo. Maru, el profe principal, me encanta. Realmente fue él, cuando le conocí en un día de puertas abiertas, el que me caló. Su manera de comunicar y su tono de voz, es como una flauta de Hamelin para mí. Sete, su pareja, también es muy buena, toda emoción. No hay taller que dé en el que no se le salten las lágrimas, un cielo de mujer. Carmen, la concertista, es increíble tocando cualquier instrumento y transmite un ritmo, que hasta he sido capaz de coger los bongos todos
los días y acompañarla en los mantras. Urtcha, es el puntazo exótico y sibarita. Poder recibir un masaje entre los pinos es todo un placer de la vida, la segunda vez que yo lo experimentaba. Blanca es un ángel caído del cielo, solo con 21 añitos, igual te da una clase de yoga que de inteligencia emocional que te toca la guitarra y te canta. Un alma vieja en un cuerpo todavía muy joven. Mario, Rebeca y tantos otros que son ya profesores formados en esta escuela y que están aportando su granito de arena. Hasta Bel la, la perra de solo 9 meses, juguetona y cariñosa, siempre está presente. Y así, casi sin darme cuenta, llegó el último día, con esa sensación contradictoria en la que si miras atrás, parece que fue ayer cuando llegaste por lo deprisa que paso, pero si piensas en todo lo vivido, sentido y compartido, no solo en cantidad sino en intensidad, parece que llevas un mes. Es lo que tiene La Esencia de la vida y, es esencial vivirla por lo menos una vez en tu vida. Om Shanti

Comentarios

Marut ha dicho que…
Bonito relato Amiga Pepa.
Gracias por todo lo compartido estos días en La Esencia Ashram.

Un placer.

Om Shanti.
Marut 🌻

Entradas populares de este blog

A LAS PERLAS CON EL MAVERICK

XXIII REGATA SAN JAIME

REGATA DE HERMANDAD