NAVEGANDO POR MAR Y TIERRA EN ALTEA....



Un fin de semana en tierra sufriendo el “Síndrome de Abstinencia” me hizo ponerme de nuevo a organizar una nueva travesía, e-mail a mi agenda náutica, búsqueda de embarcación disponible, lista de la compra, etc,etc .

Y de nuevo un viernes tarde cualquiera, estábamos en el CN de Altea, tomando posesión de un Bavaria 30’, porque finalmente el primer día solo seríamos 4 y el segundo 5, pero con la gran excepcionalidad de que por fin la tripulación era mayoritariamente femenina, si, ni yo me lo creía. Solo mi amigo Radiante, como tripulante masculino……..después de tantas singladuras, siendo la única fémina entre tripulaciones enteramente masculinas, era un gran regocijo para mi, sobretodo porque alentaba mi esperanza de poder conseguir tener una para la próxima Ruta de la Sal. Una PER, una PY, y una Paparazi!!, pero lo importante es conseguir que vayan acumulando millas y con ellas experiencias para que se conviertan en las mejores marineras, ganas me consta que hay y con ellas y el ímpetu femenino se consigue casi todo en el mar como en tierra….

Ya entrada la noche y después de dar buena cuenta de unos ibéricos y una tabla de quesos, nos dispusimos a ir a tomarnos una copa al precioso pueblo de Altea. El tripulante masculino había sido vencido por Morfeo allí mismo en la bañera, así que le dejaríamos de guardián y nos iríamos nosotras tres solas en uno de los tres descapotables….jjjjjj……curiosa coincidencia, las tres habíamos adquirido un coche donde poder disfrutar del viento ondeando nuestras melenas…….luego escaleras arriba y abajo, risas, bailes y conversación amena, que acabó como de costumbre, con un amanecer en la bañera, con un par de lugareños, viejos amigos ahora reconocidos………

El retraso en tocar camarotes más los papeleos finales de contratación del barco, hicieron que no pudiéramos soltar amarras hasta el mediodía, así que a las 12a.m. HRB tuve por fin el placer de ponerme al timón del THUNDER y muy suavemente salir por la dársena hacia la bocana. Hacia muy buen día, poca mar y un viento previsto de unos 10/15 nudos de S/SE. Teníamos dos derrotas previstas, arrumbar hacia el Norte, Calpe, y alguna cala de las visitadas en la última travesía, unas 12, 14 millas, o arrumbar hacia el S hacia la Isla de Benidorm que está escasamente a 6 millas. En un caso tendríamos viento portante a la ida y en contra a la vuelta y en el segundo caso al revés, por lo que dada lo avanzada de la hora y previendo que suba a la tarde, prefería entretenerme haciendo bordos ahora para hacer las 6 millas hasta Benidorm y tenerlo portante a la vuelta. Así que esta fue la explicación de que finalmente decidiéramos por el S y nos pusiéramos a trimar las velas y hacer viraditas a babor y a estribor……quizás las viradas o quizás la pequeña resaca de la nocturnidad hizo que se mareara mi pequeña PER, y digo pequeña cariñosamente, porque se trata de una gran mujer enfundada en un pequeño cuerpo fibroso que da fiel cuenta de la gran gimnasta que fue y por lo que yo envidio como una loca!!...

Radiante, gran caballero del mar, fue a socorrerla a proa y yo aproveché para dar un primer curso intensivo de trimado de velas a nuestra periodista y paparazi preferida…..así, unos mejor, otros no tanto, arribamos a la isla de Benidorm, nos pillamos una boya y nos quedamos fondeados para comer acunados por las olas………después de unos baños por popa, invasión femenina de proa, dónde mientras nosotras regalabamos nuestros cuerpos a Lorenzo, Radiante nos proveía del aperitivo por la escotilla de proa!...todo un detallazo, si señor……..decidimos nombrarle Charle y nosotras hacer de ángeles para envidia de los tres solitarios navegantes del tractor de babor, que no paraban de mirarnos…jjjjjjj
Al caer el sol, pero antes de su puesta, nos soltamos de la boya para poner proa de nuevo a la bocana de Altea. Ahora con viento en la popa que nos permitía ir en un largo por la amura de Estribor y alcanzar los 6’ nudos según el GPS, pues la corredera no era del todo fiel…..!....mientras tanto, fui planeando también la salida nocturna para ver el castillo de fuegos artificiales acuáticos que se celebraban frente a la isla de la Olla a 2 millas al N de Altea. Recogeríamos a Lorena, la otra PY y cómo finalmente no venía una amiga suya, se me ocurrió invitar a un viejo conocido que gratamente volví a reencontrar en el pantalán el día anterior. El mar es muy grande, pero el mundo marinero es un pañuelo!....además me daba la tranquilidad de llevar a bordo a un experto lobo de mar, conocedor de la zona, para paliar el escenario de confusión posible que nos había pintado el armador, en un intento por hacernos desistir de la idea……..Una ducha dulce y cambio de pareo antes de volver a poner mis manos en el timón del Thunder y enfilar de nuevo la bocana, rumbo a la isla de la Olla. En un principio no veíamos muchos barcos, pero fue decirlo, girar la cabeza atrás y como si de un gran frente de soldados se tratara, ver una línea de barcos de babor a estribor a una media milla de nuestra popa!......unos 10 metros de profundidad y la playa abierta, nos hacía dudar de que fuera aconsejable fondear, por lo que en primera instancia le pedí a Radiante que tomara el timón y a poquita velocidad se mantuviera, mientras mi invitado y yo bajábamos a preparar la cena, ya que no quería que ninguno se mareara con el balanceo de las olas……finalmente al acercarnos más a la isla y tener una sonda de unos 5 m. decidimos soltar el ancla entre dos pequeños tractores y a la proa de otro velero de eslora similar a la nuestra……..antes de terminar de preparar el postre empezó el espectáculo. El afán de retirarnos del mogollón nos había situado en primera línea y las plataformas, que por cierto no estaban señalizadas, estaban a solo unos 25 m de nosotros!.....la GC del mar y la CR nos daban algo de tranquilidad y el comprobar finalmente que el viento del S hacía que la ceniza y cualquier posible residuo fuera hacia tierra.

Los mejores adjetivos se me antojan pequeños para describir aquello, fue un momento impresionante, lleno de magia, de majestuosidad, de luz, de color, de sonrisas, de exclamaciones, de ojos abiertos de par en par, de flashes de maquinas fotográficas, acunado todo ello por las olas del mar y rociado por mi querida Doña Anna……..al terminar, preferimos mantenernos fondeados disfrutando de la noche y la música que nos llegaba desde la verbena de tierra, y dejar que el resto hicieran la tradicional carrera hasta el C.N. de Altea…….la tripulación se rindió rápidamente a Morfeo, arrastraban todavía el cansancio de la primera noche en tierra, así que me quedé sola con mi invitado, como si de una guardia se tratara y con esa especial magia y complicidad que se crea en todas ellas, pasamos de ser viejos conocidos a nuevos y entrañables amigos……

Poco antes del alba, levantamos el fondeo y nos dirigimos a nuestro amarre en el CN. El se fue al pozo del ancla y yo nuevamente al timón siguiendo escrupulosamente sus indicaciones para ayudar a subirla. Me sentía abrumada de tener a tan gran marino de tripulante así que intenté esmerarme en ser la mejor patrona y realizar el mejor atraque posible, no lo conseguí del todo, porque tuve que rectificar un poco para entrar de popa, pero él le restó importancia. Presumo que además será un gran capi, de los que saben enseñar pero también animar y alentar, así que desee en ese preciso momento realizar alguna singladura mayor con él……

A la mañana siguiente, de nuevo soltamos amarras tarde,……..es lo que tiene el trasnochar con el madrugar…….así que nuevamente a las 12 HRB zarpábamos. Esta vez, le cedí el honor a Radiante, que rápidamente aceptó y además se pidió el atraque posterior. En la dársena soplaba más viento que el día anterior, justo en nuestra aleta de Estribor, por lo que lo más acertado hubiera sido dejar caer la proa a babor y salir marcha atrás por la dársena. Sin embargo él intentó salir proa al viento, cayendo a Estribor, pero la eslora de la motora de Estribor junto con el abatimiento que el viento sin duda nos produjo, hizo que en unos instantes nos encontráramos atrapados entre las proas de las embarcaciones de enfrente. A pesar de mis esfuerzos de intentar separarnos, rápidamente me vi arrollada por un gran balcón de proa, de regala redondeada y madera brillantemente barnizada que atrapó mi rodilla derecha entre ella y nuestra cubierta. Agilmente conseguí escapar de ella mientras oía en popa como alguien desde el pantalán le daba sabias instrucciones a Radiante para que consiguiera salir de aquella, pues la hélice había quedado enganchada con el muerto de la motora……..ya enfilada la dársena, toda la tripulación se volcó en mí, que con una temblorosa y magullada pierna yacía rendida en cubierta. Todos apostaban por volver a atracar y llevarme al hospital, pero yo negaba con la cabeza. No quería ser alarmista, además no creía tener nada roto porque la movía y sobretodo no quería en tan corto espacio de tiempo, volver a ponerle el reto de tener que atracar. Mejor salíamos a navegar, y dejábamos que se relajaran los nervios de la tensión del momento……Eso sí, por precaución, decidimos simplemente cruzar la bahía y fondear en la mina, una pequeña calita que habíamos descubierto el día anterior y que nos permitiría una rápida vuelta en el caso de que la rodilla se inflamara o fuera a más el dolor.

No había boya libre, así que después de unas cuántas indicaciones, echamos el ancla en casi 10 m. por lo que estuve todo el tiempo ojo avizor, observando nuestro borneo y el posible garreo, con las referencias que a otros barcos y a tierra, había tomado.

Cansada ya de hacer de tripusol en proa y notando los estragos de Lorenzo en mi torso, pedí a la tripu levar ancla e intentar navegar un ratito a vela, volviendo solo con el Génova, pero la poca brisa del S que había, no conseguía ni mantener arriba mi querido gallardete de LTP, por lo que fue motorada de nuevo hasta la gasolinera, donde me abarloé de través por la banda de Estribor para dejar el tanque lleno y finalmente volví a dejar el timón a Radiante y a confiar y desear que hiciera un buen atraque, para ello me permití darle un par de consejos enfocados a conseguir la arrancada suficiente que le permitiera tener en todo momento el gobierno del timón. Ciertamente lo hizo muy bien, y junto con la ayuda del marinero que pedi por la radio, entramos sin más problemas en el amarre del Thunder……..

Una mini travesía muy peculiar alcanzaba así su final, unas ponían rumbo a sus casas, otros a trasladar un barco hasta Denia y otras a conocer al marino en tierra……..

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