LO QUE QUIERO AHORA....
Reescribiendo a Angeles Caso, con quien me siento toalmente identificada: Será porque algunos de mis más queridos seres se han enfrentado inesperada y recientemente a
enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mi, mi compañero es un hombre sencillo que no le da importancia a los bienes materiales pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizás, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mi. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación- de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el
éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y los alagos falsos. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.


Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Solo la ternura de mi amor y la
gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales, un trocito de mar donde flote mi Libertyenlamar y un pedazo de cielo al que se asome la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo, mientras mi conciencia esté tranquila.


Comentarios
Un placer volver a leer tus cosas. Besos. Angel.