LA ISLA DE CORFU

Nuevamente estábamos volando para hacer una singladura, en esta ocasión por el Este, por donde sale el sol, más allá de nuestro querido Mediterráneo, en Grecia, en su isla de Corfú.

Pretendíamos celebrar nuestro segundo aniversario de boda, cuya luna de miel pasamos navegando también por las islas griegas del Egeo, así que me pareció una buena idea instaurar como aniversario una navegación por las distintas singladuras marineras que ese país nos puede ofrecer.

Además nuestros amigos Jane y Ximo acababan de arribar a ella en su precioso Pangea y nos aguardaban impacientes para mostrárnosla, tendríamos barco de lujo y anfitriones de lujo, ¿se podía pedir más?.

Arribamos a la Marina Gouvia bien tempranito, tras haber hecho noche en un pueblecito cerca del aeropuerto pero sin llegar a Atenas. Nuestros amigos nos recibieron efusivamente y, tras primeros abrazos y besos llenos de emoción y autentica amistad, nos ofrecieron un maravilloso almuerzo en cubierta, montando zona chillout en proa, al solete, que era muy bienvenido en nuestro afán de alargar al máximo el veranito y simular unas segundas mini vacaciones estivales.

Tenían la compra ya hecha y el barco preparado para soltar amarras sin más demora, no obstante esperamos al día siguiente para zarpar ya descansaditos del viaje. Esa noche saldríamos a conocer las inmediaciones del puerto y cenar en un restaurante típico.

Al día siguiente, a las 10:30 HRB zarpábamos de Marina Gouvia rumbo al estrecho o canal al NE de Corfu, frontera con Albania, rumbo 45º, hacíamos una velocidad de 6,5 nudos a motor, 2000 r.p.m. ya que de viento solo teníamos 5 nuditos de nada y de proa, ¡como siempre que quieres navegar a vela!

A las 12 del mediodía seguíamos a motor, pasando por la zona más cercana a Albania, junto a la isla Tignoso, en la que hay un bajo a Babor y una marcha cardinal N que nos hizo separarnos de costa y perder algo de vista, los idílicos fondeos que nos iba descubriendo.

Son las 13:30 HRB y nos quedan 5 millas para Sidarí, vamos a rumbo 253º y a una velocidad de 5 nudos, izamos la Mayor hace un rato para estabilizar pero no hay manera de navegar solo a vela. Finalmente fondeamos a las 15:00HRB en 39º47’97N 19º41’80”E en un maravilloso y espectacular lugar llamado el Canal d’amor.

¡Las paredes parecen rebañadas con cuchillo, la erosión y la naturaleza son francamente caprichosas.!

No nos hemos atrevido a bañarnos, solo Fernando lo hizo para inspeccionar el ancla, pero hemos bajado a tierra con la dingui, primero a dar un paseo y luego a cenar. Un bonito hotel, ahora prácticamente vacío, cuelga sobre la playa, salpicada de laberintos entre las rayadas paredes erosionadas.

Al día siguiente levantamos el fondeo a las 10:30HRB, después de una noche tranquila, con calma chicha y una pequeña brisa que nos dió el role a E/SE que esperábamos.

Ponemos rumbo a la cara W de la isla, nuestro destino hoy es Pelokastritsa, es uno de los puntos recomendados en nuestra guía, donde puede que podamos incluso hacer buceo con botellas.

Pero nuevamente Eolo hace mutis por el foro y nos vemos obligados a hacer toda la travesía a motor. No se cumple la previsión, lo tenemos en la proa, es decir Sur, cuando Ugrib pronosticaba W/NW que nos hubiera permitido un través, pero al través lo único que tenemos es la Bahía de S’George y nos quedan unas 5 millas hasta Liapados, a la que llegamos a las 13:30 HRB en 39º40’36N 19ª43’64”E. Nada más llegar nos alcanza un “negrito” y se da un role a W aunque la previsión es de NW, pero el lugar es muy protegido y no sopla demasiado, así que decidimos quedarnos.

Una fina lluvia nos envuelve y los chicos deciden poner sus trajes de neopreno e ir a probar suerte con el snorker, queremos hacer una paellita si hubiera suerte, pero nada, el mediterráneo esta vacío, que diferencia con el Caribe que en cada inmersión llenas la cesta!

Después de comer la lluvia se retira para dejarnos una suave tarde, por lo que decido iniciar mi nuevo libro “Cincuenta sombras de Grey” en proa, mientras los demás echan la siesta dentro y cuando todos despiertan, bajamos a dar un paseo a tierra. Desde el barco vemos un pintoresco lugar al que se llega por unas escaleras que acaban en el mismo agua, así que nos dirigimos hacia allí. Es un restaurante con algunas habitaciones, pero ya está cerrado por fuera de temporada, no obstante, el amable señor nos pone unas cervecitas para compensar la subida. Finalmente nos vamos a la playa principal de la cala, donde descubrimos un hotel y cenamos en su buffet.

Somos el único velero fondeado y nuestra luz de tope de palo se confunde entre las estrellas del cielo. La noche se presentó de nuevo tranquila, algunas rachitas de 12 a 15 nudos y luego calma chicha. La luna apareció a las 01:00 a.m. para darnos las buenas noches.

Al día siguiente soltamos el hierro y dejamos atrás Liapades, no sin antes darme un chapuzón en pellejillo, ¡ya tenía ganas!, el primero del viaje. Me sorprende el agua, pues no está muy fría, aunque realmente me cuesta subir a bordo, no hemos bajado la escalerilla y tengo que hacer transbordo en la dingui, ¡jope como me pesa el culo!.

Ponemos rumbo al Sur 162º ,6 nudos de velocidad, nuevamente a motor, ya que la leve brisa de solo 6 nudos de SE nuevamente en la proa, no nos permite sacar velas.

A las 13:40HRB ya estamos próximos al extremo sur de Corfú y empezamos a ver AIS en el plotter, se trata de un carguero por nuestro través de Er.

Inicialmente nos acercamos a una zona de costa que parecía buena en la carta, pero una vez allí vemos que el agua está muy sucia y a penas rastro de nada en tierra, así que seguimos bordeándola hasta divisar un pequeño pueblecito en la costa con su pequeño puertecito y nos dirigimos hacia allí. Fondeamos en una pequeña bahía próximos a la bocana de su puerto pero sin entorpecer la entrada y salida de barcas de pescadores, totalmente escoltadas por enormes bandadas de gaviotas. 39º27’14N 20º00’34” E. Se llama Petriti. Bajamos en la dingui para dar un paseo y cenar.
No es muy grande pero lo suficiente para llevarnos una maravillosa y barata cena griega en los cuerpos y la invitación a que bajaramos a la mañana siguiente a comprar pescado fresco en la dársena.

A la mañana siguiente así lo hicimos, mientras Jane y yo nos íbamos nadando hasta la playa, ellos se iban de compras con la dingui, para que Ferdy pudiera hacer ese arrocito prometido. Al final vinieron con un pulpo, sardinas, un pequeño atún y varios jureles por solo 12€. La paella tendrá que esperar a puerto, para comprar en el mercado.

Hacemos las sardinas para almorzar, el ejercicio matinero nos lo permite y me rechupeteo los dedos como en mi infancia.

Por esos hoy levantamos el fondeo más tarde, son justo las 12HRB cuando ponemos rumbo a la islita de Vidos, previa a Gouvia, rumbo 346º a motor, un día más Eolo sigue sin querer acompañarnos, solo 6 nudos, así que vamos a 5 nudos a motor.

A las 14:30HRB arribamos a la isla, el viento no es el previsto, tenemos SW por lo que cambiamos el fondeo previsto por la otra cara E de la isla y echamos el hierro en 39º38’67N 19º 55’ 77 E, pero no estamos muy tranquilos, hemos tenido que aproximarnos mucho a tierra para que bajara la sonda a una profundidad razonable para hacer el fondeo. Además unas nubes amenazadoras de más lluvia nos hace decidir ir a tomarnos el café ya dentro del puerto. Y justo cuando estamos entrando por el balizamiento del canal nos invade la lluvia que cubre toda la Marina con una cortina de agua que entorpece nuestra visibilidad. Ahora tan intensa que estamos todos protegidos y acurrucados los unos a los otros, bajo el toldo de la bañera junto al timón.

Evacuando agua justamente de la capota se encuentra el capitán, Ximo, cuando hemos oído un estruendo tremendo, a priori no he sabido distinguir si era el ruido del agua al caer desde el toldo, o un tremendo trueno. Pero justo en ese momento nos damos cuenta que se ha parado todo, la electrónica se ha fundido y hay que gobernarlo a mano.

Jane llama rápidamente a la Marina para que nos envíe el marinero y nos ayude en la maniobra. Gracias a él y a su zodiac, consigue hacernos atracar de proa en el mismo pantalán, aunque unos amarres más allá. Hacemos firme el atraque, con los muertos y las amarras y colocamos la escalerilla para subir y bajar de tierra por proa.

Ya tranquilos somos conscientes de lo vivido, ¡nos ha caido encima un rayo!, al dia siguiente desfilan toda clase de técnicos y peritos del seguro para valorar los daños. Toda la electrónica está frita y la centralita del motor y la suerte, según nos dicen, es que ninguno de nosotros se encontrara tocando parte metalica del barco o no lo habriamos contado, un rayo es una descarga de 10000 V.

A partir de aquí haremos turismo por tierra, era lo previsto en un principio, pero ahora ya no cabe la menor duda, es hacia lo que nos ha abocado la caprichosa naturaleza.





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