NAVEGANTA CONFINADA

Unos días antes de declararse el estado de alarma, voluntariamente me quedé a tele trabajar en casa...luego cuando se declaró para todo el Estado, recogí a mi padre, enfermo coronario y, junto con mi hijo, que estaba preparando su Tesis de final de carrera, dije, chicos, nos pondremos en modo "Cruce del Atlántico", unos 15 días aislados, cuando luego el tema se alargó, dije, chicos cambiamos a modo "Cruce del Pacifico"......hoy, después de 79 días tengo que confesaros que el símil no era bueno. No, no lo era, porque cuando cruzas un Océano te aíslas de verdad de la realidad, del resto del mundo, no tienes cobertura, la comunicación es vía satélite y los mensajes de tierra son limitados y escasos por el Iridium. Aquí no podíamos cruzar el umbral de la casa, pero las noticias por la TV no paraban, a cual más catastrófica y contradictoria, y los whatsaap, eran un torbellino de gente que no sabia si reír o llorar. Los primeros días, la sorna española se extendió quitándole hierro a la cosa, luego empezaron a disminuir, un alivio, pero empezaron a llegar otros, bulos, o mensajes cargados de negatividad e ira. Igual que las noticias de la TV. Decidí entonces aislarme lo máximo posible de todo ello, para que no dinamitaran mi ánimo. Las noticias solo una vez al día, los whatsaap los filtro, de algún grupo hasta he salido haciendo fu como los gastos. Se trata de supervivencia, de cuidar no solo tu bienestar físico, sino emocional. Y eso que entonces aún no sabia hasta cuando se iba a extender esto.
He intentado mantenerme activa, psiquicamente no ha sido difícil, el tele trabajo me mantiene activa 8 h al día, además con un nuevo y apasionante reto de formación que me encanta y que entraba dentro de los deseos pedidos al universo uno de esos días que estás inspirada para pedir, jajaja, cuidado con lo deseas, me dijeron siempre.....y ahí sigo, pidiendo y confiando. 
Desde un principio di gracias, las primeras, y aunque nunca creí que lo hiciera, porque mi madre partiera hace ya mas de un año de esta tierra, y no habernos enfrentado a esta situación con ella ingresada en la residencia, cuando precisamente están siendo uno de los lugares mas castigados por esta dichosa pandemia.
En segundo lugar, gracias por este tiempo extra que me permitía convivir con mi hijo y mi padre. El primero llevaba ya 3 años fuera de casa y justo acababa de regresar de la universidad, pero por mi trabajo y mis extra escolares, a penas lo veía para cenar. Y a mi papi, solo me daba tiempo a comer con él un día a la semana. Así que me siento afortunada, por poder convivir con los dos hombres que más quiero en mi vida. Y me siento orgullosa de decir, que está siendo fácil, todos estamos colaborando, cada uno se ha puesto sus tareas y sus rutinas y los espacios y tiempos comunes hemos llegado fácilmente a acuerdos para elegir, por ejemplo, película cada noche o repartirnos las tareas domésticas. Teniendo en cuenta que somos 3 generaciones distintas y con géneros e inquietudes totalmente dequidistantes, creo que ha sido muestra de una gran solidaridad con el prójimo por parte de cada uno, además de que, estoy segura, hemos tenido y tenemos, momentos de fustracion y lucha con nuestras emociones personales cada uno de nosotros.
Y en tercer lugar, agradecí al universo no haber vendido mi casa, ahora vivir en una casa grande con
jardín y piscina privada, nos convierte en unos auténticos privilegiados. Aunque ha supuesto mucho trabajo, hemos aprovechado para hacer una gran limpieza general y hasta he pintado los muebles de la cocina, dando rienda suelta a mi creatividad, y he pintado un par de hojas de palmera que tenia pendientes mas de un año. Además del yoga diario y las caminatas de las 20 h. Alguna que otra actividad de voluntariado online e incluso la participación en una tertulia de mujeres navegantas....https://www.youtube.com/watch?v=-5NdjfwKjxM
Y es que estamos acostumbrados a ser hacedores, como me dijo una terapeuta al principio de la enfermedad de mi mami, a veces hay que dejar de hacer para dedicarse solo a sentir......y así es, cuando ya sientes que tienes todos los deberes del hacer hechos, dices, y ahora que hago? ¡sentir! y entonces es cuando te das cuenta que ahora tienes que ponerte a limpiar la casa por dentro, que esos duelos internos que creías superados, todavía están a media cocción, porque te has dedicado a hacer para no dedicarles demasiado tiempo, y porque también es lo que te habían recomendado, llenar la maleta de nuevos recuerdos...y ahora que ya no puedes vivir nuevos momentos con nuevos amigos, y el mono loco que todos tenemos en la cabeza, se empeña en ir al pasado porque mejor no pensar en el futuro con la gran incertidumbre que tenemos, te paras, una y otra vez, y te repites, "mindfullnes", la famosa y moderna palabrita que nos repiten por todos lados, pero que tan importante se ha convertido si no  quieres enloquecer en estos tiempos de confinamiento. 
También agradecí que este año no tenia ningún plan, raro en mi, pero así era, ni aviones comprados, ¡que suerte!, pensé también, dejare que fluyan las cosas, e iban fluyendo, pero nunca imagine que de esta manera, a pesar de que había oído a muchos gurus decir que se avecinaba una nueva era y un nuevo mundo, no creo que nadie imaginara que fuera a ser de esta manera. impedidos de relacionarnos, de tocarnos, aferrados al miedo por el contagio.
El ser humano es una especie sociable, necesitamos relacionarnos, los latinos especialmente, pero además las caricias, y no solo las físicas, que también, pero las emocionales, unas palabras bonitas, un buenos días o buenas noches, un como estás o como lo llevas, esas caricias, que me han escaseado algunos días y otros me han sorprendido por el origen de las mismas, pero que nos ayudan tanto a sentirnos importantes por un momento, para alguien. 
Y así vamos, navegando en esta nueva realidad, ayer me atreví a salir a dar un paseo por la playa y
ver y oler mi querido mar mediterráneo y hoy me levante con angustia, entre miedo por haber podido contagiarme y preocupación, por poder contagiar a los míos. Es normal las primeras veces, me dicen todos, y es que en estos 79 días no he salido para nada, la compra online y como persona obediente que he sido siempre, cumpliendo rigurosamente el confinamiento. Incluso he rechazado alguna invitación a salir a navegar este finde, el primero que nos lo permiten en esta Fase1 y os aseguro que estoy que "me navego encima", cual mono que sufre un adicto a cualquier sustancia, le explicaba el otro día a mi hijo, me genera tal chute de serotonina ( la hormona de la felicidad) cuando lo hago, que hecho de menos esos subidones de bienestar. Espero poder hacerlo en breve. 
Agradecida también por los nuevos amigos, que a pesar del confinamiento, me han traido las RRSS a mi vida, algunos han supuesto agradables reencuentros y han encendido pequeñas llamitas de esperanza en un futuro que ahora mismo no podemos planificar ninguno.
Y aquí seguiremos, navegando en este nuevo mundo, más de sentir que de hacer, o por lo menos de momento, intentando adaptarnos al cambio para sobrevivir, porque como dijo Darwin, no sobrevive la especie mas fuerte o mas inteligente, sino aquella que es capaz de adaptarse a los cambios más rápidamente. 
Así que ahí vamos, echemos mano de nuestra capacidad de resilencia y convirtamos en una oportunidad esta gran adversidad que ha venido, me temo, para quedarse y "reinventemonos"!!

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