PASCUAS CON QUICKSAILITO
Después de casi 6 meses en dique seco, por la operación de mi hombro y por las restricciones de la pandemia, quería tomarme unas vacaciones con mi hijo, fuera de la rutina de tierra y antes de que parta para su entrenamiento, solo disponíamos de los 4 días de Pascuas y pensé que lo mejor seria alquilar un velerito y navegar. Pero no me apetecía ponerme a buscar tripulación para llenar un gran velero, asi que cuando descubrí a Quicksailito supe que sería él. Un Oceanis 30.1 del 2020 que además se encontraba en Valencia, en la Marina Real. No lo dude y aposté por él. Además como Ruben acababa de aprobar el PER podría servirle para practicar, seria el segundo de abordo y le dejaría que patroneara en el sentido más amplio de la palabra……
El se lo dijo a Lydia, su novia,
ella ya había navegado con nosotros en una semana que hicimos por Menorca, pero
aquello fue en un catamarán, seria su primera vez en un monocasco.
Y oportunamente a mi, me preguntó
un recién amigo, con muchas ganas de probar la vela de crucero, ya que el
navega en vela latina en la Albufera. Asi que de esa forma completábamos la
tripulación, 4 tripulantes para 4 dias.
Solo nos faltaba la meteorología,
desde 2 semanas antes empezamos a seguirla. Y ciertamente la primera previsión
echaba para atrás con temporal y más de 40kn!!!, pero conforme se iba acercando
la fecha fue cambiando para mejor, cada vez confío más en que se cumplen mis
fervorosas peticiones al universo, gracias!! Así que la previsión final era de
NE flojo los 2 ó 3 primeros días, fantástico para bajar hacia el Sur, y luego
un SE el último día, que nos ayudaría a subir.
Cree un grupo de whatsaap para
las ultimas recomendaciones del equipaje e ir empezando a crear equipo. Se
notaba los nervios y ganas ya de todos, preocupados por la ropa, sobre todo en
esta época del año tan imprevisible en temperatura, igual hace calor que frio, asi
es la primavera. Por eso mi recomendación era que no se dejaran ninguna capa,
luego seria cuestión de ponerse todas o ir quitándose.
Pensé algunos menús fáciles y
variados e hice la compra por Internet a Mercadona, te la llevan hasta el
pantalán y es lo más cómodo sin duda.
Asi que el jueves tarde allí estábamos
puntuales en Quicksail, una empresa de charter con la que antes yo no había trabajado,
pero de la que me habían hablado por los eventos para empresa que organiza. Y
la primera sorpresa fue cuando el tal Alfonso que nos haría el Check-in, era
Alfonso, mi compañero de tripulación en el Brujo!!, este mundo naútico es un
pañuelo, le dije. Firmas de rigor y fianza y nos dirigimos al pantalán Z04,
para tomar posesión de Quicksailito. Ruben y yo, para que nos enseñara bien
donde estaba todo a bordo, equipo de seguridad, etc. Era pequeño pero muy completito y justo para los 4, dos
camarotes, 1 a proa y 1 a popa, un baño completo y el living, que no era mucho
más pequeño que el del Liberty, asi que suficiente para los 4.
Lydia llegó antes de que termináramos
el checkin, y Mercadona puntual a las 20h, asi que entre los tres, nos ocupamos
de estibar toda la compra y tomar posesión de los camarotes. Enviamos ubicación
a Thorsten que sería el último que llegaría por la noche, y preparamos algo de
cena, sería Ruben quien voluntariamente prepararía unos hot dogs y sacamos
tambien una tabla de pates y quesos, enchufamos el calefactor que, había aportado
Lydia, para contrarrestar la humedad que empezaba a notarse en cuanto se fue el
sol, y pusimos una película para esperar despiertos al cuarto tripulante. “Loco
por ella”, bastante entretenida y recomendable.
Convinimos que nos levantaríamos cuando
saliera el sol, sobre las 8h, para zarpar y desayunar ya navegando, pues la previsión
era de nada o poco viento del NE, que nos hacía suponer que iríamos de motorada…..Y
asi fue, a las 8h el camarote de proa estaba ya despierto y empezamos a
arranchar y preparar para zarpar. El de popa le costaba más, pero como se había
pedido Ruben realizar la maniobra, venció
su pereza y se levantó. Efectivamente no había nada de viento, asi que, aunque
no conocía el barco todavía, le dejé que hiciera el zarpe. Thorsten soltó el
muerto de proa y yo me encargue de largar las amarras de popa, que las dejaríamos
en tierra, para salir con gobierno pero despacito. El vecino de babor ya había zarpado,
y a Er era unas motoras pequeñas, asi que sin ningún problema salió solemne de
su amarre y fuimos dejando atrás el edificio de Velas y Vents.
Subimos defensas y las estibamos
en el cofre de la bañera que es muy profundo, y en cuanto salimos de la bocana
nos aproamos y subimos Mayor, pues aunque de momento fuéramos a ir a motor,
siempre estabiliza más al barco.
Cambiamos posiciones, porque por
mis hombros no quería forzar de más y hacer fuerza con los winches, asi que cogí
el timón para aproarme mientras Ruben al palo y Thorsten al winche, subían la
Mayor, varias veces tuvieron que bajar y subir el primer tramo, ya que los sables
se enganchaban con facilidad en los cabitos del laisy. El resto de días, ya le pillamos
el truqui y subió a la primera limpiamente.
Pusimos rumbo 150º a Denia,
estaba despejado, con sol, pero había bruma, así que las 3 capas eran
agradecidas. No tardó en aparecer también Lydia y pusimos música, que ágilmente
Ruben ya había conseguido conectar por Bluethooth al equipo de la electrónica del
barco, que era todo de B&G de ultima generación, todo digital, y el es un
crack con toda la tecnología, asi que empezamos motor y vela, pues teníamos una
pequeña brisa pero del Garbi, el NE previsto ni asomó, así que aunque no teníamos
intensidad suficiente para ir solo a vela, si que nos pintaba bien el Genova, por
lo que lo sacamos y fuimos a motor y vela, a la mediterránea, como se suele decir.
Hoy teníamos 40 millas hasta Denia y preferíamos llegar prontito. Así que entre
velas y motor ajustamos para sacar los 5 ó 6 kn.
Empezamos a inmortalizar el
momento con videos y fotos varias, no había mucho más que hacer, hoy nos encargaríamos
el equipo de proa de la cocina y el friegue, asi que a medio dia prepare unos
bocatas de tortilla y gazpacho andaluz. Además del imprescindible ángelus del que
reliogiósamente dimos buena cuenta a las 12h!!. A las 16:15h escuchamos un
aviso por radio, al parecer era un Distress que había lanzado una embarcación
llamada Calua, nosotros nos encontrábamos en posición 38º53,72’ N 0º85,16’ E a
solo ya 7 millas de Denia.
Y así transcurrió el día, familiarizándonos con el velerito y su maniobra, pero cómodamente, sin mucha
escora y sin ningún mareo a bordo. Y hasta con avistamiento de delfines, que como siempre, fueron inmortalizados con nuestras cámaras, y aplaudidos por los tripulantes más novatos, aunque por muchos que hayas visto, siempre son motivo de alegría y vitores a bordo. Genial!
Aunque telefónicamente me había asegurado
que habría amarre disponible, al llegar a la bocana, como marca el protocolo,
llamamos por radio, canal 9 VHF, a la Marina de Denia para que nos lo asignaran.
Previamente recogimos Genova y Mayor y le dije a Ruben que me dejara hacerlo a
mi, para poder conocer el barco y poder el resto de días, darle indicaciones
mas ajustadas en las maniobras. A pesar de ser ya las 17:15h, allí tampoco había
viento, asi que solo tenia que preocuparme en la respuesta del barco, había olvidado
preguntar si la hélice era levógira o estrógira, pero pronto descubrimos que
era ésta ultima porque su popa calló a babor en cuanto lo paré y le di atrás.
Nos asignaron el pantalán H amarre 25, al fondo del todo. Justo junto a la
flota de naútica Corcho, a quienes les he alquilado muchas veces. Asi que metí
la proa en la lamina de agua del ultimo de Estribor, para dar atrás y entrar
todo el pantalán ya con arrancada y gobierno atrás. Era bastante ajustado pero entramos
bien, sin ningún problema y sin tocar a los de al lado. Y como el pantalán es
muy alto, el marinero nos cedió una pasarela de madera del velero de al lado,
que era uno de Corcho que no estaba ocupado. El único problema es que la toma
de luz era de boca grande y la nuestra era pequeña. Envié un whatsaap a Alfonso
y me dijo que creía que había una en el tambucho de bañera en la caja de
seguridad. Y efectivamente, pero no estaba preparada, macho/hembra, menos mal
que teniamos manitas a bordo, Thorsten, que rápidamente desmontó uno y puso el
otro. Arreglado. Todos teníamos ya nuestra categoría a bordo, paparazzi Lydia,
manitas Thorsten, timonel Ruben!!jajaja.
Así que todo fantástico. Amarraditos y con una
tarde de sol estupenda. Lo primero, les dije, es cumplir con una muy buena
costumbre, que es tomarse una cervecita al finalizar el atraque, siempre es un
momento de tensión y trabajo para todos, y merece una recompensa. Luego iremos a
hacer la entrada en capitanía, a la que me acompaño Ruben para que viera como
se realiza y tras la cual y con el código correspondiente, pudimos irnos a
regalarnos unas duchas. Les había contado que era la que más me gustaba en
Denia, en lugar del CN o al Portet, precisamente por sus duchas, pues son
habitaciones individuales para cada persona. Además, está siempre muy animada,
pues alrededor son todo restaurantes y locales comerciales, y a pesar de la
pandemia, había bastante gente paseando y por las terracitas. Además de tener
un paseo muy agradable todo lo largo del espigón, con unas vistas increíbles al
cabo de San Antonio.
Estaba contenta, primera travesía
realizada con éxito, primeras maniobras también. La tripulación toda
colaborativa y con ganas de aprender, con lo que a mi me gusta enseñar.! Jajaja.
Así que cogimos nuestras bolsas
de aseo, mi minifalda y un suéter de tirantes y hasta un sombrerito que me había
traído y me fui rauda a tomarme una buena ducha calentita. Pero la mala suerte,
al parecer, o algún problema técnico, hizo que tras los dos o tres impulsos de
grifo con agua caliente, el cuarto me saliera ya helada…..grrrrr, menos mal que
me dió tiempo a enjuagar el pelo. Así que entre el último chorro helado y que
Lorenzo se había sumergido entre nubes cuando salí, volví al barco y cambie rápidamente
mi modelito veraniego por mi traje de noche, (chandal afelpadito para dormir)
jajaja. Al parecer fue mala suerte mia eligiendo ducha, porque a los demás no
les pasó, de hecho la parejita feliz tardó más de 1h recreándose bajo el agua
calentita y “secándose el pelo”, jajajaja, qué bonito es el amor!!
Esa noche tocaban pizzas y juegos
de mesa, que habíamos traído todos. Asi que en cuanto desapareció Lorenzo, pusimos
el calefactor y nos quedamos ya en el
living interior, además el horno nos serviría de estufita también, asi que
ambiente agradable. Abrimos un vino rosadito para las pizzas y pasamos un
agradable ratito antes de dejarnos vencer por Morfeo. Yo no soy mucho de
juegos, pero estos eran nuevos, los había traído Lydia, primero uno de una
torre que tienes que ir quitando cuadritos sin que se te caiga toda la
estructura y luego otro de parejas de animalitos y sus huellas, en la que te
hace entrenar la memoria, destreza y memoria, buenas habilidades a entrenar. La
música en el interior correría de mi parte, pues los altavoces del barco no funcionaban
y conectaba mi móvil al altavocito portátil que se había llevado Ruben y que yo
ya tenia sintonizado. Asi que playlist de Spotify shill-out de fondo.
Antes de acostarnos, como buenos patrones, volvimos a consultar la meteo y planificar el dia siguiente. Tendríamos solo 20 millas hasta Moraira, asi que no seria necesario madrugar tanto ni zarpar sin desayunar. Por lo que de nuevo el equipo de proa amaneció antes, aunque el de popa tampoco se hizo muy remolón pues ese dia les tocaba el tema de cocina. Así que yo me dirigí con Thorsten a la oficina de capitanía para hacer el check-out y comprar hielo, mientras ellos preparaban y cuando llegamos, desayunamos y zarpamos. Eran las 10:30h. Nuevamente dejé a Ruben que hiciera el zarpe. No había a penas viento, y la poca brisa era de NE, por lo que le daba en la amura de Br, le ayudaría a salir cayendo a Er. Perfecto, sin ningún toque y con el temple que le caracteriza. En cuanto estuvimos liberados, llamé por radio para avisar de nuestro zarpe y agradecer su hospitalidad, hay quien no lo hace, pero a mi me gusta ser educada. Subimos defensas, estibamos en el cofre de la bañera y en cuanto salimos de la bocana, subimos de nuevo Mayor, como el dia anterior, en principio no había a penas brisa, el mar como un plato, asi que les propuse pasar cerca de tierra toda la zona del cabo, pues está
llena de cuevas y no siempre te puedes acercar tanto para verla. Así siguió toda la mañana, sin viento a penas, pero con un buen sol. Fuimos costeando cerca de tierra, entrando a ver la cala de la Granadella y la del Descubridor, y a partir de entonces, como parecía que había subido un poco en intensidad el viento, decidimos en lugar de fondear ya, pues ya nos habíamos tomado el ángelus, aprovechar para ir dando trasluchadas hasta el Cabo de Moraira y fondear ya en la bocana, en cala Portet, además en la llamada previsora preguntando por amarre para esa noche, me dijeron que no reservaban y que habían llamado ya por lo menos 10 embarcaciones, asi que en ese fondeo nos permitía estar pendiente y entrar antes de que se llenara todo el pantalán que tienen de transeúntes.. Dicho y hecho, quitamos motor y fuimos jugando con las velas, habían ganas, asi que brazos dispuestos también. El sol acompañaba y la leve brisa suficiente para tener velocidad y empezar poco a poco a soltarse toda la tripulación.
Sobre las 14h arriamos ya velas, yo al timón, Thorsten y Ruben arriba para ir doblando y dirigiendo la caída de la Mayor y Lydia largando poco a poco la driza. Ya todos teníamos nuestra posición en las maniobras. Empezábamos a ser un equipo!!
En la cala había ya otro velero y 3 ó 4 motoras. Ruben iba a hacer la maniobra y yo me iría a proa. Asi que el eligió el lugar, a la popa del otro velero. Estaban mirando con la proa hacia fuera, sin mucho resguardo, porque el NE se había convertido ya en E, pero era flojo y estaríamos solo un par de horas para comer, por lo que no me preocupaba. Viró en redondo para aproarse al viento y frenar la arrancada, momento en el cual yo largé el ancla a la popa del otro velero. Teníamos unos 3m de sonda, solté 20m de cadena. Y tomamos una enfilación a ambos lados de nuestra popa para observar si habíamos clavado bien o garreabamos. Lo que nos pareció en un principio, por lo que dimos otra parada atrás hasta que comprobamos que la cadena daba tirón y se tensaba. Realmente había echado quizás muy justa, pero no quería soltar más, porque nuestros vecinos eran motoras y no suelen bornear como nosotros. De todas formas estaríamos pendientes y seria solo un rato. Además a estas alturas, Ruben ya controlaba el super ploter digital, y puso una alarma de garreo. Finalizada y afianzada la maniobra, el equipo de popa se dispuso a preparar la comida, hoy tocaba pollo asado con ensalada. Y el equipo de proa, que además eramos los que más juventud acumulábamos, jajaja, le echamos valor y nos dimos el primer baño del año!Primero fue Thorsten, que como buen alemán, se tiró sin mas protección que su bañador, pero cuando
vi que salía y se volvía a tirar, me armé de valor, me puse mi neopreno y me tiré tambien, con la excusa de ir a ver el ancla. Pero aunque el agua era turquesa, había mucha arena en suspensión y por tanto mala visibilidad, asi que no vi nada, pero me sirvió para nadar, como me habían recomendado para mis hombros. Así que contenta por el reto superado, nos abrimos un vinito blanco para dar buena cuenta de la comida, que hoy, como era servida, todavía nos lució más!! Bromeábamos un equipo con el otro con el tema de la servidumbre, ya que habíamos hecho los turnos por equipos y días, y el que no te tocaba,
estabas de señorito dejándote mimar por el otro equipo que cocinaba, fregaba y se encargaba de servirte durante todo el dia lo que pidieras. Jajaja Apple music con una play list remember y mi hamaquita, acompañaron el momento siesta, la monté entre los obenques y la botavara, aunque aquí si que noté la eslora, casi que no me cabía, pero me apañé, y casi todos pasamos por ella para probarla y hacernos fotos como poco. Ya es una compañera imprescindible en mis navegaciones, jajaja.
Sobre las 18:00h levantamos el fondeo, nuevamente yo en proa y él al timón y nos dirigimos hacia dentro de la bocana. Llamamos por radio y nos enviaron al marinero para ayudarnos en la maniobra. Preparamos todas las defensas a Er, ya que es preferible amarrar siempre con la proa mirando a la bocana y hay sitio suficiente para entrar pegados a Er para luego caer a Br. Pusimos las amarras, una proa y otra a popa, con una gaza preparada previamente con un as de guía, ya que no son muy largas y asi nos da para que vayan y vuelvan y tener nosotros siempre la maniobra disponible para soltar sin marinero. De nuevo le indiqué brevemente y dejé al timón a Ruben, se acercó poco a poco la proa pero no cayó a Br lo suficiente y el marinero tuvo que ayudarnos para acercar la popa, pues el poco viento se la retiraba, pero bastante bien, pusimos otra en la cornamusa de la manga para asegurarlo y perfecto. Además la previsión para la noche era de calma chica, asi que sin problemas. Tras nosotros llegó otro velero, de Corcho, y cuando me di cuenta eran los de Panico, ya que ellos hicieron la maniobra al revés, su proa contra la nuestra, nos saludamos y nuevamente comprobé que es este mundo naútico es un pañuelo!...o cuanta gente conozco ya! Jajaja.
En esta ocasión fue Thorsten quien me acompañó a hacer la entrada del barco a capitanía, mientras el
otro equipo arranchaba y fregaba, para luego poder ir todos a darnos la merecida ducha, en este club los baños son mas estándar, pero por lo menos tuve agua templada ininterrumpida. Tras la cual preparé unos mojitos para despedir el sunset en la bañera, antes de retirarnos al ambiente cálido de nuestro living. Al haber toque de queda y las terrazas cerradas a las 18h, no apetece pasear por el pueblo desierto, asi que preferimos seguir con nuestro microclima en nuestro ya, micromundo.
Esta noche tocarían hamburguesas
y película “Ni de coña”, para partirse de risa!!
Y por último, antes de irnos a
dormir, consultamos meteo y decidimos que sin prisa pero sin pausa, desayunaríamos
y zarparíamos, con la única limitación de la compra de hielo en la gasolinera
antes de irnos. Así que, a la mañana siguiente, el equipo de proa preparó raudo
el desayuno y llamamos por radio para preguntar el horario de la gasolinera, el
muchacho se había ido a almorzar y no volvía hasta las 10h asi que desayunamos
en bañera, y justo a las 10h soltamos amarras, no sin antes saludar a nuestros
vecinos de popa, un Grand Solei 45 en el que iban dos compañeros de TdE. De
nuevo pensé, este mundo nautico es un pañuelo!jajaja.
Ruben iba a hacer la maniobra,
asi que estuvimos comentando como hacerla. Teníamos una leve brisa de NW que le
echaba contra el pantalán, asi que tendría que ayudarse con la amarra de proa o
la de popa para abrir la popa o la proa, antes de soltarla. Pero finalmente tuvimos
suerte y soltaron amarras nuestros vecinos de popa, por lo que, con ésta ya
despejada, salió atrás sin ningún problema, para luego acercarse poquito a poco
de través a la gasolinera, donde compramos el hielo y dando atrás, salimos para
poner ya proa a la bocana. Por último, por la radio, agradecimos al CN su
hospitalidad. Nada más salir, avistamos a lo lejos de nuevo delfines.
No teniamos a Lorenzo hoy, pero parecía que podríamos navegar a vela. Subimos Mayor, y en cuanto dejamos el resguardo del Cabo, nos entró el NE, solo 10kn, pero suficiente para sacar 5kn de velocidad
y poder ir a vela, ciñendo y disfrutando. Dimos un bordo hacia el mar, amurados a Br hasta que vimos que nos daba para pasar el Cabo de San Antonio, entonces viramos y pasamos a ir amurados a Er. Las indicación del momento preciso de la virada la daría tambien Ruben, haciendo alarde de su sabiduría adquirida durante su niñez en Vela Ligera. Todos cogimos un ratito el timón, para disfrutar de Quicksailito. No tendríamos sol, pero tendríamos viento para compensar, asi que las 20 millas de retorno a Denia fueron divertidas. A punto estuvimos de tomar hasta un rizo, pues nos comentaron que a partir de 15 kn solían hacerlo, pero preferimos hacer banda, y como al llegar al Cabo de San Antonio teníamos que empezar a caer para pasar de la ceñida primero a un través y terminar en un aleta, no llegamos a ponerlo. Pero vimos puntas de 20kn de viento e hicimos 8kn de velocidad, nuevo record para el Quicksailito que se comportaba muy, pero que muy bien. Íbamos negociando las olas, que a estas alturas ya eran de 2m y nos intentaban zarandear por nuestro través de Er. Pero cuando las notamos de verdad, fue cuando tuve que aproarme para arriar Mayor, tuve que meter mas motor para no perder el gobierno y cabalgarlas, mientras les gritaba al equipo que se sujetaran bien. Menos mal que a estas alturas todos tienen claro ya lo que tienen que hacer.
La maniobra de atraque se la
pidió también Ruben, a pesar de que dentro de la dársena seguían
soplando 15kn.
Nos asignaron el mismo amarre, asi que era repetir la maniobra que yo había hecho
dos
días antes, pero ahora con viento. Le dí breves indicaciones, y él solito haciendo alarde de su temple y nervios de acero, la hizo sin tener que tocarle ni una sola vez el timón y sin a penas tener que tocar al vecino para ajustar las defensas. El mismo marinero nos esperaba, nos acercó la pasarela de nuevo y como ya sabíamos como iba todo, nos abandono rápidamente. Era la hora de comer, asi podríamos cocinar tranquilamente amarrados, hoy nos tocaba al equipo de proa y Thorsten nos hizo unos riquísimos Tortellinis con salsa de queso, beacon y champiñones, que nos sentaron maravillosamente. Aunque no había sol, comimos en la bañera, porque estábamos bien abrigados y yo siempre lo prefiero. Hoy se deleitarían el equipo de popa de su situación privilegiada de ser servidos todo el dia y nosotros les mimamos con agrado. El momento siesta de los demás, lo aproveche para fregar y luego ir a capitanía a hacer la entrada, aunque tambien tuve mi ratito de meditación con un tímido sol que entonces apareció entre las nubes. La parejita feliz se fue a duchar y a pasear o a “festechar” por el
espigón y nosotros a duchar, hoy tuve más suerte, pero al revés, me fui a las duchas del final y casi me achicharro en una de ellas, grrrrr, o juan o juanillo! Lo que si hice bien, fue acertar con el modelito, me puse mi “traje de noche” directamente! Jajaja… y nos quedamos de charreta con un rico Gin Tonic con tónica rosa, que nunca había probado y debo decir que está muy buena, en la bañera del barco. Esas charretas sobre la vida que siempre surgen en los ratos de compartir y convivencia a bordo y que son los que permiten conocer tan rápidamente a la gente cuando navegas. A la vuelta de los benjamines, compartimos las dos monas de pascua que llevabamos a bordo, para cumplir con la tradiccion del domingo de resurección, aunque en lugar del autentico huevo duro, eran dos huevos kinder con sus tipicas sorpresas internas, una de ellas un avioncito con el que jugó el piloto! jajaja. El resto de la tarde ya fue dentro, en el living, con los juegos de mesa que aún no habíamos probado, uno de dados de Thorsten y el mío de Vertellis, de preguntas para conocernos más y mejor…..jajaja. Por la noche, burritos con atún y a rendirse a Morfeo, las noches es lo peor que estoy pasando y por ello temo que lleguen, mis hombros, tanto el izquierdo por estar rehabilitándose todavía, como el derecho, por estar pendiente de operar, toman posesión de mis veladas y me obligan a dormir abrazada al bote de crema fisiocrem, grrrrrr.
Como habíamos convenido, el último
día para hacer la travesía de vuelta, 40 millas, no nos demoraríamos en el
zarpe, lo haríamos con los marineros para no esperar que abriera capitanía a
las 9h. Asi que a las 7h estaba ya la alarma de Thorsten sonando, grrrrr! llevo
más de un año sin poner alarmas, despertando con la luz o los pajaritos, las
odio! Esperé al segundo replique a las 7:30h para darle tiempo a él a
arreglarse y me levanté. Cuando lo hizo el equipo de popa ya teníamos todo más
o menos arranchado, el café hecho y las tostadas, nosotros aún desayunamos algo
pero ellos esperaron para hacerlo ya en el camino. Según la previsión no había viento
de momento. Llamamos por radio al marinero para decirle que queríamos zarpar,
solo tenían que tomar los contadores de los suministros y luego debíamos pasar
igualmente por la oficina para que ellos nos dieran la liquidación del fondo de
10€ que te hacen dejar. La vez anterior consumimos 0,15€ que les dió vergüenza cobrarnos.
Me iba tras él, cuando caímos que queríamos parar en la gasolinera para
repostar por si luego la de Valencia la pillábamos cerrada, asi que le dije que
nos íbamos a amarrar a la gasolinera y que me llevara allí la liquidación, ok,
me dijo, asi que me volví, le dije a Ruben que esta vez llamara el por radio,
para practicar el protocolo, pidiendo el marinero en la gasolinera, lo hizo y
soltamos solos amarras, las teníamos puestas a la vía, Thorsten soltó proa,
Ruben de nuevo al timón y salimos perfectamente. En cuanto estábamos fuera de
la lámina de agua del pantalán, pedí cambiar todas las defensas de Br a Er,
para la maniobra en la gasolinera. Aunque llegó despacito, apunto demasiado con
la proa y al fallar al coger la amarra de popa el marinero, esta se le abrió y
finalmente tuvo que repetir la maniobra, en esta ocasión, le dije que entrara
mas en línea al muelle y efectivamente, sin problemas, amarramos de través por
Er. Repostamos, compramos hielo y nos liquidaron la fianza, hoy había sido 1€, quizás
porque llegamos antes, en fin, muy poco en cualquier caso. Soltamos y salimos atrás,
porque delante la proa hay una plataforma de madera que te impide salir recto.
Y ya proa a la salida de la bocana. El mar tendido como un plato y un tímido Lorenzo
nos recibía junto al Cabo San Antonio, preciosa postal de despedida.
Subimos Mayor, ya sin ningún problema, cada uno en sus posiciones, y motor y Mayor, arrumbamos a
Valencia 332º. Había bruma y a penas se veía la costa, ni mucho menos Valencia. Varios veleros nos precedían, pero ellos con rumbo mas abierto, y un par nos seguían por popa. Pronto vimos en el agua plana, multitud de burbujitas extrañas, que tras una paciente observación por nuestra apasionada de los animalitos, descubrimos que se trataba de Medusas Velero, lo que parecía una burbuja es el cuerpo transparente que se asemeja a una vela, una especie rara que al parecer es inofensiva para el ser humano. Aunque también habían de esas pequeñas moradas asesinas que odio tanto y muchos sargazos y troncos, a pesar de que no había habido tormenta al final, supongo que de la desembocadura de algún rio.
El cielo estaba despejado pero el
sol no calentaba mucho, asi que las tres capas no sobraban. Buena música y repaso
a los términos náuticos aprendidos durante el fin de semana y ampliación de alguna
explicación más, para satisfacer a la aplicada tripulación ávida de aprender.
Cosa que me encanta.
Cumplimos con nuestra famosa hora
del Angelus, aunque ya no nos quedaban nachos, rosquilletas con guacamole y
pates con tostaditas, la calma chicha es lo que tiene, que te permite estos
lujos navegando. Y a mediodía bocatas, en travesía es lo más rápido y efectivo,
la verdad. Y como preveíamos, por fin entró el Lebeche (SE) y pudimos sacar
Genova y que nos pintara bien, reducir motor y ya darnos el gusto de hacer las últimas
millas a vela. Un par de trasluchadas para esquivar ya el espigón de la marina
y poco después recogimos Genova y arriamos Mayor. Llámamos para repostar en la
marina, de nuevo Ruben al timón, esta vez lo consiguió a la primera, yo salté rápida
y amarré la proa y el marinero la popa. Y también la salida atrás, hasta tomar
gobierno de nuevo y dirigirse al amarre Z04 donde conocimos a Quicksailito y
donde nos despediríamos de él. Llamamos de nuevo para que nos enviaran marinero
pero estos estaban ocupados ayudando a amarrar a un superyate que habíamos visto
entrar antes de nosotros, de 70m de eslora, en el pantalán de la T, el del
reloj, donde están todos los superbarcos. Asi que nos apañamos solos, de todas
formas, como suponía, Alfonso estaba ya allí pendiente y se acercó para
tirarnos las amarras que ya tienen preparadas con muelles para la popa. Asi que
quitamos rápidamente las nuestras para engancharlas. Como las lanchas vecinas
son pequeñas y seguía soplando fuerte el lebeche la proa cayo un poco a Br,
pero con el muerto la recuperamos rápido. Una vez fija la amarra de popa de
barlovento, metes todo el timón a ella y maquina avante y el barco se queda
recto. Ultima lección de la travesía. No obstante Alfonso le felicitó, el sabía
que estaba recién estrenando titulo y él que ha estado también de profesor en
Fannautic, habrá visto a muchos peores.
En resumen, si tengo que elegir
una palabra para esta singladura de cuatro días, seria IMPRESIONANTE,
Impresionante lo hábil que es mi hijo y el temple que tiene con los mandos, ya
estoy deseando volar en un avión pilotado por él. Impresionante la predisposición
de Thorsten para hacer, sin cuestionar, cualquier indicación en las maniobras o
en la navegación. Impresionante la buena actitud de Lydia y su interés por
aprender cada dia un poco más. No puedo haber terminado mas contenta y
orgullosa. Ha reinado el buen ambiente, la alegría, las risas, el buen comer,
el buen beber, la colaboración y el trabajo en equipo.
En resumen….REPETIREMOS, sin duda!!
Comentarios
Un fuerte abrazo.
THORSTEN
Un fuerte abrazo.
THORSTEN
Un gusto poder asomarse a ese mundillo🤓