SINGLADURA EN EL ITACA

14 de Enero de 2023
Después de 1 mes en tierra cumpliendo con creces con las fiestas navideñas y recargando mis pilas con la energía de mi gente vitamina, ansiaba volver a encontrarme con el mar e hinchar mis pulmones de brisa marina. Y no se me ocurría mejor manera que iniciar un nuevo año con la ilusión de un nuevo proyecto y una nueva aventura. Además cuando a los dos días de desembarcarme del anterior velero en Lanzarote me llegó un mensaje de este nuevo armador, me pareció un regalo del universo para no caer en el desánimo. Y aunque apenas habíamos hablado, seguí de nuevo mi instinto y lo que me transmitió en el mensaje de su redes donde hizo pública sus intenciones hacia más de un año. Así, después de 2 vuelos y 12 h, arrive a Túnez, un taxi con quien había contactado previamente me llevó hasta la marina Yasmine en Hamamet, 1h de
trayecto, 40€. Hasta el mismo pantalan me llevó el taxista mi maleta, allí estaba el ITACA, un Náuticat de 40ft, de dos armadores argentinos. Uno de ellos había partido al Caribe para hacer la temporada de chárter y el otro, de mi edad, buscaba tripulación para seguir navegando y conociendo el Mediterráneo. El barco es de 1986, con solera, pero bien cuidado y con un acogedor pilot house sobre la linea de flotación y con doble timon y mando dentro, ideal para las guardias nocturnas. Me habia preparado el camarote de proa cuidadosamente y se lo agradecí. A penas nos conocíamos, así que la primera cenita a bordo fue en torno a unas viandas que había traído camufladas en mi maleta y un par de botellas de vino que facilitaron la conversación hasta la media noche, donde por fin me rendí a Morfeo. Los dos amanecimos sobre las 08 a.m, realmente en cuanto uno se levanta se oye todo y a mi tampoco me gusta remolonear mucho en la cama. El preparó amablemente una infusión para mi y un mate para él y nos salimos a proa a saludar al nuevo sol. El en el balcón de proa meditando y yo haciendo algunos ejercicios de yoga para despertar el cuerpo y recibir el nuevo día, con mi meditación final. Ya se ha convertido en mi rutina matinera y es un placer empezar sin prisas, con ella, cada día. Después fuimos a desayunar a uno de los restaurantes de la marina, un continental de esos súper completos, fruta, fiambre, homelet y hasta dulces incluidos. Como para no comer ya a mediodía. Y con los estómagos llenos y la correspondiente autorización de la policía costera, que nos advirtieron debíamos avisar, decidimos salir a dar unos bordos y así conocer al Itaca en acción y probar el motor recientemente reparado.
El Itaca tiene hélice de proa y gracias a ella, pudimos salir, porque rápidamente nos dimos cuenta que el timón de la bañera no respondía. Bajé rápido al pilot house a probar el otro interior y ese parecía que gobernaba algo más pero no demasiado. En cuanto salimos de la bocana, decidimos poner rumbo a un fondeo en la costa, para tranquilamente intentar analizar que estaba pasando. El armador no se alteró, aunque evidentemente le preocupaba el problema, pero me sorprendió gratamente cuando vi que no perdía los papeles, optó por fondear y tranquilamente intentar averiguar que pasaba. Me fui a la proa para ocuparme de echar el ancla, aunque necesite su ayuda porque ésaá se me quedó enganchada en un perno que hay sujetando la ampliación del balcón, cuestión de práctica y maña, el próximo llegaré con ella preparada ya a pique. Una vez asegurado el fondeo, lo primero fue sacar un par de cervecitas y unas almendras para hacer el ángelus y a continuación ya se puso a buscar en un montón de documentación y manuales que tenía del barco, por si hubiera algún switch que el desconocía, que alternaba el gobierno entre una rueda y otra. Pero no encontró nada. Al final pensamos que quizás fuera el líquido del hidráulico y le animé a que lo cambiáramos allí, yo podía ayudarle y así fue, se trago un litro largo y...¡ bualá!, volvió a responder, todo solucionado. Volvimos hacia la marina con la tranquilidad de tener timón fuera para hacer el atraque, que no fue fácil, pues el Itaca no responde rápidamente, además de tener el timón hidráulico es de quilla corrida y su manejo no parece nada fácil, pero con un poco de destreza y correcciones, lo metió en su amarre sin problemas, yo estuve pendiente de defensas para no colisionar con el vecino y de pillar rauda las amarras que el marinero nos pasaba desde tierra. Estábamos contentos, habíamos navegado, yo después de 1 mes en tierra ya me picaban las escamas, jajaja….y ellos después de dos meses. A todos nos sentó como un estiramiento de piernas después de una larga sentada, fantástico símil que apuntó su hija cuando le llamó y le contó nuestra hazaña. Además el motor había funcionado bien y habíamos resuelto sin estrés el percance del timón, sin perder los nervios ni el buen humor. Como el desayuno fue potente, nos saltamos la comida y aguantamos hasta la cena, que amablemente preparó él, pollo con verduras, regadito por un Rioja que nos acompañó hasta terminar una película. Al día siguiente tras nuestra rutina matinera, lo dedicamos a hacer la compra, súper y bebidas y chequear la meteo. Parece que podríamos zarpar el miércoles si conseguimos acabar mañana con todo. La idea es dividir la singladura en dos, una primera hasta Lampedusa y luego de ésta a Malta. Pues terminamos todo, pagamos la marina, avisamos a la policía, inchamos y colgamos la dingui en el pescante de popa. Cambiamos amarras de muelles por otras a la vía. Pero el viento era superior al previsto, rachas de 25nudos dentro de la marina, antojaba una maniobra de zarpe como poco, complicada, con la lámina de agua tan estrecha. Nos miramos y nos dijimos que mejor esperar a ver si bajaba un poco. Mientras en el pantalan se
congregaron un par de parejas de otros veleros también transmundistas, para despedirnos. Volvi a chequear la meteo y comprobé que la segunda borrasca que entraba por el Sur y que nos condicionaba el cruce a Malta se había esfumado. Por tanto si esperábamos al sábado para iniciar la travesía, teníamos por delante más de una semana tranquila. Parecía que dejaba de tener sentido arriesgarse a cruzar hoy para luego tenernos que buscar refugio de más de 40 nudos y lluvia, en Lampedusa. No iba a ser cómodo en ninguna cala, por mucho resguardo que nos diera. Trasladé todos mis cabilamientos al armador y sorprendentemente me respondió que fastidiaba ahora que estaba todo preparado, pero que opinaba igual, era la idea original. Por mi parte, aunque me fastidie, es lo que quiero ahora, navegar sin prisas, sólo la meteo manda. Así que una cervecita de ángelus para levantar el ánimo y me cambié la tres capas de navegar por ropa cómoda de calle y relax a bordo. La tarde y la noche fueron ventosas y con chubascos intermitentes. ¡Que gustito estar bien amarrados en puerto! Por fin el sábado pudimos zarpar, tras pasar por la gasolinera a completar el segundo tanque. Está a 2,20 Dinars el litro, 0,65 €/l , ¡menuda diferencia!. No he visto tipo más perro que el gasolinero, solo se molestó en cobrar. Los crew de la marina tardaron en salir pero al final fueron los que nos ayudaron a hacer los dos amarres, a su manera, pero lo hicieron, aunque los peores con creces, fueron los de aduanas. Nos tuvieron una hora en la oficina con el papeleo y finalmente cuando vinieron a supuestamente, inspeccionar el barco, nos sacaron la mordida, 20€ c/u, y dando gracias, porque por un momento crei que nos retenian hasta el lunes por un cuño o no se qué, que decían que faltaba. En fin, corruptos o espabilados hay en todas partes.
El patrón dio un grito de alegría cuando por fin dejamos atrás la bocana del puerto Yasmine e ízamos velas. Eran las 14:45 HRB cuando poníamos rumbo 118° a Lampedusa, teníamos 110 millas por delante, unos 15 nudos de viento W/NW por la aleta de Br. Con Mayor y Génova hacemos 5,5 nudos de velocidad. El Itaca es estable y robusto, a penas se mueve, aunque realmente no hay mar de momento. Todo nos parece ideal y cuando el sol nos regala algún tímido rayo, ya somos felices totales. Son casi las 22h y estoy a punto de terminar mi primera guardia, las hacemos de 07 p.m a 07 a.m, las horas de oscuridad, y de 3h cada uno. Lo bueno es que puedes estar en el pilot house, saliendo de vez en cuando a mirar la electrónica, pero la visibilidad es de 120° por ambas bandas. Tenemos algún chubasco y una ola que nos zarandea más de lo que nos gustaría. El viento ha bajado y sigue rolon, al anochecer recogimos Génova y vamos solo con Mayor entre 3,5 y 4,5 nudos. Solo nos hemos cruzado con un mercante fondeado o a muy poca velocidad y otro, que no tenía AIS y que nos pasa por Er. Veo un núcleo de contaminación lumínica en mi amura de Br que me mantiene ojo avizor. En 7h hemos hecho 35 millas. Nuestra posicion actual 36°12.38’ N 10°55,59’E. Son las 03HRB, a una hora de acabar mi segunda guardia, han pasado unas 12h desde que zarpamos y llevamos recorridas 60 millas, eso nos da una media de 5 millas por hora, no está mal, es como habíamos previsto. Cuando volví a salir Adrián había arrancado ya motor, el viento había bajado y menos mal que la ola también, el bamboleo era tedioso. La contaminación lumínica resultó ser una plataforma y ya no he vuelto a ver ninguna otra luz ni AIS en la pantalla. Dejó de llover, pero hace muuucho frío. Ni las bolsitas de hierbas para calentar pies y manos, me reconfortan. Grrrr. Cuando salgo a las 7h a.m nos quedan 30 millas. El patrón ha vuelto a abrir la Mayor a la banda de Er, aunque el viento sigue muy empopado y me dice que ya ha tenido un par de trasluchadas, a pesar del sistema de freno que lleva la botavara. Yo lo había visto en algún Salón Náutico pero nunca había navegado con él. Se fue a descansar un poco, tenía el estómago un poco revuelto del motor. A mi me pasa igual, le digo, siempre que vamos a motor me noto como con angustia en la boca del estómago y se me agria el carácter, jajaja. Así que para evitarlo y controlar mejor la Mayor, me acoplo arriba de las escaleras, bajo el antirociones. Pronto me doy cuenta que el famoso sistema de freno, no está nada bien. Me armo de valor, me engancho a la línea de vida y voy hasta él para intentar desengancharlo, pero no tengo fuerza, un lado se ha encastrado en el otro y por tanto no hace su función. Pero esto no es lo peor, al acercarme acabo de darme cuenta que el arraigo de la escota de la Mayor se ha soltado y ésta pendula bajo la botavara sin ninguna sujeción. La botavara por tanto está suelta, apoyada en las crucetas. Habría que engancharla con el bichero y hacer un arraigo de fortuna. Decido llamarle a él y hacerlo entre ambos, es lo suficientemente importante como para no errar ni correr riesgos uno solo. Además me dijo que cualquier maniobra le llamara y no quiero desobedecer. Cuando sale y le explico lo que pasa, vemos que el tornillo aún está sobre la cubierta, pero al intentar cazar la escota con el bichero, hacía mucha fuerza y él tampoco podía. Decidió que nos aproaramos, para que ella sola
viniera, me puse al timón mientras él seguía en la banda para trincar la escota en cuanto se acercara, pero al aproarnos el viento aparente se duplicó y empezamos a recibir todas las olas en contra. El movimiento era excesivo y las grandes poleas amenazaban con golpearle, rapidamente decidimos arriar la Mayor, a la que tambien se le habia salido un patin, desistir de enganchar las poleas en ese momento y hacerlo con un cabo de fortuna que le había proporcionado, aseguró la driza y el bichero, antes de que yo volviera a tomar rápidamente rumbo a favor del mar y del viento. Seguiríamos solo a motor, solo a 1000 r.p.m nos daba 5 nudos de velocidad. Para rematar, la lluvia nos acompañó durante toda la maniobra, por lo que en cuanto la terminamos nos pusimos a buen resguardo en el pilothouse. Lo que parecía un tremendo mercante cargado de containers, resultó ser la primera isla, Lambione, únicamente ocupada por un farito, es reserva natural de las islas Pelage. Nos quedan 15 millas hasta el fondeo en isla Conejo, donde tenemos mirado en Navily como buena opción de resguardo en Lampedusa. A 5 millas de tierra llega una comitiva de delfines a darnos la bienvenida, son grandes y marrones, no había visto hasta ahora así. Pero igualmente nos dan mucha alegría e intentamos captar el momento con nuestros móviles. Conforme nos vamos acercando, vemos que Lampedusa tiene majestuosas paredes de acantilados en su zona más occidental y se divisa un gran observatorio esférico. El día se presenta nublado y desapacible hasta el momento y no superamos los 10 grados. Son las 13 HRB cuando arribamos al fondeo en Cala Cuitgia al final, 35°29,8’N 12°36,06E, pequeña cala de aguas turquesas, a Babor de la bocana del puertecito de pescadores. Tiene algunas zonas de poseidónea y también vemos pequeñas medusas moradas. Creía que sólo estaban en verano con el agua calentita. Grrrrr
Una vez finalizada la maniobra de fondeo, hice una sopita calentita y huevos fritos con bacón y patatas, ¡nos lo habíamos ganado!, mientras Adrián se ponía a arreglar la Mayor para mañana poder seguir con nuestra travesía hacia Malta. El resto de la tarde la dedicamos a relax en el pilot house, haciendo algo de yoga, leyendo y finalmente viendo una película, tras ver el sunset a través de sus grandes ventanales. Sin prisa pero sin pausa, zarpamos hacia Malta, otras 90 millas hasta Comino exactamente, rumbo 69°, son las 10:45h cuando decimos adiós a Lampedusa y los pescadores que faenan en la bocana. Ha salido el sol. Me voy a proa a subir el ancla, Adrián había subido ya la Mayor para comprobar que el arreglo de fortuna del patin había quedado bien, así que en cuanto estuvimos libres salimos elegantemente a vela de alli. A penas hay viento para ir solo a vela y tenemos que arrancar motor. Pero agradecemos la buena temperatura que nos proporciona Lorenzo y empiezo a deshacerme de mis capas de ropa y acomodarme por la popa para cargarme de vitamina D, él ha hecho lo mismo en proa. Cuando regresa, nos hacemos el ángelus, ya está totalmente instaurado a bordo y comentamos lo afortunados que somos, navegando como almas libres, un lunes cualquiera. Llevamos algo más de 4h y 24 millas, ¡no está nada mal!, la idea es llegar a primera hora mañana. Observamos en bañera a Lorenzo hasta su último rayo de sol, al son de Macaco primero y de Dire Straits después y alguna que otra conversación
trascendental o no. Tras el espectacular sunset, el ocaso es también largo con una tremenda combinacion de colores desde el naranja hasta los azules hasta acabar en los grises que sirven de tapiz para una minúscula luna creciente, la primera del mes. Es imposible captar con el móvil tanta belleza, son esas fotos que solo puedes guardar en la retina. Adrián prepara unos bocadillos y tras dar cuenta de uno de ellos, me voy a mi camarote para descansar un poco la espalda que empieza a pasarme cuenta de las horas de sueño robadas y las malas posturas a bordo. A las 22h salgo a mi guardia, Adrián sigue fuera, al parecer ha tenido bastante tráfico, aún puedo divisar algunos de los mercantes por nuestra banda de Babor. Y en proa se divisan ya algunas luces de Malta. La noche es más templada y mi guardia es tranquila, salvo un extraño barco que nos pasa por nuestro Er y que emite luces variadas, a veces potentes, a veces casi imperceptibles. Cuando salgo a mi siguiente guardia de las 04 a.m ha podido sacar de nuevo Génova y parar motor, por fin navegamos sólo a vela, el problema es que estamos a solo 10 millas y no queremos llegar de noche. Daremos un bordo hacia el Norte, hacia Gozo y luego otro hacia el Sur de Malta. Un cúmulonimbo nos trae rachas de hasta 20 nudos y lluvia, pera una vez pasa nos quedamos al pairo sin nada de viento, hasta que empieza a esclarecer y arrancamos motor para hacer las 8 millas que nos quedan hasta Blue Lagoon, la cala que hemos elegido para fondear. Un último chaparrón antes de dejar paso a los naranjas que nos trae el sol del nuevo día.
Gozo nos sorprende con unas grandes paredes de acantilados como cortados a cuchillo. Entramos al final al fondeo a las 09 a.m., es un lugar estrecho de aguas turquesas al que accedes entre un paso de rocas, hacia el norte se ensancha y vemos llegar varios catamamranes de turistas y no cesan de pasar por nuestro lado barquitas de turistas a pesar de que el día está entre sol y nubes. Y desgraciadamente aquí también hay medusas de esas chiquitas moradas, por lo que me alegro que sea invierno pues si fuera verano sería un fastidio no poder bañarse por ellas. Despues del ángelus decidimos cambiarnos a otra que hay próxima, porque la cala Santa Maria que habíamos visto que estaba al norte, nos dice Navily que no nos da resguardo de mar. Tall iz Mazz, al salir de ésta a Babor, bajo una torre romana. Me voy a la proa para subir el ancla y ya me quedo aquí para la próxima maniobra, aunque al llegar finalmente cambiamos posiciones, porque él quiere echar un boyarin, es más profunda y quiere tener el ancla controlada. A estas alturas ya hacemos buen tandem y yo ya voy controlando al Itaca, aunque su timón no es muy fácil al ser hidraúlico. Echamos en 10m , se ven manchas oscuras pero pensamos que seran de poseidonea porque navily dice que el fondo es de arena. No obstante echamos sobre los claros de arena. Es también muy bonito, lleno de cuevas hasta donde tambien llegan las barquitas de turistas. Cuando
terminamos la maniobra me pongo a cocinar una fideua, o lo más parecido a ella, con el arreglo que compré en Tunez y como premio por la travesía, regada con un vinito blanco que puse oportunamente a enfriar. Mientras, fuera empieza a llover sin parar. ¡ Que gozada el pilothouse del Itaca!. El se echa una merecida siesta, pues desde su guardia de la 01 a.m no se volvió a acostar, pero yo no puedo ni meditar porque una burda se ha soltado y ha empezado a golpear entre los obenques y el palo y me toca salir a solucionarlo. Resto de la tarde trankis a bordo, alguno hace un poco de gym y yo escribo con buena música de fondo. La noche fue tranquila, con poco viento, menos mal, porque roló y en lugar de SO tuvimos NO por lo que borneamos y nos quedamos proa hacia fuera. Como mi camarote es el de proa, cuando entraba la ola, la notaba como si fuera navegando, así que me levanté varias veces en la noche para controlar que todo estaba bien, y a las 7:30 HRB ya estaba en pie mirando la meteo y los posibles fondeos para hoy. Desayunamos juntos viéndolo y decidimos levantar el fondeo sin más demora para aprovechar el día, que hoy se esperaba soleado. Pero cuando nos pusimos a la maniobra, él en proa para quitar el Cabo de seguridad y recoger el boyarin, me pareció que había algún problema, y así era, pronto me confirmó que habíamos enrrocado el ancla, ¡mierda! Y teníamos 10m de sonda, habría que bajar con botella, menuda faena, con lo fría que debe de estar el agua y encima llena de medusas grrrr.
Se bajó a prepararlo todo y mientras yo me puse a cocinar para aprovechar el tiempo y por si se demoraba la maniobra. Cuando estuvo listo le ayude a ponerse todo en la popa y se tiró, fue hasta la cadena para bajar por ella pero, aunque hizo varios intentos, al final no lo consiguió, se agobió viendo el enjambre de medusas que le rodeaban y el cabo del boyarin que se empeñaba en enredarse en él, así que finalmente desistió y regresó. Menos mal que al momento vi llegar una semirigida y les hice señales con los brazos, era la policía, les explicamos el problema que teníamos y nos dieron el teléfono de un buzo profesional al que contacté y en 45 minutos estaba aquí, un par de intentos y 150€ y estuvimos liberados. “ El dinero y los coj**** son para las ocasiones” le dije al patrón, jajaja. Pusimos rumbo directo a Cala Littel Armier, al norte de Malta, era la única que nos daba resguardo de mar y de viento, según Navily. 35° 59,46 N 14°21,47E. En media horita estábamos allí, él se fue directamente a la proa y yo me quedé al timón, asegurándome de echar bien en el medio de la gran zona turquesa de arena. No es muy bonita, dos o tres restaurantes cerrados, alguna casa modesta y un parking de autocaravanas. Pero por lo menos Lorenzo nos acompañaba tímidamente, lo suficiente para poder comer en la popa y brindar por habernos podido liberar de una forma u otra. Felices porque bien está lo que bien acaba y además nuestro ángel de la guarda nos habia enviado a aquella barca de la policía a ayudarnos. Duermo del tirón toda la noche, sin enterarme que nos entró un negrito de madrugada que sacó del camarote al armador y le tuvo en vela un par de horas, hoy te tocó a ti, le digo, jajaja. Amanece entre sol y nubes, pero aún así nos vamos a proa, yo hago mis ejercicios de yoga y él medita, al terminar dejamos pasar un negrito que nos
trae rayos, truenos y lluvia en un cóctel de 10 minutos, tras él con un precioso arcoiris de fondo, levantamos el ancla, está vez sin problemas, que alivio, y ponemos rumbo a Valeta, la capital de Malta, hemos decidido resguardarnos allí de un fuerte viento del W que tendremos los próximos dos días y así aprovechar para ver la ciudad y reaprovisionarnos. La navegación fue una gozada, por fin a vela con viento de unos 15 a 20 nudos por la banda de Er, izamos Mayor con un rizo, Mesana y Génova y el Itaca navegaba entre 5 y 6 nudos, estable, sin demasiada escora y nosotros disfrutando por fin del placer de navegar a vela. Llegamos a mediodía, es impresionante la entrada, a los pies de la ciudad antigua y las murallas del fuerte de Estribor, aunque han empezado a construir grandes edificios de cristal que en mi me memoria no están. No obstante es precioso el entorno en general. Nos dirigimos hacia Er a la zona de fondeo que marcaba Navily tras la isla, pero vemos que todos están con boyas en proa y popa y por tanto no podemos fondear. Finalmente tenemos que acabar pidiendo amarre en la marina Msida & Ta Xibaex, 50€ la noche. Los recuerdos se me agolpan, me parece ver aún allí al Rebeca hace 14 años ya, su casa durante dos meses hasta que vine yo en verano con Rubén e hicimos la primera travesía familiar de vuelta a Alicante. Dejo pasar mis pensamientos como si fueran nubes y me centro en el atraque, hay que preparar amarras, poner defensas etc. Vienen los marineros con una dingui para guiarnos hasta el amarre asignado, es en el muelle de piedra, necesitaremos poner una pasarela para saltar. Y a redescubrir Valeta,
construir nuevos recuerdos, con un nuevo velero y un nuevo armador, porque los lugares cambian según con quien los compartas. Una ducha calentita bien merecida y salimos a cenar al Red Parrot pub, con musica en vivo, aunque la fiesta no dió para más porque al salir llovía y llegamos ya empapados a bordo, jope, con las ganitas de bailar que tenía. Bueno así aprovecharemos mejor mañana el día, que dedicaremos a callejear por el casco antiguo, haciendo algo de paso pose para inmortalizar momentos con nuestras cámaras y comiendo en una taberna realmente auténtica, para terminar en un supermercado y contratar un Uber para volver al barco con la compra, pues por la calle no pasan taxis, son todos previa reserva. Estibamos y me voy prontito a dormir porque mañana hemos acordado levantarnos a las 05 a.m para zarpar, aunque finalmente nos costó conseguir que viniera el marinero para devolverle la llave y recoger nuestra fianza y nos retraso el zarpe a las 07 HRB. La ciudad empezaba
a despertar y dejamos atrás sus luces, por delante teníamos 55 millas hasta Sicilia, de momento sin viento pero también poca mar. Pero pronto empieza una leve brisa y nos apresuramos a izar velas, sin percatarnos que se nos echaba encima un negrito que nos trajo rachas de hasta 30 nudos, nos hizo poner rápidamente 2 rizos a la Mayor, recoger Génova y ponernos nuestros chalecos. A partir de él, ya pasamos todo el día ojo avizor a todos los que nos iban cruzando la proa o la popa, ajustando las velas, a veces incluso teniendo que acompañarlas con un poco de motor. También teníamos que estar atentos al enorme tráfico de mercantes, alguno nos esquivó amablemente y alguno tuvimos que esquivar nosotros. Finalmente arribamos a la rada de Portopalo a las 5:30 p.m. aunque realmente parecía más tarde, los nubarrones habían adelantado la noche, a penas nos quedaba luz para elegir la zona, a Babor de toda la flota de barcos de pesca que dormían allí. Mañana tenemos que permanecer aquí hasta que pase un frente del Norte que traerá viento y lluvia. Y así fue, toda la noche se pasó el Cabo del ancla gruñiendo sin dejarme dormir, grrrr. Aunque no había prisa, nos despertamos como siempre a las 08 a.m. yo me pongo con mis ejercicios en el pilothouse porque Adrián ha intentado salir a proa pero dice que el viento del norte es muy frío y yo ni lo intento.
Domingo de manta y sofá, como en casa pero flotando, jajaja, ah y hasta hago la paella de los domingos o lo más parecido a ella, con los ingredientes que tengo. Estoy cocinando bastante en esta travesia, a veces para ocupar el tiempo que él dedica a teletrabajar y a veces para compensar el no ser manitas y ayudarle con las tareas o trabajos varios que van surgiendo de mantenimiento. La tarde pasa tranquila, escribo mientras él teletrabaja. Me encanta lo acogedor que es el pilothouse del Itaca. La noche también fue tranquila y nada más despertar arrancamos y levantamos el fondeo. Ahora siempre lo hacemos expectantes hasta que vemos subir el ancla, stress postraumático, jajaja. Ponemos rumbo a Siracusa, 25 millas, 5h si todo va bien, en principio una leve brisa y mar tendida, aunque con una ola de mar de fondo a veces de más de 1,5m, pero hoy la recibimos por la amura, así que se negocia mejor. Rumbo 25°, izamos velas, Génova, Trinqueta, Mayor y Mesana, a todo trapo navegamos plácidamente con una leve brisa y el sol acompañando. De postal, y así intentamos ambos inmortalizarlo en videos que compartimos por nuestras RRSS, aunque lo importante es que formará parte de esos momentos que nos llevaremos cada uno en nuestra maleta de la vida. El viento nos duró poco en intensidad y tuvimos que arrancar motor para ayudar a las velas a mantener la velocidad de crucero de 5nudos y cumplir nuestra ETA. Quizás por eso no nos percatamos del gran barco de la policía de finanzas “Aduanas” que nos daba alcance por la popa. Automáticamente reducimos
máquina y quedamos atentos a la radio, por la que nos llamaron rápidamente y nos pidieron que pasáramos al canal 11. Así lo hicimos y tras responder varias preguntas en inglés, incluyendo deletrearles nuestros nombres, se acercaron para con un salabre, recoger nuestra documentación y la del barco. Al pairo nos mantuvieron esperando hasta que hicieron todas las comprobaciones pertinentes, vamos que no estamos en busca y captura supongo, jajaja, nos devolvieron nuestros documentos y nos dejaron marchar deseándonos buena travesía. La verdad es que no nos hemos cruzado con ningún otro velero, supongo que en invierno no es habitual y dudaron que fuera por puro placer. Seguimos hasta la rada de Siracusa, WP marcado, la entrada también fue espectacular con toda la isla de Ortigia a Er, llena de fortalezas y cúpulas de iglesias. Todo el mundo me ha dicho que es preciosa, lástima que solo hagamos noche y no la podamos visitar. Aún si fuera verano con las largas tardes, hubiéramos podido bajar a callejear y cenar, pero ahora antes de las 18h ya es de noche y hace frio para mojarse con la dingui. Navegar en el mediterráneo en invierno es otro cuento. Realmente para gente muy envenenada, porque momentos plácidos hay pocos, te limitas a navegar con mucho o ningun viento, siempre pendiente de las borrascas que se suceden, buscando ventanas de viento entre unas y otras y pasar mucho frio. Nos sorprendió ver a otro velero fondeado allí, la primera vez que tenemos vecinos en un fondeo desde que salimos de Túnez. Siempre te alegra saber que no estás sólo en tu locura, jajaja.
Lorenzo nos acompañaba hasta ofrecernos un precioso sunset, por lo que nos damos el lujazo de comer en la mesa de popa. Posición 37°3,53N 15°16,69’E La noche fue tranquila, aunque me desvelé muy temprano, mi reloj biológico es muy exacto y como me retiré más pronto a Morfeo por la sesión fallida de cine, ya debía estar satisfecho. No obstante el armador me sorprendió arrancando motor y haciendo toda la maniobra de levantar el fondeo sólo, sin esperar ni a que me vistiera. Cuando salí ya apuntábamos a la bocana natural de la rada, pero cuando me preguntó que tal estaba no dude en decirle que no me gustaba que me ignoraran, que sé de sobra que no me necesita y se sirve bien solo, pero yo he venido a hacer equipo y participar en todas las maniobras, no a que me traten como un pasajero. Lo entendió y se excuso diciendo que hoy tenia que estar pronto fondeado para teletrabajar, no lo sabía, pero eso se dice y se planifica madrugar más, le digo. El resto de la travesía se asegura de compartir todas las maniobras con las velas, además hoy nos hacen currar porque hay bastante viento y muy racheado, pasa de 10 a 30 nudos en minutos y además de ceñida, así que hace bastante frío a pesar de que salió el sol. Vamos con Trinqueta, Mayor con dos rizos y Mesana y una punta de motor, para poder cerrar el ángulo y hacer mejor rumbo. Aunque el
motor ha empezado a fallar otra vez, hace un par de días que empezó así, como si perdiera fuerza y se apaga y luego nos cuesta arrancar, como si no aguantara el relenti. La primera vez cambiamos de tanque porque al primero le quedaba poco para llegar a la reserva y pensamos que podría estar el final del tanque sucio, además es el que habíamos llenado en Tunez. Pero ahora vamos con el segundo, es gasoil de España y está más de medio. Arribamos justo a las 12 HRB al fondeo elegido, junto Augusta, Cala Granatello, no es muy bonito pero nos da cobijo del viento de NW que sopla todavía con fuertes rachas y de mar. Aún así aprovechamos la compañía de Lorenzo para hacer el ángelus en la popa. Posición 37°14,21’N 15°13,85’E Nos quedan unas 30 millas hasta Porto Riposto, donde se encuentra la marina que ha elegido el armador para pasar el próximo mes. Madrugamos un poco más de lo habitual y a las 7:30 HRB estábamos ya ambos subiendo el hierro y cruzando los dedos, pero si, subió con barro pero sin problemas, las manchas oscuras debían de ser de algas. Un tímido sol nos daba los buenos días pero Eolo todavía no se había despertado. Salimos tranquilamente del fondeo, dejando cuidadosamente la marca del pecio histórico que viene señalizado en Navionics y ponemos rumbo a Riposto, 355°, 30 millas. Hoy a penas hay mar de fondo y en seguida vino a nuestro rescate Eolo con una suave brisa de NW de 12 a 16 nudos y por un ángulo entre ceñida y descuartelar, nos invito a izar todas las velas del ITACA y lucir en todo su esplendor para poner el broche final a esta travesia. No es un barco rápido, su velocidad de crucero son los 5 nudos, que no es poco si piensas que tiene que desplazar 15 Tn., pero te transmite otros valores como es el de seguridad.
Además tenemos como marco de fondo en toda la travesía de hoy, el volcán Etna, con sus cumbres nevadas. De postal con su nube constante de humo. Aunque la sensación es de mucho frío al tener el viento en proa y la imagen de la nieve, Lorenzo solo nos aporta luz para las fotos. Lo único que enturbia tan maravillosa travesía son los constantes mensajes del móvil, ya que al navegar tan cerca de la costa la cobertura no nos falta y las obligaciones familiares me reclaman constantemente. Esas que lamentablemente han convertido esta travesia en un traslado más precipitado de lo deseado. Pero bueno, eso es la vida, lo que nos sucede, mientras nos empeñamos en hacer planes, dijo muy sabiamente John Lenon. Arribamos sobr las 14:30 HRB, había reservado vía mail el patrón y llamado por radio canal VHF79 y un marinero nos aguardaba en la gasolinera,
entrando a Er. Repostamos los dos depósitos, a 2,10€/l,¡ bienvenidos a Europa!, grrrrr. El marinero, Joan, súper amable. Nos guió con una dingui hasta el amarre, una vez hicimos el checkin en la oficina. Y al finalizarlo tuvimos que irnos corriendo hasta la policía para hacer la entrada en el país antes de que cerraran. Comimos algo a la vuelta y directos a las duchas, que gozada poder quedarte bajo el grifo de agua caliente sin restricciones. Ya vestidos de guapos nos vamos a callejear por el pueblo y a tomar algo para poner el broche final a la travesía.
Al día siguiente caminata hasta la estación de tren que tendré que tomar mañana a primera hora para Catania y a la vuelta compramos unas doradas y unas almejas para cocinar a bordo, como colofón final a la cocinadas en el ITACA y ahora sí, despedirme como merece de él y su armador a quienes deseo muy buenos vientos en su nuevo proyecto de vida nautica.

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