XXIII REGATA SAN JAIME

Por fin después de 3 meses en dique seco por la rotura de mi muñeca, me dieron luz verde para poder volver a navegar y tuve la gran suerte de que me invitó un buen amigo a participar en la famosa regata San Jaime en el Club Náutico de Oropesa. Al parecer es de las más importantes o la más importante del club y es durante todo el fin de semana, hay pruebas el sábado y pruebas el domingo. La previsión era de viento flojo para el sábado y demasiado viento o bastante viento, para el domingo. Formaría parte de la tripulación deL AVATAR, un precioso Elan31, de mi amigo Enric y que tiene hace solo dos años. Sabía que seríamos más de tripulación, pero no los conocía, hasta que nos presentó en el pantalán el mismo sábado por la mañana y todo empezó a fluir. Un chicarrón de más de 1'90 que se encargaría de la proa, un instructor de escuela náutica, el armador y yo. Nos dirigimos hacia el bar para saludar al resto de las tripulaciones y tomarnos un café rápido antes de irnos hacia la carpa a la reunión de patrones. Allí el oficial de regata nos explicó que las pruebas serían dos y cada una de ellas de 2 mangas formadas por un triángulo, barlovento-sotavento, que es lo que se suele realizar en las pruebas más técnicas. El viento previsto seguía siendo flojo, con lo cual la única duda entre los rumores de todas las tripulaciones, era si nos daría tiempo a llegar a la cena, jajaja. Eso sí, nos habían preparado bolsas con bocadillos, fruta y chocolatina, ¡estábamos salvaos! Jajaja. Ah y botellas de agua, con lo cual íbamos bien preparados para tener paciencia y soportar lo que parecía, iba a ser una laaarga jornada en el mar. ¿No querías navegar? ¡pues toma!, me dije a mí misma. Jajaja, La salida no se hizo de rogar aunque había poco viento, solo 5 ó 6 nudos de intensidad, eran sobre las 12:30 h cuando iniciaron el
procedimiento. Salimos pegados al barco del comité, por delante del Rasputín, un Fortuna 9 de Juanlu, un navegante solitario al que le vamos ganando barlovento hasta poder hacer nuestra primera virada sin estorbarle. En el primer bordo de ceñida conseguimos cortar la proa del Remolí y de Aldebarán, situándonos por delante de nuestros competidores en la clase. En el segundo y tercer bordo perdimos posiciones, llegando a la baliza de barlovento muy apretados con la flota pero por detrás. Sin embargo, en la primera bajada a sotavento hinchamos el asimétrico y conseguimos recortar hasta el punto de llegar todos juntos a la baliza 3, teniendo que cederles el paso por interior, donde se armó un lío de embarcaciones pidiéndose preferencias y aprovechando este caos, pasamos a la mitad. Aunque finalmente nos quedamos parados por todo el viento sucio que nos echaban y a la hora de virar teníamos al Souleias pegado en popa y a sotavento por lo cual queríamos esperar a tener la maniobra clara y él aprovechó para intentar meterse a barlovento haciendo una maniobra arriesgada en la que pasó su proa por nuestra popa orzando al límite y casi metiéndonos su botalón dentro de nuestra bañera. Viramos y nos cruzamos con otro bajando a un largo que no nos cedió el sotavento y a partir de ahí, la flota se fue por el bordo contrario acertando y dejándonos a nosotros atrás. La segunda bajada ya a la línea de llegada fue muy lenta, calurosa y aburrida ya que el viento nos cayó, dejándonos flotando y haciendo que el pin de llegada se hiciera eterno. No obstante, mientras esperábamos a que terminara el resto de las embarcaciones, nos quedamos al pairo tomándonos unas cervecitas y la kitsch que había preparado y llevado a bordo. Finalmente, tras una espera de una media hora, el comité decidió cancelar la segunda prueba por falta de viento. ¡Aleluya! pensamos todos, y nos dirigimos al club, recogimos toda la maniobra y tras arranchar rápidamente todo, nos fuimos hacia la carpa a tomarnos una cervecita con el resto de tripulaciones y comentar cómo había ido a cada uno de ellos. Aunque pronto, como el calor era muy sofocante y ante la duda de que nos dejaran utilizar la piscina del club nautico, el armador nos ofreció gentilmente irnos a la de su apartamento y eso hicimos. Lo cierto es que a mí me dio la vida un chapuzón en agua dulce y 30 minutos de reposo en el césped, antes de pegarnos unas duchas para ponernos guapos y dirigirnos de nuevo al náutico para la cena que había preparada por la organización.
En esta se entregaron los premios de todo el año a cada una de las embarcaciones y AVATAR recogió un 2º premio del RCNC por la regata del Carmen. En la jornada de hoy habíamos quedado octavos, justo en la mitad de los 15 barcos que habían participado. Aunque la charla era agradable, no nos retiramos muy tarde pues el domingo nos esperaba la segunda prueba y con bastante viento había que estar descansaditos. Nada más levantarnos consultamos de nuevo la previsión y efectivamente había previsto viento racheado entre 15 y 30 nudos. De hecho, algunos tripulaciones pensaban que no darían la salida por demasiado viento pero, nada más lejos de la realidad, el oficial de regata nos confirmó que haríamos la prueba y que sería una travesía hacia el norte en donde pondrían una boya en el Wait Point que nos indicaron: 40º 7,281’ N 00º 10,053’ E en el cuerno De Marina D'or, en el límite con la playa de torre la sal. Hoy la salida fue puntual a las 12:00 HRB, con viento constante entre 10 y 15 nudos, pero con rachas de hasta 28 nudos. Conseguimos salir, con un rizo ya en la Mayor y a barlovento de toda la flota con bastante velocidad y buen rumbo, aun habiendo perdido el cronómetro, saliendo a ciegas, pero justo a tiempo, y con algunos gritos de más, por demorarme a correr a proa para meter el faldón ¡pues me pillaron haciendo de paparazzi. ¡jajaja. Hoy nos acompañaría, llevando la Mayor, el armador del Rasputín, puesto que había desistido de salir con su embarcación en solitario por la
previsión de demasiado viento para ir solo y sin electrónica. Conseguimos ir primeros de la flota durante la primera mitad de la ceñida, cediendo al final los 3 primeros puestos a las embarcaciones más grandes a medida que hacíamos el recorrido y montando cuartos la baliza situada a la altura de la playa. Una vez fijado rumbo a la línea de llegada, tomamos una estrategia diferente a los que teníamos delante yendo algo más abiertos al viento y dejándonos llevar por las olas surfeándolas y una vez a la altura del Cabo de Oropesa orzando a la línea de llegada para acabar recortando bastante a los 3 primeros, pero sin ser suficiente, pues finalizamos cuartos en real y cuartos en el total de la segunda prueba. Aun habiendo bastante viento el armador bordo el atraque. Y una vez arranchamos entre todos, ¡con masterclass incluida! Jajaja, baldeamos al precioso AVATAR y nos dirigimos una vez más hacia la carpa para compartir con el resto de las tripulaciones la paella que nos tenía preparada la organización. Con la entrega de premios poníamos punto final a un intenso y divertido fin de semana náutico.

Comentarios

Merce ha dicho que…
Muy buen relato amiga, como siempre por tu detallado relato casi que he podido vivir esa falta de viento del primer dia 🤓
liberty ha dicho que…
Cuando quieras sube a bordo y lo compruebas en directo, jajaja.

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