CON EL ALMA AL DESCUBIERTO

Me siento en el escritorio turbada, sin control, sin conocerme, como si mi voluntad, como si mi poder de control del que siempre he alardeado y he sido la envidia de todos, me hubiera abandonado.
Me pregunto cuál sera la causa, acaso se ha apoderado de mi una fuerza infernal que me destroza las entrañas, inhibiendome del control de mi cuerpo........no, no, eso no es, pues yo controlo mi cuerpo y, si controlo mi cuerpo......¿cuál es mi problema?.

Yo, que había llegado a la conclusión de que el mundo material estaba por encima del mundo que no lo era, los hombres no eran más que entes que me satisfacían, el dinero un medio de felicidad........pero, yo tengo hombres, los que quiera y, tengo dinero.....el que desee. Entonces, si controlo mi cuerpo y dispongo de medios de felicidad......¡Qué me pasa coño!

Cuando era una adolescente lei que la felicidad no estaba en los medios materiales de los que uno dispone, sino, de algo mucho más elevado y superior....¡la tranquilidad de espiritu!. Y siempre he pensado que la tranquilidad de espíritu la da el desasosiego que se siente después de hacer el amor, y que de ese estado se salía interviniendo en juergas grandiosas. Pero no hago más que practicar los principios que han movido mi vida, la felicidad carnal. Ahora, después de hacer el amor, me inunda el desengaño de no encontrar la paz, y por más que participo en juergas y orgias sin par, mi pensamiento flota en el crepúsculo gris de la desesperación, en la amargura de no poder arrancar mis pensamiento de la obsesión en que está hundido. Obsesión, dulce obsesión, que la acaricio y cada vez que la cojo se desvanece, como si mis manos la desintegraran, sin conocer la causa.

¿Es realmente ésta la causa que me aflije, que me absorve el alma?, porque es el alma quien realmente sufre penas y dolencias, de las cuales no sabe nadie su curar y, lo peor de todo, ni siquiera uno mismo.

El hombre ha escrito grandes tratados que hablan de su libertad, la humanidad ha sufrido grandes revoluciones con infinidad de victimas, por conseguir la libertad de sus actos, incluso tenemos leyes que defienden la libertad del ser humano. Me pregunto si estos tratados y estas leyes me permitirán conseguir mi gran deseo, mi gran amor, que me libere de esta angustia. Eso, eso es, amor. El amor que necesito, el amor inalcanzable, esta distancia que me separa de él, que no es el tiempo ni el espacio, esa es la causa de mi desesperación. ¿Acaso pues tengo libertad si mi necesidad vital es inalcanzable?.

Yo, desde mi sumisión, desde la humildad que enaldece un alma aflijida, suplico a leyes, jueces, procuradores..., que elaboren un tratado de libertad que permita querer a quien se quiera sin prejuicios, sin que a una por el mero hecho de querer le nieguen la condición más grande que tiene el hombre.......amar y ser amado.

Dedico estas líneas a quien pueda pensar que el hecho de amar sin reservas, arranque los ojos a la sociedad que contempla este amor. Yo digo que poner el cerebro en contra del corazón, es declarar la guerra a uno mismo, donde solo hay un perdedor, el propio YO. Si vence el cerebro, la sociedad no se arrancará los ojos, pero el Yo habrá perdido el corazón, y vivir sin corazón es vivir sin ternura, sin dignidad, sin capacidad de lucha....., ser siempre inferior a aquellos que conjugan las dos cosas, el cerebro y el corazón para conseguir su felicidad, la felicidad es el estandarte que portan los vencedores, los que tienen tranquilidad de espiritu, sin hacer caso a las alimañas sociales que nos asaltan con prejuicios y posibles problemas, que ellos no supieron hacer frente y ahora son almas amargadas.

A ti, mi amor, donde quiera que estés............