QUERER SIN QUERER, QUERIENDO.

-Me siento tan querida cuando hablo contigo ...¿por qué me quieres tanto?- me preguntaba ayer una amiga.
- Si realmente nos conocemos poco y estamos poco tiempo juntas...
- No sé, respondí, -¿acaso tu eliges a quien querer o quieres sin más?...

Pues eso, quieres, y punto. Porque yo creo que no puedes elegir a quien querer.

A veces quieres a alguien sin razón aparente para hacerlo, a veces no puedes querer a quien tendrías razones para hacerlo, incluso a veces quieres sin querer, porque te duele al hacerlo.
Es algo más fuerte que tu voluntad.
Puedes elegir hacer o no hacer, estar o no estar, pero sentir, eso no lo puedes remediar, el corazón es libre para querer, igual que para odiar.

Da igual que sea hombre o mujer, joven o viejo, amiga o vecina. De repente alguien llega a tu vida, y sin saber muy bien como, ni por qué, se aloja ahí, muy dentro de tí y se queda para siempre. Y da igual la distancia, la frecuencia, el tiempo o el espacio, lo importante es que sigues disfrutando de ello, sigues reconociendo ese sentimiento, que es más fuerte que la razón, porque el corazón no entiende de razón.

Y cuando quieres de verdad, te mueres queriendo. Se acaba la pasión, se acaba el amor, se acaba la atracción, se acaba la complicidad, se acaba el compartir, se acaba el convivir, se acaba disfrutar de las mismas cosas, pero el querer siempre existirá, se transformará, se intensificará, se reducirá, se hará más latente o menos intenso, se convertirá o simplemente se recordará, pero hasta en ese momento del recuerdo se hará el protagonista de nuevo.

Acaso hay algo mejor que querer?, sentir es vivir y vivir sintiendo es hacerlo intensamente, no se puede pasar sin penas ni glorias por esta vida, no podemos irnos con el traje nuevo e impoluto, cuantas más rasgaduras, heridas, canas y arrugas te lleves, más habrás disfrutado de esta vida, "no llenes tu vida de días sino llena tus días de vida"...