DE CAMPELLO A BARBATE

Por fin empezaba la aventura del Rebeca, después de meses de preparativos de puesta a punto y superando todos los contratiempos de última hora que parecía que no iban a hacer posible cumplir con la fecha – Murphi siempre tiene que intervenir – allí estábamos puntualmente y prácticamente toda la tripulación, a falta de solo uno, dispuestos a soltar amarras de su puerto base en Campello sin más demora. Una parada técnica en la gasolinera para cargar los depósitos, pues la previsión era de poco viento y solo disponíamos de 48 horas para trasladarlo a Barbate, el capi llamó por radio por el Canal 9 al CN de Campello…..

-CN Campello, CN Campello, CN Campello, aquí embarcación Rebeca tercero, Rebeca tercero, Rebeca tercero, me recibe? Cambio.
- OK, aquí CN Campello, le recibimos alto y claro, cambio.
- Gracias, solo quería informarles que el Rebeca tercero acaba de soltar amarras rumbo al Caribe, gracias por todo y hasta la vuelta. Cambio.
- Gracias a Uds. Por avisar y buena travesía. Cambio

Y así, con una pequeña traca desde el espigón, nos despedía nuestro amigo Osvaldo, brazos en alto, disparando su cámara fotográfica….. Nos faltaban brazos a todos para decirle adiós, un momento emotivo con el flojo sol de las tardes de invierno de testigo y una mar tendida reicbiendo al Rebeca, que con su proa noblemente enfilaba ya rumbo al Sur. El capi al timón, como no podía ser de otra manera, emocionado por lo que representaban estas primeras millas……

Comimos unos pollos asados que habíamos llevado preparados con una botella de buen Rioja para celebrarlo y todos se fueron a hacer la imperdonable siesta española. Me quedé de guardia el tramo entre el paso de Tabarca y el Cabo de Santa Pola, que tantos recuerdos de travesías pasadas me trae…..un par de barcos de pescadores me cruzaron la proa rumbo a puerto, y a pesar de irle nosotros por su Er no tenían ninguna intención de cedernos el paso, mucho menos por ser un velero, pues aunque izamos mayor era evidente que íbamos a motor, por lo que tuve que reducir máquina para garantizar que pasaría uno de ellos sin problemas y sin tener que modificar el rumbo al Rebeca. Automáticamente subió J.M. ante la diferencia de ruido en el motor, le expliqué lo que pasaba y lo que había hecho, así que asintió y volvió a bajarse, supongo que nos faltan muchas millas juntos todavía para que confíe en mí.

Ya con la caída del sol fueron apareciendo todos, la conversaciones eran fluidas y variadas, en un ambiente todavía de emoción, e ilusión por la travesía que en breve cumpliría el barco…….y acabamos repartiéndonos las guardias, ya que en invierno el día acaba antes y la oscuridad pronto nos envuelve.





Como parte de la tripulación ya compartieron el último Atlántico, ya tienen sus costumbres, así que intento adaptarme sin rechistar. Se asignan guardias individuales desde las 12 pm hasta las 07:00 a.m. La primera la hará Miuca, porque con la conjuntivitis que está soportando la pobre, la vista se le cansa rápidamente y así podrá acostarse antes. Al capi le eximimos esta noche por el gripazo que lleva encima, yo haré la segunda, Urtzi la tercera y J.M. la última hasta el alba.

A mi me cuesta coger el sueño, así que decido quedarme haciéndole compañía a Miuca en la primera, y con la típica charla intimista y confidente que solo en las guardias se tienen, se nos pasa el turno rápidamente y baja a acostarse. Así que solo me queda compartir la mía con mi notebook, un redbull y un poco de jamón de mono, hasta que aparece puntualmente Urtzi sin necesidad de avisarle…..

La noche es muy templada, me he puesto las tres capas pero del traje más fino de agua que tengo, intento identificar constelaciones en el cielo estrellado, Orión, géminis, las pléyades…..y nada, no me ataca el sueño, así que me bajo al fin de la guardia con los ojos como platos…..El capi todavía está despierto, en su batalla personal con la fiebre del constipado e intenta relajarme, pero nada, me levanto a las 9:00 a.m. con la sensación de estar igual, pendiente de todos los ruidos y movimientos del barco…..tengo que relajarme y aprender a dormir y descansar durante las navegaciones, me digo a mi misma, y no es que no confíe en la tripu, es la falta de costumbre de hacerlo, cuando la mayoría de las travesías realizadas han sido casi siempre con personas que no conocía…….es algo instintivo ya, supongo.

El día amanece espléndido, con sol pero sin chispa de viento, Eolo no quiere acompañarnos, así que seguimos con el motor. Por la noche hemos hecho puntas de más de 9 nudos, por lo que hemos adelantado varias horas sobre las previstas. La mañana pasa variada, unos leen, otros se dejan mecer en proa bajo el templado sol, otros duermen…hoy comeremos pasta rellena de espinacas. El Rebeca tiene cocinero de 5 tenedores, así que se enorgullece de que en el Rebeca no se repite menú nunca, pero que esta travesía no va a cebarnos, viene con el propósito de hacernos dieta Tibetana para que luzcamos buena silueta en el caribe.

La tarde la dedicamos a la informática, reinstalándome JM el Maxsea en mis portátiles, probando el capi la conexión vía satélite……

Hoy estamos todos para las guardias, pero como es la costumbre, hoy todos corren un turno, es decir el último pasaría a hacer la primera, pero luego hay arreglos varios, JM se la cede a Miuca la primera por lo de sus ojos, a mi me cede el capi la última para que pueda dormir más de un tirón,,,,y hoy como está previsto pasar el Estrecho antes de que amanezca, deciden que ese turno se haga a dos, JM y el capi, así que Urtzi hará la segunda.

Me pego una ducha calentita después de cenar, hoy nos sorprende el comandante de cocina, con un sabroso pastel de pollo…hummmm, no puede fallar Morfeo hoy con la barriguita llena y la ducha calentita. El Rebeca es un lujazo de barco, al tener potabilizadora no tenemos problemas de agua y al llevar tantas horas el motor, el agua caliente sale a raudales….Aún con todas estas probabilidades, intento sin éxito, cansar la vista con una película en el CD, pero finalmente me voy al camarote y si, por fin hoy, duermo!....hasta las 07:a.m. que salgo a cubrir mi guardia.

Estamos al través del faro de Tarifa cuando salgo. El día empieza a despuntar. Esta zona del Estrecho es ciertamente pequeña, se ve perfectamente la otra orilla, el norte de Africa. Cuando crucé las otras dos veces, desde Gibraltar una y en oblicuo hacía Málaga la otra, no tuve la sensación de tanta cercanía…….Al pasar Tarifa, el agua parece que hierve al juntarse las aguas del mediterráneo con las del Atlántico…

J.M. y el capi, se resisten a bajarse a dormir, supongo que ya están desvelados totalmente, pero al final los echo y me quedo solita con el amanecer, pongo de nuevo música de fondo despacito para no molestarles y me tomo un zumo de naranja. Hoy Lorenzo no parece que quiera acompañarnos. El día se presenta gris y lloviznando, lluvia fina pero cada vez más intensa conforme nos vamos introduciendo en la Bahía de Cádiz. La costa está plagada de barquitas de pescadores, así que cuando sube Miuca, lanzamos el sedal de una de las cañas, pues la corriente nos mantiene a solo 5 nudos y a esta hora es posible pescar. Comentamos entre risas que no sabíamos si podríamos sacarlo si tuviéramos la suerte de sorprenderlos con una buena pieza!.....es la primera vez que tiro una caña!....jjajaja…..reímos.

Ha subido el viento a unos 18 nudos por nuestra aleta de Br así que decido sacar Génova por la banda de Er y así bajar vueltas al motor y dejarles descansar las últimas horas sin tanto ruido. No puedo pararlo del todo porque hemos puesto la potabilizadora para renovar el agua gastada…….pero bien, mantenemos los 5 nudos, incluso 6, el Rebeca navega contento luciendo todos sus trapos…….hasta que empieza la lluvia más intensamente y ésta acaba con el viento, por lo que recogemos, ahora ya entre las dos, el Génova y subimos las vueltas del motor. Parece que no hace tanto ruido, y ante la duda de haber perdido el overdrive al reducir, hago un par de veces la maniobra que me enseñó el capi este verano para meterlo y que tantas y tantas veces repetí.

Pero al ratito vuelve a subir el viento a 20 nudos, así que, ahora ya con Miuca como ayuda, decido sacar la trinqueta, que es más fácil de maniobrar y por precaución, por si sigue subiendo el viento………….al ir a reducir vueltas al motor, éste se para, sin tocar yo el botón para estrangularlo. No le doy demasiada importancia, a pesar de que lo intento arrancar tres veces para poder seguir haciendo agua. Pero sin éxito. Decido no interrumpir el sueño del capi y seguimos navegando a vela, sin ruidos, a unos 6 nudos, por la Bahía de Cádiz. Hasta que cuando nos disponemos a ir cayendo y abriendo el rumbo para enfilar ya Barbate, nos hace un role, cae el viento y la Génova pequeña se nos acuartela. En este momento ya si que salen todos a cubierta. Y entonces confieso a todos que el motor no arranca.

J.M. y nosotras nos dedicamos a trimar velas para que el Rebeca coja arrancada de nuevo y el capi y Urtzi se dedican a revisar el motor bajo las escaleras. De vez en cuando hacemos intentos pero nada. Cambian filtros, purgan, revisan tanques de fuel, que fue lo primero que yo pensé que ocurriría, pero nada, no dan con la tecla.

Pensamos que no hay problema en arribar a vela, pero luego tendremos que llamar para que nos salgan a remolcar del puerto…..y una y otra vez se repasa todo lo que he hecho y como y de que manera se ha parado. Repito cual ha sido mi decisión, más o menos acertada, pero mi decisión de navegar a vela, para poder ofrecerles un último sueño sin ruidos a unos y disfrutar las ultimas millas a vela en una travesía puramente a motor que ha mantenido revuelto mi gusanillo. Cuento que al bajar las revoluciones se paró solo, como si se ahogara sin haber presionado yo el botón destinado a este cometido. Hay opiniones varias y me siento cuestionada y juzgada…..

Finalmente en uno de los intentos de arrancar, sin darnos cuenta tenemos la marcha atrás puesta para evitar el freno de la hélice mientras vamos a vela y entonces arranca. Parece que es un mal contacto de la electro-válvula y finalmente el capi lo consigue arrancar. Aplausos y sonrisas, nunca es apetecible entrar remolcado en un puerto.

Solucionado el problema del motor, recogemos velas, primero la trinqueta y después en seguida la mayor y enfilamos a toda máquina la bocana. Llamo por radio al Club Deportivo Barbate para solicitar el amarre reservado y nos indican que entremos hacia Br al de espera.
Una vez en la bocana, vamos atentos a las marcas, ahora ya estamos en puertos del Atlántico y aquí las mareas tienen mucha influencia. Los pantalanes son flotantes y los rígidos tienen largas escaleras para cuando está la marea baja!. Vemos rápidamente al marinero haciéndonos señales con los brazos para que le sigamos. Y nos asigna el penúltimo amarre a Er de la primera dársena, junto a un yate a motor. No hay muertos, así que a priori propone J.M. atracar de proa. Está al timón, pero finalmente se lo cede al capi que va con la palanca del motor en mano con mucho tacto ante cualquier fallo que pudiera dar.

Una vez atracado de proa, después de dos intentos, pues nos pasábamos del asignado, decide el capi sacarlo y volver a atracarlo de popa, como si me leyera el pensamiento, ante una pequeña sugerencia al manifestar su intranquilidad de dejarlo así. Tenemos que partir todos y lo dejaremos solo una semana. El volverá unos días antes con Urtzi pero entonces si lo cambia, como hay quien propone, solo están dos, y si ha soplado fuerte igual ya lo ha rozado contra el pantalán. Así que dicho y hecho, estamos todos de nuevo a la maniobra, soltando amarras y teniendo en cuenta subir y bajar las defensas ahora de las bandas contrarias, pues ahora Er hay que bajarlas para protegerlas del finguer y las de Br hay que subirlas para emparejarlas con las de la motora vecina……

El atraque lo hace perfecto el capi, teniendo en cuenta el abatimiento que nos producía el viento. Rápidamente todos se ponen a fijar las amarras al finguer, pero la popa veo que queda torcida, intento sin éxito que me pasen la amarra de Br para igualarla con Er y procurar que quede a la distancia optima del pantalán y derecho, pero no lo consigo, todos están pendientes de las otras amarras y uno me responde que no podemos mandar tantos………..lo dejo todo y me voy a prepararme una coronita, y tomarme el pan a la catalana que habíamos preparado para almorzar. Miuca se da cuenta e intenta trasladarme parte de esa sabiduría que dice que le han dado la experiencia y los años. Pero yo no me resigno, me digo a mi misma que tenga paciencia y que vuelva a salir a intentar integrarme en el equipo y a que acepten y escuchen mi opinión. Y finalmente lo consigo, el capi nada contento como queda la proa, abre los oídos a mi proposición de centrar la popa y utilizar para retirar la proa del finguer, un sprint por la amura de Br……todos se ponen ahora a ello y el barco se endereza…….parece que es apreciada, aunque con matices, mi sugerencia……..y ahora ya si, todos tranquilos, nos tomamos el pan & tomaca en la bañera y nos repartimos intuitivamente las tareas de estiba y baldeo.

Todos bajan a recoger, aunque la mayoría dejaremos ya nuestros petates a bordo, y nosotras nos quedamos en cubierta, quitando colchonetas, tapando timones y winches con sus fundas, y baldeando para librar del salitre a toda la cubierta del Rebeca, mientras algunos se van a las duchas y el capi a registrar al Rebeca a capitanía.

Hemos quedado con un cofrade de LTP para que nos venga a recoger, Lepanto y no conseguimos localizarle, pero decidimos darle un voto de confianza y concederle un ratito a que se ponga él en contacto, tomando un aperitivo en la terraza del espigón del puerto, cuyo Tabernero es un agradable madrileño al que le contamos lo del foro y nuestra cita con el cofrade, en un intento de explicar, el dialogo cruzado y sin mucho sentido que habíamos tenido con él al saludarnos a nuestra entrada por la dársena!


Un esplendido sol y un cielo raso lucen ahora, y un mar totalmente tendido se ve tras el malecón.
Aprovecho el paseo con el capi al barco para preguntarle si aprueba que tome decisiones durante mi guardia , y si cuento con su aprobación……..igual que le traslado mi inquietud y a la vez deseo, por ser aceptada integramente por la tripulación, con una participación activa, porque pretendo aprender y escuchar, pero también poner en práctica todo lo que ya sé, tener iniciativa y opinión….sin menoscabar a nadie. Se que es algo difícil pero confío que mi larga experiencia en compartición de trabajos y aventuras con equipos íntegramente masculinos me ayude e inspire para conseguirlo.

La comida es fantástica, si cabe tan buena como la del barco, y la compañía más, pues los cofrades superan las expectativas y son uno de esos momentos que te enorgulleces de pertenecer a LTP y poder conocer a tan buena y entrañable gente, compartiendo anécdotas marineras y con una sonrisa perenne se nos echa el tiempo encima y se retarda la partida, así que tenemos que hacer gestiones telefónicas varias, unas más que otros, para ajustar las responsabilidades familiares….porque llegamos unos a Valencia a las 3:00 am, y al de Logroño aún le quedan 5h más !.....

Y empezamos a planear el retorno para bajarlo a Canarias......

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