UN NUEVO CUMPLEAÑOS EN LAS PITIUSAS


Siempre he pensado que una singladura empieza una semana antes, con todos los preparativos, que para mí, son ya, parte del camino.... En esta ocasión, con la situación extraordinaria de la pandemia, decidí alquilar un camarote en lugar de un velero completo y tener que compartir con extraños. Se trataba de un transmundista que conocía únicamente de las redes sociales, y que estaba segura que sería buen navegante, pero me preocupaba que no tuviéramos buena sintonía. Yo no soy, ni quiero ser una pasajera, me gusta participar de la navegación, puedo relajarme en las cosas de la cocina y la logística, pero me gusta y disfruto navegando, asumiendo por supuesto que él era el armador y capitán, pero me preocupaba que él no sensibilizara con mis ganas de hacer y se sintiera invadido. Una semana antes le ofrecí mi ayuda sobre la logística, lista de la compra etc y la rechazó. Un día antes me pregunto si me parecía bien que nos recogiera en Formentera en lugar de en Ibiza y lo rechace, no me apetecía coger otro transporte público con el rollo del distanciamiento y las mascarillas obligatorias. Mire la metereologia, habría SE, no era un buen sitio Salinas, le ofrecí y sugeri otros fondeos en el lado W de la isla, pero su respuesta fue de nuevo la misma, que no me pre-ocupara, que eso ya lo hacía el. Estos preliminares eran los que me hacían intuir que lo único preocupante sería conseguir hacer equipo con él.
Nuestro avión aterrizó a las 10:40h a las 11h ya estábamos en la playa de la Salinas, (l 38º50,34'N L 1º22,97'E) donde finalmente nos dijo que sería el embarque, aunque soplaba SE, era flojito, no más de F3/4, a las 12:45h nos recogería entre el Beso y el Malibu, dos Beach club de esa cala. Nos quitamos las bermudas y quedamos en bañador en las duchas previas a la pasarela de la playa, junto al Hostal Sol y Mar. Que diferencia con respecto a la misma fecha el año pasado, donde ya me tome mi primera Coronita, este año estaba sin montar la terraza. El Beso no habia abierto, así que fue en el Malibu donde hicimos tiempo, Ruben se tomo un zumo de tomate natural y yo un par de coronitas. 5 minutos antes de lo acordado estaba ya con la dingui fondeado en el canal establecido en la playa para ello. Como nos había advertido, tomamos nuestro primer baño, ya que el agua nos llegaba a la cintura y teníamos que llevar nuestras bolsas blandas en alto para evitar mojarlas. La segunda prueba era subir a bordo, no estaba puesta la escalera y había que hacerlo por la aleta, impulsándose para superar el franco bordo bastante alto de su barco.  Se trataba de un Peterson 44 con bañera central, Génova y Trinqueta, aunque esta última la llevaba inutilizada, para que nosotros pudiéramos ocupar cómodamente el camarote de proa.
Una vez a bordo, nos dio varias indicaciones sobre el barco y la navegación, nos enseñó nuestro camarote y baño y ya entonces intentó poner los puntos sobre las íes, respecto a los últimos Whatsapp. Dejándome claro expresamente que solo podía haber un capitán a bordo, y que si quería ser yo el se limitaría a llevarme a donde yo indicara. Por supuesto le dije que lo tenía clarísimo que estaba en su barco y él era El Capitán pero que por favor tuviera en cuenta que quería participar de la navegación, y no me gustaba ir de estatua de sal.
Toda mi vida me han dicho que entro fácilmente al trapo. Aún hoy en día al parecer, sigo haciéndolo, el debió de darse cuenta rápidamente de ello porque esa fue su posición y yo caía una y otra vez.
Nos ofreció una bebida fresca y nos preparó la comida, arroz con bacalao, y en cuanto terminamos de comer, propuso levantar el fondeo, ya que allí no teníamos resguardo para pasar la noche y cruzar en frente, a Formentera, y fondear en Illetes. (l 38º 47,38'N L 1º24,12'E) Perfecto, le respondí. Nos preparamos para la maniobra y el nos fue explicando todo. Su barco no es de serie, así que tiene sus particularidades y casuistica, además de su particular forma de hacer las cosas, como fuí percatándome en los días sucesivos.
La maniobra del fondeo, cadena, molinete con embrague y freno etc, se lo explicó con detalle y precisión a Ruben, haciéndole implícitamente el encargado de ello, desde ese momento.
A mí me asignó el timón, me explicó cómo se encendía el motor, lo hice siguiendo sus indicaciones. Me dijo que el gas era la palanca de la derecha de la bitácora, pero dándole al revés, y la palanca de la izquierda eran las marchas, avante (para delante), punto muerto(en el medio) y marcha atrás, (para atrás), pero no lo probé, para tener la seguridad de tener localizados los tres puntos. Más tarde nos dimos cuenta de lo importante que hubiera sido. Así, siguiendo sus indicaciones, salimos poco a poco, dejando atrás Cala Salinas, me cedió el timón para que me aprobara y entre el y Ruben, subieron Mayor y sacaron Génova y empezamos a navegar a vela ciñendo, y dando bordos para ir esquivando los ferrys y otros veleros del canal de cruce que hay entre ambas islas y los Freuds, siempre muy transitado. Me sentía feliz, intentaba inchar los pulmones de brisa marina y cogerle el tacto al barco, cada uno es distinto y cada timón también. Pasamos entre Espalmador y dejando a Er la islita pequeña, entramos directos  a Illetes. Empezamos el fondeo, con sus indicaciones recogimos velas y arrancamos motor, seguí fielmente sus indicaciones pero estaba tan pendiente de ello y él de que nosotros las siguiéramos, que todos nos olvidamos de la dingui y de acortar el cabo con el que la llevábamos largada por popa. Por lo que al darle atrás para ayudar a clavar el ancla, nos la tragamos y cuando el capi me gritó, “pon punto muerto deprisa” yo puse la palanca en la vertical y ese no era el punto medio, sino aún la reversa como dijo el, total que acabó parándose, el lío era tremendo. Me quería morir, era el típico error del principiante, el se tiró rápidamente con cuchillo en mano para cortarlo, pero no fue fácil. Le pedí perdón, aunque el no me culpó sino que se arrepintió de haberme dejado hacer la maniobra, no sé qué era peor.
Una vez solucionado y comprobado que el motor arrancaba y todo estaba ok, nos relajamos para ver
el sunset. Sacamos nuestras hamacas, traídas para dicho cometido en nuestras maletas y las colgamos en la popa, ya que yo lo había hecho de la botavara, como siempre lo había hecho en mis veleros, pero a él no le parecía buena idea. Así que la cambie, y con una copita que amablemente nos preparó, despedimos a Lorenzo hasta que la isla de Es Vedra, nos lo tapó, en ese momento nos giramos hacia la banda de Babor y vimos salir una tremenda Luna
Llena, era un espectáculo el conjunto de colores del momento y quizás con
un gran angular los hubiéramos podido fotografiar a ambos con el barco en medio.
Nos habíamos pegado un chapuzón y aseado para ponernos ropa limpia para dormir antes del sunset, así que tras la cena que nos preparó el capi, ensalada de pasta y algo de tertulia para ir conociéndonos, nos retiramos a dormir, aunque yo no lo hice mucho, siempre que navego me ocurre y no porque no me sintiera segura, el fondeo era bueno, en arenita y la previsión era de SW/SE.
En cuanto empezó a amanecer me levanté y vi salir el sol, hice un poco de yoga y meditación y me di mi habitual baño en pellejillo, nadando alrededor del barco.
Aún no había terminado cuando se levantó el capi y me propuso cambiar el fondeo antes de desayunar a Cala Saona, ( l 38º 48,23'N L 1º20,48'E) unas 6 millas que haríamos a motor, para así librarnos del zarandeo de las olas que hacen los ferrys que cruzan de una isla a otra. Perfecto le respondí y nos pusimos a ello. Saona es una cala preciosa de aguas también turquesas y además hay un pequeño súper de un hotel donde pensé que podría comprar algo de picoteo para el angelus, el TI a bordo incluía desayuno, comida y cena, pero no esas cosas. Así que bajamos con la dingui y de paso también la basura, pues habían pasado unos chavales ofreciéndonos el servicio de recogida de ésta pero les dije que no, nunca hubiera pensado que este capi transmundista iba a contratar un servicio así. Como empezaron a romper olas en la orilla el capi se volvió antes y nos espero en la dingui. Al bajar nos había explicado todo el procedimiento para arrancar la dingui, y al subir a bordo a la vuelta nos lo preguntó y aunque lo hicimos todo bien, ni mi hijo ni yo fuimos capaces de arrancarle, era un 4 tiempos no recuerdo de cuantos CV, así que no creo que nos lo deje solos.
Por la tarde, tras comer, y hamaquear un rato, pillamos nuestros aparejos de snorkel y nos fuimos a
pasear un rato, yo neopreno incluido por mi miedo a las medusas, tras la picadura que sufrí el año pasado. Nos dirigimos a la zona rocosa de la orilla y nos sorprendió ver tanta vida, bancos de parguitos y teñidos de punta negra y hasta una morena, de esas de cabeza pequeña pero cuerpo plano, ancho y amarillo con pintas, la primera que veo aquí, solo por ello valió la pena el paseo¡
Luego, les propuse invitarles a un mojito en el garito del árbol. Ahora ya tenía toda una estructura de madera alrededor, pero para lo que solía concentrarse aquí de barcos y gente para la puesta de sol, estaba despejadisimo, 3 dingui más en la playa solamente y hasta unos tronquitos libres para ver
el sunset. Eso sí, los precios los mantienen, a casi 10€ por Mojito.
Esa noche una tremenda luna naranja nos sorprendió por proa, mientras el capi preparaba la cena. Propusimos ver una peli, ya que la proximidad a la costa nos permitía tener cobertura suficiente y nuestra disponibilidad ilimitada de datos nos lo permitía, así que eligió Ruben. Jumangi II, sin embargo a la media hora, cuando el capi dijo que quería irse a dormir, nos trasladamos al camarote, pero yo me quedé frita isofacta, asi que la acabaremos otro día y la verdad es que este viaje no está dando para ver pelis, porque al capi le va la tertulia y cuando llegamos al camarote prefiero leer un rato.
Al día siguiente decidimos quedarnos también en Formentera, pero acercarnos a la Sabina para que el capi pudiera ir al súper.
Le vi que preparaba toda la maniobra y no me hacía participe, no había arrancado motor, en su lugar saco una puntita de Genova por Babor y se fue a subir la cadena, yo me puse al timón sin preguntarle y se cabreo, porque presupuse que quería salir amurado a Er y justo quería hacer todo lo contrario, ello me llevo otra bronca y me quito el timón. Aunque le pedí disculpas, también le repetí que quería que me hiciera participe de la navegación que no había venido a que me paseara, pero me dijo que era su barco y él era El Capitán , así que cuando volví a pedírselo me dijo un rotundo NO. Que me atravesó el alma, me hubiera gustado responderle que yo era la cliente, pero me calle y me fui a la hamaca, y tras un buen rato de meditación decidí hacer uso de toda la sabiduría adquirida en mis clases de Inteligencia Emocional y pasar de todo, lo que  yo llamo ponerme “en modo rubia”. Había muy poquito viento de SW así que íbamos solo con Génova muy despacio. Teníamos que sobrepasar punta de Sa Gavina y pretendía fondear en la Ensenada del Cabrito pero fuera de la zona de boyas, por allí había acceso con la dingui al lago y  llegar más cerca al súper, pero cuando nos aproximamos vio que era imposible, que no había arena, así que rectificó y solo con Génova y muy despacio, se puso rumbo a la playa la Sabina, (l 38º44,79'N L 1º 25,02'E)  junto al puerto, el único problema es que hay que cruzar la línea de tráfico de los ferrys que unen Ibiza/Formentera todo el día, así que finalmente arrancó un poco motor para hacer el fondeo a Er del Tiburón, un legendario garito de playa donde he despedido muchas
veces el día años atrás. Por lo tanto las olas y el movimiento es constante, pero el agua es también turquesa y estábamos cerquita del puerto para ir con la dingui por la tarde, nosotros aprovechamos para darnos un paseo y comprarme unos regalitos para mí cumple y tomarnos algo en Amarre32 del club náutico, que es de los más económicos del lugar…
A la vuelta ya había terminado el capi y nos volvimos al barco para ver el Sunset. No había mucha gente ni muchos barcos, comparados con otros años pero ni se me ocurrió bajar al Tiburón, un clásico de la Sabina, porque últimamente se lo quedaron los de Pacha y era intocable.
Así que disfrutamos de una copita que nos preparó a bordo mientras despedíamos a Lorenzo, hoy, tras una marca de balizamiento del canal de entrada del puerto y Es Vedra al fondo. Y mientras lo esperábamos tuvimos una pequeña conversación sobre lo que había pasado antes y me quedó claro que no había nada que hacer, era un problema de nuestras mentes egoícas, así que le agradecí que hubiera querido hablarlo en plan “son de paz” y me reafirme en mi decisión anterior, es lo que había.
No obstante, estuvimos comentando meteorología y la ruta que queríamos hacer al día siguiente e incluso me baje una nueva app que el me recomendó Navity, que te da información sobre las calas, respecto a la protección que te dan, el tipo de tenedero, los distintos servicios con los que cuenta, etc
Al día siguiente, según lo acordado y después de mi ritual matutino, yoga + meditación + baño, nos dispusimos a levantar el fondeo, dijo que iba a salir a la francesa, me ofrecí a sus ordenes pero me
respondió que me limitara a observar. A Ruben le envió a proa a levantar la cadena con instrucciones específicas de cómo hacerlo para ir subiéndola poco a poco de manera que el que  había metido el timón a Babor consiguiera que el barco fuera atrás en lugar de coger arrancada avante y así fue, en cuanto la proa empezó a caer a Er el se apresuró a sacar todo el Génova y salir despacio y silenciosamente por la popa del velero que teníamos por nuestro Er.
Entonces me pasó el timón. Yo me senté, delante de él, en postura de medio loto y me dispuse a sentirlo, ya que no tenía ninguna visibilidad con el anti rociones, tal y como el me había sugerido el día anterior. Y así fue, puso música chill out de fondo y me concentré en sentirlo, a penas lo tocaba, de vez en cuando levemente un punto a Er o Br, así fui manteniendo el rumbo a 300 grados que habíamos marcado sobre el Navionics, para intentar dejar Es Vedra por Er, eran unas 13 millas pero como nuestra velocidad oscilaba entre 2,5 y 3,5 nudos, era muy relajante, únicamente debía pensar en las preferencias de los veleros que nos cruzaban la proa….cuando estábamos a mitad y sin tanto resguardo ya de Formentera, el viento empezó a rolar hacia Br y el capi decidio sacar la Mayor, para ello nos dio las indicaciones para que pudiéramos hacerlo sin recoger Genova ni aproarnos, se trataba de abrir la botavara para que esta quedara aproada y yo orce un poquito para que la vela subiera aproada, y asi fue, sin ningún problema. Una vez arriba la dejamos abierta  por la banda de Er, con una retenida, que el hace utilizando la contra, haciéndola firme en la polea del barber que tiene en la regala. Pero como el viento era inestable de la aleta de Br a popa, la Mayor nos desventa bastante el Genova, así que decide poner orejas de burro, dejando la Mayor en la banda de Er y pasando el Génova a Br con su escota en la mano para ir cazando o amoyando segun flamee. Todo lo hace el en modo demostrativo y acto seguido pide a Ruben que le releve ya que yo soy muy bajita y no veo por encima del anti rociones, yo creo que lo hubiera llevado sin ver pero me quedé con las ganas de probarlo, aunque me alegre por Ruben que le sirve de practica. El ha hecho muy buenas migas con mi hijo, porque lo tiene como pupilo y a mi me alegra que así sea y vaya adquiriendo mas conocimientos y experiencia, así que todo está bien, a mi me pide que estudie la carta para decidir cual es el mejor fondeo para comer, ya que la idea era intentar llegar al norte, a Benirras. Pero yo creo que aunque a orejas de burro hemos subido la velocidad a 5kn, va a ser muchas horas mas de navegación por la tarde, así que fondeamos en Cala Moli, (l 38º 51,36'N L 1º 14,35' E) una pequeñita cala donde solo habian pequeñas motoras en boyas de locales y un pequeño velero de unos 20ft,
chapuzón mientras el prepara la comida y luego preferimos finalmente hacer snorkel que volver a navegar, ademas ha contactado con Ruben un amigo suyo diciéndole que esta con su novia en Cala Tarida, por lo que  después cambiamos el fondeo a ella, que esta a menos de 1milla y vimos un precioso sunset, viendo como el sol juega a esconderse por la pequeña isla de Espartel.
Hoy no nos queda hielo, así que sustituimos el Gin Tonic por un
vinito blanco muy frio que nos ayudaria a alargar la tertulia hasta la media noche, hablando de los amigos transmundistas de San Blas que tenemos en común, es curioso lo grande que es el planeta y lo pequeño que parece a veces el mundo de la vela, nos conocemos muchos, el Riojano, la parejita de brasileños y hasta los italianos….y no coincidimos con él por unos escasos meses!
Al día siguiente no había previsto a penas viento y el con motor no quiere navegar, así que los planes era hacer unas escasas 4 millas hasta cala Comte. ( l 38º 58,76'N L 1º 13,50' E) Le dije que había un paso poco profundo entre isla conejera e isla del Bosc, que si se atrevía a pasar, ademas del navionics yo conocia la enfilación con la torre del Kumara. Me dijo, "ya veremos", pero yo sabía que lo intentaria, habia dicho las palabras mágicas! Pidió a Ruben que se fuera a proa a levantar el fondeo y él se puso al timón, hoy ya no le dije nada, ni que estaba a sus ordenes ni nada, el ya lo sabia y no hizo uso de ello, fue mirando el navionics y en el último momento le pidió a Ruben que se fuera a proa por si veía una roca que sobresalía o algo y paso de mi enfilacion, o eso me dijo, que había utilizado su intuición, pero lo cierto es que la clavó, nunca sabré lo que fue por que cometí el error de decírsela, en fin, lo importante es que lo pasamos sin problemas.
Justo terminamos el fondeo a la hora del ángelus, habia tenido el detalle de comprarme coronitas en el super de formentera, y ya sabia lo de mi tradicion a la hora del ángelus 12 p.m, nos saco las papas y frutos secos que habiamos comprado y una coca-cola Ruben y cumplimos una vez más con tan gratificante constumbre.
Un chapuzón rápido para que no se calentaran las bebidas y hamaquear un rato con mi hijo, mientras observabamos las maniobras de unos y otros en el fondeo, deporte habitual  entre navegantes.
Asi como las de las distintas motoras pequeñas de alquiler que llegan con gente inexperta sin ninguna titulacion “rent me, no license required “ y que conducen como si fuera un coche, sin tener en cuenta el abatimiento ni la arrancada! Todo un espectáculo.
Y para rematar la escena, un yatazo llamado THUMBER, de 130ft, 41m de eslora y 3 alturas. Bajaron de él en una semirigida, varios individuos ya granaos que nos dejaron una estela de perfume caro al pasar por al lado de nuestro velero rumbo a la playa y al cabo de 1h más o menos volvían pero detrás de ellos otra dingui repleta de chicas jovencísimas y un par de maromos, que debían de ser sus chulos. Blanco y en botella, habría fiesta a bordo y efectivamente, son las 22h y siguen de fiesta. En internet hemos visto que es un barco de charter que cuesta 155.000€ la semana + gastos, casi na!
Después de una agradabilisima meditación con final de siesta de mas de 1h en la hamaca, nos fuimos a hacer un rato de snorkel a las piedras que separan Cala Escondida de cala Comte, en la que estamos. Aunque solo hemos visto un banco de parguitos. A la vuelta cervecita y llamada de un buen amigo, mientras el capi esta pensando y acaba cambiando el fondeo, ya que un catamarán se puso muy cerca de nosotros. Pide ayuda a Ruben en la proa y él al timón, por supuesto no me pide que participe, hoy no lo he hecho en ningún momento. Me dijo, poco a poco, no me presiones, pero hoy no he dicho nada y ayer tampoco y vamos a menos, es decir, a nada. Así que sigo respirando hondo, y echándole paciencia, pero ciertamente lamento que no me avisara y hubiera desistido de venir, pues no me gusta que me pasen, me gusta participar. Y ya se que la cagué el primer día, pero son mis vacaciones y he pagado por una semana de navegación y no de paseo….en fin, no me quiero cabrear así que propongo bajar a ver el sunset en el bar “el pirata” escondido tras los garajes de cala escondida, él nos baja pero no se queda, se vuelve al velero y acordamos que viene al terminar él sunset, con la mala pata de que una nube nos lo estropea hoy. Pero bueno, la vista es muy bonita desde ese bar y está a tope de gente, incluso en la playa, muy buen ambiente.
Cuando volvemos al velero sigue la fiesta en el yate, ahora incluso oímos la música desde aquí. Nos tenemos que dar la ducha dulce para dormir y aligeramos para no pasar frio, hoy me viene de perlas el chandal de algodón que me he traido. Después de la cenita y una tertulia con el capi en la que nos relata como llego este barco a sus manos, nos retiramos a nuestros camarotes, el viento ya se ha establecido de E/NE y con bastante intensidad, yo diría que tenemos F5/6, las drizas se oyen golpear el palo en su interior y como es pasante resuena en el living, toca cerrar puerta del camarote para poder dormir. Mañana será otro día, el día de mi cumpleaños!
Despierto al alba como cada día, me asomo por la escotilla y todo está tranquilo en el fondeo  aunque mis tripas me obligan a levantarme, como cada día, decido cambiar mi rutina de hoy y volverme a la cama, para eso es mi cumpleaños, para hacer todo lo que me de la gana y me dejen, claro! Una hora después, el rugir del viento en la jarcia y el movimiento del barco me despiertan, se esta cumpliendo la meteo en cuanto a dirección, aunque no se esperaba tanta intensidad desde tan pronto.
Mi hijo despierta también y recibo mi primera felicitación, de la persona que más quiero en el mundo, no está nada mal, hasta consigo un abracito y unos cuantos besitos, un gran regalo por su parte, que tanto le cuesta demostrar afecto.
Salimos a cubierta y nos ponemos a recoger toda la ropa de los guardamancebos, una toalla estaba a puntito de salir volando, encima era de las del barco, uf menos mal que la hemos pillado a tiempo.
Descolgamos también las hamacas y al poquito se levanta el capi y empieza a preparar el desayuno. El catamarán que teníamos a Er levanta el fondeo y se cambia mas próximo a tierra para tener mas resguardo pero esta rarito, viene muy racheado, hemos dado una vuelta de 360°, por lo menos ha salido el sol, parece que Eolo y Lorenzo no quieren perderse mi cumpleaños, jajaja. Finalmente el capi decide que levantemos el fondeo y nos dirigimos hacia Cala Bassa ( l 38º 57,38'N L 1º 13,17'E) para hacer allí el ángelus hasta ver si se establece la meteo según el NE previsto. Y como era mi cumple me dijo que quería y le pedi el timón, y no tuvo corazón para negarmelo, así que lo lleve aunque solo a motor, hasta cala Bassa. Habian bastantes barcos y poca zona de arena, asi que hicimos cuatro fotos, nos tomamos el ángelus y nos fuimos justo cuando daba el role y empezaba a soplar el Norte y nos quedabamos sin resguardo. Nuevamente a motor hicimos el paso entre conejera y la isla del bosque. Había bastante viento, pero considero que no valía la pena sacar velas para 2,5 millas, pusimos rumbo hacia las calas del sur después de cala Escondida, la primera fue la de Sa Figueres de Bordo, nunca había fondeado allí, pero me encanto, solo un par de garajes ibicencos en la roca y una motora pequeña al fondo, no tenia playa pero muchas rocas que antojaban que el snorkel quizás seria interesante. Así que después de comer, que hoy como dia especial que era, el capi nos puso langostinos,

sandia de postre y un chupito de licor de cafe para rematar. Y después de la siesta nos fuimos a pasear por las rocas Ruben y yo y volvimos a ver una morena, que salia de su cueva y se contoneaba sigilosamente desplegando su largo cuerpo amarillo de pintas negras.
Para pasar la noche teníamos que cambiar el fondeo porque ese no era muy amplio ni seguro según rolara, cala Tarida era la mas cercana y segura, así que llamé a un buen restaurante que hay en ella, ibicenco, Ses Eufabies, y reserve para cenar, aunque tenia que ser en el primer turno, así que en
cuanto terminamos la maniobra nos hicimos nuestra ducha salada y dulce en cubierta y me puse guapa. El capi hasta se puso unos vaqueros largos para el evento!. Pulpito, sardinas y calamares a la plancha con un vinito blanco ecológico de ibiza y una pequeña tarta de queso y arándanos donde clave mis velas y sople pensando en mi sueño.
Ya de vuelta al barco, le pedí un Gin tonic al capi para rematar el dia mientras contestaba al montón de Whatsapp que había recibido de felicitación y que tanto agradecí porque me hicieron sentir arropada por gente que me quiere y aprecia.
Y así llego un nuevo día, la noche fue plácida, ni el viento ni la lluvia prevista hicieron presencia, y como venia haciendo ya un par de días, cuando despertaba al alba y tras aliviar mis impacientes tripas, me volví al camarote para retozar un par de horas más. Pero ya a las nueve no aguantaba mas, el ya se había levantado, me fui a proa a realizar mi tabla de yoga y meditación, mientras oía el canto de un gallo y recordaba a los amaneceres caribeños. Y luego me distraían de la meditación un barco que llegaba al fondeo de PM cargadito de chavales veinteañeros con no mucha experiencia, pero sin duda con valor y ganas de pasarlo bien.
Me tiré en pellejillo y nade alrededor del barco mientras me observaban, no iba a prescindir de mi baño matinero por ellos. Al poquito se levantó Ruben y el capi nos deleitó con una Omelet como cada mañana, las vamos a echar de menos. Antes de que fuera mas tarde, decidió levantar el fondeo, justo cuando se oteaba un negrito feo que nos llegaba por el sur y que sospechabamos nos traeria viento y quizás lluvia, de los que nos habíamos librado hasta ahora. Con ayuda de Ruben subió el hierro y saco Génova, yo me fui al balcón de proa, segura ya y asumido que no iba a participar. Es un sitio
fantástico con unas vistas increibles de todo el barco y más con la vela fuera. Aunque duro poco el viento del sur que seguro era del negrito avistado, asi que recogieron pronto y solo a motor se dirigió al paso, pero justo unos minutos antes, se apagó la electrónica, el motor seguía funcionando pero era probable que si lo apagaba no arrancaría. Por que teníamos que entrar hacia la bahia de san antonio a buscar ayuda, empezó a pensar en quien podría ayudarle, llamó o contactó con varios amigos pero no se hizo con nadie, fui yo quien finalmente me acordé de mi amigo JC y se lo ofreci, le whatsaapee y en breve ya estábamos hablando con él , enviándole fotos y finalmente haciendo lo que él le dijo, echándole un spray para la humedad,  volvió a funcionar. Mientras me dejó a mi al timón, y Ruben con el libro de instrucciones al lado también intento echarle una mano. Arrumbamos a Cap Blanc, ya que en la bahia junto al CN este año tampoco se puede, asi que fondeamos en el Rincón del Moro, ( l 39º 1,29' N L 1º 9,51'E)  una pequeña calita aunque pegada ya a los edificios de apartamentos de san antonio, habian varios veleritos y casi casi me dejó hacer toda la maniobra del fondeo, me quitó el timón en el último momento pero simpáticamente, cuando había que empezar a jugar con la palanca del gas y las marchas del motor diciendo “anda déjame que a este cabroncete le conozco yo mejor” y después de lo que habia pasado no iba a forzar la maquina, además suavemente me dijo: 
-“aunque creo que eres muy fina”
- " y eso que no me has dejado que te lo muestre” le respondi, 
pero de buen rollito, a estas alturas ya he aprendido a llevarme bien con él. El ambiente olía ya a final. Me confesó que le había encantado mi hijo y el sunset esa tarde fue espectacular, a Er de Conejera despedimos a un rojizo Lorenzo. No hubo tertulia y a la mañana siguiente no me entretuve con el yoga ni la natación, porque aunque en un principio nos dijo que nos podíamos quedar a bordo con él hasta que fuera al naútico a cargar agua y así nos desembarcábamos allí, luego cambio de opinión y tuvimos que dejar el barco puntualmente a las 9h según lo ecordado, así que andamos unos 2km por el paseo marítimo
que bordea el acantilado hasta llegar a San Antonio city donde nos dimos un homenaje en la Taberna de Rita para rematar el viaje. Por pelos no vimos a un amigo que justo llegaba cuando pillábamos el taxi y que nos hubiera acercado al aeropuerto. Bueno las cosas son y  suceden como tienen que suceder, eso me ha quedado claro y tengo que hacer más caso a mi intuición porque no se ha equivocado ni un pelo.
Así cumplí un año mas con mi tradición de celebrar mi cumpleaños navegando por las Pitiusas, aunque este año tuvo un sabor agridulce al tratarse de la ansiada cifra de los 53 en la que se suponía me liberaría de mis obligaciones laborales y cumpliría mi sueño. Sin embargo no tenia planes, ni PSI, ni barco, ni pareja, aunque feliz de estar con el hombre de mi vida, mi hijo!




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