TANDEM EN EL SEDDNA

No se me ocurría una manera mejor de celebrar mi santo que navegando, así que acepté la invitación de la armadora del Seddna, un precioso Elan 33 , para unirme a la travesía que había organizado con más barcos de su club. Iríamos de tripulantes, mi peque y yo y nos daría la oportunidad de conocernos como navegantes y personalmente, antes de enrolarnos juntas para la regata de la Ruta de la Sal.

Arribamos al CN de Sta. Pola a las 11h., según lo acordado, y nos pusimos a estibar la compra y luego entre las dos nos dispusimos a poner el Génova que acababa de recibir de la velería. Una en el palo, tirando de la driza y la otra cuidando de la relinga, pero aún así, se enganchó en un pequeño pellizco de la tela. No había manera de subirlo más ni de bajarlo,…..apunto de desistir estábamos, cuando el vecino de amarre salto a nuestra cubierta y de un fuerte estirón consiguió ponerlo en su sitio de nuevo. Evidentemente no era la fuerza nuestra mejor de las virtudes, de ninguna de las dos, tenemos que admitirlo, a veces, aunque solo algunas veces, necesitamos de la fuerza bruta que poseen algunos…..jajaja……luego al abrir la cremallera de la Mayor, vimos que se había abierto sola, estaba rota…..y al arrancar el motor un extraño pitido nos hizo alarmarnos por unos minutos…….no podíamos creerlo, parecía una confabulación o un aviso para que no saliéramos, pero nuestro propósito era firme, así que me fui a proa a soltar el muerto y ella soltó las amarras de popa para dejar salir dignamente al Seddna con su nuevo Génova.

Se trataba de una travesía en conserva, varios barcos del club con una derrota común, para fomentar la navegación en familia, y la actividad en el club, sobretodo para que no se queden los barcos en los amarres. Con una serie de eventos organizados, todo ello encaminado a crear e incentivar a los socios a navegar y disfrutar con ello.

Marien es la promotora y dirige este tipo de actividades en su club, por tanto está acostumbrada a organizar como yo, pues es una actividad similar a la que yo hago cuando alquilo barcos……..

Eran las 12:30 HRB 11:30 UTC, antes de salir de la bocana, nos aproamos para izar la Mayor. Me fui al palo y Ruben me cobraba desde el winche. Una vez fuera, para que no nos pillara la Tabarquera, sacamos el Génova por nuestra banda de babor y paramos motor.Nuestra velocidad bajó rápidamente pues no soplaba más de 8 nudos, eso si de levante, según lo previsto. Pero enseguida nos relajamos y adaptamos a la nueva velocidad de unos 4 nudos. En cuánto llegamos al cabo de Santa Pola, caímos un poco más, para poner rumbo y amollamos vela. Aunque no perdimos mucha velocidad. No teníamos prisa y queríamos disfrutar de navegar a vela. Abrimos un poco más, amollamos Génova y Mayor, pasamos el carro del Génova más adelante y mantuvimos una media de 3 a 4 nudos….

La conversación pronto empezó a fluir entre las dos, contándonos primero como habíamos conocido ambas a las personas que teníamos en común y luego, nuestras hazañas en el mar. Pero sobretodo ella me contaba su impresionante aventura, cuando cruzó el Atlántico y su supervivencia en Cabo Verde y en Brasil….

Yo le escuchaba con admiración y a la vez con sorpresa, de lo que puede llegarte a ocurrir en una aventura de esa índole.

Todos los libros que llevo leídos sobre navegantes, casi siempre han sido masculinos o parejas felices. Por lo que evidentemente las situaciones no son las mismas, siendo una mujer en solitario

Mi instinto me decía que no me había equivocado y que seguramente íbamos a congeniar…..

Hicimos una buena ensalada y unos sándwich y descorchamos un rioja. La plácida navegación lo valía la pena. Cuando solo nos quedaban un par de millas para la Vila, que era nuestro objetivo para recalar esta noche, avistamos al Manuela, un Doufor 40’ y al Cristina, un Sun Odissey 49. Ambos estaban al pairo esperándonos, sin ninguna prisa, para contemplar juntos el Sunset, como llamaba mi patrona a la puesta de sol…..aunque nosotras propusimos mejorarlo con una botellita de cava de nuestra querida Doña Anna y así lo comunicamos a las otras dos embarcaciones, por el canal 72 que habíamos elegido para la travesía. Les pareció estupendísima idea y decidieron realizar una maniobra de aproximación, para recoger sus copas. Marien tenía unas copas de metraquilato que bien podían pasar por cristal. Cogí la rueda y Ruben se encargó de cambiar todas las defensas y ponerlas por nuestra banda de babor. Marien se encargaría de pasar las copas ya llenas. Antes me dijo sonriendo pero con voz firme: “Pepa, dejo mi barco en tus manos, no sé si lo harán bien, a la menor duda te apartas. Ok, contesté, estate tranquila”. Así que sin velas y en punto muerto, intentaba mantener el gobierno y movernos lo mínimo. Primero hizo la aproximación el Cristina, demostrando un gran control y afinamiento su armador y patrón. Uno de sus tripulantes en el balcón de proa recibía las copas por nuestro balcón de la aleta de babor. Luego le tocó el turno al Manuela, su patrón más nervioso y arriesgado, me advirtió ella. De hecho se empeñó en hacer la aproximación por la banda de Er en lugar de la de Br que habíamos puesto las defensas. Un par de veces me aparté, porque no lo vi claro y, a la tercera, lo conseguimos…….y así, despedimos todos a Lorenzo que nos había acompañado de una manera espléndida todo el día.

Cuando desapareció completamente y el cielo se tornaba rosado, enfilamos la bocana de la Vila. Llamamos por radio para que nos asignaran los atraques reservados, sacamos las amarras y las dispuse para atracar de popa.

Ya firmes, me senté a contemplar el nuevo bosque de mástiles que nos recibía mientras iba apagándose completamente la luz del día y cubriéndonos la noche. Una cervecita y un cigarrito con un poco de música chill-out. La había echado mucho de menos durante la travesía, pues los altavoces de la bañera no funcionaban y no la habíamos podido poner en todo el día…..pronto aparecieron los patrones de las otras dos embarcaciones y se unieron a nosotras. Entre todos decidimos hacer cena comunitaria en el Cristina, el de mayor eslora,……..así que nos pusimos cómodas, preparamos una ensalada y cogimos algunas cosas más para compartir……..me encanta el ambiente de confraternización que normalmente se respira en este mundo marinero, sobretodo cuando vivimos en una sociedad de incomunicación, dónde el stress diario no nos permite ni conocer a nuestros vecinos………

El living era espacioso y el rincón de la mesa de cartas impresionante, con una silla de madera ergonómica alucinante!.....La conversación fluía, pero el cansancio también, así que pronto nos retiramos, primero mi peque, a quien acompañé al Seddna y dejé la emisora puesta en el 72 por si necesitaba algo, aunque después del primer mojito, llegamos nosotras…..mañana habría más….y efectivamente, el siguiente día fue prácticamente idéntico, despejado, sol, buena mar, poco viento, navegación placida a vela hacia Moraira….demasiado plácida, tanto que al pasar por el través del Peñón de Ifach, la calma chicha era tal que tuvimos que arrancar motor para poder tener gobierno y evitar una barca de pescadores que en rumbo de colisión por nuestro través de Er, se aproximaba a toda máquina y sin aparentar tener intención de maniobrar, a pesar de que nosotros fuéramos a vela….

Nuevamente a mediodía habíamos visto y escuchado por el canal 72, como el Cristina y el Manuela, había hecho una maniobra de abarloamiento en alta mar, para pasarse unos platos de arroz. Nosotras decidimos que hoy no arriesgaríamos, ni para el arroz ni para el cava…..así que hoy vimos el Sunset abarloados pero al muelle de babor del CN de Moraira. Primero hicimos la maniobra en un lugar dónde cogíamos todos, pero como la cubierta del Seddna quedaba muy baja del muelle, nos aconsejó el marinero cambiarlo más adelante que habían guías de muerto y así lo hicimos. Nunca había puesto un muerto atracando de través, una guía la pusimos en la cornamusa de la aleta de babor y la otra en la de la amura de babor, para garantizar que el Seddna no pudiera acabar debajo del pantalán……
Arribaron un par de amigas más y otra pareja y, también una cuarta embarcación, un Oceanis, el Nueva vida. Y todos juntos nos dirigimos a la cena que había reservado y preparado mi patrona y anfitriona, para la travesía……La copiosa cena y Morfeo, pudieron conmigo y nada más terminar me retiré al camarote con mi peque, no aguanté ni para la película de Sreeck, aunque me gustaba bastante, pero cuando me quitan las pilas me las quitan, paso así de 100 a 0, increíble!

A la mañana siguiente, mientras leía en silencio en el camarote, mientras aguardaba que el resto de la tripulación despertara, empecé a oír tintinear en las escotillas, miré y estaba lloviendo a mares!....

Un cielo gris y una constante e intensa lluvia, hicieron que finalmente el grupo se decidiera por pasar el día en tierra. Compramos unas chuletas e hicimos una barbacoa entre el pantalán y la bañera del Cristina, cuando amainó al mediodía. Con la pasarela improvisamos una mesa y luego pasamos a la bañera a hacer la sobremesa…..una partida de parchis y una buenísima tarta de manzana, algún masajito de cervicales y café recién hecho con cava, era el menú que podías elegir al gusto……un sms con una invitación a cenar, y uno más se sumaría al grupo……un paseito por la escollera, desde el cabo rojo al verde con el peke, para bajar la comida y estirar las piernas……una degustación de Gin Tonics salinizados ahora en el Manuela….para finalmente vestirnos de guapos y salir a cenar y disfrutar de la visita de un buen amigo……

Al día siguiente se suponía que íbamos a madrugar porque teníamos que hacer unas 50 millas y apenas había viento, y además de poco, se mantenía de SE por lo que intentamos izar velas e ir a la mediterránea apurando el ángulo de ceñida, pero el flameo del Génova, nos hizo desistir y recogerla, dejando motor y mayor únicamente. No quería que se nos hiciera de noche para conducir, así que fuimos a motor prácticamente todo el día. Marien leía y yo escribía, Ruben iba intercambiando los balcones de popa, ojo avizor……y cuando ya habíamos dejado Alicante por nuestra aleta de Er y veíamos Tabarca por nuestra amura de Br, el viento empezó a subir, como un regalo, me permitía por fin parar motor y mantener solo a vela, 6 nuditos, en un rumbo de ceñida, con unos 12 a 14 oscilantes de SE y sin dejar de controlar el capuchón del faro de Santa Pola, como recordaba Marien que siempre decía su padre, para salvar los bajos, un gran navegante de todos los tiempos según me había contado, ella venía de familia marinera y por eso me la imaginaba navegando antes que andando…..

Entendió porque así se lo conté, que eran mis ultimas millas y no tuvo inconveniente en coger las escotas y encargarse ella de las velas en las viradas que dimos para girar el Cabo…..decididamente hacíamos un buen equipo….Ya el atraque lo hizo ella, no quise aprovecharme de más pidiéndoselo, aunque realmente deseaba atracar aunque solo fuera una vez, al Seddna.



Ya en el atraque, estibamos y nos hicimos las últimas fotos con el polo rojo de la travesía, entre risas y cervecitas, esta vez sin alcohol, mientras un rojo sol nuevamente nos decía adiós y ponía el broche final a esta travesía, una navegación en tandem, aunque muy acompañadas, tanto por mi peque como por todos los que estuvieron presentes en los relatos de las aventuras Atlánticas que la patrona compartió conmigo durante todo el fin de semana y que ahora aprovecho para saludar cariñosamente de su parte, conocedora que alguno de ellos como el “capi” me leen con asiduidad……

Comentarios

Entradas populares de este blog

POR FIN EL CANAL DE PANAMÁ

VOLVIENDO A LAS PITIUSAS CON AMIG@S

CARIBE CON EL MAVERIK