POR FIN EL CANAL DE PANAMÁ

El patrón se ha pasado toda la tarde probando e intentando dar con el kit de la cuestión y lo extraño es que echando el spray en el mismo momento que das al arranque, arranca y se mantiene, no se para después. Ha purgado el circuito, pero nada. Todo le hace sospechar que pueda ser la bomba de inyección. Ha grabado unos videos y se los ha enviado a un especialista en éstas, al parecer un chino muy eficiente en quien confía. Sin embargo, al día siguiente, cuando ya se disponía a desmontarla, siguiendo las indicaciones de éste, arranca como por arte de magia, probamos otra vez, y otra y perfecto. Arranca a la primera y sin spray ni nada. No nos lo podemos creer, ¿sería alguna burbuja de aire que se ha disipado o mis súplicas al universo?, jajaja. En cualquier caso, aleluya, podemos seguir con nuestros planes del cruce y pasar la inspección este jueves. El miércoles madrugamos, el se va al velero a las 07 a.m. y a su vuelta montamos la parte del toldo que faltaba. Arrancamos las etiquetas del repaso que le dio ayer a la teka el carpintero y arranchamos. También ha llamado a Luiso, un canario que se sube al palo y le repasa toda la jarcia de arriba abajo, ajustando obenques y obenquillos…por ti, me dice, porque se lo recomendé el otro día, por tu barco, le respondo, jajaja. Va despidiéndose de la gente que va encontrando, han sido 4 años, toda una vida para un navegante. Este es un gran y decisivo paso para coger impulso para seguir y me alegra estar presente para animarle. Soltar y dejar ir, no es un ejercicio fácil. El trayecto, unas 30 millas, son básicamente a motor, solo un momento tuvimos una punta de 10 nudos por la aleta de Br y
sacamos Génova, pero no paramos ni el motor y duro poco. El dia es gris y lluvioso. Y en las proximidades del Canal ya empezamos a ver un enjambre de AIS en el plotter del barco y en el radar. ¡Nunca vi tantos mercantes juntos.! Por un momento recordamos a la bahía de Valencia, con sus grúas azules y los mercantes fondeados, pero aquí hay grandes montañas verdes y frondosas. La noche calló rápido mientras me balanceada en mi hamaca, aunque en este fondeo llega a ser un deporte de riesgo por el movimiento. Hemos fondeado justo antes de entrar en la Marina de Shelter. Es como un gran lago, detrás del espigón, pero supongo que los mercantes que van entrando hacia el canal son los que generan esta ola fastidiosa. Cuando llegamos hay un par de veleros más, un catamaran que vienen a recoger los pilotos del canal y un Tallship. Por la noche conseguimos ver juntos la película WIN La fuerza del viento, ya que el capi también es bastante manitas con la informática y me descarga una nueva app en mi tablet para visualizarlas.
Al día siguiente encendemos la VHF canal 12 como nos dijeron, a las 07 hrb, pero no es hasta las 10 a.m que viene el piloto a inspeccionarnos. Es increíble la maestría que tienen para arrimarse sin llegar a tocarnos pero lo suficiente para que el piloto salte a bordo con el mínimo riesgo. El hombre es coreano, creemos, no habla muy claro, pero sobretodo se nota que tiene prisa, creemos que por miedo a marearse, así que en menos de media hora nos ha despachado la inspección que se ha basado en rellenar un formulario según las respuestas del capi, sin testar ni siquiera sus respuestas, como el comprobar que tienes tanque de aguas negras, por ejemplo. Ya solo queda esperar a que nos asignen día y hora de transito. Aprovechamos el bus de la marina de Shelter, donde al final ha decidido el capi entrar, para ir a un mol en Colón, llamado Cuatro Altos. Las demás opciones eran complicadas para quedar con nuestro agente, ya que Colón es la zona más peligrosa de Panamá, habría tenido que llevarle yo con la dingui y regresar luego a por el porque no se puede dejar allí, y además arriesgarse a no ser atracado al ir al cajero para pagarle, así que lo más sensato ha sido entrar, además si contamos lo que cobran por el dingui dock 12$ más 25$ por cada tripulante que recojas, ya nos compensa pagar la marina y estar tranquilos y disfrutar de sus servicios, duchas de agua dulce, piscinas, restaurante. El atraque costo un poco pues el capi decidió hacerlo de popa, llevábamos la dingui a Br que era donde estaba el finguer y hubo que cambiarla rápidamente a Er pero finalmente lo cuadro con la ayuda de los marineros que aquí sí que eran profesionales y no como los de Linton, que llamaban hasta cuerdas a las amarras, grrrr. Además de amables y atentos. En cuanto me acerque a las piscinas tuve un De Javu, sin duda había estado allí con el Rebeca y con mi hijo antes de nuestra
travesía a San Andrés. Aunque esta vez no para de llover así que poco podré aprovechar la piscina. Aprovecho para baldear rápidamente al Maverick, sobretodo su pozo del ancla pues ha subido llena de barro del último fondeo. Guardamancebos, manguera de ducha y bañera en general, el chaparrón me hacia de ducha dulce, jajaja. Luego me dedique a cocinar para recibir a la tripulación, seríamos 5, como nos exigían, vinieron la pareja del Rhapsody, Mónica y Diego y Maria Ángeles, una sevillana que respondió al anuncio del capi en Facebook. Trabajaba en una agencia de la ONU y llevaba ya más de un año en Panamá. No era navegante pero quería vivir la experiencia del cruce del Canal. El capi vino con la dingui a coger su equipo de snorkel y me dijo que había una manada de delfines en la bocana, así que nimcorta ni perezosa lo dejé todo y me fui con el, aunque ya solo,vimos alguna pequeña aleta y aunque el se llegó a tirar y todo no llegó ya a verlos. Con el fondo de barro el agua es verde y la visibilidad nula. En cuanto estuvimos todos a bordo y comimos, avisamos a la marina que nos envió a dos marineros para ayudarnos, una maravilla de profesionales y al final solo han sido 75$ la noche. Echamos de nuevo el fondeo fuera para esperar a los pilotos que nos acompañarán, nos han citado a las 15:30h pero llegan un poco después. Una vez más flipo con la maestría del timonel que se arrima lo suficiente para que salten sin llegar a tocarnos. Vinieron dos, porque uno está en prácticas, el titular es un tal Francisco que nos dice que esperemos hasta que veamos que empieza a moverse el Mercante tras el que vamos. En el fondeo también hay otro velero de aluminio de dos palos, un tanto rarito, con el que al parecer haremos el cruce abarloados.
Eran las 16:30hrb cuando por fin subimos el fondeo y pasamos bajo el puente de las Américas, siempre da impresión pasar bajo un puente, aunque sepas que tienes altura suficiente. El capi repartió los puestos para las 4 líneas, dos en proa y dos en popa y estuvo explicando el as de guía para los que no lo controlaban, aunque luego no hizo falta porque el práctico nos dijo que mejor hacer un nudo sencillo y simple para unir la guía que te lanzan desde tierra a tu amarra, que previamente nos habia facilitado nuestro agente. Y al final como nos abarloamos al otro velero por la banda de Babor, solo teníamos que ocuparnos de dos líneas, las de Er, proa y popa. Y la verdad es que tiran bastante, tienes que ir cobrando cuando empieza a subir el agua en las esclusas de Gatun, para que siempre estén tensas y el velero se mueva lo menos posible a la vez que vamos avanzando con los guías de tierra y a la par del otro velero, que es el que lleva el gobierno, aunque a veces nuestro capi tiene que corregirle porque se va demasiado a Babor, no sabemos si tiene algún problema porque incluso una vez estuvimos a punto de atravesarnos. Es muy importante que haya buena comunicación entre los pilotos que van en ambos veleros, al final son los que dirigen la maniobra. Impresiona verte subir con el agua y ver al otro lado de la compuerta el Caribe más bajo. Es un adiós en toda regla. Al final se nos hizo de noche, son 3 esclusas y se hace largo, casi 4h. Al salir de las esclusas desembocas en el lago Gatun, nos soltamos de nuestros vecinos y los pilotos nos guiaron hacia una zona de boyas para pasar la noche fondeados. Eran tremendas, como para mercantes, pero el piloto tiró la amarra estilo cawboy y nos abarloamos a ella del través. Advirtiendonos antes de marcharse que no nos bañaramos que habian cocodrilos. Posición:9°13,9’N 79°55,67’W. La zona era todo selva y manglar, espero que no me frían los mosquitos. Aunque hubo suerte porque empezó a llover y cenamos dentro en el living, con charla de navegantes hasta la media noche. ¡Como agradezco tener tripulación a bordo con quien poder conversar!. No paró de llover en toda la noche pero al dia estuvo nublado pero no llovió, por lo que la temperatura era muy agradable. A las 08 a.m llegaron los pilotos, hoy eran otros, se llamaban Ricardo los dos, de nuevo un titular y uno en prácticas, pero ambos resultaron ser grandes profesionales, amables, prácticos y compartieron con nosotros su sabiduría, tanto de navegación y maniobras en el canal, como historia y economía, fauna y flora de toda la zona que son grandes parques naturales. Unas 30 millas hicimos por el canal balizado, próximos siempre a las marcas rojas que aquí son Er, al revés que en Europa, y
las enfilaciones que además tienen luz y te guían para confirmar que vas bien tienes que ver la luz verde, al revés de tu boya. Bastante recorrido me dejó el capi el timón en vez de ir con el piloto automático. El ambiente a bordo fue muy bueno, hicimos el ángelus, tomamos fotografías, sobretodo cuando nos cruzabamos con algún monstruo como un gran vacaciones en el mar que nos adelantó por nuestra banda de Br. El Maverick se porto bien y nos dio hasta 7 nudos por lo que al final íbamos muy adelantados respecto del otro velero y el Mercante con el que teníamos que hacer de nuevo las esclusas y el piloto nos pidió bajar velocidad. Aproveché para bajar a cocinar un arrocito que nos dio tiempo justo de tomar cuando ya llegó el otro velero y empezamos con la maniobra de abarloamiento.
Hoy parece que nos coordinamos mejor con los vecinos, además los pilotos también parece que tienen más feeling entre ellos y todo cuenta sin duda. Cuando empiezan de nuevo las esclusas me toca encargarme de proa Er. Hoy son al revés, se vacían de agua y tenemos que ir largando la amarra, cuando ya hemos bajado totalmente es cuando se abren las puertas dándote paso a un nuevo tramo, la sensación es la inversa de ayer, hoy es una bienvenida constante, ayer eran despedidas. Detrás tenemos un enorme Mercante que parece nos vaya a engullir. Nos Dan el link de la webcam del canal por si queremos pasarla a familiares y amigos para que nos vean en tiempo real, pero lo cierto es que es difícil vernos entre el vacaciones en el mar que nos adelanto y está justo ahora delante de nosotros y el Mercante, pero al final algo se nos vio. No obstante hicimos buen reportaje con nuestros móviles y con un dron que trajo Maria hasta que nos lo hicieron bajar, al parecer está prohibido, pero el capi le dice que lo vuele, parafraseando a su idolatrado Cocua, “mejor pedir perdón que pedir permiso “, jajaja. Las de Miraflores son las últimas esclusas, es emocionante, el Pacífico te recibe como con un “pasen y vean”. El patrón está
emocionado, para el nos cuenta que significa mucho, después de 4 años estancado en el Caribe supone un gran paso avante para su proyecto de vuelta al mundo. Aunque aún tarde un poco en poder cruzar a la Polinesia, ya está al otro lado y no hay vuelta atrás. Nada más salir y divorciarnos del obligado matrimonio al otro velero, vimos ciervos en la orilla y hasta un cocodrilo!. Wow una cosa es que te lo cuenten y otra verlos. Creo que ya no me voy a bañar tranquila por estos lindes, grrrr.
Y justo cuando somos ya libres e independientes, nuestrso motor se volvió a parar, y digo volvió porque era la misma avería, “la del pobre”, falta de gasoil, se nos habia vuelto a olvidar conectar el tránsito de gasoil entre los depósitos, grrrr. Como el día está nublado queríamos ahorrar consumo de energía y no llevarlo conectado todo el tiempo. En fin, con el sistema del capi, spray directo al arrancar lo solucionamos. Mientras, sacamos rápidamente Génova, aunque no está permitido ir a vela, era fuerza mayor, le dijimos al piloto, que rápidamente nos dijo que podrían venir a remolcarnos, pero nos cobrarían claro. También se acercó nuestro agente a recoger las líneas y las superdefensas y se ofrecio a remolcarnos, pero ya no era necesario, nuestro capi “arreglalotodo” ya había conseguido arrancarlo. Además de que no llegamos a perder el gobierno, Mónica al timón y yo a las escotas del Génova avanzabamos a 3,5 nudos con el escaso viento de popa que teníamos. En cuanto vinieron a recoger a los pilotos, pusimos rumbo al fondeo que nos habían recomendado, dejando a Br isla flamenco y bordeando isla Perico, pasando entre ella y la roca de San José, dando mucho respeto a los espigones que al parecer en pleamar a penas son visibles. Ahora aún se ven, la zona está llena de restos de barcos hundidos y fondeados, de pescadores y
el fondo es de barro, así que el color del agua es verde. Aquí tenemos que empezar a tener en cuenta las mareas, son de 4m cada 6horas. Hemos arribado a las 18:30h y está subiendo, pero no será la pleamar hasta las 21:30h, así que hay que tenerlo en cuenta a la hora de elegir la sonda y echar los metros de cadena. Posición: 8°55,27’N 79°31,87’W. Brisas de Amador se llama y nos han dicho que hay un dingui dock vigilado, a donde el capi lleva raudo a desembarcar a la tripulación antes de que caiga la noche. La investigación la dejaremos para mañana. La vista del skyline de la ciudad de Panamá con sus rascacielos iluminados es espectacular, ¡parece Manhatan!.

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