BODA NAUTICA


De chiquitita, bueno, más bien diré de niña, ¡porque chiquitita sigo!-jajaja-, siempre dije que yo nunca me casaría, que yo quería ser libre…

Mis amigas me cantaron, hábilmente modificada, la canción de Libertad, en mi primera boda, anunciándome con ello la pérdida de ésta. Y lo cierto es que ¡ no cesé hasta recuperarla!.

Ahora, me atrevo con la segunda, ahora que he encontrado mi compañero de travesía. Alguien que como yo, no solo ama la libertad, sino que la comparte con la mía. Alguien que por el simple hecho de amarte, no te asfixia, sino que disfruta sintiendo la tuya.

Así que cuando el mejor navegante, persona, amante, y compañero de vida, te invita a hacer de su libertad la tuya, y seguir juntos compartiéndolas por esta travesía, que es la vida, no puedes más que decir que SI.

Y como no podía ser de otra manera, decidimos preparar una boda naútica. Ya que el mar nos unió, que sea en el mar dónde manifestemos públicamente esta unión.

Alquilamos un gran Catamarán, para bajo sus velas, dar cobijo a los seres más queridos e íntimos y pasar todos juntos, un gran día en el mar.

Después de muchos conjuros y cruzar los dedos, conseguimos que saliera un fantástico día, dónde el sol brillaba como un gran rey y el azul raso del cielo era el más limpio que jamás hubiera visto.

Casi todos vestidos de blanco, como habíamos deseado, novios e invitados, con esa sensación de pulcritud y sencillez que transmite el blanco, y también ese aire ibicenco que tanto me gusta. Quizás por ello sea este color el que abunda en mi vestuario.

Zarpamos a la hora del ángelus rumbo a Tabarca, viento flojito, también Eolo sería benévolo, lo justo para poder izar velas y parar motores, y así, con el leve balanceo del avance del catamarán empujado únicamente por el viento, empezó la ceremonia.

Primero fue mi querida amiga Pura, una gran profesional de la comunicación, la que tomó la palabra y después le seguiría nuestro querido amigo Rodrigo, que como Capitan de Yate, asumiría la atribuciones de celebrar la boda naútica. Y entre medias, una pequeña incursión de mi queridísima amiga Leles, que puso, si cabe, un punto más de emotividad con sus palabras....y vaya palabras!, no sabría decir cuales me gustaron más y creo que todas por igual me emocionaron.

Bellas palabras para compartir y no olvidar, para releer y recordar....y entre ellas os reescribo las de los dos momentos más significativos:

"Dime que sí
Compañera
Marinera
Dime que sí.

Dime que he de ver la mar
Que en la mar he de quererte.
Compañera
Dime que si.

Dime que he de ver el viento,
Que en el viento he de quererte,
Marinera,
Dime que si

Dime que si,
Compañera,
Dime,
Dime que si."
(Rafael Alberti)

Y a éstas le siguieron las del Capitán:

Ha llegado el momento de botar vuestro nuevo buque, de soltar amarras.
Ha llegado el momento de que sea el amor, el sol diario que os calienta y os bendice.
El cariño, el viento que os haga avanzar en el día a día.
La comunicación, las velas que bien trimadas os den fuerza y os impulsen.
La pasión, las olas que os suban y crezcan y den alegrías y emociones.
Y el AMOR, que es quien hace que todo esto sea verdad.
Yo, como Capitán y representante de los mares que vais a vivir os declaro Marido y Mujer.
Que lo que ha unido el Mar....no lo separe la Tierra.!

Y así, en nuestro planeta "Agua", disfrutamos, reimos, bailamos, nos bañamos, y compartimos nuestro amor en el mar con todos nuestros seres queridos, hasta que se retiró el sol de ese maravilloso 25 de septiembre.
http://www.youtube.com/watch?v=InrKV7MPJ_o

Comentarios

Alvaro ha dicho que…
¡¡Enhorabuena!! ¡No sabía nada! :)

Espero que tengáis juntos una dulce y larga travesía.
Unknown ha dicho que…
Enhorabuena a los dos, Liberty. Espero que seáis muy felices.

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