33 MILLAS A 3 EN EL IMPOSIBLE

 


Era la segunda regata después de la pandemia en el RCNV, tripulación reducida, asi que en el Majoche solo podían ir dos tripulantes acompañando al patrón, el resto que teníamos disponibilidad, nos apuntamos a la Bolsa de tripulantes del club, pero entonces, recibí una llamada del lmposible invitándome a hacerla en el y por supuesto no dude en decirle que si. 

Es el barco con el que me inicie en las regatas en el club, allá por el 2009, un Noray 43 cuyo nombre inicial fue el “Ilusión”, un velero que, capitaneado por Enrique Vidal, participó en 1979 en la Parmelia Race, una regata entre Plymouth y Fremantle con escala en Ciudad del Cabo que conmemoraba los 150 años del establecimiento de los ingleses en la costa oeste australiana. Un gran barco con una gran historia!.

Su patrón me cedió la posición de timonel, asi que pude volver a vivir la adrenalina de la línea de salida en


él. El tercer tripulante seria un joven y fuerte deportista ávido de aprender la navegación a vela desde que la descubrió recientemente. Asi que con su fuerza y el expertis del armador, se encargarían de las velas.
Lamentablemente no fuimos de los primeros en tomar la linea de salida, pero tampoco lo hicimos muy mal, con velocidad y amurados a Estribor, para luego virar e ir a buscar la boya de descarte. Teníamos poniente muy racheado, como suele ocurrir siempre con el W, íbamos con Mayor y Genova hasta tomar la boya y poner ya rumbo al Faro de Cullera para lo que ya, subimos Spi, cuando bajaba orzaba todo lo que podía y cuando subia la racha caía, así fuimos bastante bien hasta llegar al través del puertecito del Perelló en el que como por arte de magia, quedamos atrapados en una burbuja de calma chicha y como siempre en estos casos, los que estábamos alcanzando se escaparon y los vimos desaparecer en el horizonte, y nosotros y unos cuantos que venían pisándonos la popa, nos quedamos pinchadisimos, algunos los vimos dar vueltas de 360º, e incluso ponerse con la proa a Valencia de nuevo, que nos hizo hasta dudar de si se habrían retirado! Nosotros por lo menos manteníamos el rumbo.

Nos fuimos a proa y nos sentamos los 3 a sotavento pero no servía de nada. Era momento de tener paciencia y aguantar. Hacer fotos, videos y relajarse. Aprovechamos para almorzar y tomarnos unas cervecitas y poco a poco, conforme fuimos viendo que nos entraba el viento empezamos a trimar, habíamos bajado el Spi por supuesto, pero ahora ya había dado el role y teníamos bastante ángulo para ir con Genova ciñendo, asi que llegamos con el hasta el Faro y luego al tomar la boya subiríamos el segundo Spi, pues el viento se había establecido del SE y constante, de hecho llegamos a hacer puntas de 9,5 nudos! Aunque ello no evitó que nos tomáramos una riquísima tarta de queso y frambuesa en platos de porcelana y todo!

Otro nivel señores, me dije, no ganaremos pero tampoco sufriremos. El barco aunque necesita muchos mimos, es fiel y rápido y a poco que le hagas, vuela.

Con la puesta de sol arribamos a la meta, 19:15h, una hora y cuarto más de la prevista, teniendo en cuenta que estuvimos 1,5h parados, no estaba nada mal. Y barcos mucho mejores por detrás. Estábamos satisfechos, nos felicitamos y lo celebramos con una ultima cervecita a bordo mientras adujábamos y recogíamos para dejar bien arreglado al protagonista.

Un placer volver a navegar en el y por supuesto, con Pere, su patrón, un paciente y sabio navegante! Gracias, gracias, gracias

 

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