DE ALTEA A LANZAROTE

Muy a mi pesar, porque estaba roque, a las 05 a.m oí como se levantaba el patrón y arrancaba motor, puse los huesos en punta para ayudarle a zarpar, motor y vela rumbo a la marina de Alicante donde había quedado con unos técnicos para que le montaran el segundo motorcito de nevera y habilitar una segunda como congelador, aunque pudieron hacerlo no enfria lo suficiente como para ser congelador, pero nos servirá para la bebida y dejaremos la grande para lo fresco. Motor y vela para llegar a tiempo. A las 10:30 a.m entrábamos por la bocana, Mónica nos saludaba desde el muelle de espera, los técnicos habían conseguido que nos permitieran atracar allí mientras ellos trabajaban a bordo. Estuvimos toda la mañana con Mónica, la otra capitana que se supone se iba a enrolar desde el principio pero que al final no lo hace. Creo que hubiéramos hecho buenas migas, pero nunca lo sabré. Eso sí, le pedí al armador que se asegurara que vendría su amigo el médico aleman, o no contara conmigo….porque me resisto a pasear más tiempo a la parejita feliz. Luego me dijo que había hablado con él porque prefería prescindir de ellos antes que de mi, lo que le agradezco pero no quiero tampoco ser la causa de su desembarco. El me confiesa que tampoco se siente agusto, que están demasiado en tandem y no hacen equipo. Me quedo más tranquila, no son susceptibilidades mías. No obstante creo que es él quien debe liderar y formar el equipo, poniendo límites cuando toca, quizás el error fue permitir que ella pasara de ser una visita a una tripulante, sin tener ni idea.... Tenemos bastante viento desde que zarpamos, vamos solo con la Mayor pero entera, hay olas potentes que nos entran por la aleta y nos
zarandean. El piloto salta varias veces porque no puede con ellas. Le digo que vamos pasados de trapo y me dice que no es para tanto, que soy demasiado prudente. Creo que aún no has visto arrancar una retenida la cornamusa, le digo. Además vamos esquivando una tormenta que nos pasa por Babor, por lo que han variado rumbo hacia dentro de la bahía de Almería para buscar refugio si nos pilla, pero al final su trayectoria es hacia el norte y no nos toca. No obstante le propongo que pasemos el día en Aguadulce que la previsión en el Cabo de Gata es de fuertes vientos F8. Pero lo cierto es que ahora ha salido el sol y el mar ha bajado bastante, por lo que él propone seguir hasta Almería y así no sacrificar tanto rumbo. Así hicimos, de dia las cosas se ven venir y aunque tuvimos bastante viento, éramos varios veleros con el mismo rumbo y salvo un catamaran que iba surfeando a casi 10 nudos, los demás que iban solo con Génova no nos consiguieron pasar, nosotros íbamos como siempre con Mayor retenida a unos 7 nudos. Con los últimos rayos de sol entramos todos en el puerto de Almerimar, yo le recordaba de la última vez que estuve allí ayudando a trasladar un velero a su joven armador, en octubre de 2018, recién separada, y también recordé cuando me desembarcó allí mi amigo almeriense que me mostró un verano toda esta costa del parque natural del Cabo de Gata, sus calas y pueblos allá por el 2007.
Qué gusto y tranquilidad da oír rugir el viento bien amarrados, además de poder tomar una ducha de agua caliente aunque las instalaciones sean viejas y feas. Al día siguiente teníamos 130 millas hasta Gibraltar, seguimos con viento fuerte f6/7 de Norte, marejada a fuerte marejada, pero a las 7:30 HRB fuimos los primeros en soltar amarras. Estaba difícil porque el viento nos empujaba justo contra el pantalan pero ayudándose de la hélice de proa y su pericia, el patrón salió sin demasiados problemas. Igual que lo bordó al llegar cuando nos dijeron que lo hiciéramos entre los dos veleros que habían entrado antes. Hoy me toca jafarrancho y estoy exenta de guardias diurnas, pero el patrón me sorprende haciendo una reunión de tripulación en la bañera, para tratar los problemas de convivencia, pero no me gusta su enfoque, además de la necesidad de hacer de traductor porque ellos no entienden nada de español y para mi es muy difícil expresarme en inglés todo el tiempo o entender todo lo que dicen ellos, me ha parecido que enfocaba el tema como un problema mío con ellos, y luego al querer rectificar como que yo le culpaba a él de falta de liderazgo, en fin, al final le he dicho que voy a seguir teniendo paciencia, pero si sigo sin sentirme a gusto a bordo, lamentablemente me desembarcare a pesar de que se esfuerza en expresarme lo mucho que valora mi presencia, no hay nadie imprescindible y el tiempo de todos es lo más valioso que tenemos todos, por ello hay que cuidar con quien lo compartes. Hemos acabado dandonos un emotivo abrazo y me he emocionado, he tenido que irme abajo para que no se dieran cuenta que se me saltaban las lágrimas. Lo importante es que el viento cayó al llegar la noche y tuvimos que avanzar con motor y Mayor, pero aún quedaba mucho mar, conseguí que desistiera de hacer
zigzag. Solo un par de avisos por radio, por una piscifactoría a la deriva pero que no estaba en nuestra derrota. Otro velero nos sigue por popa misma velocidad y rumbo. Y los grandes mercantes van a 1 nudo, casi parados, supongo que haciendo tiempo para entrar por la mañana. A la nueva tripulante le toca hoy hacer la guardia nocturna conmigo, no podemos dejarla sola. Nos dedicamos a distinguir constelaciones y le propongo que se descargue la app de Star Walk para identificarlas. Arribamos a Marina Alcaidesa en La Línea a las 10 a.m. Hago el atraque en la gasolinera, es mi guardia, para hacer el check-in y luego el amarre de proa, según me indica el armador. No hay casi viento, pero hay que tener siempre en cuenta que si doy atrás sólo para frenar, el barco cae exageradamente a Babor. Hoy llegará el nuevo y último tripulante, Maikel. 36°9,46’N 5°21,43’W.
Todos se van a ver Gibraltar pero yo prefiero darme una buena ducha, hacer mi colada y dedicarme a mi blog. A primer hora de la tarde llega Maikel, es alto y cuadrado y parece muy jovial. En cuanto regresa el armador y le acopla en el camarote de las literas nos fuimos a cenar y de copas los tres, la parejita feliz ya advirtieron que regresarian tarde. Además tenemos que acabar con lo que compraron en Ámsterdam, no podemos llegar con nada a Tanger, que será nuestro próximo WP. Al final no madrugamos porque al ser ayer domingo tuvimos que aplazar la compra a hoy lunes. Todos nos vamos hacia el súper menos Maikel, dice que le duele la espalda, y la resaca supongo. El no debió de tener una madre como la mía que me enseñó a estar a las duras y las mauras, jajaja. ¡La pequeñita le ha tumbado, comenta el armador.! Tras una leve parada en el muelle de espera para hacer el check out y ayudar con las amarras a un super catamaran que llega en ese momento y que acaban visitando el resto de la tripu, zarpamos sobre las 13HRB, tenemos f5/6 y podemos ir casi todo el cruce ciñendo a vela hasta llegar a la costa marroquí donde ya recogimos la Génova y arrancamos motor para ir con solo la Mayor a rumbo directo a Tanger, esquivando grandes mercantes, uno hasta nos tocó la bocina y nos llamó por radio, lo cierto es que estaba parado y arrancó justo a nuestro paso, tuvimos que virar para esquivarle y luego ya volver a nuestro rumbo. Arribamos a las 22h a la nmarina de Tajna, un marinero nos hacia indicaciones con una linterna para mostrarnos el muelle de espera, pero cuando nos aproximamos, nos preguntó si teníamos reserva y al decirle que no, se cerró en banda y no nos quiso dar amarre. Una hora nos tiramos intentando convencerle, yo me meti dentro y deje al armador que negociará él por aquello de que no quisiera negociar con una mujer, como son tan machistas, pero nada, acabo llamando a la policía y hasta inmigración y nos echaron, ni siquiera nos permitieron fondear en la playa. Grrrrr El armador decidio volver a cruzar el Estrecho hasta Tarifa, ya que no teníamos clara la meteo para seguir hacia Canarias. Eran solo 15
millas, pero al llegar el fondeo no estaba permitido, así que tocaba otras 15 millas más hasta Algeciras. Eran las 05 a.m habiamos pasado todo el día cruzando para un lado y el otro el Estrecho para acabar más o menos, en el punto de partida, grrrr. Nos rendimos a Morfeo, por lo menos teniamos buen resguardo y a penas nos mecia como bebes en una cuna. Posición 36°10,07N 5°25,86’W junto a la desembocadura del río GuardaCortes. Amanecí a las 10 a.m, el viento de SW fue subiendo durante el día, según lo previsto. Somos 5 veleros fondeados. Se ve una larga playa con dunas pero no hay idea de bajar. Piensan en hacer Kite surf, pero las rachas de mas de 30 nudos los hacen desistir. Yo paso la mañana escribiendo en la bañera. Solo el último tripulante alemán, se anima a bañarse, está solo a 18°. Son más de las 15h cuando pregunto si no se come a bordo. No sé por qué se paran los turnos cuando no estamos de travesía, supongo porque el patrón es el primero que no quiere tener responsabilidades para hacer lo que le apetezca, pero si estamos fondeados hay que comer y seguimos ensuciando igual. El está contrariado, no dice nada en todo el día, ni qué ni cuándo vamos a hacer….sobre las 18h, al anochecer, tanto él como la parejita feliz, se van a sus camarotes, a dormir o a lo que sea y Miguel y yo nos ponemos a ver una película en mi tablet y mañana será otro día. La noche es tranquila, a pesar de que sube el viento y llueve, tenemos buen resguardo y ello no impide que Mikael vuelva a bañarse al levantarse. Yo no seré tan valiente hasta el mediodía, cuando volvemos de un paseo por tierra, que nos fuimos los cuatro con la dingui, dejando solo al armador a bordo. Somos como leoncitos encerrados en una jaula del zoo y necesitamos estirarnos. Parece mentira como un paseo
de 2h nos cambia el estado de ánimo. A la vuelta por fin hablamos de los planes de zarpe. El dice que mañana por la mañana y yo le digo que se equivoca, que es un error, que hay que esperar al sábado por la mañana, para que baje el W y role a NW/N y bajar con portantes, además de que es imposible salir del Estrecho con el viento en contra. Al final rectifica hasta el viernes noche, como ya se lo ha cruzado dos veces de noche se ve que le ha tomado gusto. Por la tarde coge la dingui y se va sólo, no sé a dónde, pero decididamente tiene el perfil ideal para ser un navegante solitario. El día siguiente amanece entre sol y nubes y algún chaparrón que otro, así que después de hacer algunos estiramientos en el camarote, decido dedicarme a escribir tranquilamente para contestar una entrevista que me ha llegado de la revista navegantesoceanicos.com. No obstante le digo que debería de hacer una reunión con toda la tripulación para explicar los elementos de seguridad y revisar el botiquín con Mikael, que es el médico a bordo, por si falta comprar algo más. Asiente, pero es al ratito, cuando pregunto quien cocina hoy, que me sale con que está pensando en coger un ferry e irse a ver Tanger. Pues proponlo le digo, igual a alguien más le apetece ir. Y así es, Mikael y yo nos animamos y como no, Yana y Vitaly prefieren irse por su cuenta a ver Tarifa. Cambiamos el fondeo para estar más cerca del puerto, porque como hemos leído en el Navily que suelen desaparecer las dinguis de la playa, intentar entrar con ella, pero cuando lo hacemos y preguntamos a unos pescadores, nos envían a la guardia civil y al preguntarles a ellos nos envían con mucha condescendencia de vuelta al velero, por ir demasiados a bordo de la dingui y sin chalecos. Antes desembarcamos a la parejita feliz en la playa para volver los tres a bordo y decidir llamar al RCN de Algeciras y pedir un amarre. Aprovecharemos para hacer la compra hoy y salir a cenar por el centro y mañana coger el ferry de primera hora. Así hicimos, cenamos en una taberna llamada La Cata, de tapeo y volvimos pronto a bordo. Por la mañana dilubiaba, no paró hasta el mediodía,
encima a Dani se le olvidó el pasaporte y tuvo que volver, la idea era cruzar desde Tarifa que era más corto el trayecto, para ello un bus de la propia compañía de ferrys, FRS, te lleva hasta allí y luego te trae de vuelta. Menos mal que le cambiaron el billete para el de las 13h. Mikael y yo aprovecharíamos para ver el hotel nacional y visitar la Kasbah y su museo que el quería ver. Yo le dije en el ferry que ya había estado en Tanger y le acompañaba donde el quisiera, pues no quería quedarme sola en una ciudad como esa donde sus calles son puros laberintos. Además diluviaba y éramos de los pocos seres vivientes que se veían por ellas. Además de ser viernes, el día de descanso para los musulmanes y estaban llamando desde los minaretes al rezo. Después del museo nos dirigimos hacia el gran zoco y empezamos con las compras, yo solo pillé un detalle para el cumple del armador, pero él empezó a emocionarse, que si para sus hijos, para su mujer y cuando le dije de irnos al Café Riff en la plaza 9 de abril, para tener WiFi y enviar wp a Dani antes de que bajara del ferry, me acompañó pero al ratito me sorprendió diciéndome que necesitaba una hora solo y se fue dejándome allí sola. El lugar no estaba mal, bastante gente joven, locales y turistas, con sus PC’s haciendo uso del WiFi. Pero no tenían
nada para comer así que esperé paciente hasta que a las 15h llegó el armador, que al decírselo me dijo que venía a por mi lo primero. Además venía con ganas de comer Cus-cus o algo típico, genial porque Maikel, que apareció en ese momento, ya había comido algo en el mercado y yo tenía hambre. Lo único que le pedí es que buscáramos un sitio decente, por el tema de la higiene y al final fue en el hotel Palace Zahia, en la zona española, junto al gran Café. Mikael estuvo yendo y viniendo todo el tiempo ofuscado en sus compras. En el café después de comer me dijo, “qué amigos más raritos que tengo eh?” a lo que le respondí, “¡dime con quien andas y te diré quien eres!” jajaja. Durante el camino de regreso me dijo que mejor zarpabamos al amanecer, mucho mejor, así podríamos darnos unas duchas y descansar, después del día de turisteo, pero se quedó en la intención porque no pude pegar ojo, no sé si por los nervios de la travesía porque a él le pasó lo mismo. Eran las 07:30h cuando soltabamos amarras, otro velero francés lo hacía delante de nosotros con el mismo rumbo. Había competición también de pesca, así que también zarpaban un montón de motoras. Empezaba mi turno, me cedió el timón en cuanto salimos del amarre y les di tiempo
para que colocarán la dingui en la popa. A Mikael se le escapó la driza del Spi que utilizamos para subirla y bajarla, menos mal que el patrón estuvo ágil, se subió a la botavara y la trinco antes de que fuera más arriba. Luego mientras yo salía del balizamiento y arriaba la Mayor, dio un breafing con los elementos de seguridad, se supone que yo ya me lo sabía. Aunque estuve atenta de dónde los estibaba. En cuanto asomamos por punta Carnero pude sacar Génova y ponerme a ceñir a rabiar, rumbo 225°, lo máximo que podía para dirigirme a Cabo Espartel. Tenemos f6/7 vamos recogiendo trapo conforme nos acercamos a Tarifa. Lo malo es que tenemos unos 3 nudos de corriente en contra. Parece que no hay mucho tráfico, ¿será porque es sábado o porque de día todo parece más fácil?. Hacemos turnos de 2,5h y como ahora somos uno más, nos toca cada 7h30’, aunque Dani y yo estamos bastante pendientes durante todo el día, que resulta muy cansino, el viento y el mar han ido subiendo y a veces no conseguimos ir a más de 2 nudos, salir del Estrecho con W y corriente en contra resulta un calvario. Al final desistimos de dar mas bordos y vamos con motor mas Mayor todo lo más directos posibles a Cabo Espartel que superamos con la primera hora nocturna, ¡mientras nos alcanza un catamaran por nuestra aleta de Estribor a unos 10 nudos!. La estrategia era seguir unas millas más para alejarnos lo suficiente de la costa marroquí, que tiene muy mala fama por redes y pateras y
luego ya poner rumbo hacia el Sur. A pesar de estar derrotada, me era casi imposible dormir, primero por el ruido del motor, que ni los auriculares me lo amortiguan y luego porque llegó un negrito (nubarron) con viento y lluvia y el barco parecía un caballo desbocado. Fue en el siguiente turno, el de Vitaly, que llegó la paz. Seguimos navegando a vela pero mucho más tranquilos y por fin pude rendirme a Morfeo un par de horas. A las 06 a.m era mi guardia, una tímida luna menguante y algunas estrellas me recibían. El viento no llegaba a los 20 nudos, fui metiendo graditos a Er para mantener un ángulo de 120° y no perder arrancada. Atenta al plotter por los AIS y poco más. Me sorprendió que la bañera no estaba mojada de rocío y no hacía tanto frío como habíamos pasado durante el día en el Estrecho. Hemos hecho solo 90 millas el primer día, pero no está mal si consideramos la lucha que supuso hacer las 30 millas del Estrecho contra el poniente, la corriente y la fuerte marejada. Son las 09:30h del 20 de noviembre, hace 26h que zarpamos y estamos en posición 35° 14,17’N 7°1,67’W. Tenemos un precioso amanecer por mi aleta de Babor y la temperatura es mucho más agradable que ayer, 19° y 1034 Mbr. Hoy me toca jafarrancho, cocina y limpieza, así que estoy exenta de guardias diurnas. Ayer fue día de acoplamiento, hoy debo de sentirme mejor integrada en la rutina de navegar, en la vida contemplativa del mar, el viento y las olas. El viento hoy no nos acompaña, así que motorada, por mucho que lo intentamos no hay ni intensidad para el Henaker, supongo que es la transición del W al NW y N que esperamos. La novedad del día es que Dani pesco un pequeño atún
rojo que nos zampamos para cenar. Ocurrió mientras yo meditaba en proa durante el sunset, hipnotizada por la mar de fondo tendida que nos mecia de Er a Br. Que penita da verlo morir aunque es supervivencia, necesitamos proteínas frescas. La noche fue nublada pero seguimos sin viento, pienso en mi familia y sigo preguntándome por mi “Ikigay”. Estoy dónde debo estar? Y para qué? Normalmente la gente se hace a la mar por trabajo, por amor o por una buena causa……Aunque la alternativa cuál es? Quedarme en mi linda jaula de oro viendo pasar los días? Aquí se me antoja más fácil encontrar aventuras y quizás algún día cruzar mi estela con mi alma gemela. Una guardia nocturna a motor te da para todos esos cabilamientos y muchos más. La mañana transcurre conversando tranquilamente sobre las expectativas del cruce, cuando de repente el motor se para. No sabe muy bien que puede ser, mientras se pone a ello, yo me pongo junto con Yana a sacar velas y conseguir algo de arrancada para no perder el gobierno con esta gran mar de fondo. Tenemos sólo 5 o 6 nudos de viento, pero con toda la Mayor y el Génova, consigo hacer 2 o 3nudos, suficiente para que no salte el piloto automático. Posición 33°54,02N 9°8,4’W al través de “El Jadida”. Ha cambiado el filtro del gasoil, y parece que se soluciona, porque parece que algo impide que llegue el gasoil. En cualquier caso mis plegarias son escuchadas y unas nubes como borreguitos vienen a auxiliarnos, con viento de 6, 8, 12 y hasta 16 nudos que me permiten navegar a vela a todo trapo y a rumbo 225° con un ángulo de través. Una vez solucionado el problema seguimos con nuestra conversación, hoy tiene ganas de hablar y fantasear con lo que podríamos o no hacer, él podría no volver y seguir viviendo navegando y yo podría bajarme de su proyecto en cualquier momento, en la busqueda de mi Ikigay. Lo más probable es que en un par de meses nos quedemos los dos solos en el Caribe. ¡Vamos a tener que colgarnos un cartel de hermanos en la frente
o no vamos a comernos un rosco ni tu ni yo! Le digo entre risas. Para rematar el día ha pescado otro atún rojo, y el motor volvió a fallar cuando por la noche lo arrancamos al caer el viento. Ahora parece que ha visto una fuga en el manguito del diésel. Intentamos y logramos pasar toda la noche a vela, un poco de Génova y toda la Mayor con retenida, dándole 10 grados a Er cuando baja mucho la intensidad para no perder velocidad o 10 grados a Br cuando sube para caer y recuperar rumbo. Así aguantamos con vientos de 8 y 9 nudos sin bajar la velocidad de 2 nudos y que no perdiera el gobierno el piloto. A la mañana siguiente teníamos hechas 310 millas, en 3 días, y con el poco viento y la motorada que hemos tenido, no esta muy mal. Llevamos ya millas con un catamaran a la vista, por nuestra amura de Babor. Melody, de bandera francesa parecía tener problemas durante la noche, nos hacía señales pero al intentar acercarnos dijo por radio que ya estaba todo solucionado y poco a poco fuimos perdiendole de vista. Hoy es el cumple del armador, de momento no le hemos dicho nada, para que crea que no nos acordamos. Le propongo subir el Genaker ya que seguimos con poco viento y así nos tiramos un rato jugando hasta conseguir sacarlo de su nuevo calcetín. Al terminar la maniobra se ha levantado ya Mikael y a una señal mía le cantamos cumpleaños feliz, primero en español, luego en inglés y hasta en alemán. El ángelus hoy será con tarta y cava. Le he regalado una mano de Fátima para que proteja al barco y a su tripulación de cualquier mal y Mikael una camiseta de Tanger. El cava surtió estragos, el patrón acabó siesteando en la bañera y luego en su camarote. Vitaly intenta aguantar con orejas de burro, pero
al final es en mi guardia que parece ya llegar el Norte tan esperado y trimando bien Génova y Mayor, consigo avanzar con solo 14 nudos de aleta haciendo 6knots de velocidad, además sin escora, para que el pobre Maikel pueda cocinar bien, que hoy se estrena como “housekipper”. Mientras estoy al timón con la vista fija al horizonte, pienso en mi hijo, hoy tenía una entrevista de trabajo y lamento no haber podido hablar con él para darle ánimos, es uno de los precios que se paga por estar aquí. Aunque intento concentrarme en él y enviarle toda mi mejor energía a través del universo, si es verdad que estamos todos conectados, independientemente del espacio y del tiempo, le llegará. Después de comer, aprovechando que se ha terminado una botella de vino que aun posee su corcho, propongo al armador que escriba en un folio
sus deseos y los lancemos en la botella al mar, para que Neptuno se encargue de hacerlos realidad. Al final todos escribimos algo en ella, algunos contradictorios, el desea volver a Noruega sano y salvo y yo le deseo que se quede más años navegando…jajaja. Empieza el quinto día de travesía, nos quedan unas 170 millas, llevamos hechas 440 millas, nos sale a una media de 110 por dia, 4,5millas/hora. Empezamos cabalgando olas, el viento ha sido toda la noche de F6 y ya hay olas de Fetch, cuando me levanto a las 9:30 a.m hay más de 30 nudos sostenidos y recojo un poco de Mayor para no ir como caballo loco, son muchos dias y es mejor movimientos suaves y con los mínimos golpes para que el material no sufra. Pero cuando el sol fue ganando a las nubes el viento bajó un poco y la volvimos a sacar entera. Ya está el Norte bien establecido y solo arrancamos un ratito el motor para cargar baterías, porque la vela le hacía sombra a las placas y no han cargado mucho. Hoy después de comer hay juegos de mesa, ajedrez y cuatro en ralla. Mikael le gana al capi primero y el me gana a mi, así se queda contento,
jajaja. Ha subido el mar, ahora además de la ola de mar de fondo que nos llega por el través, tenemos ola por la popa, la generada por el viento. La noche fue super estrellada, ya estoy acostumbrada a distinguir mis constelaciones favoritas, Orion, Casiopea, Osa Mayor, Las Pleyades…y verlas desplazadas cuando salgo a las segunda guardia. También se mantuvo el viento todo el día por lo que el mar también sigue crecido y el movimiento a bordo es enorme. Intento escribir en la bañera, pero cuando nos bambolea la ola de través, sale volando todo. Me cambio al living, por lo menos dentro puedo desprenderme del chaleco, tengo las cervicales y la espalda contracturadas de llevarlo todo el día, es cómo llevar un niño chico todo el día a cuestas, grrrr. Aunque Mikael tiene la gentileza de darme un pequeño masaje con una crema antiinflamatoria que me dio Dani. Hoy le toca a él cocinar y limpiar y se le ocurre retarnos con burritos o tacos mejicanos que hay que montarlos rápidamente antes de que una ola se lleve todos los bols volando, ¡una odisea!
Esta noche es la última, hemos hecho una porra sobre la hora de llegada. Me toca la guardia guay, termino a las 21:30h y ya no entro hasta las 07:30h, sin embargo no pego ojo dándole vueltas a seguir o desembarcarme. Por la mañana cuando el patrón aparece hablo con él, nos quedan 40 millas, mis amigos ya me han confirmado el amarre en Puerto Calero, él está sobradamente preparado para seguir sin mi y tiene tripulación de sobra para que le hagan guardias y pueda dormir, así que le comunico mi decisión de quedarme en Lanzarote. No se lo esperaba y lo lamenta, pero no me presiona, respeta mi decisión. Han sido 4 meses en los que hemos hecho muchas millas juntos, compartido muchos momentos, algunos difíciles e intensos. Es hora de soltar y dejar ir, y por supuesto, de desearle siempre, buena proa al Santa Catalina.

Comentarios

Entradas populares de este blog

POR FIN EL CANAL DE PANAMÁ

VOLVIENDO A LAS PITIUSAS CON AMIG@S

CARIBE CON EL MAVERIK