ESTRENANDO EL PACIFICO

El fondeo en la bahia Brisas de Amador frente a la ciudad ha resultado cómodo en cuanto a que hay un buen dock donde dejar el dingui y puedes pillar un taxi a la ciudad por sólo unos 7 $, pero después de dos días y una vez hechas las gestiones del capi y comprar provisiones, hemos levantado el fondeo rumbo a isla Taboga a 7 millas, porque queremos ir haciendo camino hacia la marina que ha elegido el capi en San Carlos. Me ha cedido el timón y se ha ido el a proa, diciéndome tu eres la capitana hoy. Pero nuestra comunicación no es muy buena cuando intercambiamos los puestos, el espera que yo adivine de donde llama la cadena y yo me quedo esperando sus indicaciones. Tendremos que ir afinando. Vamos a motor hasta pasar el canal. Es impresionante la cantidad de mercantes que hay fondeados y en tránsito. El plotter es un avispero. Sin embargo el capi abre rápidamente el Génova, tiene ansias de vela, es casi el sunset y tenemos una leve brisa por la aleta de Er. Hacemos un sunset como dios manda ya que hoy no hemos podido hacer el ángelus. Y cuando llegamos me pide que me vaya a proa y se queda el al timón, aunque me he estudiado el Navionics, el Navily y el Open CPN por supuesto me voy sin rechistar, es su barco y el es el patrón. Son las 18:30h, ha empezado a subir la marea pero aún le quedan 3m hasta las 23:36h que será la pleamar con 3,73m. Al final
echamos en 8m de sonda entre un catamaran y un ketch muy transmundista, que rapidamente bautizamos como “Mottesier”, ya que va un solitario, flaco y barbudo que nos saluda desde su bañera y a la mañana siguiente se marchó sin hacer ruido izando sus velas rojas, jajaja. Posición:8° 47,90’N 79°33,19’W. Se divisa una colorida población al pie de dos playas, una de ellas se alargan hasta un istmo que la une con un peñón que llaman el Morro. Hay un gran muelle donde llegan los ferrys con los turistas durante el día, acabamos de ver zarpar el que debe ser el último del día. Leo que también es conocida como la isla de “las flores” y la verdad es que desde el fondeo se ven árboles con flores rojas y algunas buganvillas. También he leído que hay muchos senderos para recorrer por sus frondosa vegetación y que hay fauna diversa, como osos hormigueros.
A la mañana siguiente, en cuanto desayunamos cogemos el dingui y bajamos a investigar a tierra. Dejamos el dingui en la parte de atrás del súper muelle para no molestar a los ferrys. Justo llega uno en ese momento y también una mínima banda de música, el capi se pega unos bailes a su son, jajaja. Al parecer es el día de San Pedro y va a salir en procesión con el santo un montón de barquitas de locales, adornadas con globos, como luego vimos desde el paseo que discurre entre el pueblo y la playa de Br, donde ademas están tirando petardos al pasar la romería, nosotros vamos paseando hasta la iglesia, por supuesto de San Pedro. Las calles son estrechas y empinadas. A penas hay coches ni motos, algún carrito de golf y vemos un mini parque de bomberos con un Quat en la puerta, jajaja. Hacemos una parada para el ángelus en la terraza de un hotelito con mucha solera. Hacia el otro extremo del muelle, hay una zona como de feria, llena de casetas que te venden comida y bebida, pero también algunos souvenirs, conchas de mar recogidas por ellos mismos, sombreros y pareos y hasta una con equipos de snorkel. Son humildes pero algunas muy coloridas, puro caribe. Además con muy buenos precios, solo 2$ nos cobran por una cervecita y un agua, en la misma playa del istmo que ahora aparece ya prácticamente cubierta en su unión con el morro, estamos en la pleamar. Antes de bajar hicimos una parada en el Tallship que habia fondeado tras nosotros y que resultó ser el mismo con el que coincidimos en Shelter, pero no nos han permitido visitarlo, un amable chaval nos ha dicho que es un buque escuela, que van 10 profesionales y 12 alumnos y que estaban muy ocupados, en fin, nos conformamos con fotografiarle por fuera.
Por la tarde volvemos a bajar, el capi quiere ir a correr y yo he pensado en buscar Villacaprichosa, que he leído en una reseña de Navily, es un lugar muy bonito, y quizás tengan WiFi y pueda publicar uno de mis relatos. Y así hicimos y descubrimos una preciosa casona colonial camuflada entre las más altas del pueblo, con una pequeña y coqueta piscina y salones y terrazas que te transportaban al siglo XVIII. Allí en una de sus terrazas me tomé un fantástico margarita mientras el capi se fue a correr a pesar de que ya había anochecido y yo pensaba que podía ser peligroso que se adentrara por los
senderos de la selva, pero el desoyo mis consejos y dijo que era lo que le gustaba y estaba acostumbrado a correr de noche por la montaña. Y si, efectivamente al cabo de una hora más o menos regresó sudoroso y para no parar en seco me dijo que me esperaba en el muelle. Pague la cuenta que fue bien generosa, 12$ el margarita y 5$ un zumo de piña que se había tomado él y emprendí el camino de vuelta intentando no perderme entre el laberinto de callejuelas, buscando siempre bajar hacia el mar. Al día siguiente levantamos el fondeo para poner rumbo a Isla Otoque a 12 millas. Me voy a proa a levantar el fondeo y cuando empieza a subir el ancla veo que viene enredada en amarras de seguramente un muerto abandonado, pero están tan enredadas que tengo que llamar al capi que colgado hábilmente sobre el balcón de proa consigue desenrredarlo después de quitar varios nudos, ¡solo puede ser obra de Murphi!, grrr. Ya libres salimos por fin rumbo al Sur. Queremos navegar a vela aunque ya la intensidad del viento ha bajado bastante, tenemos menos de 10 nudos y ademas estamos a sotavento de la isla, aún así él capi está impaciente así que me apro y saca rápidamente Mayor y Génova. Acabamos poniendo orejas de burro que increíblemente el piloto automático del Maverick mantiene majestuosamente. Efectivamente hasta que no damos un bordo para poner el rumbo final, 199°, trasluchamos la Génova a la banda de Br y cerramos el ángulo a un largo por la aleta de Er no empezamos a andar poco a poco, 2, 3 hasta puntas de 7 nudos llegamos a hacer al final. Por el través dejamos el Peñón Limoncillo, isla Chama y peñón Valladolid. Son pequeñas y están tan llenas de cagadas blancas de los pelícanos y aves marinas que parecen casas, jajaja.
Conforme nos acercamos a Otoque vamos perdiendo cobertura hasta quedarnos sin nada. Se divisa una pequeña población, Otoque de Oriente, pero la carta no marca zona de fondeo y en cualquier caso no nos daría cobijo, seguimos hacia el fondeo del sur frente a isla Bona dejando a Br Piedra las Penas. El se va a proa y yo me quedo al timón para hacer el fondeo, calculamos teniendo en cuenta el momento de la marea que debemos echar en no menos de 9m para quedarnos con unos 5m cuando sea la bajamar. Lo repetimos un par de veces hasta que estamos satisfechos de habernos quedado centrados frente a una oscura playa y que el borneo no llega a unas rocas amenazantes que velan por Er. El capi se tira rápidamente para bajar hasta el ancla y vuelve diciendo que es todo arena o barro, porque la visibilidad no es de más de 2m y que se ha cruzado bajando con una manta raya y no sabe cual de los dos se ha asustado más del otro, jajaja. ¡Menudos pulmones tiene el colegui!. Posición 8°35,47’N 79°36,74’W Solo se divisa selva y pájaros, grandes bandadas de pelícanos sobretodo, volando, flotando, en las rocas. No hay casas ni nadie más fondeado. Son esos lugares que te hacen sentir privilegiado porque si no es navegando no podrías haber llegado. Por la tarde cogemos la dingui y nos vamos de expedición a la Islita de en frente, Isla Estiva. Hay un par de entrantes como amagos de cuevas, estamos en bajamar y aún queda 1 h, supongo que con los 4,5m de la pleamar no se verán. Las piedras están
infectadas de cangrejos que corren a nuestro paso. En el cielo inmensidad de aves nos sobrevuelan. A mi me recuerda la película de Hitchcock, jajaja. De allí nos vamos a investigar el fondeo de isla Bona a 1 milla, aunque hay bastante olita y a la dingui le cuesta un poco cruzar, pero al final llegamos a un pequeño fondeo donde hay una barca con 3 o 4 pescadores que saludan mientras están echando una especie de Red en redondo. También hay como una grúa abandonada de algún muelle donde debían cargar o descargar algo. Ahora sirve de soportal de dos grandes nidos. Aunque no hay casas ni restos de haberlas habido. Volvemos hacia nuestro velero, al capi no le mola que vean que estamos solos y no ponemos luces en la bañera por la noche, no es zona peligrosa pero mejor prevenir. Sin embargo se ha quedado con ganas de inspeccionarla por tierra, por lo que al día siguiente propone cambiar el fondeo allí y así hicimos. Y aunque es poco más de 1 milla vamos a vela, solo con el Génova a 3 nudos. Estamos en marea alta, por tanto hay que restar a la sonda que nos da el plotter los 3,5m que hay de marea para nuestro calado y al echar la cadena tener en cuenta que aún le falta por subir 1 m . Como regla general le digo al capi que hay que tener en cuenta la baja mar para la sonda y la pleamar para la cadena. Posición 8°34,70’N 79°35,57’W
El agua es también verde pero el capi que de nuevo ha buceado, dice que es todo arena sin ninguna roca, así que tranquilos, aunque yo me pongo también mis gafas para dar una vuelta alrededor y a penas alcanzo a ver la quilla y la pala de lo verde que está y la suspensión que hay. El decide bajar a tierra pero yo desisto, el día está nublado y sin viento y no me apetece que me frían los mosquitos. Me pongo a escribir y llega una motora que fondea a nuestra popa y otra barca de pescadores que va también a la orilla donde hay como unos restos de hierros. En poco más de 1h ya está de vuelta, no ha sido como esperaba, dice que la selva es inaccesible en muchos puntos y que necesitaría un machete para abrirse camino como dice que llevan los pescadores que además le han dicho que duermen en hamacas bajo los frondosos árboles por que no hay ninguna casona ni choza donde cobijarse y que las luces que veíamos anoche es porque estaban pillando cangrejos en la bajamar. Además dice que ha visto tremendos avisperos que tienes que ir esquivando con mucho cuidado. En resumen no le ha gustado. Además han empezado a llegar “negritos” o nubarrones que nos traen lluvia y viento. Ahora si que se ha estirado la cadena y nuestra popa ha quedado demasiado cerca de las rocas y estamos en pleamar, no creo que estemos bien para la baja mar, además la proa ahora mira totalmente fuera y tenemos la típica configuración de lo que se llama estar en una ratonera, si alguno de los nubarrones nos trae más viento de lo habitual nos podríamos encontrar en un aprieto, lo comentamos y cuando finalmente el capi decide que nos volvamos al fondeo anterior a pasar la noche estoy totalmente de acuerdo. De nuevo el se va a proa y yo al timón, ya vamos entendiendonos mejor y salimos sin problemas aunque ahora la milla y pico la haremos a motor tenemos el viento y el mar en contra. La noche es balanceada porque nos entra una ola de mar de fondo de casi 1 m y hemos quedado de través a la playa, así que nos mueve de Br a Er constantemente. El típico movimiento que marea a los más profanos y desquicia a los expertos y así es como
se ha levantado el patrón, maldiciendo a la p*** ola, jajaja. Aún así ha aguantado hasta las 9:30 a.m que he puesto música en la bañera. Yo madrugué como siempre. Además hoy, conocedora que será mi último amanecer fondeada, me recreo en mis ejercicios y meditación en proa sintiéndome una privilegiada por el entorno que me rodea, mar, selva y pájaros, muchos pájaros. También me he dado mi chapuzon en pellejillo y he rematado con una ducha matinera en la popa del Maverick, lista para baldear, arranchar y hacer la última singladura a bordo del Maverick. En cuanto desayunamos fijamos la dingui en la proa, el se queda para subir la cadena y yo voy al timón, ya casi que lo bordamos, jajaja. Pasamos entre Otoque e isla Estiva, acabamos de salir de la bajamar pero hay un veril de 40m así que el capi dice que sin problemas. Yo soy más precavida y me hubiera dado la vuelta a isla Estiva, pero nada, pasamos sin problemas y sacamos rápidamente velas, pero Eolo se resiste a acompañarnos y la ola de mar de fondo no ayuda pues nos zarandea y no se aguantan las velas, así que al final tenemos que rendirnos a Perkins, e ir a motor y vela para crear un poco de aparente. Rumbo 252° tenemos 22millas hasta Marina Vista Mar, la que el capi ha elegido para dejar a su querido Maverick .
Nos cruzamos con un montón de barcos de pesca que están literalmente invadidos por los pelícanos, es todo un espectáculo. Son las 16:30h cuando arribamos a la bocana, hasta que no estuvimos a menos de 1milla no nos respondieron por radio, canal 71 vhf, los marineros llevan las radios portátiles y no tienen mucho alcance, la oficina ya esta cerrada. Sale una especie de plataforma que nos rodea y vuelve a preguntar la eslora a pesar que ya hemos dado todos nuestros datos por radio. Nos dicen que les sigamos. Ya llevamos amarras y defensas preparadas. La dársena es súper ancha. El capi duda en dejarme hacer el atraque por ser el último de mi singladura, pero al final decidió que mejor lo hacía él por ser un lugar nuevo y lo comprendo, aunque era fácil por la anchura de la lámina de agua que le permitió llevar arrancada suficiente a popa hasta tener gobierno. El Maverick tiene hélice destrogira, su popa cae exageradamente a Br y cuesta dominarle marcha atrás, además hasta que cambie la inversora mejor que lo maneje él, pienso. Tres marineros nos esperan para ayudarnos en la maniobra, estos también son buenos, se nota que saben lo que se hacen. Pronto aparece también Luis Perry, el,constructor y uno de los socios de la marina, un italiano que lleva casi 20 años en Panamá.
Muy atento y amable nos cuenta los detalles de la construcción que es relativamente nueva, del 2014. Salimos a dar un paseo y ver las instalaciones, un mini súper, un restaurante con unas cómodas cherlongs donde nos acomodamos al pillar WiFi y ponernos al día y avisar a familia y amigos después de 2 días desconectados.
Ahora tenemos dos días para mimar al Maverick y dejarlo limpio y ordenado para aguardar paciente el regreso de su armador. Compaginaremos tareas con paseo y baños en la playa que tenemos al otro lado del espigón, aunque nada que ver con el Caribe, arena oscura y aguas bravas y verdes. Así ponemos final a esta singladura a bordo del Maverick, han sido dos meses intensos de convivencia y navegación en tandem, no sé si volveremos a navegar juntos, quizás, el capi dice que me he ganado el título de mejor tripulante del año, jajaja. En cualquier caso me alegro de haber contribuido y participado en este empujón para dar un paso más en su proyecto, haber vivido la experiencia del cruce del Canal y le deseo siempre buena proa y mucha agua bajo la quilla.

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