POR FIN EL MAR DE ALBORAN


Tras apenas un par de días para deshacer y volver a hacer el macuto ya estaba dispuesta para volver a embarcarme. En esta ocasión bajaría a Almería para alquilar un Sun Odissey 39i . Una pareja Suiza y una amiga de Denia se venían conmigo. Frank y Manuel nos esperaban en Almería con toda la compra ya estibada. Cargamos depósitos y zarpamos a las HRB 11:30 a.m. Una vez más dejaba atrás el puente de hierro del Club de Almería……..rumbo 120º hacia el Cabo de Gata. Soplaban unos 15 kn de S-SW pero teníamos importantes olas de unos 2m que nos abordaban de través por la banda de estribor. Eso hizo que los tripulantes menos experimentados empezaran a sentir los primeros síntomas del mar, pero heróicamente aguantaron el tipo entre cervecita y cervecita.

Iba en un través y por más que lo intentaba no había manera de negociar demasiado bien las olas para evitar que nos balancearan tanto hasta que alcanzamos el Cabo de Gata y entonces pudimos cerrar más el rumbo a 90º en un largo por la aleta de babor, incluso alguna empopada con orejas de burro, ahora ya con un par de rizos en el Génova y la mayor, la ola por detrás nos empujaba y alcanzábamos puntas de 8 kns. Finalmente tuvimos que recoger el Génova al enfilar la punta de Genoveses, no sin pelearnos algo con la mayor, que al ser con enrollador , suelen ser más puñeteras. Hubo un momento de tensión, el viento alcanzaba ahora 25 kns, estábamos muy cerca de la playa, solo 5 metros de profundidad. Cogí rauda el timón e intenté aproarlo mientras Frank y Manuel se peleaban con la mayor y Eva y Lorena con las escotas del Génova.

Arribamos a la cala de Genoveses, cuatro veleros y dos motoras estaban ya allí. El viento seguía soplando bastante racheado, después de un buen rato observando el borneo y asegurándonos de que no garreábamos, nos dispusimos a comer tranquilamente, mientras no quitábamos ojo al velero ingles de casco azul que teníamos por nuestra banda de estribor. También su patrón nos echaba un ojo de vez en cuando.
La música chill-out junto con el movimiento del barco nos mecía y seducía durante la primera siesta de la travesía, ciertamente no me resistí demasiado…………….era un reencuentro con la mar almeriense y con el parque natural y todo empezaba a fluir como si no hubiera pasado el tiempo, me sentía como en casa…………aunque fue breve y de la seducción de la siesta almeriense escapé con un chapuzón por popa que me devolvió a la realidad, ¡estaba helada!

A la increíble puesta de sol y su “de ja vu”…. le sucedió un espectacular cielo estrellado, que como espectadores de un planetarium observamos en la bañera hasta ir dejándonos cautivar por Morfeo poco a poco y uno a uno.

Desperté con el alba y salí a observar si habíamos garreado, todo placía en la cala y me invitaba a darme el primer baño del día en pellejillo, mientras el resto de la tripu dormía. El agua estaba helada, al salir me pinchaba por todo el cuerpo como en la salida de un auténtico spa, cremas y perfumes para empezar bien el día mimándome. Luego cogí el portátil y me puse a escribir un ratito para no hacer ruido y dejar que siguieran durmiendo todos los demás. Poco a poco fueron amaneciendo todos, algunos se bañaron también y preparamos un buen desayuno antes de levar ancla y salir rumbo a cala San Pedro.

Seguía soplando S/SW, pero suave, así que pudimos disfrutar con las velas. Primero una clase teórica para los tripulantes menos experimentados y luego prácticas, jugamos con el timón, con las escotas, hasta practicamos orejas de burro. Navegábamos plácidamente a vela, Helvética mantenía concienzudamente las orejas de burro, alguno posábamos con ellas y otros hacían de paparachis…..así sucedió la mañana hasta arribar a Cala San Pedro, uno de esos lugares por los que no pasa el tiempo….. Manuel decidió ir a nado y el resto con la dingui alcanzamos tierra. Todo el mundo en la playa estaba en su estado natural, éramos de los pocos que lucíamos los bikinis de la temporada…….subimos al único chiringuito cutre o hippy que hay en la cala y nos tomamos unos tintos de verano fresquitos y hasta unas sardinitas, a pesar de la opinión de alguno de no comer nada allí por la falta de higiene que s e presumía en los fogones, concluimos que todo lo cocinado está salvaguardado de bacterias……..un par de tripulantes se fueron de excursión a las ruinas de la torre o castillo que había sobrevivido a los siglos, mientras los demás aguardábamos bañándonos en la blanca orilla y refrescando nuestras venas con más tintos de verano………a una hora prudencial y antes de la caída del sol, decidimos volver al barco para emprender la travesía hacia Melilla, no sin antes pasar por las rocas de babor de la cala, y dejar nuestro mojón de los deseos como prueba de nuestro paso por tan peculiar lugar. Iba descalza, así que fue algo difícil cruzar el paso de piedras que lo separan de la cala, pero al final lo conseguí. Tres piedras llanas lo componían, una de base, bien grande, una para desear que algún día se cumpla mi sueño de soltar amarras y dar la vuelta al mundo y otra para encontrar al compañer@ ideal para hacerlo…….

Al volver a la dingui, ésta no quiso arrancar, así que nos tocó ir a remo hasta el barco, con las olitas de morro, como no podía ser de otra manera, no avanzábamos o lo hacíamos muy lento, pero lo hacíamos, prueba de ello fue que finalmente arribamos…….Una comida, merienda, cena, ponía final a nuestra estancia en el Cabo de Gata, para levar ancla y salir del fondeo rumbo a Melilla. 120 millas nos separaban desde allí…..tras observar la puesta de sol y decir adiós a la peculiar costa del Cabo, empezamos a organizar las guardias, cada dos horas, el capi y yo nos turnaríamos y el resto, 3 tripulantes más, harían otra rueda de dos horas, de manera que todo el mundo coincidiría con todo el mundo y así asegurábamos la conversación……….

Aunque inicialmente debía de cubrir la primera guardia, de 23 a 01 a.m., todos estábamos prácticamente arriba, y eso junto con el frío y la humedad que calaron mis huesos, hicieron que me relajara en demasía y fuera el capi y Auia quienes se encargaran de esquivar todos los mercantes que nos iban saliendo al paso.

Después de dormir, o dormitar, un par de horas, volvía a salir para hacer la guardia de 03 a 05 a.m. con Helvética. La charla íntima y las confidencias, hicieron que recibiéramos el alba sin darnos a penas cuenta de que habíamos hecho dos guardias seguidas…... Es frecuente que las personas se descubran o redescubran compartiendo los momentos de una guardia. Son momentos de paz y tranquilidad en la mayoría de los casos, pero aún cuando son complicados, te permiten conocer a la persona que tienes al lado. Es como si la nocturnidad, la responsabilidad de la guardia, en fin, todo un poco, nos dejara al descubierto y no pudiéramos fingir!......me encanta!

Después de ver amanecer, baje a despertar al capi, el parte era placentero, sin novedades a la vista, poco viento, seguíamos con motor y mayor para estabilizar y Manuel estaba en cubierta con Elmar, así que podía permitirse un ratito más…..pero la parada del motor, nos hizo presumir que había picado algo al curri ¡por fin! y el capi dió un salto para llegar a la bañera justo en el momento que picaban un par de atunes, uno más menudo y otro de unos 5 kg!

No me levanté hasta las 10 .am. cuando el ruido del Génova al sacarlo me hizo presagiar que por fin podíamos navegar a vela. Un precioso día estaba totalmente ya fuera y con él toda la tripulación…..cuando empezamos a avistar tierra y presumíamos que solo nos separaban un par de horas, llamé a la Jefa de LTP, acogedora y predispuesta ayudarnos en todo lo que pudieran.

Al arribar a la bocana volvimos a llamar y después de unas cuantas vueltas para dar con el amarre ideal, pisamos pantalán y nos fuimos a tomar unas cervecitas al kiosquito todo típico que tenía la terraza del club……..uno de los atunes lo regalamos al marinero, siempre es bueno tener a la marinería a favor, y el otro lo entregamos en el rte. del club para que no lo hicieran para cenar.

Unas compras por la ciudad, nos permitieron descubrir la arquitectura solariega de Melilla que finalizamos con la cenita del atún en la terraza del club. Los Taberneros y Don Manue con su Almiranta nos acompañaron.

La Tabernera aprovechó para entregarme el premio de los relatos, una preciosa placa de metraquilato que representaba la forma de un velero. Fue emocionante, sobretodo, cuando la tripu a las 24:00 a.m. recordaron que era mi cumpleaños y empezaron a cantarme el cumpleaños feliz. No pude menos que agasajarles con un par de botellas de cava, a las que siguieron unos Gin Tonics en una alta terraza que al final del pantalán nos brindaba una inmejorable vista de todo el puerto.

Fuimos hacia el barco, no queríamos liarnos en demasía, para poder zarpar al día siguiente a una hora prudencial hacia Saidia, que fue finalmente lo que decidimos entre todos, ya que las opciones desde allí eran varias, pues al parecer toda la zona de babor hacia Cabo Tres Forcas y tras éste, es inmejorable, pero ello era otra travesía quizás hasta Alhucemas, y queríamos también ver Islas Chafarinas y Saidia. La predicción meteorológica nos hizo decidirnos por el segundo derrotero, ya que lo más previsible es que tuviéramos que hacer el cruce de regreso un día antes de lo previsto.

Tuve el honor de sacar a Sunwind de su atraque, como regalo de cumpleaños del capi lo tomé, pues conoce mi afán por hacer todas y cuántas más maniobras…….toda la bocana estaba inundada de pequeños optimist y gambitas que me recordaban mi niñez, de la que tanto tiempo hacia y sin embargo tan cercana sentía.

Sacamos velas y navegamos sin motor en un largo por la amura de babor…..hasta que al avistar islas chafarinas y vista la hora que era, decidimos acompañarnos del motor para mantener los 6 nudos de travesía. Las cervecitas se resbalaban entre las manos, para compensar los efectos de Don Lorenzo. El móvil no paraba de sonar y de recibir mensajes de felicitación………no se me ocurre mejor manera de celebrar mi treinta y once cumpleaños, que a un timón, rodeada de buena gente, tanto los presentes como los que se hacían sentir con su llamada. Quien dice que le deprime cumplir años? A mi cada vez me gusta más……….

Al arribar a la Isla del Congreso la fuimos bordeando dejándola por nuestra amura de babor y dirigiéndonos a Isla Isabel, donde hay un pequeño embarcadero del enclave militar español que se encuentra en ella. Me fui a proa, ya que una vez más el Capi era un hombre pegado a un timón……..algunos flashes empezaron a dispararse. Avistamos a un par de hombres, supusimos que militares fuera de turno, tomando el sol en el pantalán. Pusimos proa a ellos en un intento de amarrar, pero cual fue nuestra sorpresa cuando rápidamente aparecieron otros dos corriendo como desesperados y haciéndonos indicaciones negativas con las manos de que no podíamos hacerlo, así que saludamos y nos fuimos decepcionados, a seguir dando el bordo, ahora entre Isla Isabel y la del Rey, dónde estaba un pequeño cementerio, para acabar finalmente al pairo en una pequeña calita en la cara más al S de la primera. Bajamos la escalerilla y tiramos un cabo con una gaza y sucesivamente todos menos uno en cada momento, fuimos cayendo al agua. Yo no pude resistirme a hacerlo en pellejillo, y algunos imprudentes luego vi que captaron con sus cámaras, y también el envidioso del capi se dió tan inmenso placer en esas aguas turquesas de película rosa…..para acabar con broche de oro el momento, preparé unos Gin Tonics salinizados y pusimos rumbo a puerto Saidia para atracar esa noche allí.

A unas 10’ millas apareció una patrullera marroquí que se dirigió directamente a nosotros haciéndonos parar motor. Intentamos aclararnos en ingles con ellos y era curioso, igual te entendían que dejaban de hacerlo por completo. Finalmente concluyeron que les siguiéramos que nos escoltaban hasta la entrada de la bocana…..desafiante me mantuve en popa junto al capi, como patrona creí que no me debía de achicar y mucho menos por mi condición de mujer………..esto último reconozco que es lo que peor llevo siempre que bajo a Marruecos. Es un país que me encanta, no sé si por mi vena del Sur…….siempre digo que como mis padres son de Córdoba a lo mejor tenía algún tatatatarabuelo sultán o algo similar, jajajajaj, en fin, el caso es que es un país que me cautiva, y que me siento como en casa, en el que me desenvuelvo sin problemas regateando entre sus gentes del zoco….y por otra parte, me mantengo en tensión constante y sin bajar la guardia precisamente por las diferencias sociales que percibes simplemente por ser mujer……!...grrrrrr.

En poco más de una hora navegando, ahora por fin al timón, siguiendo la estela de la patrullera, enfilamos la bocana del puerto Saidia. Allí cambiamos patrullera por zodiac con marineros que nos marcaban el camino. Nos habían advertido los jefes de LTP de los problemas constantes de calado que solía tener, así que seguimos rigurosamente el paso balizado entre boyas rojas y verdes y a la zodiac. Justificación que utilizó el capi para nuevamente arrancarme del timón……. Era un puerto nuevísimo y prácticamente vacío. Quizás fue eso lo que hizo que al tener tanto espacio no calculara bien la arrancada que llevaba el barco y frenara con la aleta de estribor en el pantalán flotante!......bueno, un fallo lo puede tener cualquiera, hasta el más experto, pero menos mal que no había sido yo………tras hacer papeles de registro y entregar nuestros pasaportes, quedamos en que nos recogiera un taxista a la mañana siguiente para llevarnos a la ciudad………el cumple lo acabaríamos celebrando en la bañera con un buenísimo y picantísimo arroz con curri que nos preparó nuestra querida pareja suiza mientras los demás le regalábamos a los cuerpos una ducha dulce en las nuevas instalaciones de puerto………a las luces del candil de vela y acompañada una vez más de Doña Anna, soplé las velas clavadas en un delicioso Brownie que nos deleitó Auia y así, entre risas y fotos indiscretas, nos dieron las tantas de la madrugada un día más………

Al día siguiente, según lo convenido, estaba un taxista con un enorme y cochambroso mercedes esperándonos para llevarnos a la ciudad. Éramos 6, así que 4 atrás y dos delante con el conductor. Enlatados pero risueños hicimos el camino de una hora aproximadamente, por carreteras bien cuidadas y limpias, adornadas de incontables banderas rojas. El rey visitaba la zona y la habían galardonado en su honor……….el taxista iba loco con miradas al pantalón corto de nuestra amiga Helvética y al retrovisor para ver mi pearsing que asomaba bajo mi camiseta!......jajajajaja……..menos mal que las ventanas estaban completamente abajo y el viento rebajaba la temperatura interior!.........

Así entre risas y cachondeo, llegamos a la ciudad. Hacía un calor horroroso, que todos empezábamos a maldecir durante la caminata que nos hizo dar a todos el guía para ir a reservar un cous-cous para mediodía. Nuevamente en el zoco, empezamos a impregnarnos de todo tipo de olores, de fuertes especias, de pescado, de carne, los despojos de estos dos últimos junto con los riachuelos de sangre, circulaban por doquier y no sabías muy bien donde poner el pie………no era muy grande, nada que ver con los de las cuatro grandes ciudades más visitadas, pero lo suficiente para que los tripulantes se llevaran una idea de la vida y cultura marroquí…… no fueron muchas, pero alguno Dirhams gastamos antes de dirigirnos a comernos el Cous-Cous. La verdad es que estaba buenísimo, pero entre la desgana del calor y la compañía de los modales de nuestro guía, se me quitaron las ganitas y a penas lo probé……….lo rematamos con un té bien caliente en una cafetería que como siempre, solo ocupaban los varones del entorno……….cada vez que había que pagar algo y Auia y yo que llevábamos el fondo común, nos poníamos a ello, percibíamos como el guía se le revolvían las entrañas en una total incomprensión de que las mujeres fuéramos las que lleváramos las cuentas…………una vez más la mentalidad machista del país.!

Ya de vuelta al barco, paramos en una tradicional gasolinera, compuesta por un bidón soportado en alto en un improvisado trípode y un trozo de goma que hacía las veces de manguera…………increíble!.........ya de vuelta en el pantalán cuando nuevamente fuimos a pagarle por los servicios prestados y a pesar de haberle subido la tarifa en unos 20 dirhams, me soltó un improperio en árabe que no me sonó nada bien. Solo 10 Dirhams más ofrecidos por el capi le cambiaron el rostro y la postura hacia el buen hacer masculino!......alucinante……menos mal que estoy de paso, me decía, o monto una revolución femenina aquí………

Algunos nos pusimos los bikinis y nos dirigimos a la playa más cercana a ver la puesta de sol. Fue increíble, con el fondo Islas Chafarinas, una orilla rizada de olas suaves, por su poca profundidad y un cielo rosado te impregnaban en una imagen difícilmente repetible, y por tanto inolvidable, de esas que te llevas para siempre en la retina porque ni la mejor cámara es capaz de recoger.

Ese era el preludio del final del viaje, ya que al final partíamos a la mañana siguiente, debido a que el parte meteorológico empeoraba conforme avanzaba hacia el fin de semana…….así que se decidió que cruzaríamos el Mar de Alboran y pasaríamos el último día por la costa almeriense, así que esa noche no hubo tertulia en la bañera, pusimos el CD titulado “para dormir o para lo que sea…….” y eso hicimos, algunos dormir, algunos lo “que sea”……..

A las 06:00 a.m. HRB, 05:00 a.m. hora local, zarpamos, Manuel, el capi y yo, nos encargamos de la maniobra, mientras el resto de la tripulación seguía durmiendo. Así pude fotografiar un amanecer más con las luces de Saidia al fondo……..baje a dormir otro ratito, ya que la pequeña brisa no nos permitía disfrutar de las velas y teníamos que aguantar el ronroneo del motor. Por eso me fui al camarote de proa, en un intento de alejamiento del odioso ronroneo. Sin embargo otros, parece que lo vayan buscando, como nanas de cuna…… o será el afán de probar todos lo camarotes?.

Al oír izar velas a media mañana, salí disparada a cubierta, cerca de 20 nudos del E nos permitía ir en un través a un descuartelar y una vez más competir con el trimado y la velocidad que cada timonel sacaba, en ese afán competitivo que se había respirado durante toda la travesía entre el capi y yo……. al final se rindió y dedicó a su segunda deformación profesional, dar un master de nudos a nuestra querida Helvética, que como buena tripulante novel, atendía toda sedienta de saber……….de vez en cuando una mirada desafiante, a veces insinuante……….así, cada uno en su rincón favorito, cómo nuestra querida Auia, que acabamos nombrando “Ministra de Trabajo” por la postura que durante la travesía practicaba sobre el cofre de popa y que le valió para conseguir su master chill-out,……… fuimos relajándonos y dejando transcurrir el día, hasta que con la puesta del sol cedí el timón para irme a proa a fotografiar una inmensa manada de delfines que nos vino a acompañar, más de 50 debían de ser. Me alegré enormemente porque nuestra parejita feliz suiza tenían ganas de verlos y no habíamos tenido la oportunidad en toda la travesía. Y la verdad, es que aunque los he visto cientos de veces, siempre es una alegría y parece un buen presagio tenerlos de compañía. Y en este caso, además de mantenerse saltando y cruzándose por la proa durante una hora larga, algunos de ellos realmente se lucían, sacando su ojo y mirándonos y poniéndose bocaarriba cual espectáculo del oceanografic!!!...............

Sobre las 23:00 HRB arribamos al Club de Mar de Almería, 17 horas de navegación, gracias a que ahora habíamos zarpado desde la zona más oriental de Marruecos y habíamos ido a Almería en lugar de al Cabo de Gata.

Estábamos derrotados, no quedaban ganas de salir ni de preparar cena, así que comimos de poca ropa algo en popa y rápidamente nos dejamos seducir todos por Morfeo, ya que las propuestas de los valentones solo eran eso, propuestas, que se notaba que se les iba toda la fuerza por la boca….,jajajaja

La última mañana de navegación, empezaba a embargarme el bajón del final de las travesías, y eso que ya tenía planes de navegación para el próximo finde con Icebar, pero aún así, no lo puedo evitar……una mezcla de nostalgia anticipada y mal humor, como al niño que se le acaba su estancia en la feria!.......

Saque a SunWind de su atraque con mucho cuidadito, ya que por fin había confiado en mi no quería hacerle ni una rozadura el último día, y pusimos rumbo a Roquetas de Mar. Ibamos pegaditos a tierra para ir viendo el paisaje y al pasar por la piscifactoría que hay a Estribor nos encontramos de nuevo con los delfines, pero estos eran enormes, solo dos, pero muy oscuros y grandes, será que están bien alimentados¿?........

Seguí al timón pero a motor hasta que la sobrepasamos y por fin coincidimos el capi y yo en sacar velas y hacer unos bordos hasta la playa. Propusimos que se relajara para variar, que la tripu femenina se encargaba de todo. Helvética a las escotas del Génova, Auia con la escota de la Mayor y yo al timón, practicamos algunas viradas………casi tenemos que atarle, lo que le cuesta estarse quieto y calladito a este hombre!!.........y lo bien que le vendría……..finalmente hicimos el fondeo de través a la playa en una sonda de unos 5 metros. Tiramos un cabo largo y al agua todos, bueno casi todos, algunos aprovecharon para remendar los desconchones que el pantalán de Saidia habían dejado en la aleta de Estribor, en el desafortunado atraque del supercapi…….después Auia y yo invadimos la proa para hacer de tripusoles, en top-less con cervecita fresquita, cigarrito y buena charla, mientras otros hacían fotos al barco desde la dingui……estos paparachis!.....derechos de imagen les voy a reclamar..jajjaaja!!

Finalmente levamos ancla y nos dirigimos al pequeño puertecito de Roquetas de Mar para bajar a tapear a tierra…….unos 30 nudos soplaban cuando entrábamos, por supuesto el nervioset del capi me quitó de nuevo el timón ante la superioridad que da conocer el lugar. La maniobra ciertamente fue complicada, pero todos respondimos rápidos y audaces, como un gran equipo. Teníamos que abarloarnos de través al único trocito de pantalán que quedaba libre con calado suficiente, teníamos otro velero que asomaba su popa justo en el vértice y al que tuvimos que apartar con bichero y manos para no engancharnos con su balcón de popa de la dingui. El capi saltó raudo al pantalán para ayudar al marinero con las amarras y me cedió el timón, que concentrada intenté mantener con pequeñas arrancadas avante y atrás para mantenernos. Al finalizar, felicitaciones a todo el equipo y reconocimiento personal a la rápida respuesta que me gusta dar en las situaciones conflictivas. Lo que agradecí después de tanta competición.

Unas tapitas al mayor estilo andaluz, o sea, de pie, con tintos de verano en la mano, tapitas pequeñas e individuales con cada ronda y suelo lleno de cáscaras de una auténtica Taberna de puerto…….,luego ya en una terracita frente al puerto, decidimos hacer tiempo haber si bajaba un poco el viento que todavía seguía soplando bastante.
Algunos entre cafeses y otros más hacendosos, yendo a comprar, en esta travesía nos ha tocado ir varias veces al super, con lo que lo odio, debido al recorte imprevisto que se hizo en los líquidos de la lista, no sé si por olvido o por censura…mejor no preguntaré ¿?........ Los tripulantes almerienses querían dormir en sus casas esa noche, pero los demás preferíamos quedarnos allí, salir de fiesta de despedida por Roquetas y haber navegado otro ratito de vuelta a la mañana siguiente, pero al final nuevamente, se impuso la decisión del capi y volvimos a motor, con todo el viento en el morro………odio las motoradas así que procuro aliviarlas con ronda de Gin Tonics salinizados que nos acompañaron para ver la puesta de sol por nuestra banda de babor, además de celebrar el recién aprobado de algunos exámenes de CY que había logrado nuestro entrañable Manuél, !!......todos nos alegramos por él, que estaba emocionadísimo, las grandes personas se merecen grandes éxitos y aunque siempre he dicho que navegar no va de títulos, estoy segura que él acabara siendo también un gran marino!

Tras el atraque bordado de nuevo por el capi, nos dispusimos a ponernos de niños wapos para salir de copas después de la cenita en popa, aunque fue una gran decepción para tod@s que no vinieran los almerienses para poner la tripulación al completo el broche final a la travesía que ahora sí, había llegado a su fín.

Unos antes, otros alba, fuimos arribando a puerto, un@s mejor acompañados que otros, para disfrutar por última vez de dormir o “de lo que sea” a bordo del SunWind……

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