REGATA-CRUCERO RUMBO ESTE





Arribamos a la Marina de Denia el miércoles por la tarde, y nos dirigimos a la náutica dónde la armadora nos había dejado las llaves del precioso Sun Odissey 40’ que habíamos alquilado para participar en la regata Rumbo Este que organiza mi querido amigo y cofrade Radiante, era la segunda edición de la regata Denia-Andratx, 112 millas rumbo directo. La tripulación la formábamos cinco personas, a las que el azar, diferentes conocidos y la pasión por navegar, nos había unido una vez más. Algún CY, algunos PY y algún PER…… Algunos con más millas hechas que otros, pero todos con la ilusión y las ganas de compartir juntos una nueva experiencia en la mar.

Tras el primer reconocimiento sobre el equipamiento del barco y la estiba de toda la intendencia, nos pusimos guapos para dirigirnos a la primera cena que ofrecía la organización en el C.N. de Denia, un pequeño paseo desde nuestro amarre en la Marina, que preferimos no cambiar por las mejores instalaciones,……nos esperaban con un par de largas mesas vestidas con copas de cristal y con un cus-cus al mejor estilo marroquí que puedas encontrar en la península. Un amigo y nuevo armador, que había tenido que desistir de venir en el último momento, nos acompañaba y relataba los detalles del barco que recientemente había adquirido. Un amor a primera vista al que no se había podido resistir y que ya nos ofrecía compartir en breve. Una parada en el buda, garito chill-out al que ya somos habituales visitantes en nuestros atraques en Denia, acompañados en esta ocasión por una menguante luna roja, cual tajadita de sandía, ponía el broche final a la primera jornada intensa, por el trabajo en tierra para poder soltar amarras, por los reencuentros, por los nuevos encuentros y por la emoción de iniciar una nueva travesía…. Aún nos permitimos preparar un par de Gin-tonics salinizados, de los que empiezo a ser especialista y que compartimos en la bañera del Corcho VII, para despedir a nuestro amigo, que muy a su pesar se quedaba en tierra.

A la mañana siguiente, despertamos prontito y nos dirigimos a la oficina de la regata a la reunión de patrones, papeleo, licencias, regalitos y banderolas y pegatinas como distintivos en los barcos. La salida estaba prevista a las 12:00h. según el viento con quizás una boya de desmarque. Me cedieron el honor de sacar al Corcho VII de su atraque y una vez más me encontraba enfilando la bocana de Denia, junto con 14 veleros más, algunos de ellos verdaderas maravillas de más de 50 pies, con velas de carbono y todo!. Nosotros, nunca habíamos navegado con Corcho VII, ni los unos con los otros, no llevábamos Spi ni asimétrico, pero nos embargaba una gran emoción y como siempre les dije, “llegaremos los últimos”, porque para no poder ser los primeros, mejor los últimos, de los del medio, nunca nadie habla!, todos se rieron y estuvieron de acuerdo.

Al final la previsión metereológica varió de NE a SE y nos permitió salir con alegría. Al timón procuraba no entrar en compromiso con ninguna embarcación, pero cuando sonó la bocina final de salida teníamos a 10m por nuestro babor, la boya de desmarque y toda la flota nos venía por estribor con preferencia de paso, el primero, el del cofrade Adabarán vió mis intenciones y orzó de manera que me obligó a virar en redondo y volverlo a intentar, el siguiente intento fue más afortunado, así que salimos los 5º de 15 barcos, aunque no es significativo, pues en cuánto pillamos rumbo a Mallorca, algunos sacaron los Spis en un largo por las amuras de estribor y se alejaron rápidamente. Los que no teníamos, optamos por buscar barlovento e ir en un descuartelar a un través, dirección más hacia Ibiza, para posteriormente, si la previsión se cumplía y rolaba a NE, subir hacia Andratx igual.
El barquito se comportaba muy bien, puntas de 8 nudos conseguimos sacarle, algún alcance que otro para impregnarnos de adrenalina, con los vecinos de babor y estribor, con quienes también compartimos calma chicha nocturna, que ellos aprovecharon escuchando el partido de fútbol, mientras flotábamos como corchos y veíamos el skyline de Ibiza por nuestro través de Estribor. Pero en cuánto empezó a subir la brisita, aprovechamos para trimar y alejarnos de los gritos de gol que nos llegaban de su bañera, no sin antes, batirnos en una guerra de flashes, intentando pillar la foto idílica con la puesta del sol.

Distribuimos las guardias de manera que siempre estuviéramos el capi o yo de guardia, y rotando más distanciadamente los otros tres tripulantes. Hice la primera hasta las 02 a.m., acompañada del tripulante alemán, no hacía frío y el cielo era un manto de estrellas, pero la pequeña luna todavía no había aparecido. Baje directa al camarote de proa que compartía con la otra tripulante femenina, una chica encantadora con muchas ganas de aprender, con quien conecté, minutos antes de su llegada!. El cansancio y la confianza en el capi, me dejaron caer en un dulce sueño justo hasta las 04:00h. a.m. que me despertó el ruido de las velas en cada una de las viradas que intentaban hacer para contrarrestar la nueva calma que nos alcanzaba. Dos opciones, seguir con rumbo NE, orzando al máximo, teniendo en cuenta que este barco, no sabemos muy bien porque, amurado a babor tiene poco ángulo de ceñida, y como más anda es al 60, lo que nos obligaba a caer demasiado o dar un bordo buscando Norte pero entonces la ceñida por la amura de estribor nos permitía ceñir hasta 30 y sacar unos 4 nudos de velocidad, en el mejor de los casos. Mi predecesor lo dejó a mi elección y bajó a descansar. Viendo que el viento cada vez iba a menos y por tanto la velocidad tampoco era para tirar cohetes, opté por volver a virar y seguir con el rumbo más directo que llevábamos antes, y así las pocas millas que avanzáramos fueran directas a nuestro WP.

No nos habíamos cuidado mal durante la regata, unas buenas tortillas de patatas con gazpacho andaluz para comer y surtido de Frankfurts para cenar, tipical hispanis, tipical alemán, para contentar a las dos nacionalidades del barco!, además de un melón galia y una botella de limonchelo que fueron fieles acompañantes durante todas las guardias nocturnas, junto con un buen termo de café calentito.

Poco a poco, conforme alcanzábamos a ver Dragonera y Andratx, el viento fue subiendo con puntas de 28 nudos que nos obligaron a coger dos rizos, aunque venía racheado, igual subía que bajaba a 14, entonces largábamos todo el velamen otra vez…… Por popa llevábamos a los compañeros de la calma chicha, que finalmente nos quitaron la última posición,jjjjj,………..después de ceñir durante un buen rato para pillar el máximo barlovento, viramos enfilando por la proa Isla Dragonera, y navegando de nuevo en ceñida, esta vez amurados a estribor, a tope, hasta que tuvimos Andratx por la aleta de Estribor y dar la última virada que nos permitiera poner rumbo directo a la entrada del puerto.
Divisamos el barco del comité, una pequeña embarcación por nuestra amura de babor, con quien nos pusimos en comunicación por el canal 72 de la radio. No nos habíamos enterado que teníamos también el canal 67, por dónde al parecer estuvieron hablando el comité durante toda la regata, ya me parecía a mi demasiado silenciosos.
Nos indicaron que teníamos que pasar por la línea imaginaria existente entre ellos y un boyarín con bandera azul, que nos costó identificar entre las olas. A las 13:55 HRB, sonaba la bocina de llegada para el Corcho VII.

Una vez en la entrada de la bocana, recogimos velas y arrancamos por fin motor. Atentos fuimos siguiendo el canal de entrada, entre el rojo y el verde hasta los pantalanes asignados para las embarcaciones participantes. El capi fue el encargado en esta ocasión del atraque, Radiante nos esperaba en él para ayudarnos con la maniobra…….a penas habíamos hecho firme las amarras y el muerto, ya estábamos abriendo una botella de cava para celebrar nuestra arribada y finalización de la regata sin problemas. Empezaron a aparecer otras tripulaciones a saludarnos y entraron a los pocos minutos nuestros rivales de calma chicha, que finalmente fueron los últimos. Más cava, orujo, y finalmente acabamos compartiendo todos nuestra intendencia en la bañera del Corcho!. Una comida improvisada, cargada de camaradería marinera………una ducha dulce, para ponernos de guapos y regalarnos una buena cena y fiesta en tierra hasta el alba….en el que volví con todo el cuerpo de la Guardia Civil del mar de Valencia, otro de los equipos participantes y, a quienes conocíamos ya de otros eventos y los compañeros de estribor del pantalán, quienes habían ligado con unas inglesas que ni cortas ni perezosas se colaron en la bañera del Corcho VII con tacones, me faltó tiempo para largarlas con viento fresco, no soporto ver a una mujer con tacones sobre una cubierta y mucho menos cuando no han sido invitadas y tenía a media tripulación durmiendo ……luego al parecer, fue precisamente la estrategia del vecino para quitárselas de encima, y por lo poco que me conocía ya sabía que yo reaccionaría así, menudo pirata!, de arpía dice que me tacharon, por querer quedarme con todos para mi,jajajaja………

Para no soportar más las risas escandalosas de las tripulaciones que iban arribando a los barcos, se me ocurrió soltar amarras y sorprender a la del Cocho VII, amaneciendo en la calita que había a un par de millas a estribor de la bocana y que ya habíamos inspeccionado la tarde anterior……un amigo e integrante de la tripulación de la GC me ayudó a hacerlo………a las primeras sorpresas de desconcierto siguieron sonrisas de felicidad, aunque reconocí que había sido una insubordinación y pedí disculpas a nuestro capitán, que aceptó después del placentero chapuzón que nos dimos todos y la agradable mañana que pasamos en la cala,…….aunque invitaba a quedarse allí todo el día, levamos ancla para llegar a tiempo a la comida que ofrecía la organización en el C.N., un grupo de jazz, una pata de jamón, cerveza y vino fresquito, nos esperaban….Ofrecí a la otra tripulante femenina realizar el atraque, sabía que lo deseaba pero no se atrevía, le recordamos que todos estábamos allí para ayudarle, y la verdad es que poco necesito que le tocara el timón,….. lo bordó. El resto de los tripulantes fornidos del equipo de la GC nos observaban en el pantalón, pocas veces se ve a una mujer atracando al timón, nos comentaron, y encima a la primera…… y me sentí orgullosa por todo el pabellón femenino que ya hay desplegado en nuestros mares…….

Risas, comentarios y charlas con todas las tripulaciones durante la comida de entrega de premios. Es curiosa la diferencia entre la primera cena del evento y la última comida, me refiero, a que en la primera todas las tripulaciones están abstraídas y apartadas de las demás, como si la rivalidad por la competición próxima nos impidiera tomar demasiada confianza, sin embargo el último día, cuando ya todo está hecho y medido, todo es mucho más distendido y cordial. Y la sorpresa fue que también nos llevamos un trofeo, los terceros en la categoría 2 (claro que solo éramos 3 en esa categoría,jajajaja). No me lo podía creer!...si lo sabemos hubiéramos ido uniformados como un equipo serio, jajajaja, caras de sorpresa y risas para la foto de rigor…… A media tarde despedimos a algunos barcos que zarpaban de regreso a la península. Nosotros despedíamos esta noche a la tripulación de la regata para recibir al día siguiente a la del crucero, pues pretendíamos volver poco a poco por las Pitiusas…….así que algunos marcharon de noche y otros al alba…….

El Capi y yo nos dedicamos a baldear, ordenar el barco y llenar depósitos, para recibir a los nuevos tripulantes lo más limpitos posible. Al mediodía ya estaba de nuevo la tripulación completa, y tras las primeras presentaciones, la mayoría solo nos conocíamos nuevamente de los pocos e-mail cruzados para los preparativos, repartimos las tareas y soltamos amarras, rumbo a Ibiza…….dentro de Puerto Andratx soplaba bastante, debe ser que la orografía hace que se encañone como suele ocurrir en las calas que son más altas en la parte exterior que la interior, pero una vez sobrepasamos la enfilación con el Cabo la Mola, res de res, como decimos en Valencia, intentamos navegar solo a vela, pero no conseguíamos alcanzar los 6 nudos que nos habíamos propuesto para llegar antes de anochecer y poder ver el partido de la final, ya que algunos de los tripulantes estaban muy interesados. Así que la mayoría del trayecto fue motorada, con la mayor para estabilizar……en los turnos me había pedido cocinar yo ese día, ya que todavía los demás no estaban salinizados y podían marearse al bajar durante la navegación. Una estupendísima ensalada de arroz de la que no quedó el menor rastro, nos repuso las fuerzas, bañadita de un fresco vino blanco y un dulce melón.

Después, ratito de relax, algunos tomando el sol, otros leyendo, otros durmiendo, hasta que el avistamiento de un gran cetáceo nos puso a todos en pie, cámaras de foto en mano. Era algo muy grande flotando, no parecía moverse. Nos acercamos despacito con el barco y descubrimos una enorme y extraña ballena. No sabemos si estaba enferma o durmiendo, era extraño que no se moviera en cuanto a penas, aunque en cuanto nos acercamos empezó a desplazarse pero muy lentamente. Era inmensa y tenía un perfil raro, con un morro redondeado e hinchado. A una distancia prudencial, estuvimos siguiéndola, admirándola y fotografiándola, hasta que se sumergió mostrándonos su inmensa cola. Impresionante!!.......poco después, para distraernos, estuvimos apostando por lo que era lo que veíamos al E de Ibiza, si era Tagomago o Formentera, como alguno apuntaba. Tomamos demoras, trasladamos a las cartas de papel, ampliamos en el Maxsea, y al final todo el mundo quedó convencido, era imposible por la posición avistar Formentera desde allí.

Una de las cosas que me ha encantado de esta travesía, es la buena costumbre del Capi, de seguir con las cartas de papel toda la travesía, paralelamente al Maxsea y al Ploter.

Poco antes de la puesta de sol arribamos a Portinax. La última media hora había subido un poquito el viento y pudimos darnos el placer de navegar una media hora a vela, hasta avistar la cala, cuando ya recogimos velas, pusimos motor y nos dispusimos a buscarnos hueco dentro. No habían muchos veleros, que diferencia con Agosto!. Soplaba SE y había previsión de un role que nos preocupaba a SW. Echamos el ancla en la zona más Sur de la cala, dónde hay unas rocas y menos edificios. Algunos bajaron la dingui al agua y se dispusieron a remar, ya que el motor auxiliar no nos funcionaba, y así, en plan ecologistas total, se fueron a tierra a ver el partido. Otro y yo, nos quedamos en el barco, supongo que éramos de los pocos españoles que se lo perdieron, aunque relativamente, pues hasta el barco llegaban los gritos, trompetas y banderas hondeadas al viento, por lo que supusimos que la cosa iba bien, como nos corroboraron cuando volvieron los demás y los fuegos artificiales que se tiraron desde tierra.

Un primer chapuzón en pellejillo para celebrarlo y cena a la luz de las velas que nos permitía la calma chicha que teníamos dentro la cala. Por poniente se avistaban unos rayos impresionantes, cayendo al mar….así que decidimos poner el despertador a las 6 a.m. que era cuando estaba previsto el role, para ver que pasaba y si hacia falta levar anclas. …..

Aquella noche apenas dormí, era la primera de fondeo de la temporada y la primera de esta travesía. Entre el capi y yo estábamos asumiendo el máximo de la responsabilidad de toda la travesía, pero realmente ninguno de los dos había navegado con el otro hasta ahora, así que dormí como las liebres, de vez en cuando ojo a la escotilla de estribor de proa junto a la que dormía. Las proas de los barcos iban variando cual baile programado….finalmente a las 8:00h a.m. me levanté. Un tripulante dormitaba en popa, quizás el mareo le había hecho salir allí, quizás el calor, quizás la combinación de ronquidos del resto de la tripulación del interior…….

Me desprendí de mi camiseta de la Match World Race y me pegué mi matinal baño-ducha en pellejillo. Creo que este es el momento más mágico de todos los fondeos, cuando la paz invade las calas, todas las tripulaciones de los barcos duermen balanceados como en cunas, la playa esta desierta y realmente te sientes en equilibrio con la naturaleza que te rodea, sin los excesos invasores que el algarabio posterior la impregna.

Cogí mi portátil y empecé a escribir el relato de la travesía recién terminada de la regata, habia sentido un final y ahora sentía un principio de dos travesías totalmente distintas, con gente totalmente distinta, con rollito totalmente distinto………poco a poco fue apareciendo el resto de la tripu, el aroma de café recién hecho y tostadas y los chapuzones sucedidos por popa entonaban un nuevo y placentero día sin prisas. Algunos decidieron ir a tierra haciendo brazos, para reponer algunas provisiones, mientras tanto los demás nos bañábamos como sirenas, mientras veíamos como las sombrillas de la playa empezaban a llenarse. En ese transcurrir de una mañana playera de una cala cualquiera, fuimos sorprendidos por un desagradable acontecimiento. En un velero contiguo alguien sufrió un infarto,vimos llegar una zodiac de la cruz roja, dos socorristas se turnaban haciendo un masaje cardiaco de lo más enérgico. Cuando vimos al cabo de media hora cubrir un cuerpo con una manta metalizada, cual papel albal, nos hizo suponer lo peor. Que fue confirmado cuando vimos llegar a la guardia Civil y posteriormente a Salvamento Marítimo. Estos últimos se abarloaron al velero, el resto de la tripulación bajó a la zodiac de la Guardia Civil y marchó con ellos, y Salvamento Marítimo se llevó remolcado al velero únicamente con el cuerpo del fallecido. Todos nos quedamos afligidos sin saber muy bien lo acontecido pero presumíamos lo peor y creo que no nos equivocábamos.

Tras ellos levamos ancla y pusimos rumbo a Isla Conejera, en el Maxsea marqué un rumbo muy prudente para dejarla por babor y no arriesgarnos a pasar por la baja sonda. Los veleros con los que he pasado siempre o bien tenían el WP grabado o bien conocían perfectamente sus armadores la enfilación. Entre los actuales la única que había pasado más de una vez era yo y no disponía ni del WP exacto ni tenía la enfilación de N a S. Midiendo por millas la diferencia era escasa, sin embargo el resto de la tripulación quería intentarlo. Me presté ir a hacer de mascarón de proa. No nos fiábamos mucho de la sonda del barco, el equipo electrónico no nos daba datos exactos con el ploter y el maxsea, así que cuando empecé a ver la piedras velar en el primer intento por pasar dejando Port des Torrent por babor, metimos maquina atrás y desistimos cuando la sonda nos marcó 1m, no teníamos la seguridad de que fuera fiable pero agradecí que finalmente decidieran ser conservadores. Por ahorrar quince minutos perdíamos una hora, pero no era una hora perdida, pusimos musiquita y la botella de cava que había metido en la nevera para celebrar el cruce por los bajos, la saqué para celebrar que habíamos sido prudentes y no habíamos arriesgado ni roto nada. Santana sonaba mientras la puesta de sol la veíamos por popa con Es vedra al fondo, fue un momento de los mejores, con fotos a gogo con el automático……finalmente asomamos en varias calas, hasta acabar en Cala Condal, según lo previsto, para bajar a cenar al Blue Marine.
Desgraciadamente la cala estaba infestada de medusas, tras realizar la maniobra de fondeo, en la que tuve el honor de ir al timón, con todas las tripulaciones de los barcos colindantes de espectadores, supuso un gran chafón no poder rematarlo con un chapuzón. Pero adornamos con unos pañuelos y pareos chill-out nuestros bikinis y nos dispusimos a bajar a tierra haciendo una vez más uso de unos remeros particulares!......

Poquita gente relajada a la tenue luz de velas y antorchas, nos ofrecieron una cena con pescadito fresco que rematamos con una copa de Moët Chandon para celebrar anticipadamente mi treinta y once cumpleaños, acompañado de fresas y de una conversación irrepetible ni planeada sobre los sueños de cada uno. Tengo que agradecer la presencia de una periodista entre la tripu que ejerció de moderadora y permitió que ninguno se perdiera lo que decía cada uno de los demás, evitando así que cayéramos en la habitual costumbre española de atropellarnos hablando los unos con los otros.

Volvimos al barco con ganas de más, de que no acabara la noche o el momento. Preparamos unos Gin-Tonics salinizados y observamos como un gran velero de más de 60’, que parecía una feria ambulante por la iluminación, hacía su majestuosa maniobra de fondeo. Migramos a proa para no molestar a los que discretamente se habían retirado ya a los camarotes de popa, para finalmente rendirnos todos a Morfeo.

Al amanecer, decidimos levar ancla rápidamente, ya que las dichosas medusas menudas no nos permitían darnos el chapuzón matinal y poner rumbo directo a Espalmador. Cogimos una boya libre, sin previamente haber reservado, aunque pronto apareció el controlador de boyas y nos advirtió que a lo peor tenía que cambiarnos si llegaba quien la había reservado……..tras atender una llamada laboral que amenazaba con enturbiar tan plácida semana, e intentar atender a un vecino inglés que intentaba pedirnos ayuda para recuperar su ancla hundida, decidimos ir a tierra para darnos un baño con los barros tradicionales. Tengo que reconocer que en más de 10 años que llevo fondeando en Espalmador y enseñándole y contándole a la gente la tradición de los barros, solo esta tripulación consiguió que deseara unirme esta vez a ellos y desprendiéndonos de nuestros bikinis, embadurnarnos en el cieno y aparecer en la playa cual indígenas reencontrados de un tiempo pasado. Los traseuntes de la orilla nos miraban, realmente habían pocos aquel día que lo hubieran hecho, con lo cual, éramos la atracción. Pero nos desinhibimos y lo rematamos con un reboce en arena que nos hizo recordar alguna figura de los más extravagantes autores de Arco…….Cuando finalmente nos enjuagamos en el agua, tras sesión fotográfica con nuestro paparachi favorito de abordo, la piel se mostraba lisa y tersa como si nos hubieran hecho el mejor de los peeling.

Después de comer, levamos ancla rumbo a la Sabina para ver la puesta de sol en el famoso Tiburón. Soplaba una leve brisa que nos permitió disfrutar de las velas plácidamente, viradas, trimados, incluso decidir quien tenía preferencia con los veleros que nos encontrábamos con rumbo por nuestra amura, para finalmente realizar el fondeo en apenas 2 m. para remar lo menos posible…..el agua turquesa nos invitó a un ultimo chapuzón, quizás el último de la travesía, ya que al amanecer partíamos. Risas, cervecitas fresquitas alrededor del flotador salvavidas y algún calvo que otro, nos llevaron de nuevo, a adornarnos con nuestros atuendos más chill-out y bajar a la orilla a ver la puesta de sol. ….

Me fascina que la gente en las islas siga disfrutando cada día del simple y gran momento de la puesta de sol, esa que cada día nos pasa desapercibida en la península….Conseguimos que una amable parejita nos remolcara con su zodiac y motor de solo 3,3 caballos……y aunque en un principio nos cegamos por la multitud que se veía en el garito contiguo, acabamos en el emblemático Tiburón, dónde glamour y exclusividad habían conseguido recuperar, al limitarlo solo para las reservas.

La puesta de sol, como de costumbre, acompañada con el mejor margarita posible, fue de las inolvidables, cada una por ser con personas distintas se hace única y a su vez exclusiva. Volvimos al barco tras unos margaritas más y consultamos la meteo para planear la salida. Había habido mal parte en la península la tarde anterior y teníamos que ver la evolución del pequeño temporal.

Finalmente tras consultar varias páginas en Internet de meteo, decidimos seguir con nuestros planes y levar ancla al amanecer……..A las 07:00 HRB levamos ancla según lo previsto, dejando atrás la apacible playa que se dejaba bañar por los primeros rayos de sol del alba. Una pequeña brisa hacía ondear el gallardete de LTP que había hecho de vigía en el obenque de babor durante toda la travesía……..

Poco a poco fueron amaneciendo el resto de la tripulación y el viento fue subiendo también poco a poco, de manera que cuando subí de descansar una horita en el camarote, ya nos daba para navegar únicamente a vela y mantener los 6/7 nudos de travesía, en un través por la amura de babor que después pasaríamos a abrir rumbo y ponernos de aleta para poder recibir mejor las olas que en medio del canal se hacían más imponentes. Sin bajar el ritmo, subiendo el viento, fuimos tomando rizos hasta mantener los 7/8 nudos de velocidad con 28 de viento. Las tres últimas horas las pasé al timón, para evitar forzar al piloto automático y evitarnos algún susto por orzada……..Disfrute como una posesa, aunque la tensión y la atención hicieran que llegara realmente agotada a Denia……….La dársena nos recibió con una calma chicha total, que tras realizar la maniobra de abarloamiento por través a la gasolinera, nos dejó también hacer un atraque de libro, pues no teniendo a ninguna embarcación a los lados a veces la hace más difícil por la facilidad de atravesarte al pantalán que tienes. …….Ultima botella de cava para celebrar el final de la travesía………..la visita del armador me impidió recibir el masaje a 10 manos que la tripu me había prometido como regalo de pre-cumpleaños, por eso me apresuré a instarlos a una kdd en tierra para agotar las provisiones, rememorar los buenos momentos y recibirlo!!!

Comentarios

Enrique ha dicho que…
Bien contado pero, sobre todo, bien vivido.

Cada vez una experiencia nueva. Cono momentos buenos y malos, como la vida misma.

Sin duda me embarcaría contigo hacia cualquier destino, sabiendo que estoy en buenas manos.

Gracias por contarlo y por hacerlo así.

Un beso (sí, salado, de los que te gustan).
Unknown ha dicho que…
Vaya tela, ya hace 10 años de aquella magnífica experiencia y aún tengo en la boca el gusto de tus gin tonics salinizados, el eco de las risas, la inquietud de recibir a los nuevos tripulantes, La visión de la ballena y de los barros de Formentera. La covivencia descubierta y la camaradería.
Hay algo que me mereció mucho la pena, que fue descubrirte a ti y como no a Pura.
Me he emocionado leyéndolo de nuevo.
Celebro que mantengas el blog y que relates tan bien.
Un beso.

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