TENACIDAD......


Y volví al Rebeca, en menos de una semana, con una mala excusa como ayudar a bajar la “zodía” baldearla y estibarla, ya estaba de nuevo en Campello…..y con la oculta esperanza de que quizás saliéramos luego a navegar, por lo que a la primera sugerencia al respecto del capi se me iluminó la cara, a pesar que sabía que me adjudicaría las maniobras que seguían siendo un reto para mi, en el fondo era lo que quería y para lo que había ido no?, así que ya estaba yo mirando la dársena y preocupándome por la estrechez de ella para la eslora del Rebeca, pero todo lo que entra puede salir….así que solo era cuestión de acertar….y como me hubiera gustado hacerlo, en vez de cometer el primer error en la frente y para intentar aprovechar que no estaba el velero de babor metí demasiado pronto el timón y la popa cayó sobre la motora de Er y todo el Rebeca, incluida su proa cayeron a Er, a pesar de que el poco viento que había nos soplaba por la aleta de estribor, así que hábilmente y con decisión le tocó una vez más al capi enderezarlo en la dársena antes de volver a cederme el timón para que continuara con la maniobra ya marcha atrás hacia la salida de la dársena……

Rápidamente izamos velas, ansiosos por navegar sin motor, solo teníamos unos 10 nudos, primero un descuartelar y luego amollamos para un largo al caer hacia el Cabo de Huertas, de nuevo ofrecíamos un largo al Rebeca, su rumbo preferido, pero ante tan poco viento no conseguíamos más de unos 5 nuditos, pero no nos importaba, lo único que importaba es que estábamos de nuevo allí los tres, hoy al ritmo de lindos boleros y con roncito y coca-cola para contemplar una vez más el Sunset, que como si de la primera vez se tratara siempre consigue cautivarnos……

La siguiente sugerencia del capi fue fondear en la Albufereta para pasar la noche mecidos por las olas……no solo no podía negarme sino que me sorprendía, cual adivino, acertando de lleno en mis pensamientos……tendríamos que trasluchar para tomar ahora el viento por la aleta de Er, como siempre en este peculiar y personalísimo barco, tenemos que recoger el tremendo Génova para pasarlo a la otra banda porque sino se engancha en la trinqueta, luego controlamos la escota de la Mayor para que no diera bandazo y realmente con el poquito viento que había salió todo bordado en un plis plas……

En breve estábamos ya fondeados justo al lado de la bocana del pequeño puertecito que hay allí, otro velerito más pequeño y una motora compartíeron con nosotros el fondeo en las primeras horas, para quedarnos finalmente solos pero a buen resguardo, aunque la contaminación lumínica no lo hacía de mis preferidos, pero en el puerto hubiéramos estado peor.

Una cena ligera, unos cigarritos y la ultima botella de vino blanco de la Sardinia, que hábilmente el capi había reservado de nuestra travesía, acompañaron nuestra animada charla sobre los futuros, aunque sin embargo cercanos, planes de navegación para el Atlántico y el Pacífico, mapamundi sobre la mesa repasando islas y derrotero, siendo conocedores los dos que el primer paso para hacer realidad tus sueños es hablar de ellos……..

Con las primeras luces del alba estábamos en pie, presurosos por levar ancla y volver a todo motor, nuestras obligaciones laborales nos esperaban en la jungla de cristal y asfalto. Pusimos el overdrive, para que la hélice oponga menos resistencia y corra más, de esta forma alcanzamos los 8 nudos sin problemas. Ni siquiera sacamos mayor para estabilizar, apenas eran unas 5 millas. Durante las cuales incluso aprovechamos para ir duchándonos y poder salir sin demora tras el atraque, que de nuevo me ofrecía hacerlo el capi. Y aunque de palabra no lo acepté, y le pedí que lo hiciera él para yo tomar referencias para la próxima, lo cierto es que al final no le cedí el timón, entre con la proa hasta la lonja, para dar marcha atrás con decisión y entrando controlando lo más pegaditos posible, pero salvando los muertos de Br y así dejarle más espacio al ángulo de la proa. No había viento, eso ayudaba, y el velero de Br no había vuelto por lo que teníamos más espacio, así que ahora ya sin zodía que me estorbara, empecé a girar cuando la popa había alcanzado la última proa a pasar, metí todo timón y ayudándome un poquito con la hélice de proa, entró perfecto. El marinero aguardaba para echarnos las amarras desde el pantalán y la guía del muerto, que rápidamente hizo firme el capi….

Le regalé al capi una gran sonrisa de satisfacción por el reto cumplido, cuando con su mirada me confirmaba el buen atraque…..

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