CON PEKES EN EL REBECA

La meteo no nos dejó cumplir con nuestra derrota prevista a Formentera, nos quedaríamos costeando por Alicante.
El viernes por la tarde puntualmente arrivó mercadona con la compra y toda la tripulación, 4 adultos y 4 pekes. Explicamos la conveniencia de cambiar la derrota, ya que tras las lluvias y mal tiempo de toda la semana se preveía mucha mar de fondo y probabilidad de lluvias para la vuelta del domingo. Todos estuvieron de acuerdo, y las ansias por hacerse a la mar y la ignorancia de lo que es un fondeo con un mar de fondo les hizo pedir por unanimidad que zarparamos ya. Las nubes, y con ellas la lluvia, se habían retirado hacían pocas horas, y un tímido Lorenzo despedía el día. Así que zarpamos!!....

Llegamos a la isla de Benidorm ya de noche y entre todos pillamos una boya, Ruben foco en mano, Ferdy con bichero y yo intentando controlar el timon y la arrancada… tras varios intentos, quedamos bien fondeados pero con una gran mar de fondo como temíamos. La idea era empezar el finde con un fondeo bajo las estrellas, pero lamentablemente el mar de fondo pudo con la tripulación, que llegó casi toda mareada al fondeo y tuvieron que retirarse a sus camarotes sin cenar, intentando homogeneizar sus fluidos con los movimientos del mar…… ….así que la cena bajo las estrellas se redujo de nuevo a la mini tripulación del Rebeca que empieza a ser habitual…..jjjj……

Lo mejor fue que al día siguiente ya estaban todo marinizados, nos amaneció un precioso día de sol y sin dudarlo dos veces, nos tiramos en pellejillo a darnos el primer baño del finde y quizás el último del verano. Bueno, en pellejillo fue solo las mamis, porque la tripu menuda es muy pudorosa. Al ratito, durante el fantástico desayuno americano que preparamos para esas tripillas hambrientas una vez marinizadas, empezaron a aparecer tremendas medusas, de esas enormes, marrones y berrugosas, menos mal que esperaron a que terminaramos todos el baño……así que soltamos la boya del fondeo y pusimos rumbo hacia el norte.

No soplaba mucho viento, así que de nuevo tuvimos que soportar el rugido del maravillo Yanmar del Rebeca, y después del imperdonable angelus, cervecitas y aperitivos entre manos, decidimos cambiar los planes de derrota, y fondear en cala Mascarat, en la bahía de Altea. Nunca había estado en ella. Una preciosa agua esmeralda y una pequeña playa nudista ocupada por unicamente una parejita. Decidi mirar hacia Er donde una tremenda pared del acantilado nos cobijaba y obviar los desafortunados bloques de hormigón que salpicaban la costa por Babor.

Chapuzones, snorker, saltos desde el balcón de proa….y una fantástica comida que nos hizo la tripu masculina seguida de una plácida siesta, de la que solo nos sacó la brisa que subió por la tarde, seguía siendo del S, así que dedicaríamos la tarde a hacer bordos por la bahía de Altea, antes de entrar a puerto, dónde habíamos pedido amarre para aquella noche.


Primero de ceñida, trimamos las velas y en cuanto cogimos arrancada le pasé el timón a Teresa, que ya no lo soltó hasta entrar en la bocana. Después del primer bordo de ceñida y cuando ya casi arrivabamos a la bocana, fuimos cayendo hasta trasluchar y volver por donde habíamos venido en un largo por la aleta de Er. Que diferencia decía, la casi reestrenada grumetillo, con el mismo viento que diferencia de velocidad y sensaciones.....creo que será una buena naveganta, tiene mucho tacto y sensibilidad con el timón. Para celebrar la navegación por fin a vela, abrimos un cava que habían traido ellos y acompañamos con unos taquitos de melon fresquito. Mientras la tripu menuda, se distraía haciendo banda y chillando por la escorada.

Llamamos por radio para recordar nuestra reserva, y nos asignaron finalmente la gasolinera. Ferdy me asignó la maniobra y no la rechacé, conozco el CN de Altea y en su gasolinera me he amarrado ya muchas veces, así que entre hasta el final, para ciabogar sobre la banda de babor e ir proa al pantalan de la gasolinera, dónde nos aguardaba un marinero para echarnos una mano con las amarras.
Una vez aseguradas las amarras, la bañera fue convertida en una escuela de primaria y toda la tripu menuda se puso con el deber, mientras los adultos ocupabamos la proa con un Gin Tonic salinizado para despedir a Lorenzo que acababa rindiendose ante las nubes......y después de solventar una pequeña disputa entre la tripu menuda, nos poniamos nuestros trajes de niños guapos para salir a cenar al precioso pueblecito blanco que es Altea y que nuestros amigos sorprendentemente no conocían todavía. El buen paseo de ida y vuelta acabo con las pilas que nos quedaban y el cansancio acumulado nos pasó cuenta rápidamente lo que nos hizo retirarnos rapidamente a los anhelados camarotes totalmente quietos esta noche en su amarre.

Antes de las 10 a.m., según lo convenido, estabamos largando amarras, bajo un cielo gris, rumbo a Tabarca, para hacernos un caldero. Lorenzo intentó luchar en un primer momento con las nubes pero acabó rindiendose de nuevo. Aun así, no desistimos de nuestro empeño por enseñarles esta peculiar islita que tampoco conocían. Teníamos la dingui estropeada, pero buscamos en internet la guia de los restaurantes y probamos suerte, nos habían dicho que algunos tenían servicio de taxi-boat y carioca, el primero y acertamos, casa Amparin, que nos vino a recoger en una semirígida a las 15h, después de pegarnos un buen chapuzón, a pesar de la negrura del cielo, para ver el ancla y sorprendernos de la cantidad de bancos de peces que habían. Hasta una barracuda vimos acercarse al barco. Los menudos les faltó tiempo para subir de nuevo al barco e invadir la isla de popa echándoles trocitos de pan. Deben de saber que están en zona protegida y por tanto seguros, y se acercaban y saltaban de una manera casi desafiante......jjjjj.........

Sin entretenernos demasiado en la sobremesa, volvimos hacia el Rebeca rompiendo las olas con la proa de la semirígida y con toda la tripu menuda disfrutando de los pantocazos en proa. Cuando por fin saltamos con una aproximación que se hacía de rogar con el viento que se había establecido y subido por E, subimos el hierro y pusimos rumbo a Campello.

Teníamos viento, pero el capi prefirió no sacar velas, al ver el negrito (como el llama a los nubarrones) nos venían por la proa, debíamos de arribar a Campello antes de que anocheciera. Yo no quitaba ojo al anenometro y de vez en cuando le echaba una mirada suplicante a él, pero no quería arriesgar con tanta tripu menuda por medio, temia que nos llegara una subida repentina de viento o roles imprevistos, por la tormenta que ya teníamos encima y nos diera un revolcon, que pudiera asustar a los pekes. Mas tarde comprendí que tenía razón, en poco rato un manto gris cubrió toda la costa y dejamos de ver el skyline de Alicante, su castillo, sus gruas del puerto, etc. Y una lluvia de rayos empezaron a caer sobre la costa. De repente empezó a caer una lluvia fuerte que nos hizo sacar los chubasqueros y cazadoras impermeables y Cris tuvo que desistir de ir de mascarón de proa, trás ser bañada de arriba abajo con unas olas. El viento subió hasta los 26 nudos, de NE que para dar suficiente resguardo al Cabo de Huertas, eran muy de ceñida, por lo que el capi prefirió seguir a motor. Los dos veleros que venían detras a todo trapo, los vimos recoger velas también y seguir a palo seco....y a menos de 5 millas de Campello nos encontramos con un velero desarbolado. Nos acercamos a ellos por si necesitaban ayuda. Llevaban un aparejo de fortuna, con la botavara habían improvisado un mastil y con los restos de un Spi una pequeña mayor y un foque. Nos lo agradecieron y siguieron adelante. Un escalofrío recorrió nuestras venas mientras no queriamos imaginar que les habría ocurrido.

Una vez más, el capi me desafiaba con el atraque en el nuevo amarre del Rebeca, B6. Me concentré y el Rebeca se dejó hacer, creo que empezamos a sintonizarnos. El amarre de popa salió a la primera, perfecto, el marinero se estrañó una vez mas de ver al timón a una mujer y toda la tripu aplaudió para demostrarme su aprobación y admiración. Y yo como agradecimiento, subí una botellita de cava y unas horchatitas para poner el broche final para a tan completa, variada e inusual travesía.

De nuevo la tripu menuda me sorprendía con su adaptación y valentía....

Comentarios

Entradas populares de este blog

POR FIN EL CANAL DE PANAMÁ

VOLVIENDO A LAS PITIUSAS CON AMIG@S

CARIBE CON EL MAVERIK