TRINIDAD


Pues a pesar de estar en la maravillosa marina Crewssin, esta tripulación es marinera y un dia es suficiente en tierra para que estemos añorando ya el balanceo de las olas, así que mientras que los mecánicos se ponen manos a la obra para intentar conseguir la pieza, decidimos aprovechar estos dias descubriendo las calas de Trinidad. Soy a la que menos tiempo le queda, a penas una semana, y por ello me dejan que elija pero no lo dudo, mar antes que tierra !.

El primer día pusimos rumbo a Chacachacaré, a 6 millas, rumbo 274º, habíamos recibido recomendaciones por LTP y también la guía naútica nos daba buenas referencias. Fue Urtzi quien cogió mi timón hasta allí para luego cedérselo en la maniobra de fondeo a Forban.

A pesar de echar el hierro cerca de una barca de nativos, presumiendo que sería el mejor sitio, quedamos bastantes decepcionados al bucear. El agua es verde, está infestada de medusas, el coral está roto y hay muy poca vida marina. Nos acercamos con el dingui a unas rocas, pero ni aún así. Encima Urtzi estrenó su camara acuática y no sobrevivió, así que le supuso un doble cabreo.Aunque Forban ha conseguido un pequeño rape para la olla!

Nadando nos acercamos a una de las playas dónde hay unas casas abandonadas y leemos la historia del lugar en un cartel. Chacachacare era una Leprosería, que estuvo abierta de 1926 a 1974. Las casas que ahora eran ruinas las habitaban los enfermos y el médico que allí residía para curarles. En el 74 fueron trasladados al hospital general de Port Of Spain. El lugar era tétrico y como además las aguas no eran especialmente maravillosas, decidimos levantar el hierro y fondear en la siguiente islita, Isla de Huevos, a unas 3 millas. La cala elegida también tiene una casa, en la orilla, que investigamos al bajar nadando, pero no parece abandonada, sino bien cerrada para usar solo en temporadas. Es de madera, con techo rosa y un muelle de madera que se prolonga hacia el mar. Quedo encantada con ella. Algo más provechoso ha sido el buceo aquí, pues hay como un rompeolas de rocas, dónde hemos podido ver algunos peces más y el agua más clara.

Para acabar el día volvemos a la marina, para cenar "Burguer Stack" hamburguesas de tiburón, son típicas del lugar y ya tenemos el garito fichado en una marina de enfrente del muelle.

Los demás días seguimos navegando poquitas millas para fondear en calas próximas, ahora me toca el turno al timón, estoy ansiosa por aprovechar los pocos días que me quedan, y ponemos rumbo a la isla de monos. 284º a no más de 4 millas. Después de investigar y asomar la proa del Rebeca en varias calas, nos decidimos por una en la que también hay una única casa, de estilo sureño como la del día anterior, y aunque en un principio también pensabamos que estaba vacía, pronto nos percatamos que hay una familia y que varios niños corretean por el muelle y la orilla de la playa, lo que nos hace dudar por no molestar, pero finalmente nos decidimos y bajamos el capi y yo con la dingui a preguntar, quedando sorprendidos por el buen recibimiento e incluso invitación para cenar con ellos esa noche.

Así lo hacemos, encantado, aunque presumiendo que no son gente que naden en la abundancia, bajamos provistos de buen jamón, queso y vino, que compartimos con ellos en una gran mesa que han preparado en el porche, ataviada con sus mejores lozas, restos de otra epoca más esplendorosa de la casa. Una mujer y 3 hombres con 5 niños forman la familia, al parecer cuidan la casa que es de una familia acaudalada de Trinidad, pero es evidente que actualmente la tienen abandonada. Nos han hecho tortas de harina y moje con atún y un té que insistentemente nos ofrecen. Se deshacen en atenciones, incluso montan un foco en un arbol para alumbrar al Rebeca y así que podamos verle bien desde la orilla. Hemos bajado música, como nos pidieron , y hay un par de chavales que se apresuran a probar y oir todos los CD's a gran volumen en su equipo de música, y también hemos repartido unas camisetas para los mayores y unos caramelos para los pequeños.

Por la mañana, bien tempranito, al alba, nos vamos de expedición con la dingui al principio de la cala, donde ropen las olas, Forban con todo su equipo de buceo, botella incluida. Mientras Urtzi, Ferdy y yo esperamos arriba en la dingui, aparece una patrullera de aduanas y en ingles medio nos entendemos, nos reclaman la bandera de Trinidad, lo intentamos pero no quedaban, así que prometemos adquirirla al día siguiente cuando volvamos a la marina.

Mientras emerge Forban con langosta en mano, y al no ver la dingui se queda contrariado con bicho en mano, está eufórico por su pesca, pero cuando le comentamos lo sucedido lo entiende y comprende que nos marcharamos del punto de fondeo con la dingui. Ahora todos nos ponemos a la maniobra para levantar el hierro y cambiar el fondeo para hacer una paellita por el capi con tan suculento trofeo.

Los próximos atraques en la marina me los pedi, quiero hacer todas las maniobras posibles y no suelto el timón, apurando mis últimos días, y soy felicitada por casi toda la tripulación e incluso por algún vecino de pantalán, y el capi se siente orgulloso.

Al día siguiente, fue el turno para las "five island" pero después de un paseo por los bajos de las islas, donde vi mi primera morena, cambiamos el fondeo a otra cala de Gaspar Grande, cuya entrada estaba blindada por otra pqeueña islita. Ante la beneficencia del lugar, decidimos pasar en ella la noche, pero justo en las primeras horas de la noche, vemos acercarse a toda velocidad una lancha motora a la cala. Después de un reconocimiento sigiloso alrededor nuestro, nos percatamos que es la policia de aduana, pero nos estraña de que no se acerquen a identificarse ni a preguntar, por lo que al capi no le da buena espina, y ante la duda de que puedan volver durante la noche o piratas, amenaza existente en el lugar, decidimos levantar el fondeo y cambiarlo por la entrada a la marina con todo el resto de los transmundistas.

Seguimos con los fondeo y el siguiente turno es para una calita del parque natural de Guacharamas, son todo manglares, incluso tememos encontrarnos con cocodrilos en la orilla. Aunque el dia está nublado y lluvioso y cuando volvemos a la marina nos encuentramos con la decepción de que el mecanico no cumple con su palabra y tenemos que seguir esperando. Asi que junto con el capi, decido tomarme un respiro en tierra y marchamos los dos últimos días para regalarnos un tiempo y un espacio como pareja.

El sabado 30 a las 4:00 a.m. 8 UTC parto de marina Crewsiin en un taxi hacia el aeropuerto de Port of Spain, no puedo evitar derramar una lágrima por mi rostro y una leve mirada atrás, antes de volver a la jungla de cristal......

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