DE GALICIA A ALTEA

Tras la asimilar la emoción de haber llegado a las españas, duchas y lavadoras, para ponernos todos guapos y salir por el casco antiguo de la Coruña a dar buena cuenta de su pulpo, sus zamburiñas, sus navajas y su Ribeiro. El sábado por la mañana lo dedicamos a arranchar y limpiar, yo me encargo de baldear bien la cubierta del Santa Catalina, con borralotodo incluido y Vitaly limpia a conciencia por dentro, nevera, baños, suelo….por la tarde al súper. ¡Ya somos todo un equipazo.! Como la compra no nos la traen hasta el lunes por la mañana y es finde, decidimos irnos a un fondeo y ahorrarnos estas noches de puerto, además de poder disfrutar del mar. Zarpamos justo para el sunset hacia la ensenada de Mera, justo en frente de la ciudad, 43°22,5’N8°20,94’W, lugar
que nos recibe a ritmo de pasos dobles, hay una boda en un restaurante de la playa. El lugar es precioso, con dos playas de arena separadas por una zona rocosa. Hay unos 5 veleros, pero acabamos quedándonos solo 3 a pasar la noche, que se torna tranquila con calma chicha, así que decidimos hacer un conejo entero al ajillo en la BBQ, tras asegurar bien el fondeo, aquí seguimos teniendo importantes mareas, es el Atlántico, hasta 4m en pleamar, así que tienes que sumar esto a tu sonda para calcular los metros de cadena que echas. El domingo amanece con un sol precioso, me atrevo a tirarme al agua, aunque solo está a 20° y pegarme una nadada alrededor del barco y hacerme una ducha marinera por popa. La cala va llenándose poco a poco de veleros y motoras. Dani se va con la tabla de padel y yo me pongo a escribir un rato, hasta que cuando vuelve me atrevo a hacer una paella a bordo, como les prometí. Rezando para que no pase ningún idiota a toda leche y me haga ola. No hemos encontrado el repartidor de fuego, por lo que lo intento sobre la BBQ que me ha colocado hábilmente Dani sobre la cocina. En mi tablet la TV1, ¡casi como si estuviera en casa!. Con paciencia sale buenísima a pesar del
susto final al apartarla y justo ir a desconectar la botellita de gas, ha prendido llama alta y antes de que se nos apoderara, Dani lo ha tirado todo por la borda, ¡ala un pecio más!, jajaja. Ya la había sentenciado a muerte está mañana, cuando me dijo que tenía otra nueva para sustituirla, así que no se lo ha pensado dos veces. Yo ante todo no podía soltar la paella que estaba ardiendo recién apartada y solo les gritaba que usaran el extintor, no me imaginaba que iba a desprenderse de ella de esa manera. Al día siguiente lunes, a primerísima hora entramos en Varadero de Marina Coruña. El armador quería revisar la caja de cambios del motor porque costaba entrar la marcha atrás. Lo que no imaginábamos en aquel momento es que nos tirariamos allí 3 semanas, porque también vio unos pelillos sueltos en un obenque y con buen criterio, cara al doble cruce del atlántico que tiene previsto, decidió cambiar toda la jarcia. Nos dio tiempo a ellos a hacer el Camino de Santiago y a mi a volver a casa una semana para ver a mi gente y quitarme la morriña de la añoranza. A hacer aún después algo de turismo y ver bien la Coruña, monte San Pedro, torre de Hércules y su ocio nocturno, y conocer a su buena gente, incluido un regatista de élite, con varias participaciones en la VOR y un primer puesto en la VOR 2014/15, Roberto Bermudez de Castro. Un honor haberle conocido, sobretodo por su sencillez y amabilidad, al igual que todo su equipo. Lo único que nos preocupa ahora es no encontrarnos con las “innombrables” pues durante este tiempo hemos podido
ver a innumerables veleros con los que han interactuado y como han dejado sus palas, e incluso en algunos casos produciéndoles vías serias de agua. Justo el viernes 23, el día del equinoccio de otoño, soltamos de nuevo amarras y nos vamos a fondear de nuevo a la ensenada de Mera. La noche es tranquila y en cuanto sale el sol, a las 08:30h estoy en pie. Al patrón le cuesta algo más, además no sé qué le pasa pero le veo dar vueltas a salir y yo empiezo a ponerme nerviosa, a pesar de que me he hecho ya varias meditaciones. Supongo que le preocupa lo mismo que a mi, pero hay que echarle valor y lo que tenga que ser será. Finalmente a las 10hrb subimos el ancla y ponemos proa hacia la torre, sacamos velas en cuanto alcanzamos la punta de la dársena y recibimos el NW por la proa. Toda la Mayor y media Génova. Tenemos 20nudos y hacemos 7kn de velocidad. Conforme vamos saliendo a alta mar vamos dejándonos caer, pero empezamos ciñendo con apenas 30` grados, quizás con la jarcia nueva hemos mejorado. Somos varios veleros, uno por nuestra aleta de Babor súper pegado a tierra, también es Noruego y Daniel habla por radio con él. Y otros tantos por Er pero una milla más adentro. Delante el catamaran que teníamos de vecinos está noche en el fondeo que van solo con la Génova y acabamos adelantando. Tanto ellos como otro monocasco fondeamos en Corme Porto, a unas 30 millas. Pueblo pintoresco que además hoy celebra de nuevo el fin de año con uvas y cotillón y verbena popular. Qué ganas de fiesta tiene el patrón, que cuando llegamos y oye la música ya quería bajar sin comer ni nada, jajaja. Aunque no se como vamos a disfrazarnos porque dicen que aquí la gente se viste de gala ¡como en una NV cualquiera,! Posición 43°15,60’N 8°57,76’W
Sobre las 20h nos fuimos a tierra con la dingui, que dejamos amarrada en una rampa teniendo en cuenta la marea con cabo suficiente para encontrarla a la vuelta y nos fuimos andando hasta el garito que oíamos música desde el barco, una especie de chiringuito de madera mirando a la cala, por lo que veíamos perfectamente el barco desde allí. Teníamos frio y pedimos dos chupitos de ron, pero el camarero, que era un simpático profe de gallego muy salao, nos sirvió en dos vasos de tubo que lleno por la mitad y sin hielo, ¡y encima no nos los cobro!. Nos aconsejó el restaurante Miramar, el mismo que nos habían dicho en el varadero de la Coruña, cuando nos recomendaron este pueblo. Pero sin reserva fue imposible quedarnos, pero seguimos por esa misma calle y encontramos otro muy apañado también donde cenamos zamburiñas, navajas y chipirones por unos 20€ c/u. Luego nos fuimos hacia la verbena, gratuitamente nos dieron bolsa de cotillón y uvas a cada uno y la bebida a precios muy razonables, botella de cava por ejemplo 6€. Bailamos e hicimos amigos y hasta hubo quien ligó y todo, jajaja, ñhasta las 7:30h de la mañana, menos mal que mañana solo tenemos previsto hacer 18 millas hasta Camariñas. Desperté a las 12 :30h y me fui directa al agua a darme el chapuzon de año nuevo con el que me dijo Daniel había
que inaugurar el año nuevo para empezarlo con buen pie. Eso sí, el también cumplió en cuanto se levantó. La travesía fue con viento de popa según lo previsto, que cuando nos empujaba la ola nos permitía hacer hasta 9,5 nudos de velocidad. Mayor y dos rizos en la Génova, algunas orejas de burro en puntuales momentos y arrivamos al fondeo con fuerte viento rachas de hasta 32 nudos, que nos obligo a repetir el fondeo porque el fondo era de barro y garreamos en el primer intento. El catamaran sueco también está, parece que llevan nuestro mismo derrotero. Posición 43°7,75’N 9°11,40 W Amanece un tímido sol que me obliga a hacer mi yoga y mi meditación con el polar puesto, pero poco a poco va ganando fuerza y me tengo que ir quitando capas durante la travesía. Hoy nuestro WP es Sardineiro, al alcanzar Cabo Finisterre, la punta más septentrional de la península ibérica. Sin avistamientos, a pura vela, hoy probamos a venir solo con el Génova ya que teníamos el viento en la popa, aunque Dani dice que prefiere ir solo con la Mayor con una retenida. Hemos tenido f5/6 de N y menos mar de fondo que ayer. Al llegar ya habían dos veleros más, para haber acabado la temporada no está nada mal, todos los días estamos acompañados. Me quedo frita con una meditación al solete tras comer y cuando despierto falta Dani y la dinguí, veo que se ha ido a remo hasta la playa, a inspeccionar seguramente, aprovecho para darme una ducha calentita porque veo que hay agua caliente a bordo, de la horita última de motor para la maniobra, pero cuando vuelve le digo que ha sido en la popa y se la da él también, el agua está solo a 17 grados, grrrrr. Posición 42°56,38’N 9°13,82’W
Al día siguiente también amaneció medio nubladillo y sin viento, así que salimos a motor toda la ría de Finisterre. Era la baja mar, así que vimos rocas y marcas que no vimos el día anterior cuando entramos solo preocupados de ceñir a tope con los 28 nudos que nos recibió. El objetivo era isla Salvora o la ría de Muros, la primera a unas 30 millas y la segunda a la mitad. Pensé que optaríamos por Muros ya que no teníamos viento y al patrón no le gusta navegar mucho tiempo a motor. De hecho me fui con mis auriculares a la proa para escuchar algunas meditaciones mientras avanzábamos por esa mar tendida que nos traía montones de algas flotando y mientras el sol poco a poco iba dominando el cielo. Bueno además de reflexionar, estaba pendiente de los bajos que veía a Er y Br y como él estaba al teléfono en una larga conversación, no sabía si los estaba controlando en el plotter, pero al segundo viaje a la mesa de carta para comprobar nuestra derrota ya me di cuenta que si, que podía hacer, y de hecho estaba haciendo dos cosas a la vez. Así que me relajé y confié. Y en cuanto salimos de la ría, ya tuvimos viento, flojo del N/NW, f3/4 que pasó a ser f4/5, pero como de popa restamos nuestra velocidad, era bastante cómodo y pronto pude empezar a quitarme capas de ropa. Hasta preparamos el Genaker para probarlo, pero con una zona tan llena de bajos y necesarias trasluchadas, pues para hacer rumbo nos poníamos de popa total, desistimos por unas tradicionales orejas de burro y la verdad es que conseguimos hasta 6 nudos que nos permitieron dar alcance a otro velero que llevábamos delante con ellas también. Rodeamos la isla por su lado de w para poder seguir navegando a vela y no tener que sortear tanto bajo como tiene en su lado E, sin embargo cuando llegamos al fondeo en el SE, frente a la pequeña fortaleza, desistimos sin dudarlo, a penas habia espacio entre un muelle de cemento y una roca, entraba bastante mar y no parecía darnos mucho resguardo del viento, así que rápidamente buscamos otras opciones en el Navionics y el Navily y pusimos proa a Palmeira, y su playa Punta de Corna. Fueron 7 millas más sorteando tremendas bateas, ya me habían avisado que esta ría estaba repleta de ellas. Habían 3 veleros más y fondeamos delante de ellos. La marea aún no había llegado a la pleamar, echamos el hierro en 7,5m aún podía subir hasta 8m así que echamos 25m. Cada vez nos coordinamos mejor y a penas nos abate. Cogimos la dingui y bajamos a remo a la playa, habían un par de familias de los veleros alemanes, con un montón de niños que jugaban en la playa, mientras ellos preparaban una BBQ. Les saludamos y nos contaron que se habían conocido en el Sur de Inglaterra y venían juntos desde allí. No hay mucho ambiente, vemos una zona de picnic donde quizás mañana podamos bajar a hacer una paella y recorrer el pueblo y decidimos volvernos al barco antes de que anochezca. Son las 23HRB, estábamos con nuestra de sesión de cine y pipas nocturna, cuando notamos un golpe y luego un tirón, salimos rápido, la marea ha bajado muchísimo. Encendemos la electrónica y horror, nos marca sólo 1,7m de sonda, calamos 2,20m aunque la sonda está 50 cm. Como podía ser, volvemos a mirar el Navionics, estábamos en el veril de 3,5m y fondeamos con 7,5m y tenía que subir a 8m aunque bajará 3,5m no deberíamos tener menos de 5m. Y la posición con los otros veleros no había cambiado, no habíamos garreado. Aún faltaba 1h más para la bajamar. Y de hecho aún bajo hasta 1,5m y escoramos levemente, ¡estabamos plantados sobre el fondo!. Arrancamos motor y me fui a la proa a soltar más cadena, hasta 35m, pero caían a pique, no íbamos atrás. Dani sacó un ancla de respeto que lleva enganchada a unos metros de cadena y otros tantos de cabo y se la llevó con la dingui para tirarla a unos 50m por nuestra popa y luego engancharlo a una cornamusa para intentar tirar del barco o por lo menos impedir que borneara. Llovía y hacía frío, poco más podíamos hacer hasta que llegara la pleamar. En cuanto empezó a subir y lo comprobamos por la electrónica y que además no nos movíamos, nos fuimos a dormir, hasta las 07:30h en el que ya le oí levantarse y me levanté para echarle una mano. Había recogido el Cabo de popa y la cadena, pero curiosamente el ancla no había subido, ¿ qué había pasado?, el mosqueton estaba entero. Bueno, arrancamos motor, el se fue a proa y yo al timón, en cuanto me indicó di marcha atrás para retroceder esos 50 m y volver a echarla en una sonda de 8m. Nos volvimos a acostar, aún no había amanecido y llovía. Por la mañana con la bajamar de las 12a.m y con un tímido sol, Dani se puso sus dos trajes de neopreno, uno de 5mm y otro corto de 3mm. Cargó la dingui con todo su equipo de buceo y un potente imán con un largo Cabo y se fue en busca del ancla
perdida, jajaja. En menos de 1h había dado con ella, en la proa de donde estábamos ahora y gracias al imán la había subido a la dingui. Tan poco le costó que se quedó con ganas de más y aprovechando todo el equipamiento se fue a hacer snorkel por otra hora más, mientras yo preparaba una sopa calentita y unos tallarines de calabacin con guacamole, mientras me veía unos capítulos de la serie que mis amigas me acababan de recomendar y me tenía tan enganchada. Me chifla cocinar mientras veo la tv, es el único momento que lo hago en casa y es como conectarme con mi antigua rutina terrestre. Cosas del cerebro, supongo, jajaja… Posición 42°34,93’N 8°57,02’W y ojo con el bajo de Babor frente a la zona de picnic! Después de comer arrancamos y levantamos el ancla para poner rumbo a la isla de Arousa a sólo 4 millas que fueron el doble al tener que bordear todas las bateas de mejillones y almejas con las que esta plagada esta ría. Arribamos a un pequeño fondeo donde no había ningún otro velero, frente al pueblo de San Juan, me recomendó un amigo gallego que fueramos al bar Consulta a probar unos “bólidos de pulpo con queso” que resultaron ser como unos bollos tipo hamburguesa riquísimos. Así que bajamos la dingui y nos fuimos a buscar la mejor rampa para dejar la dingui teniendo en cuenta que la marea aún tenía que bajar 2,5m más y que pudiéramos acceder a ella sin mojarnos, ¡casi nada!. A la vuelta, la peli sobre la vida de Marilyn Monroe, aunque el capi se quedó roque en los primeros 10 minutero, las dos coca colas le habían tumbado! Jajaja Hoy amaneció nublado pero no con tanta lluvia como esperamos, así que nos fuimos a Vilagarcia de Arousa, esquivando bateas y agradeciendo el sol que al final nos salió Aunque cuando llegamos allí nos fue imposible echar el fondeo en la playa de Compostela como habíamos previsto. No había manera de que agarrara, y es que en frente había una gran zona donde podíamos ver la gente local faenando con el agua hasta la cintura. Vale que era la baja mar, pero nosotros la sonda nos marcaba 3,5m ¿Cómo estaban de pie? Y los veíamos salir con una barquitas llenas de algas verdes que devolvían al mar justo delante de nosotros. Así que imaginamos que el fondo debía de estar lleno de algas sueltas y por eso después de 3 intentos infructuosos, desistimos y nos fuimos en frente a la isla de Cortegada, frente puerto Carril, ahora está deshabitada, pero hubo una pequeña aldea a principios de s.XX y aún quedan las ruinas de algunas casas y una iglesia. Después de varios amagos de lluvia y nubes, el sol permaneció estable y fijo como para poder hacerme una siesta en mi querida hamaca que tanto estaba ya echando de menos. Y después bajamos a pasear a la isla. Nos sorprendió encontrar un precioso sendero que nos permite
rodearla entre un bosque de altos eucaliptos y admirar una fantástica puesta de sol. Cuando completamos la vuelta ya había anocheciendo y una tímida luna creciente se divisaba sobre el skyline del puerto. Teníamos 1 milla hasta el náutico y a penas gasolina, así que fuimos despacito, haciendo un alto en el barco para coger una garrafa y comprar gasolina antes de volver. Vitaly ya había llegado y nos estaba esperando. Menos mal que nos encontramos a las dos familias con su tropa de niños, que habíamos conocido en Palmeira, ellos tenían amarres nos dejaron una tarjeta para poder salir y entrar del pantalan. Así que una vez cumplido el objetivo de encontrar y comprar gasolina, nos fuimos a cenar por el pueblo para celebrar la arribada de nuestro querido tercer tripulante. Posición 42°36,75N 8°46,85’W Propuse levantarnos temprano para aprovechar el día y así hicimos, aunque el día amaneció con una espesa niebla que no nos dejaba ver ni la isla. Y sin viento. Así que motorada hasta la isla de Ons, 18 millas, menos mal que por lo menos no había mar y el sol poco a poco empezo a calentar, porque empezamos con solo 14grados, La playita del fondeo era pequeña, desde el mar, estábamos solos, era baja mar y aún así fondeamos en un veril de 7m, teniendo en cuenta que nos subiría 2m en el tiempo que habiamos calculado estar alli. Rápidamente cambiemos ropa de navegar por un bikini y un pantalón corto, pero solo el patrón se atrevió a tirarse, el agua está a solo 14grados. El cogio luego la tabla de padel y se fue hacia la playa, mientras Vitaly y yo le seguíamos con la dingui a remo. Al llegar a la playa y trasladar típicas fotos chorra para inmortalizada, nos pusimos a andar por
un sendero que había a la izquierda que nos llevo hasta el pueblo tras 30 minutos de subidas y bajadas, aunque el aperitivo a base de zamburiñas y pulpo bien valió la pena el paseo. Posición 42°23,35’N 8°55,41’W Volvimos rápidos calculando la subida de marea y lo que habíamos subido la dingui y el padel en la arena, teníamos el tiempo justo para llegar y no tener que mojarnos para cogerlos. Levantamos el fondeo y pusimos rumbo
a Vigo, mañana me desembarco para volver una semana a mis obligaciones familiares. Crucé un mar de nubes para volver al mar, los chicos habían avanzado hasta Oporto y yo volé hasta allí para reincorporarme al Santa Catalina. Me esperaban impacientes, me recogieron con la dingui en puerto Leixaoe, fuera estaban fondeados tras la escollera, con 4 veleros más 3 de los cuales ya conocíamos, uno de ellos el de los followers noruegos “ Offcourse” y el alemán Boreas de una pareja con la que ya coincidimos en Cherbourg, él negro de Santa Lucía y ella Japonesa y con los que habían pasado buenos ratos estos ultimos días. De hecho pasamos a despedirnos de ellos brevemente, el vuelo había tenido 3h de retraso y el sol ya se estaba poniendo. Con los tonos rojizos que se despedía Lorenzo por Er, dábamos la bienvenida por Babor a una casi todavia tremenda luna naranja sobre el skyline de Oporto. Ella nos acompañó toda la noche, aunque en mi guardia ya empezó a eclipsarla la niebla. La intensidad de viento prevista f5, no se cumplía, aunque si su dirección de NE, pero al no ser suficiente sacamos solo la Mayor, la abrimos y fijamos con una retenida a la cornamusa de la manga y la acompañamos con el motor, éste junto con el mar de fondo de NW que nos bamboleaba de Er a Br no ayudaban mucho a marinizar un cuerpo que venía de estar anclado en tierra una semana. Aunque peor lo tenía la nueva polizón que teníamos a bordo, Shana, una chica lituana como Vitaly, que había conocido recientemente por las RRSS a su paso por Madrid. Es su primera experiencia navegando, así que de momento no va a hacer guardias, con aguantar el tipo sin vomitar, con este maretón, ya me doy por satisfecha. Amanece con niebla espesa y seguimos sin viento, la motorada y el mar de través me están matando, grrrr. No es hasta las 13h que por fin el sol gana la partida, se retira la niebla y llega Eolo, sacamos Génova, 20 nudos, 5 de velocidad, rumbo 235°, ahora si, paramos por fin motor, bieeen. Aunque lo mejor fue en mi guardia de la tarde, el viento subió y salimos de la fosa de 1400m que nos hacia una ola loca y a veces rompiendo que nos salpicada a
veces por la aleta y pasamos a puntas de 8 nudos entre las islas Berlengas. Fui metiendo graditos a Br para evitar trasluchar, no lo haremos hasta Ericeira para así evitar el canal de tráfico de los mercantes que hay frente a Lisboa. Además un banco de delfines saltarines nos han acompañado por más de 1h. Shana grita emocionada, menos mal que tiene algo bueno en su bautizo de mar, pues el oleaje no debe de estar poniéndose lo fácil, no ha comido en todo el día y lleva más de 1h sentada en el balcón de proa haber si se le pasa. En cuanto vi la puesta de sol, que fue bastante bonita, me fui a dormir un rato antes de mi guardia nocturna, aprovechando el silencio del motor y que ahora la ola era menor y nos entraba más por popa y el movimiento del barco era más natural. Cuando salí a relevar a Vitaly seguíamos a vela, había subido, f7, rachas de 33nudos, solo con la Mayor abierta a una banda con una retenida, la velocidad no bajaba de 6 nudos. No había niebla pero el cielo estaba encapotado y no se veía ni la luna ni las estrellas. Pero durante mi guardia el viento siguió subiendo, hasta rachas de 44kn, surfeabamos las olas que nos llegaban por popa haciendo puntas de 10nudos!, pero yo notaba al Santa Catalina estable y con gobierno, aunque creo que íbamos pasados de trapo, aunque esta Mayor es enrrollable y por tanto no es muy grande, el tema de la retenida no me da mucha seguridad, alguna he visto arrancar en una racha. Cuando salió Dani a relevarme se lo comenté, aunque ahora era muy complicado recoger algo
de trapo, entre los dos podíamos intentarlo, pero a él no le preocupaba, me dijo que con esa configuración había aguantado hasta 50 nudos y sin la jarcia nueva, así que no insistí, que luego me acusa de demasiado prudente, confié en él y me fui a dormir, dejándole bajo un precioso cielo estrellado, pues el viento también se había llevado las nubes. La próxima guardia me tocó a las 6,30h, ya había bajado el viento y para no perder velocidad habían cerrado el ángulo con la costa, ahora navegabamos con 120° por la aleta de Br, solo Mayor y manteníamos entre 4 y 5 nudos de velocidad. Me pareció buena estrategia, si subía el viento yo iria metiendo grados a Er para recuperar rumbo, y si no, en unas 30 millas trasluchariamos otra vez. Vi un precioso amanecer, hacía mucho tiempo que no veía uno tan espectacular, han sido muchos amaneceres nublados o con niebla, desde que empezó esta aventura, es el premio que tiene madrugar, pensé. Pero como no se puede tener todo, con la noche también se fue Eolo, y aunque saqué Génova para intentar mantener velocidad y no arrancar motor mientras dormía el resto de la tripu, al final no tuve más remedio que arrancar para no perder el gobierno, pues llegué a quedarme en 1 solo nudo con solo 5 de viento. Enrrolle el Génova, quité la retenida a la Mayor, para cazar escota y arrancar finalmente el motor justo cuando Dani se levantaba para relevarme. Le di el parte de mi guardia y bajé a preparar unos sándwiches, desde el día anterior que tomamos a las 17h una sopa que preparo Vitaly, no habíamos comido nada. Desayunando me sorprendió con la triste noticia de que esa noche le habían comunicado el fallecimiento de un primo hermano en NY y que quizás cogería un vuelo para asistir al funeral. Ello suponía quedarme yo a cargo del barco. Uff no me lo esperaba para nada, pero por supuesto le dije que podía contar conmigo y que hiciera lo que le dictará el corazón. Reviso nuestra derrota y veo que llevamos unas 200millas navegadas, nos sale una media de 5 nudos/h. El dia es soleado pero el viento se ha esfumado, volvemos a la motorada con Mayor retenida hasta mi guardia de las 14h que empieza tímidamente el NW, 10, 12 y hasta 17 nudos, sacó por fin Génova y paro el motor, ¡hasta los delfines vienen a celebrarlo!. Cierro 10° el ángulo a Er y hacemos mejor rumbo al Cabo San Vicente. Les relato mi primer F8 justo en este Cabo, pero con rumbo contrario, subía hacia Lisboa en una oscura noche de fuerte Nortada que pasé cantando aquello de “si quieres aprender a rezar, ven al mar a navegar “ y que bien me merecio un aro
que llevo en mi oreja. Esta vez fue muy distinto, alcancé el Cabo en mi primera guardia nocturna, sobre las 24h, justo empezaba a subir el viento y una todavía tremenda luna me acompañaba, como si fuera una película en blanco y negro. Solo con Mayor alcanzaba los 5/6 nudos, no obstante no apagué motor hasta rebasarlo, por aquello de que a veces los cabos crean efectos raros en el viento y quería estar preparada si ocurría. Dos veleros más venían por popa. Cuando Dani se levantó para relevarme, me dijo que ya no se marchaba, así que no había tanta prisa, fondeariamos y descansaremos y ya veríamos mañana. Me pareció una idea genial y rápidamente le Propuse una cala para hacerlo al revasar punta roja, ya en ensenada de Sagres. El se fue a proa y yo me quedé al timón, al aproarnos el viento aparente era mayor, pero cada vez hacemos mejor la maniobra y estamos más sincronizados. Se movía bastante, entraba una larga ola de mar de fondo, pero caí rendida y a la mañana siguiente amanecimos en una larga playa escoltado por altos acantilados en ambos extremos. El sol calentaba bastante, así que todos nos dimos un chapuzon, yo con ducha de jabón incluida, después de 3 días de navegar ininterrumpidamente la necesitaba. Hay algo de gente en la playa, tomando el sol y haciendo surf en las olas de la orilla. Los chicos no tardan en inflar sus tablas de paddel e irse con ellas. Yo me quedo haciendo algo de zafarrancho y luego cuelgo mi hamaca para dejar pasar el tiempo simplemente contemplando tan preciosa estampa. No sin dedicarle antes un ratito a actualizar mi libro de bitácoras mientras cumplía con mi religioso ángelus, jajaja. Me siento privilegiada en este despacho. 37°0,15’N 8°56,46’W. Después de comer el patrón nos acercó con la dingui a la playa, antes de irse el un rato a hacer snorkel, a ver si traía la cena, nuestras provisiones empezaban a menguar. Vitaly y Shana se fueron a andar, pero como yo ya me recorrí toda esta zona por tierra estas últimas pascuas, me parecía más atractiva la idea de quedarme en la playa, un helado y un café en el chiringuito y luego una meditación boca abajo, para intentar que Lorenzo secara mis pantalones que había mojado al bajar de la dingui. De nada me serviría, cuando más tarde al venir a recogerme Dani, y con las olas mayores que rompían en la orilla, tuve que acercarme nadando hasta él poniendo a prueba mi bolso estanco. A ellos dos volvería con las tablas a recogerlos, era una temeridad intentarlo con la dingui. Aproveche para endulzarme y arranchar, pues en cuanto volvieron, subimos el ancla para irnos a otra cala a pasar la noche, solo a unas 4 millas, Praga Barranco, y como no, justo para la maniobra el viento subió hasta 30 nudos. Pero nos dio buen refugio para la noche y Dani nos deleitó con una sopa de patata, cebolla y el Pargo que había pescado. A las 08:30h estábamos ya los dos en pie y viendo que el lugar no era nada espectacular, le propuse que avanzaramos hasta punta Piedade a aprovechar allí el día, es la zona de las famosas cuevas. Y dicho y hecho, arrancamos, subimos el ancla y pusimos rumbo, sol pero no viento, solo podíamos admirar la acantilada costa, me fui a proa con mis auriculares para admirarla. Éramos el único velero particular fondeado, pero había infinidad de barquitas que llevaban a turistas a ver las
cuevas, así como excursiones de Kayak con el mismo fin, así que el oleaje era importante. Supongo que fue por ello que se le ocurrió aprovecharlo a Dani, montando un columpio desde la driza del Spi, para tirarse desde el balcón de proa de forma que con el movimiento del barco recorrer una media luna hasta la popa, donde se soltava y caía al agua antes de estrellarse con el casco.! Todos probaron, menos yo, que me parecía bastante arriesgado y no me apetecía nada, hasta nos trajeron a un par de niños de una motora para tirarse, vaya tela la peña que loca está. Cuando se cansó del juego, nos fuimos con el dingui a inspeccionar la zona y meternos por todas las cuevas y recovecos que nos fue posible. Realmente es una zona espectacular. Cuando Vitaly y Shana regresaron, con la puesta de sol, levantamos el fondeo, con los dedos cruzados para que no hubiéramos enrrocado, ya que era el peligro que anuncia Navily, y nos fuimos a fondear a la playa junto a la bocana. Era sábado noche y bajaríamos a conocer el ambiente de Lagos. Según lo convenido y a pesar de haber trasnochado, en cuanto oí levantarse al capi, puse los huesos en punta, me pegue un rápido chapuzon con ducha incluida y estábamos listos para levantar el hierro y poner rumbo a Faro, 40 millas nos esperaban, con previsión de poco viento y en contra, así que antes de nada entramos a poner gasoil. El día fue lluvioso y según lo previsto de motorada, viento totalmente en contra y cuando nos daba ángulo no teníamos intensidad suficiente para ir solo a vela. Así llegamos, con la noche ya entrada, estamos pagando con horas de luz el acercamiento al este. Daniel me dio el foco de luz grande y me pidió que me fuera al balcón de proa e iluminará para ver si había algún palangre o boya que esquivar, pero lo cierto es que lo único que había eran muchas gaviotas que volaban muy cerca atraídas por el foco de luz, me recordó la película de los pájaros de Hitchcock. La entrada fue súper tranquila y sin problemas de calado, teníamos la pleamar. Cuando rebasamos el faro le dije
que podríamos fondear ya porque yo recordaba que habíamos cambiado el fondeo cerca del muelle grande para coger el ferry que te lleva de Culatra a Olhao. Pero lo cierto es que solo se veían barquitas de locales fondeadas en boyas y no veía zona de fondeo marcada en la carta, así que hubo un momento de tensión, le extrañaba que yo le recomendara allí con lo prevenida que según él soy. Pero yo recordaba el lugar y solo me preocupaba tener calado suficiente con la bajamar. Finalmente echamos el ancla en un pequeño círculo a Babor del canal que marcaba un veril de 5m. Aunque realmente al amanecer del día siguiente, y consultar por Internet de donde salía el ferry, tuvimos que levantar el fondeo y seguir un par de millas hacia dentro, no habíamos llegado a Culatra, estábamos en la isla de Faro. La idea era pasar allí un par de días para llegar al Estrecho con viento de W que estaba previsto entrará el jueves. 37°0,003'N 7°50,57’W. Bajamos a la isla de Culatra con el dingui, que dejamos en un pequeño puertecito de pescadores, al N del gran muelle donde teníamos que coger el ferry. Por Internet vimos que ahora ya habían menos por el horario de invierno, así que hasta las 13h no llegaba, por 2€ o 3,80€ ida y vuelta c/u nos llevaba a Olhao. Así que nos dio tiempo de dar un paseo por el pequeño poblado, el cual recordaba de hacia un par deaños cua do arriba allí con el
Alas. Hasta reconocí el restaurante donde comimos. Todo estaba tal cual, aunque me extrañó, gratamente ver mucha gente, y no turistas, si no locales que viven allí todo el año, nunca hubiera pensado que tuviera tanta poblacion estable, pues aunque está bien comunicada con Olhao y de allí puedes coger un tren y estás en 10 minutos en Faro que tiene además aeropuerto internacional, allí la vida debía de ser muy contemplativa en invierno y tienes que estar muy en paz contigo mismo. Nuestra idea era ir al gran mercado que yo recordaba, de fruta, verdura y pescado, pero lamentablemente cuando llegamos ya estaba cerrado, lo hacía a las 13h. Así que nos dividimos para callejear por sus laberínticas y empedradas calles para reencontrarnos a las 17h en el supermarket que habíamos localizado por Google más y hacer la compra que ya necesitaba nuestras arcas, antes de coger el ferry de las 18:30h de regreso. Al día siguiente propusieron ir a conocer Faro, aunque yo propuse avanzar 20 millas hasta el Guadiana no prosperó y al dia siguiente madrugamos para coger el primer ferry de las 7:30h de la mañana. Increíblemente había un montón de gente para cogerlo, niños con sus mochilas a las espaldas y mucha gente con sus carros de la compra para llenarlos sin duda en el famoso mercado. Lo primero fue parar a desayunar, lo hicimos en una pastelería que tenía muy buena pinta, tanto que hasta yo que
no soy golosa, peque con un pastel de nata y fruta. Luego nos dirigimos hacia la estación del tren, a unos 15minutos andando. También me sorprendió ver muchísima gente en el tren, así que nos tocó ir de pie. Aunque un amable caballero me ofreció su asiento que también amablemente agradecí pero rechacé, podía aguantar de pie…..¿tan mayor me ve ya la gente? Grrrr. Empezamos el recorrido de la ciudad los cuatro juntos pero pronto ya nos percatamos que se habían despistado así que como no era muy grande, miramos el tren próximo y salía en 7 minutos, estabamos a 1km de la estación pero era imposible que llegáramos a tiempo, íbamos por el paseo y las vías estaban al lado, justo antes del agua pero para entrar en la estación teníamos que bordear unas casas, salvo que saltarnos una pequeña tapia y corrieramos paralelos a las vías como críos. En primera instancia mi mente lo rechazó pero una mirada cómplice de Dani, hizo que saliera mi niña interior y echaramos a correr ambos como dos niños. ¡No me lo puedo creer!. Justo empezaba a moverse el tren cuando poníamos pie en la estación, le pregunté al jefe de estación que estaba en el andén si era el de Olhao y nos dijo que si, íbamos a rendirnos cuando vemos sacar la cabeza por la ventanilla al conductor y animarnos con un gesto con su mano a que llegáramos. Y así, como en una película, subimos en ese tren y conseguimos llegar al mercado antes de que cerrará a las 13h para comprar un buenísimo atun rojo y unos langostinos. Pero como el ferry no salía hasta las 15h decidimos dejarlo para la cena y comimos en un restaurante que encontramos cerca de la tienda de repuestos náuticos, donde por sólo 14€ podías comer pescado a la brasa ilimitado. Y ciertamente así fue, los camareros te ofrecían bandejas que iban sacando de pescado variado, sardinas, calamares, dorada, pargos… todo ello regado por una jarra de vino blanco del lugar.
El día era caluroso y estaba deseando llegar a bordo, darme un chapuzon y rendirme en la hamaca, pero Dani me convenció para que bajará con él a la isla. Yo no quería andar mucho, me quedaría en la playa que había descubierto a barlovento, el lado del Atlántico. Una pasarela de madera te lleva directo desde el pueblo. La idea era hacer una tabla de yoga para estirar un poquito y al final el también se quedó tomando el sol. El lugar era muy agradable, con un pequeño chiringuito con sus hamacas y hasta un par de fornidos socorristas. Allí estuvimos hasta que empezó a caer el sol y hacer fresco, asi que nos dirigimos hacia el muelle a esperar a Vitaly y Shana que llegaban en el último ferry, mientras nos tomábamos algo en un bar contemplando los tonos rosados que había dejado el sunset en el cielo. Pero cuando nos dirigimos los cuatro por el dingui para volver al barco, no hubo manera de arrancar el motor auxiliar y tuvimos que hacerlo a remo. Shana y yo que estábamos más a proa nos encargaríamos de los remos mientras Vitaly alumbraba para que nos vieran los pescadores y Dani seguía intentando arrancar sin éxito. Menos mal que había calma chicha y no fue difícil arribar. El patrón decidió que saldríamos a las 10 HRB, porque antes no tendriamos viento, así que no teníamos que madrugar, y nos pusimos una película, ya es el “topic night”, cada noche elige uno y vamos valorando las que son mejores para dar un punto positivo al que la ha elegido. A la mañana siguiente amaneció nublado y con algo de lluvia, según lo previsto. Estuvo mirando a ver si había calado suficiente para salir por el Sur, y aunque si que parecía y además estábamos en la pleamar, no se lo aconsejé porque el Alas, que era gran conocedor de la zona, siempre lo hizo por el norte. Así que finalmente desistió, ¿qué eran 4 millas más cuando teníamos tantas por delante?. Cruzamos toda la bahía de Cádiz prácticamente a vela, ciñendo a rabiar, pero con la intensidad variable, igual teníamos 20nudos y hacíamos 7/8 de velocidad, como nos caía a 8 nudos y bajábamos nuestra velocidad hasta 3. Era lo mínimo antes de arrancar motor, porque el piloto perdía el gobierno. Sobretodo por la noche para poder dormir. Esas noches tuvimos bastantes nubes que nos tapaban intermitentemente el “melon moon”, como bautizamos la luna menguante con forma de tajada de sandia, jajaja. Y divisamos un montón de mercantes fondeados y con todas las luces encendidas, pero no entendíamos muy bien por qué lo hacían tan lejos, estaban a 9 millas de tierra y de nosotros, que estabamos a 18 de Cádiz. El paso del Estrecho fue al final sin viento y el poco que había, en contra, así que solo Mayor y motor. Eso sí, 1,5 nudos de corriente a favor. Pasamos bien cerca de tierra, del lado español y con mucho cuidado de mantenernos fuera del dispositivo de tráfico aunque sin quitar la vista al plotter porque había bastante niebla y constantemente nos cruzaban la proa tanto los que salían como los que entraban a la bahía de la Línea. Unos 20 o 25 barcos llegue a contar en el AIS, entre fondeados y en movimiento. Al final seguimos del tirón, porque íbamos a parar en Tarifa a dejar a Shana, pero parece ser que al final continuará con nosotros. No sé muy bien ni porqué si, ni porqué no, con ella tengo la gran barrera del idioma y como él patrón tampoco pregunta mucho, pues no sabemos. Lo que sí hemos comentado y coincidimos es que si va a seguir a bordo debería de contribuir como todos, económicamente y en las guardias y demás trabajo a bordo, aunque solo las guardias diurnas pues no nos fiamos de dejarla sola por la noche siendo novel total.
Como no hay nada de viento, el patrón ha decidido parar a pasar la noche en Fuengirola, está solo a 25 millas pero como vamos solo a 5kn de velocidad, no llegaremos hasta las 00:30h, así que cuando le paso el turno a las 22:30h, me espero cenando y viendo una película para ayudarle con el fondeo. El único problema es la niebla, que de nuevo es bastante espesa, durante mi guardia estuve vigilando un mercante que me aparece por popa, pero va a 10 nudos y con un rumbo 10grados más a Er que nosotros, pero por si acaso, meto 20grados a babor para apartarme de su derrota. Y conforme veo en el AIS que se va acercando, va desapareciendo entre la niebla. Menos mal que cuando vuelvo a salir para ayudarle con el fondeo, ya ha levantado y se ve super bien toda la costa. 36°32,68’N 4°36,9’W. Fuengirola resultó ser una ciudad muy agradable, me asombra que a finales de octubre, sus calles y playas están llenas de gente, los chiringuitos montados, los restaurante todos abiertos, ofreciendo los famosos “espetones’,
sardinas pinchadas en un palo que asan en una hoguera que todos tienen en pequeñas barquitas. La temperatura es de 25° ha salido el sol y hacer calor. Nos vamos paseando hasta su castillo, mientras Vitaly y Shana dicen que se van a ver Málaga a pesar que les avisamos que deben volver temprano pues queremos zarpar a las 18h que está previsto que llegue el viento. A la vuelta del paseo me pego un chapuzon para rebajar la colorada, el agua está a 22°, ¡todo un lujo para nosotros!, así que después de comer aún me doy otro, esta vez con ducha marinera incluida antes de emprender la travesía de varios días y una meditación en mi hamaca preferida, entre la botavara y los obenques. Me encanta la vida contemplativa desde allí. Cuando ellos regresan zarpamos de nuevo para aprovechar el viento de SE que ya ha entrado, 16 nudos que nos permiten ir a 6 y 7 nudos sólo a vela, de momento genial. Empezamos con las guardias y durante una de las mías a las HRB 5:15 a.m oigo un MAYDEI por la radio, es una embarcación que está en la posición 36° 1,8’N y 3°18’ W y nosotros estamos en 36°36,97’W 3°21’ W, cerquita pero más al norte, sin embargo no les copiamos, solo oigo a la estación de Málaga que les tranquiliza y les indica que les envían a la embarcación Salvamar para su rescate. Un poco después, a las HRB 6:10 a.m oigo un PAN PAN, varias embarcaciones a la deriva con un número indeterminado de personas a bordo que salieron de la costa marroquí hacia la península, que reportemos si avistamos alguna. Nunca he llegado a ver ninguna, pero se me ponen los pelos de punta cada vez que escucho estos avisos, y más desde que vi la película Mediterráneo y conocí un poco más sobre la realidad de estas embarcaciones. En fin, así pasé distraída mi guardia, con la radio y con un pez volador que aterrizó en nuestra cubierta y que el armador guardo para cebo de su caña, porque lamentablemente el viento cayó a las 3h de salir y tuvimos que arrancar motor y solo con la Mayor con retenida a una banda u otra, avanzábamos a 5 y 6 nudos, por lo menos no había mar que nos frenara. Amaneció con bastante bruma y poco viento, que además se había ido al morro. Me comenta el armador que necesitamos entrar en un puerto para recargar agua pues no nos queda ni gota a bordo, convenimos que es ya necesaria una conversación inmediata con la nueva tripulante, no solo para que colabore económica y nauticamente, con las clases necesarias que todos le prestaremos, si no también las normas de uso de los recursos limitados que tenemos a bordo, porque el día anterior yo llegué a asustarme por el ruido de agua que oía correr por las sentinas y…¡era ella dándose una ducha de agua dulce!. Al final fueron 12 millas hasta Aguadulce porque en Roquetas de mar no teníamos sonda suficiente para nuestro calado de 2,20m. Me ofrecio que hiciera yo el atraque en la gasolinera con la proa hacia fuera, como estaba entrando a Babor tuve que dar una vuelta y echar atrás cuando salió otro velero que estaba antes. La verdad es que me costó hacerme con el gobierno marcha atrás, el Santa Catalina tiene hélice levogira y cae enormemente su popa a Babor, así que tienes que darle con ganas para no perder el gobierno. Finalmente lo conseguí, luego di avante para aproximarme despacito y lo acabé de cuadrar ayudándome un poco con su hélice de proa. ¡ prueba superada!. Estuvimos solo media hora, aprovechamos también para poner gasoil además de llenar los tanques de agua. Aproveche para preparar la comida, un redondo de pavo con salsa. Creí que ellos no comerían porque les había visto prepararse algo previamente pero me sorprendieron apuntándose también, había de sobra, así que no hubo problema. Luego ella aún la vi merendar al ratito, come como una lima y se mantiene delgada. Al parecer dice que come todo lo que quiere pero solo hasta las 18h, luego ya nada. El problema es que no piensa en los demás y eso afecta a la convivencia porque las comidas son un tiempo de compartir como equipo y de colaborar como tal. Aunque me sorprende el armador diciendo que a partir de ahora cuando estemos en navegaciones largas cada día se encargará uno de cocinar y de limpiar y estará exento de las guardias diurnas. Fantástico pienso, y al día siguiente empieza él y se lo curra. Además de hacernos su especialidad, un plato de pasta, limpia a fondo baños y todo el living, porque además hay calma chicha y mar plano, por lo que el barco apenas se mueve. Es de esas ocasiones que parece un espejo, vemos pasar algunas medusas y alguna sepia y hasta una tortuga. Aunque también hay
calima o bruma, esperemos que nos entre pronto algo de viento. Pasamos el Cabo de Gata de noche, una pena les digo, es una costa preciosa, donde por ser parque natural, recorres millas y millas sin ver ninguna construcción, algo único en toda la península. La noche nos trajo una leve brisa de 10 a 15 nudos, pero justo en el morro, así que en cuanto pudimos, caímos unos grados para sacar velas y parar el motor. Todo mi turno fui jugando con las velas, caía cuando bajaba el viento para coger velocidad y orzaba para ganar rumbo cuando subia. El cielo está estrellado, distingo a Casiopea al principio y más tarde viene a saludarme Orion y las Pleyades y hasta veo caer una estrella fugaz. Un carguero nos alcanza por popa y como no se ve la luz de alcance del barco porque la tapa la dingui que llevamos estibada en popa y la portátil se ha quedado sin batería, enciendo la de motor del mástil y pongo un frontal en el backstay. Pero nos dura poco la paz de las velas, sobre las 08HRB a.m oigo que arrancan de nuevo el motor y con él se acaba el dormir. Me levanto y veo que nos quedan solo 24 millas al Cabo de Palos y el día es soleado. Mientras desayuno oigo que sacan velas de nuevo, ¡guay! Tenemos de nuevo ángulo de 45° y viento flojo. El día es soleado y caluroso y a la altura de Santa Pola, después de comer, recogemos vela y nos mantenemos a la deriva para tirar un cabo por popa y pegarnos un chapuzon. Aunque al final solo lo hace Dani y yo, ellos no se animan. Esta buenísima, pero es increíble como te arrastra. El agua está a 24°, ¡todo un lujazo para nosotros!. Luego pudimos ir a vela, con orejas de burro, todo el turno de Vitaly, pero se fue en cuanto acabó su turno, ¡parece que lo tenga reservado solo para él! Grrrr. Estamos a 18 millas de Santa Pola y a 60 de Altea, calculo que nuestra ETA será las 03 a.m y efectivamente así fue. Cuando salgo a mi turno ya es noche profunda, Dani a pedido a Vitaly que de un bordo hacia la costa para pasar entre Benidorm y la isla, le hace ilusión ver el skyline de su pueblo, después de tantos años está emocionado, me acompaña toda mi guardia y yo a él la suya, hasta que finalmente pillamos una boya en la cala de La Mina para entrar al puerto de Altea por la mañana, después de darnos un chapuzon matinero. La emoción es palpable en alguien que vuelve a su tierra después de 10 años, con su propio velero.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
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