UNA VUELTA POR LAS PITIUSAS

Después de 1 semana en tierra, viendo de nuevo a mi gente querida, quizás a demasiados, porque alguno decididamente ya no me aporta nada y tengo que aprender a decir “no”, regreso al Santa Catalina, que además de gestiones varias también había estado disfrutando de su familia y amigos en su ciudad natal, Benidorm. La idea ahora era ir a las Pitiusas, aunque no me apetecía nada ir sola con dos parejas,ya que además ha venido una novia noruega del patrón. En principio parecía que iba a enrolarse por fin la otra capitana de Santa Pola, pero una vez más ha desistido en el último momento. Por lo que zarpamos al final los cinco al alba del día 2, que es cuando había previsto un Garbi que nos vendría muy bien, cómo así fue después de hacerse de rogar un par de horas, un par de horas de motorada que me impidió poder volver a dormir tras la maniobra de zarpe. Los camarotes de popa son amplios pero ruidosos, por el motor, si está en marcha, o por la hélice si vamos a vela. Pero el resto del día fuimos a vela con un rumbo de aleta por la banda de Er y a veces hasta orejas de burro, cuando se nos iba el viento hacia el W. La velocidad era buenísima, con toda la Mayor y el Génova, íbamos a 7 u 8 nudos y nunca por debajo de 6, por eso nos hicimos en 12h escasas las 70 millas que teníamos. Por poco y porque ya está el horario de invierno, no llegamos de día. Eran justo las 19h cuando arribamos a la bahía tras Cabo Llentrisca, nada más sobrepasar a Es Vedra, camino hacia los Freus, para fondear en Porroig. 38°52,06N 1°18,10’E. La previsión era que el SW paraba a media noche, luego teníamos 1h de W en transición al NW fuerte previsto para el resto de la noche y el día siguiente. Justo la cala nos daba resguardo de todo menos de SW y W y eso hizo que fuera difícil fondear por las olas que nos entraban y que nos hacían dar pantocazos aún allí dentro. Otro velero estaba allí fondeado, pero en el lado más a Er de la cala, siempre da tranquilidad saber que no estás sólo, aunque después dudé que hubiera realmente alguien a bordo. Nos pusimos en un veril de 4m y eché 40m de cadena. Aún así no fueron suficientes cuando a las 12 de la noche empezó a rugir el poniente. Era imposible dormir, aún no entiendo como lo hicieron los del camarote de al lado toda la noche. El barco se movía como si fuéramos navegando, galopando las olas. Me levanté y ya vi que estaba el armador controlando la situación bajo el antirrociones, aunque de momento no había hecho nada, más que comprobar que no nos habíamos movido. Teníamos rachas de 30 nudos y no sólo no teníamos resguardo, si no que teníamos la costa rocosa a nuestra popa. Al rato volví a salir, el tema había ido a peor, arrancamos motor, era lo único que podía ayudarnos a mantener el barco aproado. Nos planteamos levantar el ancla e irnos en frente a Cala Llentrisca, pero dude si nos daría tiempo o mientras subíamos y teníamos menos agarre nos arrastraria hasta estrellarnos contra la pared de rocas que cada vez veía más cerca. El motor es un Yanmar de 48 cv no muy potente. Por ello le propuse abortar la idea y aguantar metiendo motor avante cuando nos abatia la racha para intentar mantenernos aproados. Sólo metía un punto avante, pero aún así él pensaba que era demasiado y podíamos adelantarnos al ancla, ¡ni de coña! La velocidad se mantenía a 0kn a penas conseguía luchar contra el abatimiento de la proa a una y otra banda y tener algo de gobierno. Me temo que tiene muchas teorías aún en la cabeza, aunque era correcto lo que decía, nunca sucedería con esa intensidad de viento. Teníamos rachas ahora de 46 nudos. Recuerdo una noche en Aves, en el Caribe, que nos dio un role inesperado y nos pasamos la noche con el motor a 1500 r.p.m para evitar irnos contra los corales, u otra noche en la isla de San Andrés, con temporal de 60 nudos que nos obligó a meter hasta 3000 r.p.m para que no nos echara contra el endeble pantalan de madera de la precaria marina que estábamos. Al fin aguantamos y a las 3:30h a.m entró el esperado NW, borneamos y nos quedamos como debíamos estar, con toda la protección de la cala y pudimos por fin bajar a descansar los dos, porque nadie más se había levantado. Al día siguiente flipo cuando me dicen que no se han enterado de nada, no me lo puedo creer, ¿ni del viento rugiendo ni de que arrancamos motor, ni del movimiento exagerado del barco?. Al día siguiente amaneció lloviendo y sin viento, por lo que propuse lagarnos cuanto antes, aún así bajamos antes la dingui y nos dimos un chapuzon por popa, el armador se tiró y yo no pude resistirme, a pesar de que ya me había vestido para navegar, me puse rápido al bañador y me tire de cabeza, 24° grados, era todo un lujo para nosotros. Una nadada alrededor del barco me hizo comprobar que el Cabo de seguridad de la cadena se había soltado y lo fije de nuevo con un pequeño impulso en la misma cadena. Eran las 11hrb cuando por fin soltamos el fondeo, empezaba a subir el W de nuevo, aunque no era lo previsto. El se fue a proa y yo en el timón y con motor un punto avante para mantenerlo aproado. Sacamos solo Génova con 2 rizos y aún así hacíamos puntas de 7 y 8 nudos, teníamos 30 nudos de W y SW, por lo que en solo 1h
estábamos en los Freus, que cruzamos por los menores, fuera del tráfico de los ferrys que hay entre las islas. Era muy raro no ver ningún otro barco navegando, salvo ellos y nosotros, bueno vimos 1 velero fondeado en cala Jondal al pasar y un catamaran cuando ya íbamos a entrar en Ibiza ciudad. Al pasar los freus ya tuvimos que cerrar el ángulo y solo con el Génova no podíamos avanzar, así que a palo seco y motor, arrumbamos a la bocana. Se notaba que estábamos a sotavento, el viento era menor y a motor nos permitía avanzar entre 4 y 5 nudos. Llamamos por teléfono a todas las opciones, puerto de Ibiza tenía disponibilidad y además es un lujo estar a pie de la Ciutat Vella, pero cuando nos dijeron que no tenían baños ni duchas, preferimos seguir llamado, el CN Ibiza ni nos contestó, Marina Botafoch estaba llena hasta febrero, wow, y finalmente fue en Nueva Ibiza que nos ofreció amarre por 47€ la noche y unas fantásticas instalaciones, nuevas duchas con agua caliente que tanto necesitábamos todos después de la travesía. Hice la maniobra de atraque en el muelle de espera para hacer el check-in y luego fue el armador quien lo llevó hasta el amarre asignado, entre una motora y otro velero que justo había llegado unos minutos antes. Aprovecho su hélice levogira para ciabogar y meterlo sin problemas de popa al pantalan. Lo que me sorprendió ingratamente es que la parejita feliz se fueron rápidamente a las duchas para irse a inspeccionar la ciudad, el armador y su novia se pusieron a baldear, para luego salir corriendo también y yo me quedé con cara de póquer, sin saber que hacer, es lo que tiene ir con parejas, me dije a mi misma, ya lo sabías. Me puse a cocinar algo de pasta, comi tranquilamente, me pegue una larga ducha de agua caliente y me puse a escribir un rato, luego ya con el sunset salí, no sin antes ajustar las amarras pues ya había empezado a subir el viento. Realmente yo conozco perfectamente Ibiza y no me hacia falta ir a verla y ellos tenían tantas expectativas y ganas de Ibiza que justificaba sus ansias.
Encontré al armador y su novia, los otros dos se habían perdido, como de costumbre. Volvieron a cerrar el barco y luego vinieron a la pequeña taberna que había encontrado abierta, en el casco antiguo más cercano al puerto completamente vacío, cual ciudad fantasma. Increíble, es noviembre pero es viernes, ¿donde están los locales?, al final nos dijeron que en la plaza del parque y hasta allí nos dirigimos, para tomarme un vino con unos quesos ya que ellos ya habían comido nachos y quesadillas en un mexicano. Poca fiesta, así que pronto de retirada al barco para aprovechar mañana el día. A la mañana siguiente vino a saludarnos Kike, un posible tripulante de chárter para el cruce del Atlántico, nos invita a pasar el día en tierra en su casa y hacernos de Cicerón, pero tenemos pocos días y prefieren conocer la isla por mar, parece que tiene buenas referencias mias, la reputación me precede, jajaja. También sacamos el Spi para meterlo en su calcetín antes de zarpar rumbo a Espalmador. Soplaba SW pero flojito y en esta época del año las boyas son gratuitas. Así que pillamos una, aunque en un primer momento me hizo dudar porque no eran como las de otros años. Con el súper automático bichero fue coser y cantar, nos fuimos las 3 chicas a proa y Elin nos dio una masterclass. A penas somos 3 veleros, luego se unirán 2 más. Ellos bajan a pasear a la playa, primero una y luego otra pareja y yo me
quedo balanceándome en mi hamaca preferida. Después del chapuzon que me pegue para ver el muerto. Con todo mi equipo de snorkel, aunque el agua estaba a 23°, como hacía sol al salir, se estaba a gusto. Hoy tenemos un espectacular sunset por Br, mientras su amante Luna casi casi llena, salía por Er para despedirle brevemente. Aprovecho la luz del ocaso para hacer un poco de yoga sobre la cubierta e incluso leer un rato bajo las estrellas hasta que la humedad me envía rauda hacia dentro. 38°46,71’N 1°25,66’E Al día siguiente vimos que se había cumplido el role, pero como la intensidad no era fuerte, la noche fue plácida en la boya, pero antes de que subiera, soltamos la boya para cruzar de nuevo los Freus, esta vez por los Mayorex, e irnos al lado Este de la isla, además habíamos quedado con Kike que finalmente vendría a pasar un par de días con nosotros y conocernos. El cogería un ferry a la Savina y de allí un taxi a EsPujol. 38°46,71’N 1°25,66’E
Pudimos ir a vela ciñendo, a las 10:30h ya estábamos allí pero aún llegó Kike antes a la arena, porque el patrón es único mareando la perdiz cuando arribamos a algún sitio. Primero hubo baño por popa ¡off course! Y tras colocar el motor, nos dirigimos hacia la playa ya que no conseguía ver el pequeño muelle que hay. A pesar que Kike nos saludaba desde él. El pueblo de nuevo desierto, solo el restaurante argentino y el súper de la china abierto. Volvimos a bordo para soltar el fondeo, aunque les había encantado por sus aguas turquesas y aún llegaron a proponer quedarse para ir a bucear, pero nadie le acompañaba por el frío, por lo que al final desistió, menos mal. Nos fuimos bajo la Mola, donde está la cueva, el agua también turquesa pero con alguna medusa que me hizo desistir del baño. Ellos sí que lo hicieron, algunos hasta la misma cueva. Mientras yo me curré una paella Valenciana, que rematamos con unas hiervas ibicencos y luego con una meditación en la hamaca. Tras la cual, aprovechemos para hacer algo de yoga y monte allí mismo bajo la botavara, una zona chill Outlook, con la lámpara, música, y unos Gin Tonics,
para recibir a la tremenda luna llena, ya que el sunset desde allí no se puede a penas contemplar al ser engullido bien temprano por la montaña. Kike se unió a mi en una interesante charla sobre la filosofia del despertar y la evolución, de esas que tanto echaba de menos a bordo, mientras los otros cuatro jugaban a las cartas y comían pipas como monos. Tambien cenamos solo nosotros dos, en la bañera, con una película en mi tablet, hasta que la humedad nos hizo retirarnos a nuestros camarotes. Cala Escaló 38° 40,46’N 1° 31,8’E. Nos habíamos acostado antes de las 00HRB así que a las 06a.m ya estaba despierta, aproveche para hacer mis ejercicios y meditación en cubierta, no me atreví a darme el chapuzon de rigor por las dichosas medusas. Mientras, el patrón se iba con su novia a dar una vuelta con la dingui por la costa, salpicada de cocheras de barquitas de los pescadores locales.
Soltamos el fondeo para rodear la costa Sur hasta cala Saona, la primera vez que llegó en estos 17 últimos años y no hay nadie. Un lugareño en tabla de paddel nos advierte del cable submarino y por precaución cambiamos el fondeo, un poco mas a Er. Tambien hay alguna medusa de esas moradas pequeñas, así que traje completo de snorkel y con las gafas bien atenta para esquivarlas pude tirarme y nadar. Es una pena, el agua es de un azul turquesa increíble. Todos se bañan con precaución. Yo monto rápidamente la hamaca mientras espero la BBQ que se encargará hoy el patrón de hacer. Después de la cuál bajaremos a la playa para despedir a Kike y los demás contemplar el sunset desde lo alto del acantilado. Yo llegué justo al final, porque me encargue de llamar al taxi y llevarle hasta la puerta del hotel donde lo recogerían. ¡Pero tuvieron el detallazo de gravarmelo en video!. Eso sí, pude hacer mi mojón con piedras, cada una un deseo, como es costumbre entre los hippies de las Pitiusas.
La vuelta fue complicada porque habían olas que rompían en la orilla, aunque el patrón fue muy ágil para salir por uno de los extremos, subir a bordo fue difícil. Es la víspera de luna llena, me hago una meditación contemplandola e impregnandome de su luz en la bañera, mientras los demás se distraen en el living. Tuvimos suerte y el viento se mantuvo predominantemente del Sur y flojo, así que la noche fue tranquila y pudimos dormir plácidamente, hasta que a las 6 a.m. tocó diana para levantar y poner rumbo de nuevo a la península.
Empiezo yo los turnos, la parejita feliz se encarga de subir el ancla y en cuanto pasamos la punta le pido que me saque la Mayor y caigo para tener un ángulo de 50°, al Santa Catalina le cuesta ceñir, pero arrumbo a Denia y vamos toda la travesía a vela, 67 millas en unas 10h hasta llegar al cabo de la Nao y entonces tener que empezar a dar bordos, ya que solo a motor no avanzábamos contra el viento que ya había subido hasta los 30 nudos de Garbi, esas 18 millas hasta Altea se hicieron interminables. El motor sólo no nos daba más de 2kn, así que buscábamos el mínimo ángulo con la Mayor y el motor para en pequeñas viradas ir avanzando. Llegamos al final a las 23h, el marinero nos acoplo en la gasolinera, me cedió a mi el atraque, que hice prudentemente, quizás demasiado, el viento me separaba y tuvieron que arrimarme con las amarras desde tierra. No nos movíamos, este puerto tiene buen resguardo y dormi como un tronco hasta que a a las 08 a.m me despertó el motor, ya nos habían asignado amarre y nos cambiábamos. Una vez finalizada la maniobra, para la que nos levantamos todos, el armador se fue de gestiones y a despedirse de su madre y su hermana y nosotros nos dedicamos a limpiar, baldear y hacer la compra cuando ya regreso él, esa noche, nos llevó a su Benidorm querido, para tapear callejeando por el barrio Vasco, antes de volver a decir adiós, no sabe ahora para cuánto.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Perfecta reseña! Casi me he mareado leyendo la cronica de la primera noche 🤓. Un placer el "poder navegar contigo y descubrir la jerga y los intrinculis de ese desconocido modo de vida. Aupa Capitana! 🙅🏼‍♀️
Unknown ha dicho que…
Casi me he mareado con tu buena descripcion de la mala mar de la primera noche.. Y me encanta acompañarte en tus andanzas por los puertos y cuando navegas. Es un privilegio poder atisbar ese mundo. Kos que no hemos navegado nunca, nunca podrriamos conocerlo. Leyendote ademas de hacernos una idea, y disfrutamos de tus sunset, tus angelus y coronitas, las aventuretas ete etc. Ale aqui seguimos, esperando tus reseñas. Buena mar!
Unknown ha dicho que…
Casi me he mareado con tu buena descripcion de la mala mar de la primera noche.. Y me encanta acompañarte en tus andanzas por los puertos y cuando navegas. Es un privilegio poder atisbar ese mundo. Kos que no hemos navegado nunca, nunca podrriamos conocerlo. Leyendote ademas de hacernos una idea, y disfrutamos de tus sunset, tus angelus y coronitas, las aventuretas ete etc. Ale aqui seguimos, esperando tus reseñas. Buena mar!

Entradas populares de este blog

POR FIN EL CANAL DE PANAMÁ

VOLVIENDO A LAS PITIUSAS CON AMIG@S

CARIBE CON EL MAVERIK