CAYOS ALBURQUERQUES

Cayos Alburquerques están a unas 25 millas al Sur de San Andrés, rumbo 209°, tenemos poco viento y encima sigue siendo del Sur, o sea, morral, así que se pronostica motorada, esto ya parece mi querido Mediterráneo que siempre viene de donde quieres ir. Con la unica preocupación de observar los “negritos” que vamos viendo por Er y Br e ir estudiando su trayectoria. Son las 14h cuando iniciamos la entrada aunque llevo más de 1h ya divisandolos, no los imaginaba tan frondosos. El patrón saca su tablet con sus cartas del OpenCPN que le pasó Michael y en las que tanto confía, dice que está cartografía está hecha por un tal Eric Bauhaus, un suizo que vive aquí en Colombia. Aunque en un principio me preocupa porque dice que cree que lo mejor es acceder por el Sur y le digo que se asegure porque a mi esa zona el Navionics me da como no navegable, toda llena de rocas y, puede ser que el navionics esté desplazado hacia el norte o el sur o hacia el este u oeste, pero el resto suele coincidir, hasta ahora lo ha hecho. Al final dice que efectivamente puede encontrar un camino por el NW como me indicaba y proponía también navionics cuando le pido la mejor ruta. Me pide que me vaya a proa pero que no le indique el camino con los brazos como yo solía hacer, solo que le grite si veo algun coral que emerge lo suficiente como para poder darnos. Me voy acojonada, la verdad, hacia la proa. Creo que llevamos mucha velocidad, aunque luego me dice que iba a relenti, sería la inercia que llevábamos, pero voy pensando que como me encuentre con uno de esos que me ha dicho solo me va a dar tiempo de agarrarme bien al stay de Génova para no salir volando. Con las gafas polarizadas veo muy bien los diferentes colores, donde hay arena y donde hay manchas de coral, cuando estas dejan de ser manchas negras y pasan a ser marrones o amarillas es que están más cerca de la superficie. Poco a poco vamos avanzando, voy hacia popa para advertirle que va muy deprisa pero me repite que solo va a relenti, me pide que me quede al timón mientras va el a proa a liberar el ancla. Aprovecho para comprobar mi Navionics y prácticamente está haciendo la misma ruta que este me marcaba. Volvemos a intercambiar puestos y cuando ya estamos muy cerca de los Cayos veo que se da la vuelta y al final me dice que eche el ancla en una zona bastante profunda por el azul intenso, 12m de sonda, pero por las manchas oscuras es evidente que estamos rodeados de corales aunque procuro que el ancla caiga en arena. Sin ni siquiera parar el motor le veo ya en el agua para inspeccionar la zona y el ancla. Termino de echar los 60m que me ha pedido cuando el llega a proa nadando, y baja por la cadena en acnea hasta el ancla, ¡ que pulmones! pienso. Yo le pongo el Cabo de seguridad, voy entonces a popa paro motor y me pongo también mi equipo y me echo al agua, no sin antes comprobar que no ha olvidado echar la escalera con las prisas. Solo hay una formación coralina que asciende bastante por nuestra banda de Br, que nos hace dudar de si no le daríamos si bornearamos. Pero la previsión es que el role se de hacia el Este, es decir confiamos que nuestro borneo sería al revés, nuestra popa se alejaría de ésta. Sólo se alcanza a ver una especie de antena sobresalir del Cayo mayor, donde se supone que hay un destacamento militar, pero si es así está perfectamente camuflado entre la exuberante vegetación. En el otro, más pequeño, se ve algún cayuco sobre la arena, puede que hayan pescadores también. Sería muy bueno para conseguir pescado fresco. Envio con mi teléfono satelital que hemos llegado bien a mi lista de contactos. Nada de cobertura, esto va a ser desconexion total. Y somos el único barco fondeado. Esto es lo que realmente te hace sentir privilegiado. Posición 12°10,10’N 81°50,92W. Hemos hecho los chuletones a la BBQ, bueno se ha encargado el capi mientras yo he preparado una ensalada mozarella y unos espárragos a la plancha. Ahora si que nos sentimos totalmente privilegiados, jajaja. Tarde como ya es habitual en hamaca, pero ahora después de la sesión de película me uno a ver las estrellas a proa, aquí en medio de la nada, solo alguna nube nos impide verlas, aunque es increíble que se aprecia la contaminación lumínica de San Andrés y eso que estamos a 25 millas. También veo una especialmente brillante, tanto que marca una estela sobre la superficie del mar, cuando sale por nuestra aleta de Br, pienso que debe de ser un planeta para ser tan grande y de esa magnitud. Al final me lo monto con las colchonetas en proa, esta noche decido quedarme ahí a dormir, bajo las estrellas y fresquita con la brisa, de hecho hasta necesito echarme mi mantita roja del yoga, ¡ que gusto!, y además tengo suerte y no cae ni una gota a pesar de que se divisan varios núcleos tormentosos con rayos y todo por el horizonte. Lo único malo ha sido la espalda,, pues las colchonetas son muy finas y se abrían por el centro al moverme, ¡nada es perfecto!. Al amanecer recojo la paraeta y me dedico a mis tareas matutinas, cuando el armador se levanta se va directo al agua, bueno en un principio me asustó porque le veo salir y luego ya no le encuentro hasta que se me ocurre mirar y veo que han desaparecido sus gafas y aletas, así que si, debe estar buceando. Cuando regresa me propone cambiar el fondeo, estoy totalmente de acuerdo, de hecho no sabía como decírselo yo, porque no es agradable mover el barco entre un campo de minas, pero menos lo sería enrrocar entre corales a 12m. Así que estamos de acuerdo, será nuestro próximo objetivo tras el desayuno. Cogemos la dingui, su tablet y mi móvil con el trazado activado en el navionics y así ver luego la ruta que hemos hecho y
efectivamente compruebo que el Navionics está escandalosamente desplazado hacia el Norte, es decir, el WP que elegimos y donde ponemos la chincheta aparece totalmente al Sur de los Cayos, aunque realmente estamos entre ambos en la zona que en teoría el marcaba como buena de fondeo. Es donde más arena hemos visto y los corales están más espaciados y son más pequeños y en seguida viene una pared de arena que sube a una zona de avenida como una gran piscina turquesa entre ambos Cayos. Volvemos raudos a bordo, él se va a proa y me pide que me ponga al timón y siga sus indicaciones con los brazos hacia Br o Er, avante o pare, tenemos que ser muy cuidadosos para no enrocar al intentar subirla. El ha bajado varias veces a pulmón y son demasiados metros para tener que además hacer fuerza para sacarla si se enrrocara y tener luego aire para subir, así que muy despacito y a sus órdenes, subimos sin problemas y emprendemos el camino hacia el WP marcado. Ahora puedo seguir el trazado de Navionics aunque no coincida con la imagen visual, no obstante voy a la mínima velocidad de gobierno, el a mi lado comprobando y cotejando las cartas del Opencpn y yo la sonda y la imagen del fondo que me da el plotter del barco. Cuando llegamos intercambiamos puestos, yo me voy ahora a proa a echar el hierro, y el se queda al timón, soplan unos 15 nudos de Sur, así que nuestra proa quedará mirando hacia el segundo cayó y ambos los veremos en nuestra banda de Br. Me aseguro que el ancla cae en arena, tenemos 7m de sonda. Nueva posición 12°9,85’N 81°50,71’W.
¡Prueba superada! Adelantamos el ángelus para premiamos y pongo música, los éxitos del verano 2023, pero lo cierto es que es algo cansina, todo perreo y música latina, cambio a “The Doors”, es la play list que el me pidió, uno de sus grupos favoritos. Y después de dar fin a un rico guacamole que he preparado con una cocacola el y una Corona yo, nos quedamos apalancados en la bañera, satisfechos de la proeza de la mañana y el premio recibido. Tenemos menos mar y por tanto menos movimiento, más protegidos y mejor vista de los Cayos. Pero en un rato yo ya estoy proponiendo ir a hacer snorkel a los bajos que tenemos en la popa, pero el no quiere, está muerto matao sin ganas de mover un dedo, uff ¡ya empezamos! Me propone que me vaya sola que me deja la dingui, pero yo no quiero, no me apetece asumir riesgos sola con la dingui, si quisiera hacer todas estas cosas sola me habría comprado un barco y navegaria en solitario, le digo. Enfurruñada me pongo mi equipo y me voy, pero solo doy un paseo alrededor del barco, hasta la pared de arena, donde veo una tremenda Manta Raya y de vuelta una enorme Barracuda que como siempre, viene a mostrarme sus dientes hasta una distancia prudencial y marcarme su territorio siguiendome durante un rato. La verdad es que hay bastante vida a pesar de estar tan próximos a tierra, imagino que los bajos o la barrera serán impresionantes. Vuelvo como en media hora a bordo, el me espera con una Corona fresquita en son de paz, es obvio que sospecha que estoy enfadada y me ofrece irnos ahora. Le tomo la palabra, porque sino, ¡hoy no cocino!, huelga. Jajaja.
Primero recorremos un bajo y luego el otro, son grandes rodales de corales de todo tipo, cual dos jardines distintos vamos paseando sobre ellos atentos a todo bichos viviente. Veo varios botutos pero al bajar a cogerlos para hacer un rico ceviche, están todos vacíos. Un gran pez luna sale a mi encuentro, parece que quiere enseñarme su hogar porque cuando me paro, retrocede a por mi como llamándome, jajaja. Peces loro de todos los colores, peces globo, una pequeña Mantita, muchos Pargos y hasta un trompeta. Una maravilla. Vuelvo feliz y le propongo que para la próxima se busque un tubo x que va todo el rato aguantando la respiración y así es mucho más cansado. Aunque el aguanta mucho en apnea, incluso le he visto haciendo yoga submarina, como el dice, poniéndose en la posición de flor de loto invertida junto a la quilla, como si quisiera levantar el barco con la espalda y dice que le relaja, ¡flipo!. A mi vuelta cocino lo que resulta ser una especie de sopa de marisco, pues es imposible llamarle fideua, los fideos no los encontré de ese tipo, y la bolsa de variado lleva de todo, hasta palitos de cangrejo, grrrr. Menos mal que no es exigente y le gusta todo. Estos días cocinare como si fuéramos más de dos y así guardo tuppers para la travesía de 2 o 3 días. Son casi las 05 p.m cuando me rindo en mi hamaca, hoy es el primer día que tengo que ponerle toldo por el lado de Er para tener sombra y allí estoy balanceandome hasta el sunset tras el cual la abandono para pasar a la bañera y empezar con mi ritual de higiene, jajaja. Hoy veo luminiscencia, y llamo al patrón para que salga a verlas, son pequeños puntos verdes fluorescentes por toda la popa, precioso. El se está entreteniendo intentando arreglar su estación meteorológica de la que echa pestes de sus fabricantes chinos. Después, como ya viene siendo habitual en nuestras rutinas, el se va a la hamaca a ver las estrellas y yo me uno más tarde, cuando termina mi sesión de cine, hoy ha sido con pistachos y mi habitual zumo de limón. Este viaje estoy muy orgullosa de lo sana que estoy siendo, nada de alcohol a bordo, salvo mis Coronas, que procuro limitar a 1 o 2 al día, un poco de tinto con Sprite, el chileno es imbebible sin el, y por supuesto, cero tabaco. Y me siento genial. Además el capi no bebe nada, salvo agua y como no, cocacolas, ¡ cuánto adicto a ellas!. Pongo mi app de Star walks pero no reconozco ninguna, no son las habituale salvo la Osa Mayor y la Polar. Al final prefiero quedarme a oscuras bajo ellas hasta que te impregnas con tu propia insignificancia. Cuando por fin veo una caer, formuló mi deseo y me voy a la cama. Hoy es domingo y amanezco un día más en el paraíso, poco a poco se me ha ido esa ansiedad con la que despertaba como desubicada. El viento ha empezado a rolar ya hacia el Este así que nuestra proa apunta ya entre ambos Cayos. Le envío un SMS a mi hijo por mi teléfono satelital, pidiéndole la meteo de viento, olas y lluvia para los próximos 3 o 4 días, haber si sigue igual que la última que vimos o ha cambiado y así planificar nuestra próxima travesía hacia San Blas o Panamá, ¡ojalá pueda ser San Blas!. Unos pescadores me cruzan la proa con su cayuco y al levantar la mano para saludarles, les faltan brazos para lanzarme besos, ¿cuanto tiempo llevarán sin ver a una mujer? Jajaja. Pero siguen raudos hacia su cometido cargados como veo de grandes arpones. Me fijo bien en su trayectoria para intentar imitarlos cuando hoy salgamos nosotros a hacer snorker. El capi me sorprende porque se levantó directo a poner música y me pregunta a dónde vamos hoy a pasear. ¡Wow me encanta!, le
digo que he visto más o menos hacia donde fueron los pescadores y hacia allí que nos vamos. No estuvo mal, pero me gustaron más los bajos de ayer. Aquí hemos visto mucho pepino de mar y muchos corales distintos pero más dispersos. Volvemos porque vemos un enorme negrito acercarse, el capi emerge y me pregunta qué opino yo sobre su dirección, pero es difícil de adivinar, es inmenso y nos tememos que vaya hacia donde vaya no lo comemos, así que subimos al dingui y volvemos, hacemos una parada en el barco para cerrar todo bien antes de seguir rumbo al cayo de los pescadores para saludarlos. Uno llace sobre un mugriento colchón bajo una palmera y el otro esta cocinando algo entre pucheros en lo que es un pequeño conglomerado de chabolas, trastos y basura. Nos cuenta que están ahí durante 7 días pescando y luego ya vuelven a San Andrés. Les preguntamos si pueden vendernos algo de pescado y nos recomiendan un Black Sniper por 20$, creo que no es barato, pero la verdad es que no vamos a regatearles, nos dan pena y eso se lo repartirán entre ellos. Además nos lo dan limpio y cortado, listo para cocinar. Más tarde también vendrán otros dos más jóvenes al fondeo con langostas, son los buceadores, y nos venden dos langostas muy hermosas por otros 20 $. Como están muertas, las han arponeado, les digo que le saquen la tripa y de paso el patrón aprende, pues yo se lo había comentado y no lo había visto nunca. Se trata de sacarle por el culo, utilizando su propio cuerno espinoso, la tripa que tienen en el lomo, porque cuando mueren se descompone y se envenenan ellas mismas y quien las coma, ¡claro!. Nos pidieron si podían volver mañana para hacerse fotos en el velero y a cambio podríamos acompañarles a la zona del reef donde ellos bucean. Y asi quedamos, aunque al final nada de ello pudo ser porque recibi la meteo de mi hijo por mi teléfono satelital y lo mejor era zarpar mañana mismo, tendríamos 2 días de E con rachas de 25 a 30 nudos el martes y luego rolaria otra vez a SW. Así que el lunes subimos el dingui, arranchamos bien todo y salimos del fondeo siguiendo una vez más las cartas de OpenCPN, ya me ha quedado claro que el Navionics no es nada fiable, porque lo hicimos por donde el marcaba como zona no navegable.
Por delante 250 millas, rumbo 132° a San Blas . El se va a proa a fijar bien la dingui y me deja al timón, pendiente de la sonda y me pide que vaya sacando velas. Saqué Mayor y no había sacado todavía Génova, ya estábamos lidiando con el primer “negrito”, que nos trajo lluvia y viento hasta 25 nudos. Nos empapa todo y nos obliga a caer para esquivarlo levemente. Así pasamos toda la mañana, de chaparrón en chaparrón y vigilando por el radar la trayectoria de éstos mientras filosofeamos sobre grandes preguntas que aparecen en el libro que estoy leyendo “88Peldaños”, muy interesante. Vamos a unos 5nudos, con un rizo en la Mayor y en el Génova, pero subimos hasta 8kn cuando nos alcanza alguno de los nubarrones. Una de las veces que bajo veo que se ha desprendido el techo de mi camarote, así que realizo mudanza al camarote de popa Er donde tenia mis maletas. Toda la mañana ha sido así, de chaparrón en chaparrón, con rachas de 25kn y mucha lluvia. Son las 18h cuando parece que ya nos hemos librado de ellos pero entonces nos quedamos sin viento y tenemos que arrancar motor lo que aprovechamos para recuperar rumbo directo. Al final hasta tendremos un bonito sunset. Hemos repartido las guardias de 4h de 8p.m a 8a.m. Intento bajar a descansar pero mi nuevo camarote es imposible habitarlo con el motor encendido, el ruido y el calor lo hacen imposible. Salgo de nuevo a la bañera y me acoplo en el banco de sotavento donde consigo desconectar hasta las 00 hrb que empieza mi primera guardia. Entonces liberó el lugar y lo recupera el raudo, es el mejor con esta escora. Yo me distraigo oyendo un par de podcast, el de ITSAS TANKTAC y el del ROLE, el viento ha subido y podemos ir de nuevo solo a vela. Pura adrenalina, ¡ como para dormirse!. Una timida luna menguante sale a saludarme a las 02:30 a.m. y voy ojo avizor al radar, vigilando la trayectoria de los núcleos tormentosos que van apareciendo en él por Br y Er, de momento solo me están trayendo rayos que iluminan el horizonte como si fuera de día. A las 04 a.m si que caigo rendida a Morfeo en mi camarote, abro todas las escotillas que dan a la bañera y me corre algo de fresquito, aunque a las 07a.m. ya estoy en pie pues el patrón tapó una de ellas descuidadamente intentando cobijar las colchonetas de un nuevo chaparrón y se acabó el fresquito para mi, grrrr. Qué razón tiene esa frase que dice que “ceñir es de pobres”, la vida a bordo de un barco escorado es muy complicada, todo se cae, es difícil ir al baño y cocinar es toda una odisea, sin hablar de nuestros estómagos, que a pesar de estar acostumbrados también acaban resentidos. Solo nos quedan 120 millas y llevamos rumbo a San Blas, todo sea por ese paraíso. Bajo a preparar algo de desayunar y veo agua en la cocina, aviso rápidamente al capi y cree que es lo que rezuman los baños, aunque llevamos los grifos de fondo cerrados, y la escora lo deja fuera de la sentina central. Se tira 2h achicando agua mientras yo estoy fuera pendiente de la navegación. Tenemos mucho mar, con olas de 2,5m como nos pronosticó mi hijo en el parte que me envió al Garmin. Pero hacemos rumbo 125° y el Maverick está ciñendo con solo 30° de ángulo, alcanzando los 6 nudos de velocidad. Lo bueno es que hoy ha salido el sol y de momento no hay negritos amenazantes en el horizonte, como ayer, que lo hizo muy desagradable ir mojado todo el día. Con el sol, todo se ve distinto, ¡Bendito Lorenzo!. Bajar a preparar el ángelus resultó un deporte de alto riesgo, con la escora, los planes levantados y la sentina aceitosa al aire, una pista de patinaje total, grrrr. Recuerdo el consejo de mi traumatologo de que navegara con la rodillera ortopédica, pero no sólo no me la he puesto sino que encima ¡voy en chanclas!, intento agarrarme con uñas y dientes y ejerzo de malabarista cocinando unas tortitas de mozarella, champiñones y jamón. Y de premio, el capi dice que va a dormir, pero no en su camarote sino en su banco de la bañera que es el que tiene la sombra y el sotavento de la escora. Así que me toca aguantar el sol y la escora en mi lado de Barlovento. A mediodía nuestra suerte cambió, el viento bajó y se cerró el ángulo, intentamos dar un bordo, pero no había intensidad suficiente y todavía mucho mar, al final decidimos recoger Génova y poner un rato el motor. Vamos muy bien de tiempo por lo que puede que sigamos navegando hasta las islas más lejanas del archipiélago para garantizarnos llegar de día. Los negritos empiezan a amenazarnos de nuevo. Y por la tarde, ya próximos a costa, empezamos a ver tráfico de mercantes. Hay
momentos que el radar y el AIS están a tope, cual enjambre de avispas. Uno en concreto tiene rumbo de colisión con nosotros, repasamos las normas y aunque nosotros vamos a vela también somos los que más tenemos que perder. Le recuerdo la máxima de que ante todo hay que intentar evitar la colisión. Accede a meter 10° a Er de manera que solo nos supone amollar un poco las velas y justo entonces nos llaman por radio desde el Mercante, se llama GABRIELA, nos dicen en ingles que estan “adrift”, a la deriva y no tienen gobierno, en el AIS nos aparecían a solo 2 nudos. Decidimos arrancar motor para alejarnos lo más rápido posible de ellos. ¡Haberlo dicho antes!, exclama el capi, arrepentido de haber querido imponer inicialmente su carácter aragonés, jajaja. Enseguida recuperamos nuestro rumbo y paramos el motor. La escora es tremenda de nuevo, aunque el mar parece que ha bajado ya algo. Espero poder dormir algo más esta noche y mañana ya habremos llegado, pero mis deseos no se cumplieron, la noche fue toledana, de esas que te preguntas, ¿qué c*** hago yo aquí?, con lo bien que estaría en mi linda casita, grrrr. Y es que, en cuanto anochecio, la tregua que habíamos tenido durante el día, respecto a las tormentas, se acabó, empezaron a llegar una tras otra por Br y Er, hasta estar todo el radar lleno, no había por donde escaparse, aunque el capi lo intentó y en nuestro track aparecen un par de vueltas en redondo y todo, jajaja, todo era lluvia rayos y truenos en una negrisima noche, ni luna ni estrellas. De película de miedo. Además su influencia era tan grande que el viento del Este que nos había traído a vela casi toda la travesía, desapareció y tuvimos que arrancar motor, por lo que bajar al camarote con todo cerrado por la lluvia y el ruido y el calor que a su vez desprendia el motor, no era nada recomendable. Toda la noche la pasé en la bañera, mis turnos de descanso tumbada y los de guardia escuchando mis podcast favoritos, pero ambos bajo la lluvia, enfundada en mi traje de agua completo y sobre las colchonetas empapadas, ya no había forma de salvarlas y por lo menos estaba más blandita que sobre la teka. Eran las 08 a.m HRB, cuando arribamos al archipiélago de San Blas.

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